Partida Rol por web

Aún cuando la muerte vela vuestra mirada hay un lugar donde las almas moran, pendientes de ser juzgadas antes de desaparecer, escuchadas antes de ser olvidadas.

Ahora que en vuestro cuerpo no se sienten las marcas del dolor, ahora que vuestro cuerpo no sangra ni siente temor… abrid vuestros ojos, y mirad a vuestro alrededor, encontrad el enlace que aún mantiene un hilo de esperanza en vuestras vidas.

Ese nexo, que brillará aún cuando la muerte sea cercana, brindado un aliento de vida, en unos cuerpos ya marchitos.

La muerte había llegado al cuerpo de Mark Zynne... pero aún quedaba vida en el alma de él... un alma acogida, que no estaría sola, pues Nybras le observaba con sus ojos felinos desde el interior de aquella bruma.

Bienvenido seas... Mark.

Esto me sucede... Por compasivo.

Determina mientras humedece sus secos labios.

Enhorabuena.

Declara con calma.

Pensar que podría haber evitado esto... -niega con la cabeza- No importa. Al menos cumplí con mi palabra.

Se encoge de hombros y se sienta.

Ya no podré luchar por mi mundo ni protegerlo. Si quieres algo...

Puro formalismo. Suspira.

La joven se encuentra de pie entre la bruma, Nyx, sentada a su lado observa al recién llegado con la misma desconfianza que se puede ver en los ojos de su compañera. Todavía puede escuchar el enjambre en sus oídos, amenazando su vida durante esos segundos eternos. Sin embargo, aquí se siente segura. Sabe que no puede hacerle daño. Y no puede evitar enarcar una ceja al escuchar sus palabras.

- Yo no diría que te ha pasado por compasivo precisamente. Y no, gracias, no quiero nada. - Nybras se cruza de brazos en un gesto indolente, apoyando el peso sobre una de sus piernas. - Si tienes algo interesante que decir, puede ser un buen momento. Pero si vas a seguir comunicándote con frases lapidarias sin sentido para tratar de desviar la atención, te agradecería que te lo ahorrases.

¿Lapidarias? Supongo que allí donde me he criado la gente está acostumbrada a comprender las cosas... Con pocas palabras. En primer lugar: por darle mi confianza a Azhariel y no ir contra Valfar. De haberlo hecho, estaría seguro. En segundo lugar, mi capacidad consiste en ayudar a cualquiera, o a mí mismo. Decidí ayudar a otros. Y eso también me condenó. ¿Así quizá más fácil?

Se encoge de hombros y sonríe plácidamente.

Si quieres algo más, sé concreta. Por ahora buscaré un lugar cómodo, espero que no te importa.

- Para querer algo más, primero tendría que haber querido algo, y te dije claramente que no quería nada. - Puntualiza Nybras, manteniéndose distante. Cuando Mark anuncia que va a ponerse cómodo, ella abre los brazos en un gesto que abarca el lugar, moviendo suavemente la bruma a su alrededor. - Claro. Ponte cómodo. Estás en tu casa. - Finaliza con una sonrisa irónica mientras le da la espalda al hombre y camina para alejarse unos pasos de él, seguida por su enorme pantera.

Observa la espalda de la mujer con un gesto tranquilo.

Supongo que entonces será mejor aguardar. ¿Alguna idea para pasar el tiempo?

Pregunta con tranquilidad, su mirada clavada en algún punto indeterminado de su silueta.

Nybras cierra los ojos durante unos instantes y la bruma se arremolina a su alrededor, dando forma a un estilizado diván de cuero negro con remates en rojo. Se recuesta en él con descuido, dejando sitio para la pantera, que trepa para tumbarse a su lado.

Una vez acomodada, con el codo sobre el reposabrazos y la cabeza apoyada lánguidamente sobre la mano, se digna mirar de nuevo a Mark, con una expresión divertida en los ojos. 

- ¿Ya te aburres? Pero si acabas de llegar... - La mirada se endurece antes de seguir hablando. - No te equivoques. No me gustas ni pizca y no estoy aquí para entretenerte. 

Hace una pausa mirando a su alrededor y emite una mezcla entre suspiro y bufido. - Pero tampoco soy ninguna tirana. - La joven cierra de nuevo los ojos y la bruma se arremolina alrededor de Mark, dando lugar a un sofá similar al diván que ocupa ella. - Si necesitas algo, puedes pedírmelo. - Finaliza Nybras, dando a entender que dará forma al lugar de otras maneras si es necesario.

