Partida Rol por web

La muerte os devolvía la compañía de Sylvia y de Fyas, enredada en su compañera como hizo en su inicio, en aquel lugar...

Al llegar la noche una vez más el calor del fuego parece disminuir. Olenna agacha la cabeza también en este sitio y cuando al amanecer despierta las esquirlas plateadas vuelven a tomar forma sobre la hoguera, mostrando a todos lo que ella ve. No dice nada hasta que todos pueden ver el cuerpo de Sylvia y entonces mira directamente a la niña.

—Mira —enuncia con gravedad—. Dije que no era semilla. Equivocabas.

Tras esas palabras espera a que la mujer se una a los presentes y la mira con expresión seria.

—Bienvenida —dice antes de guardar un instante de silencio grave, solemne—. Lo que quieras tener, di.

Alrededor del fuego algunos están de pie y otros sentados en el suelo, pero hay tres que se distinguen de los demás. La mujer de fuego está sentada sobre una butaca de calidad, el falso rey en un sillón similar a aquel con el que los recibió y la chica del lobo en otro similar pero un poco más bajo. Entre ellos hay una mesa con cordero y una botella de vino, aunque el hombre no parece comer. En lugar de eso es Olenna quien lo hace.

-Pues no me dice nada, la noche anterior murió también y luego resucito diciendo que había sido un plan entre ella y Bethanny, ¿que te dice que ahora no sea igual?, sigo firme en mi intuición de que queda mas de una semilla, y que una de ellas es Smel, aunque Nimay diga lo contrario-

Mira a Sylvia aparecer, no le guardo nada de rencor, pues mi verdad es absoluta.

-Piensa Olenna, te dije que era posible que Oldland despertara como semillas a los muertos, no a todos claro esta, tu no lo eres, yo tampoco, es la única certeza que tenemos, ¿pero los demás?-

Se acerca para hablarle mas directamente.

-Smel era muy amiga de Vyka y luego le dio la espalda, eso fue tras volver, Bethanny aun no muere ¿por que? solo falta su sello, Sarghagas me ataco, sera por venganza ya que yo le ataque a él, o por que sabia que no era semilla, Yaiza ha vuelto cuatro veces, ¿quien le da tantas oportunidades?...de Nimay, no hablare, puesto que no quiero saber su verdad-

Le tomo la mano -Quizás solo quedes tu para que el manto caiga-

Con una sonrisa me siento a la mesa ante el opíparo despliegue que Olenna nos ofrece a Deidre y a mi. Clavando mi cuchillo en el cordero saco un tajo que en lugar de comer directamente le doy a Tyr en deferencia a mi pelirroja musa.

- Espléndida cena Olenna. Te quedo agradecido. - Comento con una sonrisa mientras el siguiente tajo de mi hoja sesga algo de carne para mi propio paladar. La saboreo con tranquilidad mientras miro a Deidre, tras lo que sirvo una copa de vino. Para ser una salvaje en apariencia Olenna no tiene tan mal gusto como había supuesto en un principio.

Hago un gesto de agradecimiento a Olenna cuando vuelvo a aparecer en aquel lugar, acariciando a Fyas, tranquilizándola.

- Por ahora lo único que necesito es que todos dejen de mentir, pero sé que pido demasiado. - Miro a la niña. - No entiendas las cosas como te convengan. Yo no planeé nada con Beth, la usé sin que ella lo supiera para confirmar una teoría. La acusé de mi muerte para ver las reacciones, y fue muy inteligente por parte de las semillas matarme sabiendo, o más bien creyendo, que la acusarían a ella. Con lo que no contaban era con que yo volvería tan pronto. Pensaron que el siguiente en resucitar sería Olenna, y no contaban con que yo también podía traerla de vuelta. - Una sonrisa algo sarcástica aparece en mi rostro. - Todo eso, en mi opinión, descarta a Bethanny como semilla, y te inculpa a ti, pues todos a tu alrededor, todos los que dicen algo en tu contra, caen. Y dices sólo confiar en Nimay, lo que me hace sospechar de él... aunque no estoy segura. Casi diría que es tu juguete.

El oriental tardo en darse cuenta de la llegada de la niña y la mujer, quienes llevaba rato, sin saber cuanto era un "rato", hablando con los demás.

Nói; un alma triste, sea arrastro hasta ellas en tan solo un instante sin necesidad de caminar y fue entonces cuando se agacho para mirar a Theora y recordar sus palabras.

