Partida Rol por web

¿Vínculos? ¿Pero cuánta gente puede unir mentes aquí?

Pregunta, más para sí mismo que otra cosa.

En cuanto a la muerte fingida... Quizá no fué cosa vuestra... Quizá alguien os indujo a una muerte fingida para salvaros de un ataque más que seguro. Aunque es sólo una idea. En lo que a mí refiere, no hablo con nadie más que vosotros. Y no me he cohibido... Símplemente prefiero escuchar a hablar.

Se encoge de hombros con naturalidad. Entonces fija su mirar en Yannick.

Si crees poder hacerlo mejor: adelante. No soy ningún experto en ajedrez. Y lo de copiar la habilidad de un cadáver... Supongo que estará bien para asegurar su inocencia... Y ser un blanco fácil para los traidores.

Entonces desliza su mano por sobre el tablero para realizar un sencillo movimiento. Pero al realizarlo se da cuenta de algo, no obstante, guarda silencio.

Rey a E5.

Medita unos segundos.

¿Vas a arreglar el error? Necesito que me respondas antes de mover, para terminar, o no, mi turno.

Pregunta, más curioso que otra cosa. Luego se gira hacia Domino.

Alterarte tanto no te va a hacer ningún bien. Si no creen en tí, deberás de aguardar hasta tener tu oportunidad. Del mismo modo que yo aguardo.

Dicho esto, un trago más al licor ambarino, el cual ya comienza a bajar considerablemente.

¿Explotó alguna gema más? ¡Ah! Eso me recuerda, Nybras, cuando llegué aquí dije que era empresario y abogado. No mentí en ningún momento... Por mucho que digan lo contrario.

Responde a una vieja pregunta olvidada.

Yannick hace entonces un repaso mental para tratar de saber a quién puede referirse ella. Alguien en quien él relativamente confía... Los candidatos podrían ser tres, quizá cuatro.

- Sería útil para vosotros... - empieza - Aunque haría que yo fuese bastante más prescindible. - añade entonces, encogiéndose de hombros. Sin embargo, no es un reproche, sólo una observación.

- Está bien. - dice con un suspiro - Dile que lo haga, pero que no desvele de qué se trata.

- Creo que esto puede ser mi condena al no necesitarme allí arriba, pero ya dije que estaba dispuesto a morir si era necesario. No puedo negarme a esto, no sería bueno. Aunque te pido que no dejes de intentar que me hagan volver, por favor.

- Confío en ti, Nybras, pero aquí estoy ciego. Y no como Cristie, ciego de verdad. Sólo puedo guiarme por lo que me dices, y haces bien en velar tus palabras. - añade entonces, refiriéndose a Mark y a Domino - Pero vamos a tener que buscar una forma de que me pongas al día para cuando suba allí. Tal y como hablas parece que algunas lealtades estén cambiando.

- Sobre Verona... ¿qué se dice en estos casos? - pregunta, para después quedarse un par de segundos pensativo - Dile que no me eche de menos, que ya sea aquí o allí, nos vemos pronto. Y quizá que hay cosas que se tienen aún más cerca que los enemigos. - pide, con un tono bastante neutro. Después rompe su postura para volver a ponerse cómodo - No sé, Nybras, yo no soy muy de enamorarme.

Yannick escucha las palabras de Mark y le mira nuevamente, reevaluándolo.

- Podría ser lo que dices. - admite sobre la muerte fingida - Pero también podría ser alguien intentando quitarnos del medio. Creyéndonos asesinos, pero sin querer convertirse él en uno. Con lo que si eso fuera cierto, no sabemos si estamos ante un amigo o ante un enemigo.

- Sobre lo otro, puede que tengas razón y eso le convierta en un blanco fácil. O puede que no, no sé cómo lo está gestionando Nybras. De todas formas, a algunos no nos importa llamar la atención de los asesinos si eso implica salvar a otros.

- No sé cómo habrá sido aquí, pero ahí arriba aunque no hayas mentido has evadido las preguntas que te ha dado la gana, ¿eh?

Nybras posa primero su mirada sobre Mark. - Me pregunto lo mismo. Parece ser una habilidad muy común por aquí. Sobre mi muerte... Yo no vi nada. Ni sellos, ni sentí cómo se paraba mi corazón, ni nada. Estaba dormida y de repente estaba aquí por completo y no sólo en parte.