El echo de que usaras tus garras contra mi cuerpo me da una idea de que no te gusto, aunque no hice nada en tu contra... Ni en la de Yannick. De echo, respondí todas sus preguntas. Pero... Gracias.

Dice acomodándose en el lugar que le ofrece.

Te diré varias cosas, como agradecimiento. Intentaré ser sencillo, pero si no entiendes algo, no dudes en preguntarme. Acusé a Valfar aún a sabiendas de esto. Y he visto varias cosas, que pueden, o no, ser relevantes para tí. Como dijo Azhariel, soy inteligente. Una declaración de intenciones como la que hice no es algo que haría un traidor, un asesino nocturno que actúan en las sombras. Pero no importa, posiblemente entre cero y uno de los traidores habrán votado por Valfar. De ser alguna de las dos, me inclinaría por Elizabeth. También es muy probable que haya uno entre los que me votaron, uniéndose al campo de los 'soy inocente por defender a Valfar', y si no sois ni tú ni Valfar... Sólo queda uno. Fué muy oportuno su apoyo a Valfar, seguro que llegará lejos. El resto habrá separado sus votos, en caso de haberlo, lo que descarta a las dos que han coincidido: Cristie y Verona, no creo que ellas dos sean culpables. Finalmente, me extraña la pronunciación de Nekbeth contra Azhariel... Sabiendo que es completamente inocente. ¿Casualidad? Lo dudo.

Desvía su mirada hacia el cielo.

Yo puedo ayudar a otros. Ya te lo dije. Hoy cuidé de Cristie. Posiblemente alguien diga lo contrario, tanto para aparentar ser inocente, como para culparme. Estate atenta a eso. Pretendía hacer una demostración de mis capacidades en el próximo atardecer, pero ahora es tarde.

Niega con la cabeza.

Y no, no he dicho que estés aquí para entretenerme. Pensé que quizá querrías jugar al ajedrez. O algo. Cuéntame... ¿Cómo va el mundo de los vivos? Y tranquila, no espero que confíes en mí, pero al menos sabré que he hecho lo posible, aunque haya sido menos de lo esperado. ¡Ah! Dile a Azhariel que ha sido un placer darle mi voto de confianza para con Raven, me alegra que continúe vivo. Y no es ningún sarcasmo, en verdad me alegro.

- Nadie hizo nada en mi contra, pero tenía que elegir y tú eras el que menos me gustaba. - Resume la joven con una sonrisa distraída, como pendiente de otras cosas, en otro lugar.

Después se gira hacia Mark, escuchando sus palabras para, finalmente, encogerse de hombros. - No confío en ti, así que el interés que veo en tus sospechas puede que no sea el que pretendes. De todas formas, no te engañaré. Por ahora prefiero no transmitir tu mensaje. No confío en la mayoría de los que están allí tampoco y no creo que sea buena idea delatar que puedo hablar contigo. Al menos por ahora, quizá llegue el momento más tarde. Te contaré lo que sucede allí, eso sí.

Nybras estira las piernas sobre el diván, acariciando suavemente a Nyx con el pie de pasada antes de continuar hablando.

- Los vivos discuten mucho. Alguien controló mentalmente a Azhariel para que intentase matar a Valfar y se preguntan quién fue. Algunos no se lo creen, pero Valfar le ha perdonado de inmediato. Se plantean si quizá pudiste hacerlo tú mismo. Hay quien desconfía de ambos por esa pequeña "traición". Verona y Yannick parecen estar haciéndose... amigos. O algo así. Por lo demás, discusiones sin mucho sentido.

Hace una pausa recordando algo importante. - Hubo algo... La gema de tu corbata estalló y todo se llenó de luz durante unos instantes. En ese momento un dibujo se creó sobre una de las lápidas. La tuya, supongo. Algunos están pendientes de eso. Nada más por ahora. Me pensaré lo del ajedrez. Podría ser interesante.

En realidad sólo te informaba.

Comenta neutral ante su negativa de transmitir el mensaje.

Cada uno está relacionado con alguna tumba, aunque no sé de qué modo. Lo sentí al morir. Y hay alguien... Alguien más allá. Una mujer.

Tras decir eso asiente.

Si hubiese sido como dicen... Hubiese ido también yo a por Valfar, por asegurar mi supervivencia, personalmente. Pero no, mis pequeñas no controlan mentes. Por lo de Verona y Yannick, me alegro.

Medita por unos segundos.

Es posible que próximas muertes traigan la destrucción de nuevas gemas. En cuanto al ajedrez, aguardo. Sería interesante.