-Yo elegí a Bethany por encima de ti. -Dijo sin saber si llegara a entenderlo. -Si te han dicho que alguna vez estuve en tu contra te han mentido, aquí se discutió quien pudiera ser semilla y nunca pensé en ti. -Se levanto entonces y miro el falso cielo que creaba esa ilusión.

-Creo que algo sucederá cuando la ultima viva caiga aquí. Por eso creo que es tiempo de que Bethany nos visite también, tal vez ya no queden semillas y la ciudad solo desee la sangre de la ultima viva. -Opino mientras buscaba en vano, tabaco en sus bolsillos.

-¿Que sentido tiene seguir mintiendo si estoy muerta y una vez el manto caiga, seremos olvidados?, ¡no miento!, ¡no soy semilla!, sacáis conclusiones erradas y por culpa de eso me habéis sentenciado junto a Olenna, incluso ella pudo haber cambiado- mire a Olenna unos segundos y luego a Sylvia.

-Lo que me causa curiosidad es que siendo Bethanny la única que falta por iluminar un sello no haya muerto aun, ¿no te hace sospechoso eso?, y sobre Nimay...- miro al suelo con cierta rabia y tristeza... -si es que un juguete, es de ellos, no mio, ¿dime a quien miro después de Smel?-

-Y aclaro, mi simpatía con Nimay es la misma que tuve con Deidre, la diferencia es que ella prefirió ir con Alastor y yo con Nimay, pero aunque fuera semillas o sus ayudantes, jamas les habría atacado, es el libre albedrío que te da Oldland, pero me da rabia que puedan estar usando a Nimay y ahora este manchado, al menos Deidre es libre de eso-

Me muerdo el labio pensando, concentrada en buscar mas detalles, pero sin lo que nos transmita Olenna nada encajara, aquí los muertos están eso y nada aportan.

-¿Que dicen los vivos?...que dice el de las ratas, Yaiza, Nimay y Bethanny, dinos que dice exactamente cada uno de ellos, quienes me acusan son semilla eso te lo aseguro Olenna, tienes que creerme, fuiste la única que entendió mi vinculo con Roy y podría haberlo negado, pero te lo confirme, confía en mi Olenna- mantenía las manos empuñadas, me sentía tensa y con rabia, quizás desilusionada de que ella no me creyera, era especial, distinta a todos y se fijaba en los detalles, en que momento dejo de percibir los míos, en que momento dejo ce creer en mi, estaba envenenada con todo lo que le decían y había dejado de creerme y ahora no sabia como hacer que creyera en mi, le miraba con determinación fijamente esperando su respuesta, algún gesto que me mostrara que si me creía; entonces la voz de Nói me atrajo, deje la postura de tensión frente a Olenna y fui con el anciano y le tome la mano, Wardjan se situó del su otro lado.

-Estamos muertos pero juntos, agradezco haberte conocido Nói, al menos seguiremos juntos en este camino de almas, tal vez tengas razón, como con la Manipuladora-

La Grovehn pone atención a cada palabra. A las de la niña primero, pero luego también a las de los demás, sobre todo a Sylvia. La primera vez que la cría habla con ella la mujer la mira con el ceño fruncido, como si le costase ponerse en la situación que dice.

—Sylvia es inocente —asegura una vez más con total convicción—. Morir una vez puede ser trampa, morir dos sería tontería —enuncia—. Ella no es tonta, ella es útil. Ella deshace su trabajo. Por eso la matan.

En ese momento hace una pausa y ladea la cabeza.

—También es certeza que Sylvia devuelve vida. Dices que devuelve convertidos en semillas, pero que ni tú ni yo somos. Ella devolvió tu vida y la mía. —Niega con la cabeza—. ¿Quién semilla, entonces? ¿Por qué la del cocodrilo? ¿Sólo porque miró a la que grita? Otros también miraron. Tú también miraste. Y Yaiza no ha vuelto cuatro veces, ha vuelto dos. 

Tras eso desvía sus ojos hacia el falso rey. Sin embargo no llega a darle una respuesta más que con un asentimiento de cabeza. Luego habla a Sylvia.

—Si la del martillo es inocente —enuncia—, ¿quién crees culpable? El de las ratas no dijo ayer nada de muertos. Ni de muertos, ni de nada desde que volvió. ¿Crees que él puede ser?

En ese momento guarda un instante de silencio valorando las palabras del viejo aunque ni por un momento parece convencida.