Al escuchar lo del error, se fija en el tablero con detenimiento y finalmente recoloca un par de piezas dejándolo como debía estar. - Lo lamento, deben haberse movido cuando morí o cuando me llevaron de vuelta, no estoy segura. Supongo que en uno de los dos tránsitos descoloqué algunas cosas del lugar...

- No ha explotado ninguna gema todavía. Aunque como yo volví antes de que sucediese... Quizá la mía ya no explote. ¿Quién sabe? Oh, lo de ser abogado era más una curiosidad, me pareció que me decías que no lo eras, pero recordaba que fuera te habías presentado como tal... Por cierto, el de los chistes era él. - Termina, señalando a Yannick.

Entonces se vuelve hacia él, para responderle. - Arriba hay gente dispuesta a vengarte, apoyarte y traerte de vuelta. Si quien tiene esa capacidad es quien creo que es, pienso que hay posibilidades de que me escuche. Seguiré intentándolo, tengas esa habilidad o no. Una cabeza bien amueblada nos viene muy bien también, sobre todo a la hora de votar.

- Valfar dice que no te preocupes por la seguridad de quien tomará tu habilidad. Que lo protegerá de cualquier ataque nocturno. También dice que lamenta no haberte protegido esta noche. Que pensaba que al estar acusado por algunas, no te atacarían por la noche y eligió a otra persona.

La joven asiente entonces a sus palabras sobre Verona, con una media sonrisa divertida. - Pues para no ser mucho de enamorarte lo has hecho bastante rápido. De hecho, como dije anoche, no me fiaba de ti completamente por ello. Le daré tu mensaje. Sé que me voy a meter donde no me llaman, pero... deberías pensar qué quieres con ella, pues parece muy decidida. Si no quieres lo mismo, lo justo es que se lo digas.

- No les he dicho lo que puedes hacer. Sólo que es muy útil y que te querrían matar por ello. He tratado de dejar clara tu inocencia, sin ser demasiado explícita. - Nybras hace una pausa entonces, buscando la manera de continuar. - ¿Recuerdas lo que pasó anoche? Pues sigue pasando, incluso después de mis palabras, las cuales esas dos personas ignoraron convenientemente, para seguir discutiendo lo mismo de ayer. Ya no tiene ni pies ni cabeza, pero continúan en ello. Y oye... Lamento decirte esto, pues parecías estar haciéndote su amigo... Pero tengo mis dudas sobre Eko.

Cuando Nybras hace referencia a los chistes, Yannick hace un gesto llevándose un par de dedos a la cabeza, cerca de la sien, y saludando al abogado.

- Nunca me han gustado los tíos con traje, los mentirosos, ni los que fingen ser lo que no son. - dice, para después hacer un gesto de despreocupación - Los abogados soléis tener las tres cosas.

Después se dirige de nuevo hacia Nybras.

- Sí, ya supongo que hay gente dispuesta a vengarme, Jacob entre ellos, ¿no? - pregunta con una media sonrisa - Yo no me fiaría por eso. En tierra de lobos, a aullar como ellos, decía mi madre. En este caso es al revés, pero ya me entiendes.

Tras pega un pequeño sorbo de cerveza. La pizza ha ido quedando en un segundo plano, dejando espacio a la conversación.

- Bueno, no espero volverme un inútil sólo porque alguien copie lo que yo he hecho siempre. - dice con tono despreocupado - Dos personas con esa... capacidad, si quieres llamarlo así, nos vendrán bien. Aunque para mí es algo de lo más normal del mundo, qué quieres que te diga. Mira a Jacob, por ejemplo. También estaba en el ejército, y también puede mantenerse despierto. Lo que no entiendo es por qué el hijoputa lo usa para matarnos en lugar de para ayudarnos. No sé, nunca creí en ese sueño místico profundo que viene del más allá a cerrarnos los ojos. Creo que, simplemente, esa gente no sabe soportar la tensión de esta situación.

Después se toma un momento para pensar cómo responder a lo siguiente. No quiere hablar de más, pero tampoco de menos.

- Sobre lo de Valfar... que no se preocupe. Yo ya suponía que el atacado sería yo, y no dije nada. Ese al que dijo que protegería debe vivir. Yo no soy bueno dirigiendo gente. Si algunos me han seguido en algún momento es porque han querido, pero toda mi vida he sido carne de cañón. Su don es importante. Gracias a él podemos saber quién debe volver y quién no.

