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HLdCn: El Legado de Caín - Oldland : Diarios Perdidos – I

Noche 8 - Locura Dentada

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06/05/2016, 12:49
Director


Las manos aún paradas en el aire, mientras la respiración se paraba aún para mirar al otro, los animales se reunían con fuerzas, mientras que un objetivo poco a poco se sabía herido y silenciaba sus labios mirando al suelo para encontrar el apoyo de más y más roedoras que se agrupaban a su lado sin parar.

Sarghagas, sabía que tarde o temprano empezarían el ataque y estaba dispuesto a luchar... Ya había conocido aquel poder desecante de vida en su arma y sus ratas, sólo necesitaba puntería... nada más... 

Sobre su cabeza agitaba la cadena con fuerza, cortando el aire con su cuchilla mientras esperaba el momento para atacar... La chica del cocodrilo desvío la concentración llamando a su amigo, y entonces fue el momento de actuar.

Con certeza y precisión lanzó el africano su arma, acertando de lleno en el vientre de Nimay... y en vez de ejecutar algún acto de dolor, el hindú, acarició con paciencia pequeñas gotas de agua que resbalaban de su cintura, mientras era atravesado por aquel arma, que a su salida por su espalda se tenía solo de agua... nada de sangre que adecentara el lugar.

Sarghagas miraba con rabia su arma, y comenzaba a recogerla, esperando que a su salida por aquel cuerpo, hubiera al menos una herida, que ayudara a que el efecto desecante empezara a actuar. Pero entonces sintió un fuerte y profundo golpe en las espaldas que lo arrojaba con fuerza al suelo mientras sentía algo en su espalda crujir.

Bethanny, aún mareaba en el aire su arma, mientras se alejaba tras ejecutar su ataque. Las ratas del hombre se arremolinaban a su lado como un escudo como impidiendo que alguien se acercase a él... pero entonces una sombra empezó a tapar el suelo... una inmesa masa de lodo que poco a poco se extendía y empezaba a expandirse sin más, llegando a todos aquellos lugares donde las ratas se disponían... Sarghagas parecía darse cuenta lo que iba a suceder, iba a advertir, iba a gritar... pero algo frenaba su boca. 

Y mientras callaba amordazado, de aquella silueta negra, emergía y volvía a zambullirse una figura rápida semejante a las fauces de Quón... que poco a poco devoraba o masticaba a los roedores sin razón.

El africano intentaba zafarse, pero las manos fuertes de Nimay lo apretaban, hasta que hizo una señal de silencio y sesgó con fuerza uno de sus brazos y se alejo sin más... mientras ahora el hombre rata aullaba de dolor y rabia, intentando tapar el canal de sangre que se exhibía en su muñón.

Con sus gritos intentaba llamar a más ratas pero parecía que algo las hacía volver, como si no escucharan al final la llamada. Y en medio de aquellos gritos y zafios gestos, una risa parecía llenar el lugar, un tilde de locura con todo aquello que parecía pasar...

Y con paso macabro, errático, y movimiento sin cordura, avanzaba un elegante pero despeinado ejemplar de Hiena... que con algunas hojas enramadas en su pelo, y su voz nerviosa se acerco bajo vuestra mirada al africano.

Una última risotada, y luego comenzó a morder y despellejar el vientre de Sarghagas, aumentando el volumen de su gritos, mientras intentaba liberarse de aquella bestia con un solo brazo y el resto de él...

Las heridas aumentaban, bajo una alterna risa que acompañaba a un gruñido antes de morder... Hasta que sus sonidos se frenaron. Una silbante flecha se dirigió certera a la cabeza del hombre... dejando seca su consciencia e invitando a la muerte a entrar... Como viva aquella flecha salió de la testa, y tras salir poco a poco se desperezaba como un animal dormido hasta adquirir la postura del Vencejo que tras trinar... volaba semimanchado hacía Yaiza, mientras la presa ya muerta servía de festín a la Hiena... a la que a lo lejos, Olenna, tocaba errática sus labios, empezando a comprender por que a cada dentada de aquel animal, volvía a su boca aquel sabor...

La locura y la muerte se hacían presentes, dejando solo un rastro dentando... y un nuevo cuerpo tendido sin vida, aún cuando empezaba a anochecer.

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07/05/2016, 16:14
Olenna D

La mayor parte del tiempo que dura el combate Olenna se mantiene preparada, con su arma en posición para poder atacar o defender en cualquier momento. Sin embargo antes de que intervenga una risa que siente en parte como propia resuena en el lugar, y apenas unos segundos más tarde el sabor de la sangre golpea su paladar.

La Grovehn se lleva entonces los dedos a los labios con las pupilas dilatadas, y mientras su nueva compañera mete dentellada tras dentellada ella mira a los otros con los ojos brillantes.

—Tres de tres —murmura con una sonrisa torcida.

Para cuando el festín acaba la mujer da algunos pasos. Observa el cadáver y luego observa al animal, encontrando en sus ojos una sensación que no conocía de antes. La hiena le devuelve la mirada y acto seguido mujer y hiena caminan juntas y al unísono.

—Pronto acaba todo —enuncia. Luego se dirige a la chica del martillo y mientras habla el animal la mira con una breve risa y la cabeza ladeada—. El viejo dice que faltas tú, que tienes que morir. Que cuando mueras las luces se completan y podemos marchar. No sé si es verdad, pero sé que mañana acaban las muertes.