—Dices no quedan semillas, pero ella ha muerto —Señala a Sylvia—. Tontería pensar que falta la del martillo por eso. —Luego vuelve a hablar a la niña—. Mentir muerta tiene mismo sentido para ti que para todos, y sólo dos dicen ser semillas.

—Dices sospechosa la del martillo por ser la que falta, pero no veo por qué. Si explicas más a lo mejor entiendo. ¿Crees que las semillas interesa eso? —Hace entonces una pausa—. Yo puedo creer en ti, chica lista —concede—. Puedo creer que no eres semilla. Pero no puedo creer que dices verdad, porque Sylvia no es semilla. Acusas inocentes como si supieras seguro, eso sé. Puede ser por semilla, puede ser por equivocada.

—Una cosa hacemos —propone—. Vamos desde principio: ¿por qué desconfías de ella? ¿Sólo porque te miró?

Apretó la mano de la niña y le dedico una tímida sonrisa, pero no le dedico una sola palabra más, si en cambio a Olenna.

-Yo no se si quedan o no aquellos que desean abrir las puertas. Pero es bien sabido que ellos no son los únicos que asesinan. Mi curiosidad, lo que queda, esta con la ciudad y las runas. ¿Que pasara si la ultima cae y su nombre es escrito en el libro de piedra? Eso me pregunto ahora. -Su voz sonaba tan cansada.

Alzo las piernas para ponerme en pie de un salto y estirar mi cuello, mirando a la recién llegada.

Bienvenida seas, compañera de la serpiente.

Escucho cómo todos hablan, pero recuerdo que queda una pregunta por responder, así que asiento y hablo.

Lo expliqué, y vuelvo a hacerlo: sólo podía cambiar dos veces. Mi primer objetivo fue la arquera, pero las... semillas me la arrebataron, sin embargo y aunque no conseguí su historia, mi pluma guardó su nombre. Luego cogí la historia de un Júpiter sin truenos... y el resto es historia, nunca mejor dicho. Llegué aquí... y entonces la arquera me hizo darme cuenta de mi error... pero no podía matarla como antes, sin embargo, necesitaba su sangre... y me la dió, muchos han sido testigos. Su historia está en mi pluma, pero de nada sirve hasta que no vuelva... de modo que no depende de mí. Si quieres una prueba más de mi inocencia... alguien pudo haber muerto en el juicio en mi lugar... pero vine yo y no arrastré a nadie.

Entonces unos y otros cambiando opiniones, y asiento, hablando completamente serio.

La compañera de la serpiente es inocente. Eso lo saben todos, y por eso la matan, matarla a ella no habla de los traidores. La arquera debería poder encontrar a las... semillas, pero cuatro ojos ven más que dos ¿cierto?

Miro alternativamente a la mujer del bastón y a la compañera de la serpiente, esperando que todo estuviese claro.

Ahí tienes historia, cada uno cada uno.

Repito cierta coletilla que se escucha mucho entre los muertos. Finalmente me fijo en el oriental y asiento, entendiendo sus palabras pero sin pronunciarme acerca de lo que opino sobre ello.

-Vuelves a equivocarte Olenna, mi acusación directa ha sido con Smel, incluso lo de Aisha fue una jugada arriesgada, las demás son conclusiones de todo lo que se dice y claro que pueden ser equivocadas, tu también te has equivocado, de Sylvia me causa desconfianza sus formas en el ultimo tiempo, tras aquel periodo de silencio prolongado y luego tras morir y volver diciendo que fue un plan para ver reacciones, cae en el mismo juego que uso Vyka con Deidre...incluso de ti desconfió, algo en ti ha cambiado y has olvidado muchas cosas y Yaiza ha muerto mas veces, es la que mas muertes y regresos tiene, sean planificadas o no, pero ha venido aquí mas que todos-

Sigo desde hablando desde mi posición junto a Nói, su cercanía me tranquiliza, perfectamente podría guardar silencio y no decir nada como los demás o centrarme en comer y ya, pero quiero salvar la vida de Nimay.

-Todos estamos confundidos Olenna, todos nos estamos equivocando cuatro vivos y aun no terminamos con las semillas, se suponía que eran pocas y ahora pareciese que todos lo fueran, por eso te digo que algunos muertos vuelven como semilla, yo no se quien me trajo a la vida, Sylvia lo asegura, ¿pero que prueba tiene?, yo no te miento y no me crees, ella no se si miente y le crees, ¿dime a quien miro Nimay la ultima vez?-

- Yo pensaba que esta vez me había atacado Daeron, quien puede matar estando muerto, pero no tengo ni idea.