- Esos dos que me dices... bueno, supongo que están asustados. Los vamos acorralando, y no esperaban que fuese tan rápido. Aunque me da pena por, bueno... ya sabes quién, supongo.

- En cuando a Eko yo tampoco las tengo todas conmigo. Pero desde el primer momento he creído que éramos parecidos, aunque él se refugie y yo hable por los codos. No sé, es algo más que simpatía, pero no puedo afirmar su inocencia. Lo que sí te pido es que le digas que ocupe mi lugar en estas votaciones. Dile que entiendo que hemos tenido opiniones diferentes, pero que espero que esta vez tome partido, aunque sea sólo esta y sea por mi. Y que lo remate con mi hoz. - termina completamente serio.

Después se toma unos segundos para calmarse, y darle vueltas al asunto que ha estado dejando para el final. Es difícil hablar de ello en voz alta, aunque probablemente no habrá un lugar ni un momento mejores para hacerlo que estos.

- Y sobre Verona... yo ya lo he dicho bien claro varias veces. "Las mujeres son para la victoria", - cita - "No es el momento ni el lugar", "Te tendré cerca porque desconfío de ti", y cosas así. - dice, aunque también hace repaso de los momentos vividos y los gestos compartidos - Aunque es verdad que mis mensajes pueden haber sido un poco contradictorios. No sé, pensaré en ello. Yo nunca me he planteado cosas más allá de lo que surgiera, pero es verdad que ella parece decidida. Aunque al principio creí que intentaba engatusarme ahora, si me descuido, dentro de poco me habrá puesto un anillo y yo aún estaré pensando en los chistes de abogados.

- Sea como sea, es verdad que no es una situación justa si cree que hay más de lo que hay. Pero no le digas nada. Quizá haya llegado el momento de compartir algo más que el sexo, no lo sé. Pero tome la decisión que tome, lo lógico es que sea yo quien se lo diga. No es una batalla en la que vaya a usarte de escudo. Aunque es verdad que la chica es mona, y no parece mala persona. Valfar tiene razón en que no es la más lista, pero no nos engañamos, yo tampoco soy un Einstein.

- La verdad es que al llegar antes habría imaginado follar contigo o con Elizabeth antes que con ella. O incluso con Eva, aunque no me gustan las barbies. Soy más de otro estilo de chica. Pero... es verdad que tiene algo.

- Aunque sigue siendo cierto que no es ni el momento, ni el lugar.

Mientras la muerte oprimía el pecho de Gael, un nuevo mundo se descubría ante él... un espacio lleno de brumas, donde Nybras parecía presidir el lugar, rodeada de tantas almas como caídos existían hasta el momento.

Aquel lugar dejaba espacio a la esparanza, dejaba escapcio a aquellos cuentos donde la muerte es el principio y nunca el final.

Bienvenido seas Gael...

Y ahora, un asesino frente a los ojos de todos.

Sentencia.

Bienvenido. Y no evadí las respuestas, aunque quizá me expresé mal o supuse que me comprenderíais. No importa.

Entonces se fija en cómo el tablero se recoloca y niega con la cabeza.

Rey a E1.

Y sin más, desliza la ficha con suavidad. Ajusta su corbata.

Tu turno.

Concede a Nybras.

Tú eres, si no me equivoco, quien afirma que no erraste conmigo, ni con Domino. ¿Cierto?

Pregunta al recién llegado.

Nybras y Nyx alzan la cabeza al unísono, buscando el lugar donde las brumas se arremolinan a un par de metros de ellas, formando la figura de Gael.

La expresión de la joven se vuelve triste al ver quién es el nuevo visitante. Hace un gesto a Yannick para que la espere y se levanta de un elegante diván de cuero negro con remates en rojo para ir a recibirlo.

Camina con paso acompasado junto a Nyx hasta él, dejando atrás a Yannick sentado en el mismo diván y a Mark y Domino sobre un sofá a juego con el diván. Entre ambos muebles, una pequeña mesa de madera oscura, sobre la que descansa un tablero de ajedrez, con los dos ejércitos formados por piezas de mármol negro y blanco, también con detalles en rojo.

Un sillón vacío junto a los dos muebles, mirando hacia la mesa. Sobre ella, también un vaso de base ancha, con restos de un líquido del color del ámbar, y un botellín de cerveza. Sobre el diván, junto a Yannick, un plato negro con una fina línea roja en el borde, con restos de pizza.

Alrededor de estos muebles, tan sólo las brumas cubren el lugar, llenándolo todo de un color azulado.