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07/05/2016, 16:44
Nimay Radhav

La sangre volvió a derramarse sobre la piedra, pero Nimay y Haathee no dedicaron más que un breve vistazo al cadáver del hombre y sus ratas. Si la muerte de Sarghagas le había producido alguna emoción, no lo dijo. Ambos, hombre y elefante, se apartaron del lugar de la batalla. Nimay todavía tenía las puntas de sus dedos húmedas con esas gotas que había recogido de su propia piel dejando en sus labios una pequeña sonrisa de medio lado.

El hombre y su compañero caminaron con paso acompasado hasta llegar frente al ángel ciego y allí Nimay ladeó la cabeza un poco, contemplándolo. Después se sentó colocando sus piernas en la postura del loto, junto a los cadáveres de Theora y Wardjan.

—Esta noche termina todo —dijo al escuchar las palabras de Olenna, mostrándose de acuerdo con ella—. La rueda del Samsara reanudará su movimiento al amanecer. No seremos iguales, pero podremos seguir hacia delante.

Y sin añadir nada más empezó a musitar una oración para Brahma.

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08/05/2016, 03:35
Smel

La semilla de las ratas muere. Ok. En esta batalla empleo una técnica de lodo que masca a sus compañeras en una ola de fauces. Cada vez me gusta más... pero aún así, la tétrica sangre de la presunta ultima semilla es derramada entre los chirridos de esa hiena y seguimos encerrados, con lo cual... la situación no da para muchas celebraciones. Todo acaba pero no acaba... - ...pero, ¿una noche más? - ¿Una noche más y todo acaba? Hm... dejo caer mis hombros en claro gesto resignado y media cara de que no me lo creo... mucho. Cruzo mis brazos.

Quón vuelve a ponerse a mis pies, yo vuelvo a ojear ese sello de sellos elevando una ceja. No sé si el viejo era semilla también y no matar a Bethanny nos ha salvado, o al final de todo... Oldland me la está jugando por listilla. En todo caso, ya no alzo mucho más la voz... voy hacia Vyka otra vez y me siento a su lado hasta el final, tal como dije, y tal como le dije - Confía en mí - miro hacia mi cocodrilo pensativa... 

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08/05/2016, 14:39
25 Muerto - Bethanny Andersen

Una vez terminado todo, atendí a las palabras de Olenna. Me encogí de hombros. - Si acabo muerta, haré compañía a Sylvia y Raffariel. Si mañana sigo con vida, seréis vosotros quien me tengais que aguantar.

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08/05/2016, 20:36
Olenna D

Olenna siente la noche acercarse, y con ella el silencio casi parece reinar en el lugar. No tarda en empezar a caminar arrastrando una vez más su bastón y luego en comprobar la frontera. Cuando la recorre el animal que ahora la acompaña hace lo mismo en sentido inverso. Se mueven al mismo ritmo y cuando se cruzan ni siquiera se dedican una mirada: parece más bien como si una supiera dónde está la otra y ese gesto fuera inútil.

Quizá por primera vez desde que fueron encerrados Olenna no llega a dar dos vueltas en su comprobación: no es necesario. La hiena ha hecho su mitad del trabajo.

Una vez han terminado ambas se dirigen hacia el centro. Repasan los cadáveres con los ojos, sin prisa, y cuando terminan la mujer habla una vez más.

—La del búho insiste —enuncia, y es evidente en su tono que no cree realmente nada de lo que va a decir a continuación—. Dice que hay dos opciones: que el cultista líder siga vivo y lo tengamos que matar —expone. En su tono queda claro que aún se siente extraña pronunciando esas palabras—, o que falte la semilla que mata semillas. Dice eso es más siniestro, pero a mí parece bien.

Después de eso habla a la mujer del martillo.

—Si acabas muerta acabas aquí —asegura llevándose un dedo a la sien—. Los otros no están mal. Hay Grovenh. Puedes darles con el martillo.

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09/05/2016, 01:35
Yaiza Gray

Aquel no era el primer linchamiento al que asistía para Sarghagas. Ya le pedí disculpas por el primero, pero dudaba que aceptara unas segundas si se daba el caso de volver a encontrarnos.

Llevando mi mirada a mi fiel compañero -mi vencejo, el cual se apoyó sobre mi hombro-, pasé la yema del dedo índice por su ensuciado plumaje, dejando a éste bañado en plasma caliente. Pequeñas gotas caían al suelo del Oldland. Los latidos de mi corazón me ensordecían los oídos.

Casi sin pensarlo, mojé la punta de mi lengua con el palpitante flujo. Parecía un fuerte chispazo de vida que bajaba por mi garganta con una fuerza eléctrica. Cerré los ojos para poder saborear la sangre del Eve. Podía notar la tierra mojada por mis pies, a la vez, sentía flores por las piernas haciéndome cosquillas...podía ver el mar y la cima de una montaña, era mi éxtasis y mi calma. Seguidamente, aún con las pupilas dilatadas, alcé los ojos.

Escuché lo que dijeron, pero no me dirigí a nadie en particular -Una noche más aquí...alguien más morirá, pero eso no es lo que me preocupa, si no el amanecer, porque...¿qué traerá? ¿paz o más guerra? ¿a quién dejará Oldland en pie?- acto seguido fijé mis pupilas en Bethanny, pues ella aún no había recorrido el silencioso a la par que agónico camino de la muerte -nunca has muerto...estoy segura de que para ésta noche guardas un papel importante- ladeé la cabeza y casi perdiéndome entre teoremas, me distancié, llegando hacia las piedras acompañada del vencejo y las flechas. Respiré hondo.

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09/05/2016, 11:50
Director

Y la noche fue cayendo... hasta llegar a un punto de silencio y oquedad donde solo sonaban en el fondo lejanos golpes rítmicos que no cesaban y os invitaban a no descansar...

Pronto la mañana llegaría y con ella una velo nuevo en Oldland mostraría la verdad...

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