Antes de seguir hablando, miro a la niña.

- Nimay no miró a nadie. Se miró a sí mismo.

Fiona recibió con el humo de su tabaco a Sylvia, sentada en una elegante silla cortesía de Olenna, la mujer de fuego tan sólo había reaccionado a aquella incorporacion con un chasquido de lengua en señal de desagrado.

- Otra que no debería de estar aquí- expiró el humo de la última calada mientras observaba a la chica de la serpiente, hablando más para sí que para el resto ensimismada en sus pensamientos, mientras observaba a unos y a otros- Si en vez de una semilla quedan dos...- movió varios dedos de la mano en la que se sujetaba el humeante pitillo, como haciendo cuentas- la cosa se complica... bueno, nunca ha estado fácil...- dió una nueva calada para a continuación decir en voz alta la conclusión a la que había llegado- según parece, la semilla más probable es la Cocodrilo Dundy... pero... ¿Qué hace Sarghagas? ¿Por qué no mira a los muertos?

La mujer del bastón oye hablar una vez más al árabe. Pone atención a sus palabras, aunque las siente similares a las que ha dado otras veces. Sin embargo cuando utiliza esa expresión ella forma una sonrisa torcida.

—Cada uno, cada uno —repite, pero no tarda en añadir algo más.

—A mí no importa que vuelvas —declara—. Es fácil: si no demuestras que tu historia es otra, encuentras el palo. Pero si uno puede volver prefiero que sea ella —asegura haciendo un gesto con el bastón hacia Sylvia—. Sylvia ayuda y no miente. Sylvia hace mucho para todos. Convéncela a ella, y si ella vuelve a lo mejor vuelves tú después.

Después de eso la Grovehn escucha hablar a la niña. Ladea la cabeza, interesada una vez más, pero conforme la cría habla va recuperando su postura inicial.

—Dices tu acusación era con la del cocodrilo, pero dijiste que para ti eran semillas ella y Sylvia justo antes que la mataran —expone antes de negar con la cabeza—. Inventas cosas. Dices que única certeza es que tú y yo no somos semillas, y luego dices que desconfías. Y dices que Yaiza murió más veces, pero murió dos. Mismas que tú y que Sylvia.

—No somos cuatro vivos —prosigue entonces—. Somos seis. Tú dices no mientes y no te creo, pero sí dices cosas que no son verdad. ¿Mientes, te equivocas? —Se encoge de hombros—. No puedo saber. Pero Sylvia no miente, y eso importa.

Pasado un instante habla a Sylvia, aunque no tarda en incluir de nuevo a la cría en su conversación y luego a la mujer de fuego.

—¿Mirarse a sí mismo? —pregunta de manera retórica, sin entender—. No tan presumido. Parece que hizo algo mejor: miró una semilla.

—No atacó el de las cartas, no —asegura—. El de las cartas está muerto y ya no puede matar. Atacó el de las ratas. Por eso ya no mira muertos. Por eso no dice mucho. El hombre elefante le miró ayer, no a sí mismo, ahora ha dicho. Y Yaiza ha dicho también que vio al de las ratas matándote.

Continuaba degustando la cena junto a Alastor, Olenna y Tyr, permanecía en silencio ya que la conversación se tornaba bastante conflictiva. Incluso escuché a la niña con suma atención y en parte le creía, era su postura y como tal tenía su cuota de lógica pero ciertas cosas escapaban de su conocimiento o no quería saberlas porque le dolerían más de la cuenta. 

- No quisiera meterme en este debate, ni tampoco sembrar discordia. Theora, creo en ti aunque debes ver un poco más lejos. Nimay es un semilla, lo fue cuando estaba vivo y es probable que lo sea desde que regresó. - afirmo seria, todos sabíamos lo que él era. - Incluso lo negó en mi cara y se ofendió conmigo, claro está, hay personas que no van a reconocer lo que en verdad son porque es poco honorable... - continuo hablando luego de dedicarle una mirada al árabe, otra persona que negaba su lado. 

-Igualmente... como dice siempre Olenna... Cada uno cada uno. - termino diciendo, para continuar con la cena que estaba deliciosa. 