Nybras y Nyx llegan hasta Gael y la joven lo mira con los ojos teñidos de tristeza. - Lamento encontrarte aquí. Ven, acompáñanos. - Le coge de la mano y lo guía hacia el lugar donde los demás se reúnen. - Si quieres que transmita algún mensaje, o si necesitas algo... - La joven hace un ademán alrededor, dando a entender que dará forma al lugar de otras maneras si fuese necesario. - Sólo tienes que decírmelo.

Creo que sí.

Inclina la cabeza cortésmente a modo de saludo. Y aguarda.

Nybras toma asiento en el diván de nuevo. Se recuesta sobre el reposabrazos, apoyando el codo en él y la cabeza en el codo, y encogiendo las piernas. Nyx se recuesta en el suelo junto a ella y se queda mirando al anciano con la misma mirada triste de su compañera.

- Joder. Me siento como un puto contestador automático. Si ya sabía yo que no tenía que decir nada... - Refunfuña la joven para sí misma, con un fastidio que resulta más gracioso que molesto. - Yannick, Jared dice que lamenta haberte votado, que te transmita sus disculpas y que espera que puedas perdonarlo. Verona no se separa de tu cadáver, y quiere que sepas que es terca como una mula. Creo que para ella tus mensajes no han sido contradictorios precisamente.

Nybras no desea volver a entrar en los asuntos amorosos de la pareja, el momento de los cotilleos ha pasado por ahora. - Yannick, creo que más que copiar tu poder... Tú dejarás de tenerlo. Pero no sé, puedo haberlo entendido mal, no comprendo todavía cómo funcionan todas estas cosas raras que suceden en este lugar.

Después, enarca una ceja al escuchar las suposiciones de Mark sobre Gael y se estira para mover una pieza sobre el tablero con aire cansado. - Dama a C3. Jaque.

Observa a Gael, esperando que se sienta cómodo y le habla, haciendo una seña hacia Mark y Domino. - Tengo sospechas de que se comunican con alguien de fuera de alguna manera, así que ten cuidado con lo que dices delante de ellos.

Finalmente, suspira, y la pantera dirige la mirada hacia ella durante un instante. - Creo que voy a tener que acostumbrarme a esto. Espero que sea por la novedad, pero es bastante agotador.

Yannick escucha las palabras de Nybras y asiente lentamente, asimilando la nueva información.

- Vaya, lo siento. - dice con respecto a cómo se siente ella - Sólo te daré recados importantes a partir de ahora, de verdad.

- Lo de Jared no importa, entiendo que tuviera sus sospechas, pero no hace falta que se lo digas. De lo otro... bueno, que lo haga igualmente. Más vale que haya alguien arriba con esa capacidad, si es que puede considerarse así. Aunque yo no creo que sea un poder, ni nada de eso. No sé cómo funcionará su magia, pero a ver si va a llevarse un chasco...

- ¿Que eso me vuelve más inútil todavía? No pasa nada. Es prioritario que deis con todos esos cabrones. Y sino ya me devolveréis a la vida cuando todo esto haya terminado. Me fastidia estar en el banquillo, pero si es lo que hay, es lo que hay.

Después, se vuelve hacia el recién llegado.

- Hola, Gael.

Como lo sospechaba aquel al que había hablado no tenía ninguna salida ingeniosa para brindarle.
Miro a la mujer que en cambio no abandonaba su cansina manía de culparla de todo lo que sucedía.
Ni siquiera se molesto en responderle ya aburría su soliloquio.
Se giro hacia Mark quien le había dicho que no se alterase para responderle.
No estoy alterada señor, le dijo tranquila, para nada en verdad…sencillamente me da gracia lo que dicen estos dos…solo eso.
Entonces nuevamente las nieblas le dan forma a un nuevo visitante.
Es el ancianito quien ahora pasa a formar parte de ese reducido grupo.
Domino le mira mientras la mujer que oficia de  anfitriona le recibe llevándole de la mano, escucha a esta cuando le sugiere no decir cosas comprometedoras ante ella y el hombre que tiene al lado como única respuesta niega aburrida con la cabeza, como dando a entender lo repetitivo que se vuelve el escucharle decir lo mismo a cada rato.
Entonces centra su mirada en Gael escuchando que tenga este para decir.

Nybras pasa un rato en silencio, con los ojos cerrados y la mano colgando del diván, acariciando a Nyx. Calmándose con su ronroneo. Después de este tiempo abre los ojos de nuevo para posarlos sobre Yannick. - No te preocupes. Asumí los riesgo de hablarles de mi... condición. Puedes pedirme que transmita lo que desees, aunque sean tonterías. Es difícil estar en silencio sin saber lo que está pasando, esta mañana lo comprobé durante un periodo breve, así que lo entiendo.

- Jacob decía que lo de tu hoz era extraño porque ningún hijo de Grovernh dejaría que otro empuñase su arma. Le dije que era una forma que tenías de sentir que lo hacías tú y no volvió a decir nada al respecto. Pero Eko se siente un poco presionado por tu petición. Va a hacerlo, pero no le gusta lo de atacar a nadie en grupo. ¿Quieres que le diga algo de tu parte?

Después habla en general, sin dirigirse a nadie en particular. - Escoria ha tenido un ataque de estrés o algo así y se ha puesto a cantar. La de anoche sigue diciendo tonterías bien adornadas. Pero tonterías al fin y al cabo. Alguien ha dicho algo interesante. Parece ser que de nuevo otra persona confirma la traición de Mark. - La joven dirige una mirada al nombrado, elevando una ceja. - Así que protegiendo a los otros traidores de las votaciones, ¿eh? Parece que no eras un asesino, al fin y al cabo, aunque para el caso es bastante parecido. ¿Cómo fue lo que dijiste al llegar? ¿Protegías a Cristie? Me pregunto si eso es una confirmación de su culpabilidad o tirabas al azar... 

Yannick escucha las palabras de Nybras y, aunque ella pueda entenderlo, se promete a sí mismo no pedirle nimiedades. Sin embargo, el asunto de Eko es algo importante.

- Dile que no tiene que hacerlo si no quiere, - comienza calmado - pero que no he dudado al decidir que él tomase mi lugar. Creo que, de todos los que están ahí... bueno, es complicado ponerlo en palabras. Pero me gustaría que lo hiciese. Si fuera al revés, yo lo vengaría, pero eso no se lo digas si no quieres, tampoco quiero presionarle. Aún así, yo... Quiero que lo mate con mi hoz. Quiero que haya algo mío ahí. Quiero que Jacob muera. Quiero... quiero matarlo yo, - sigue, y entonces se detiene a mirarse sus propias manos, mientras un pensamiento cruza su mente: no va a volver. Es lo que siempre ha sido, un soldado. Tuvo su momento de gloria, pero ahora le quitarán eso que aquí le convertía en algo más. Nadie debe fiarse de nadie. Nadie debe jugársela por nadie. No le devolverán a él, con Gael aquí, sin tener en cuenta los que mueran esta noche. El miedo comienza a entrar entonces en su pecho y, durante unos instantes, se siente vacío por completo - pero no puedo. No puedo. No puedo.

- Me lo han quitado todo, Nybras. Me... me han quitado la vida. - balbucea, mientras sus ojos comienzan a ponerse llorosos. Pasa unos segundos en silencio, sólo mirando sus dedos, y cuando continúa lo hace sin cuidado, sin pensar las palabras, incluso escupiendo algo de saliva - Quiero que se desangre como el cerdo de lengua bífida que es. ¿Recuerdas cómo dijo que intentaban inculparme después de la muerte de Verona? - pregunta, mientras comienza a alterarse - ¡Lo intentaba él! ¡Era él todo el tiempo!

Llegados a este punto, Yannick se levanta del sofá y da un par de vueltas en círculos con las manos en la cabeza, realmente alterado. Cuando se detiene, lo hace mirando a Nybras de nuevo, lleno de furia.

- ¡Quiero cortarle el cuello, joder! - grita - ¡Pero no puedo! ¡No puedo! ¡Y ese hijo de puta es culpable! ¡Lo he visto con mis propios ojos! - sigue, llevándose el puño a la boca para tratar de contenerse - ¡Seguro que se lo está pasando en grande, pensando que se va de rositas! ¡Echa cuentas, Nybras! ¡Echa cuentas! ¡Con Gael aquí, si Eko no nos ayuda, puede que siga vivo! - grita, mientras gesticula con fuerza con los brazos. Entonces se queda quieto, con los ojos fijos en los de la mujer - Dile... - continúa jadeando - dile a ese cabronazo... que nadie me mata y vive para contarlo.

Sin dar demasiada importancia a lo que se dice, tumba su Rey.

Erré.