Miraba de reojo al grupo que discutía, mientras esperaba que empezara la partida, tomé un sorbo del licor que se me había ofrecido, de pronto se me ocuirrió una idea:

- hey- les dije al grupo que discutía- y si todos podríamos ser semillas?...- pregunté- tal vez... Yaiza volvió y es semilla, talvez Smel es semilla, el rata podría serlo también... nuestra anfitriona podría serlo no?, lo que digo es que yo no era semilla y me convirtieron... la pregunta es quien no lo ha sido ya o quien lo sigue siendo...- esperé unos segundos y agregué- ah!... y que mierda significa "cada uno", la repiten como mantra, ya se estan pareciendo a Nimay...- 

Miro a la compañera de la serpiente, y luego a la niña. Escucho lo que dice la mujer del bastón. Lo escucho todo y trato de comprender, asiento, y miro a la más joven de los presentes.

Si la compañera de la serpiente vuelve, podrá devolver a alguien -miro entonces a la compañera de la serpiente-; si vuelves, y me llevas de vuelta, demostraré que digo la verdad: la arquera me dió una oportunidad, y cuatro ojos ven más que dos.

Señalo hacia el cielo del lugar.

Es más, puedo votar estando muerto, y mi voz buscará al de las ratas: si te ha matado, lo traeré de vuelta a este lugar.

Sonrío con amabilidad a la sinuosa mujer para finalmente fijarme en el hombre de ébano.

Cada uno cada uno es eso: cada uno es cada uno. ¿Qué parte no entiendes?

Pregunto, intentando entender qué parte es complicada en todo eso, para terminar desviando mis ojos hacia la compañera del lobo y negar lentamente con la cabeza, sin dignarme en responderle, en lugar de eso miro a la mujer del fuego.

Las ratas no miran cadáveres, las ratas se convertirán en cadáveres.

Sentencio.

Olenna asiste a las intervenciones de la chica del lobo, del negro y del árabe y dedica a todas ellas total atención. Su postura es la de alguien que escucha, aunque su ceño se frunce al oír tanto a la primera como al segundo.

—Del elefante ya dije —afirma—. Aunque todos suponen otra cosa, así que puede ser semilla o no ser. Como sea, no es asesino, y eso importa. Él avisó que Sylvia —enuncia dedicando una mirada a la chica de la serpiente— era importante cuando estuvo aquí. Si fuera asesino ella estaría muerta antes.

Tras esa breve respuesta escruta al negro, mirándole directamente a los ojos.

—Cuando te convirtieron en semilla —le dice ladeando la cabeza—, ¿perdiste lo que eras antes? —pregunta. No llega a dar respuesta a su evidente pregunta porque el árabe ya lo ha hecho, pero sí niega con la cabeza.

—Pena que robaras esa historia —enuncia luego dirigiéndose al hombre del desierto—. Pocos escuchan y entienden. Si quieres algo que pueda dar aquí, di.

Después de esa oferta guarda un instante de silencio. Su expresión parece de ligero asombro, y no tarda en dar una explicación.

—El de las ratas ha hablado —expone—. Dice que si dejamos vivir esta noche mira a ella —Señala a la niña— y nos cuenta. Yo he preguntado ya tres veces, pero no dice a quién miró ayer. También dice a la vez que confía en Yaiza aunque ella lo acusa y que no sabe cómo ha vuelto a vivir, pero es mentira: le enseñaron sus luces.

-Dudo que le dejeis con vida al atardecer-

Deidre dice algo que no me gusta, pensar en que Nimay todo el tiempo ha sido semilla, es algo que me cuesta aceptar, prefiero pensar en que lo habían convertido o atraido ahora tras su regreso a la vida.

Ya no sabia como expresarme para que Olenna comprendiera mis palabras, cada vez veo que se mal interpretan una y otra vez, que se olvidan cosas y se manipula la verdad de una forma extraña, miro a Nói apretando su mano.

-Creo que tu teoría de  que debe prenderse la ultima luz es cierta, lamento que no podamos volver-

Escuché al árabe y su "evidentemente obvia" respuesta:

- Me ha quedado clarísimo...- dije sarcásticamente y me volví a Olenna:

- No, mantuve la posibilidad de defenderme por la noche- le contesté- sin embargo, yo creo, que alguien tiene la capacidad de convertir en semilla, pues a pesar que se han encontrado a los que han sido, otros ocupan su lugar; para mí, esa persona es la prioridad, pues mientras sigan encontrando semillas, siguen transformando a otros... esa es mi teoría.-