Reconoce con naturalidad. Y entonces alza su mirada fulminante hacia Nybras.

¿Acaso no te he dicho que no hablo con nadie? ¿Acaso no crees que, de tener ese don, hubiese pasado más desapercibido, o me hubiese protegido la primera noche, o hubiese terminado con Valfar en lugar de darle un voto de confianza a Azhariel? ¡Es absurdo en su misma base! Yo ayudo a otros sí... Pero adelante. En cuanto a lo de Cristie... Cree lo que quieras.

Por primera vez se podía ver algo de temperamento en él. De un sólo sorbo termina casi por completo el licor que le restaba.

¿Y ahora son dos las personas que pueden confirmar la inocencia de los caídos? ¡Claro! Oh, espera... Y Valfar os protege... ¿Pero acaso no dijo al llegar que él podía establecer vínculos mentales?

Bufa, más parecido a un gato que otra cosa. Respira y cierra los ojos, realizando algún tipo de cuenta mental.

Haciendo recuento: un tipo que protege y crea vínculos, alguien que convoca a gente a una especie de reunión en un pueblo de mal augurio, alguien que puede espiar, dos que pueden confirmar a los caídos, uno que puede levantar a un muerto cada amanecer... tú, que hablas con los caídos... Un traidor protector realmente inútil al que dicen que es inteligente pero demuestra lo contrario, una traidora, léase Dominó, que cae por su propio pie y por expresarse, otro traidor, léase Jacob, tan evidente que parece tener un faro sobre sí. En resumidas cuentas... ¿Para qué esforzarse? Tenéis unos traidores inútiles y una ristra de poderes que harían empalidecer al más poderoso de los demonios. No sé de qué se preocupaba la anciana.

En sus palabras una mezcla de análisis frío con sátira en su estado más puro. Se cruza de brazos.

Espera, me olvidaba de alguien capaz de inducir a falsas muertes. Y aún quedan más de la mitad por desvelarse. ¡Oh! Y uno que saquea cadáveres y dones.

Suspira largamente y se deja caer en el sofá con pesadez.

Me pregunto por qué he venido... O por qué lo intento, siquiera...

Entonces repara en la ira de Yannick y, mirando hacia otro lado, desinteresado, le ofrece el vaso con whisky.

¿Un trago?

Pregunta.

Nybras escucha a Yannick y su expresión se va volviendo triste al comprender lo que siente el muchacho. Es una situación muy dura y lleva conteniéndose desde que llegó... Bastante ha tardado antes de romperse.

Sin apartar su mirada de la suya, la joven se levanta, seguida por Nyx y ambas se acercan a él cuando parece que el estallido ha terminado. - Ven aquí, anda. - Le dice antes de cogerle del brazo para abrazarlo*. Durante el tiempo que el chico necesite, lo mantiene apretado, acariciando despacio su cabeza con la mano, como si fuese un niño pequeño. Lo que no deja de tener cierta ironía, cuando la chica tiene que ponerse de puntillas para poder hacerlo. La pantera busca la mano de Yannick para frotar su cabeza contra ella, tratando de darle ánimos. - Ya está, ya pasó... - Murmura Nybras suavemente, tratando de consolarlo.

Cuando el joven se calma, ella lo coge de la mano para llevarlo al diván de nuevo y lo invita a sentarse, todavía pasándole un brazo por encima. Nyx, se sienta al otro lado de Yannick, colocando su enorme cabeza sobre la pierna del joven, como si entre ambas pudiesen protegerlo. - Comprendo lo que sientes, pero tienes que mantener la esperanza, ¿vale? Es cierto, estás muerto. Pero ey, al menos tienes pizza... Y buena compañía. Incluso un abogado para contarle chistes. Ahí fuera hay gente que sigue creyendo en ti. Haremos todo lo que podamos para sacarte de aquí, ¿vale? Ahora respira, así no vas a conseguir nada más que pasar un mal rato y Jacob no se merece conseguir algo así. Vales más que eso. - La joven lo mira a los ojos mientras dice las últimas palabras y estira la mano para secar los restos de las lágrimas de su rostro. - ¿Necesitas un pañuelo? - Le pregunta, sin estar segura de que tenga una necesidad de ese tipo en este lugar lleno de brumas.

Entonces, y sólo entonces, es cuando le presta atención a Mark. Asiente con la cabeza en dirección al tablero como único reconocimiento al gesto del hombre con su Rey y luego cierra los ojos durante un instante, desvaneciendo el tablero y las piezas en un jirón de bruma y revelando al hacerlo que la mesa tiene en el centro un grabado en rojo con un símbolo: ∞.

A todo el estallido de Mark, responde de forma escueta y con los ojos fríos. - Lo cierto es que si me preguntas mi opinión, los traidores estáis siendo muy evidentes. Se le ve el plumero a varios desde ayer. Y sobre todos esos poderes... Somos semidemonios, ¿qué esperabas? Esto no es un patio de recreo, estamos delante de las puertas del puto infierno, por si no te habías dado cuenta. Alguien ha proporcionado un número. Seis traidores. Aquí tenemos dos, nos faltan cuatro. Y suponemos que tenéis algunos ases bajo la manga, no somos tan estúpidos para confiarnos tan fácilmente. Y ya que estamos... Yo también me pregunto para qué has venido. ¿Qué esperabas conseguir abriendo esa puerta? ¿Poder, gloria, renombre, un lugar al lado de los antiguos demonios...?

La joven aparta molesta la mirada del hombre, para fijarse en Gael, que no ha dicho nada desde que llegó. - ¿Estás bien, Gael? Si necesitas algo, puedes pedírmelo... Por si te interesa, tengo tu cuaderno, aunque tus escritos se han borrado. Y están hablando de comprobar que podías hacer lo que decías. Por cierto, Escoria parece saber algo sobre el lugar donde estuvimos. Dice que hay seres que utilizan lugares así para atrapar las almas de los demás, y que es tan peligroso como los asesinos... Parece saber de lo que habla, la verdad.

Puede.

Admite, más calmado. Con la mano aún extendida hacia Yannick ofreciéndole un último trago.

¿Seis? Curioso... Cuánta información.

Medita, más para sí mismo que para quien quiera escucharle.

Traidores evidentes... No, nunca ví semidemonios con tanto poder como los que estoy viendo aquí. ¿Y pretender? Yo sólo vine para proteger mi mundo.

Dicho esto, vuelve a ajustarse la corbata con una sola mano.

Caray... Alguien tan peligroso como los asesinos. Así que son... ¿Siete? Incluyendo a quien tenga ese poder. Por mi parte, por ahora, desisto de tratar de demostraros más mi inocencia. Llegará mi momento, y ese momento, podré demostraros que mi único objetivo es salvar mi mundo.

Entonces mira a Domino y guarda silencio.

Yannick se deja abrazar, al principio más que por no saber qué hacer que por creer que eso va a cambiar algo.

Cuando ella le rodea con sus brazos y comienza a acariciar su cabeza no puede evitar sollozar. Sin embargo da un respingo cuando siente a Nyx ahí, en su mano. Acaricia la cabeza de la pantera, y se detiene a mirar cómo los dedos se enredan en su pelaje plateado. Poco a poco su respiración se va calmando, y se siente extraño por haber tenido ese arranque.

Al sentir la mano de ella en la suya, para volver al diván no puede evitar sentir de nuevo ganas de echarse a llorar, consciente de que pocas más podrá hacer que estar ahí sentado. Sin embargo da un suspiro, tratando de ser positivo. Seguro que Nybras podría hacer de este lugar un sitio acogedor. Sólo acababa de empezar.

Ya sentado, con la cabeza de la pantera en el regazo y el brazo de la joven por encima de los hombros, sí comienza a sentirse mejor al escucharla hablar. Él escucha las palabras de Nybras mirando hacia abajo, pensativo. La verdad es que los Eve tenían suerte. Al menos, los Eve como Nybras, Eko, Azhariel, Avla, Eva o Elizabeth. Yannick no comprendía qué compañía podía haber en un enjambre de avispas, pero suponía que era igual que con las personas. Algunos buscaban relaciones en las que ambos estuvieran al mismo nivel, como estaba claro que era el caso de Nybras y Nyx. Otros, un título y algo que utilizar.

Las palabras de Nybras van calando en él mientras ignora las de Mark. Le culpa, junto a Domino y a Jacob, de las cosas que están sucediendo. Bastante contención supone no darle un puñetazo, como para tener que escucharle, pero no abrirá un juego intentando hacerle callar. Finalmente se fuerza a formar una sonrisa.

- No voy a tener esperanza para mí. - dice en tono serio, tomando la mano del brazo que está por encima de sus hombros - Pero tengo que tenerla para vosotros. Además es verdad, Jacob no se merece que le de algo así. - añade, bajando la mirada de nuevo al animal y acariciando con la otra mano a Nyx - Y la compañía es perfecta.

Después, permanece un tiempo en silencio, pasando la mano sobre el animal, sin atreverse aún a rascarle, o cosas así, por miedo a hacerlo mal y perder lo que ha ganado hasta el momento.

Tras un tiempo la mira de nuevo, con una expresión de agradecimiento en el rostro.

- Bueno, después de esto descartaré que te enamores de mí por lo duro que soy. - bromea - Tacharé "sexo salvaje y felino" de la lista de cosas posibles para hoy. - añade casi riendo, para quedarse de nuevo pensativo un instante.

- ¿Cómo está Verona?

Nybras eleva una ceja, divertida ante su broma y le quita el brazo de encima ostentosamente. Después alza un dedo y apunta a su pecho mientras se dirige a él - El sexo conmigo nunca ha sido una de tus opciones, pequeño. Así que puedes tacharlo de tu lista para siempre, no solo para hoy.

Ahora que el joven parece encontrarse mejor, Nybras se recuesta sobre el reposabrazos del diván antes de continuar hablando. - Verona está bastante entera, está sentada junto a tu cadáver, no se separa de ti. Te defiende y parece echarte de menos, aunque está decidida a vengarte más que a llorarte.

En ese momento el ceño de Nybras se frunce mientras su mirada se pierde en las brumas lejanas. Tras unos segundos así, parpadea, enfocando de nuevo la mirada y comenzando a dibujar una sonrisa. - No estás muerto, Yannick. Estás tan sólo bajo una especie de hechizo temporal. Así que no me equivocaba al pensar que Jacob había atacado a Valfar y no a ti. Me alegro de no haberme equivocado en eso, porque se lo afirmé a todos con una seguridad que no tenía completamente. Y no te van a quitar la habilidad esa por ahora, creen que si vas a volver, es más útil que lo conserves.

Yannick responde a las primeras palabras de Nybras con una sonrisa. - Oh, puedes estar tranquila. - le dice - En el momento en que te consideré una aliada, quedó tachado. - añade encogiéndose de hombros - Llámame raro.

Después, asiente ante su explicación sobre Verona, pensando en qué decir, cuando Nybras parece fijar su mirada de nuevo en un punto extraño. Cuando eso sucedía, estaba claro que al otro lado pasaba algo.

Pero las palabras que ella le da son mejores que cualquier cosa que hubiera imaginado. Lanza los brazos al cuello de la chica para abrazarla de inmediato, emocionado, y comienza a reír nerviosamente.

- Yo... - empieza, sin encontrar las palabras - pero... yo... Nybras... - entonces se queda unos segundos callado, sólo sonriendo abiertamente, mirando a unos y a otros - Estoy vivo... - dice, comenzando a reír de nuevo - Se van a cagar esos cabrones. - sigue después, soltando una sonora carcajada - ¡Dios, Nyx! - dice a la pantera - ¡Te daría un beso!

Pasa los siguientes momentos exultante, respirando, asumiendo lo que le han dicho.

- Dile a quien sea que muchas gracias por confiar en mí, y que me ha salvado la vida. - pide entonces - Y sí, Jacob atacó a Valfar... o al menos iba hacia él cuando la niebla le cubrió.

- Y, oye... ¿sabes cuánto tiempo dura ese hechizo? Tengo mucho que pedirte para comer antes de irme. - termina, riendo de nuevo.

Domino escucho a Mark con atención sorprendiéndose de que el otro le llamara acusara de traidora, según las propias palabras de este “que cae bajo su propio pie y por expresarse”.
Le dejo terminar antes de hablar pero la espera se alargo más de la cuenta al comenzar todos a discutir.
Aun más sorpresa le causo el llanto de Yannick y sus palabras dolidas…era tan gracioso verlo.
Se propuso lanzar entonces alguna de las frasecillas tan “amistosas” que los otros sabían usar pero no lo hizo al considerar que el chico ya estaba siendo lo suficientemente patético solo.
Extrañamente el viejecito se había mantenido callado, quizás estuviese aun dolido por haber sido elegido en la votación.
Terminada al menos de momento las palabras de los que le rodeaban se volvió hacia Mark y le dijo.
 

Disculpe, me gustaría saber porque me acusa tan alegremente de ser una traidora, cual es según tus palabras dadas lo que me “condeno por expresarme”.