A Nybras la mayoría de las palabras de Mark le parecen simplemente remarcar lo evidente y predecible, de nuevo. Sin embargo, la mención de la mujer le causa cierta curiosidad. Se controla para no preguntar por ello, pues fuera cual fuese la respuesta, probablemente no la creería de labios de ese hombre.

La joven se gira para recostar su cabeza sobre el reposabrazos, mirando hacia arriba con expresión ausente.

- La cosa sigue igual. Algunos creen que eres inocente y otros no. Y discuten sobre ello. Eko está buscando en tu cuerpo el otro bote de jalea del que hablaste, por si puede ser útil en el futuro para alguien. 

Con un suspiro, Nybras cierra los ojos durante un segundo, todavía tumbada boca arriba, y las brumas situadas entre ambos se arremolinan formando una pequeña mesa de madera oscura, con un tablero de ajedrez sobre ella. Las piezas, de mármol negro y blanco, colocadas ya sobre el tablero, están cuidadosamente talladas, de nuevo con detalles en rojo. Delante de Mark, el ejército blanco se extiende listo para comenzar su ataque.

- Juguemos. ¿Qué puedo perder? Quizá con ello consiga entretener a la muerte un rato, como Antonius Block. - El tono de la joven es divertido, como si encontrase un chiste personal en ello. - Tú llevas blancas, empieza cuando quieras.

Vaya... Lo lamento, sucedió al revés de como pensé. En lugar de moderarse y unirnos más... Sólo los ha divido.

El rostro de él parece completamente apesadumbrado por un segundo, aunque rápidamente vuelve a enfundarse la máscara de neutralidad completa que ha estado vistiendo desde que ha llegado al cónclave.

No encontrarán el bote sin mi ayuda. De hecho, sólo tú podrías encontrarlo con mi guía.

Comenta ante las palabras que ha dicho, un ligero brillo en lo más profundo de sus ojos. Se acerca al tablero.

Peón de Reina D4.

Dice, ejecutando el movimiento.

¿Alguna idea para endulzar la victoria?

Pregunta, interesado en el tema. Sus ojos se clavan en los felinos homónimos de ella.

Despacio, como con desgana, Nybras se incorpora en el diván y estira el brazo para mover una pieza. - Caballo a F6. - Anuncia mientras lo hace.

- No te preocupes, no tengo ninguna intención de robar tu jalea. Tan sólo te informaba. Pensé que te interesaría saberlo. - Añade tranquilamente mientras vuelve a recostarse sobre el reposabrazos.

Espera unos segundos antes de responder a la última pregunta, manteniendo la mirada de Mark con un cierto toque desafiante. - Tú eres el experto en miel, ¿no? ¿Qué se te ocurre? - La pantera abre los ojos y gira un poco la cabeza para mirar al hombre con una mirada exactamente igual a la de su compañera humana.

La jalea puede ser peligrosa, te recomendaría advertirle. Ciertas concentraciones de ciertos tipos de polen en la jalea pueden resultar tan tóxicos como algunos de los mayores venenos.

Se encoge de hombros.

Aunque sea un saqueador, no tengo nada en su contra.

Sonríe complacido por su movimiento.

Bueno, aunque quizá algo apresurado. Me recuerda a alguien...

Entonces mueve una ficha.

Caballo de Reina a C3.

Ladea ligeramente la cabeza.

Podría ser algo sencillo: tú demandas algo, y si ganas, yo lo cumpliré. Y viceversa. Sin réplicas ni quejas. O podría ser algo más tradicional: cada pieza una sencilla caricia, cuan más grande sea la pieza capturada, más intensa la caricia recibida. O podríamos jugar por el sencillo placer de jugar. Al igual que las mieles y el polen, existen infinidad de cosas que pueden hacer algo más o menos dulce, según el paladar. Dime qué te gustaría, y buscaré algo... adecuado.

Entonces se acomoda en el sofá que ella misma le ha preparado, mientras la mira. En un gesto calmado, ajusta su corbata nuevamente.

Nybras suelta una risita al escuchar las últimas palabras, mientras aparta su mirada de la de Mark para estirar el brazo desde su postura recostada y mover una pieza. - Peón a c5. - Dice, mientras realiza el movimiento. 

Después alza la mirada para responder. - La verdad es que no voy a advertirle por ahora. Si le pasa algo, será culpa suya por robarle a los muertos.

Antes de continuar hace una pequeña pausa mientras su boca esboza una pequeña mueca frunciendo los labios. Su ceja se alza mientras habla, en un gesto irónico. - Hay un pequeño problema. No hay nada que desee pedirte y me temo que tus caricias me desagradarían en demasía, así que quizá sea mejor jugar por el simple placer de jugar y de derrotar al contrario.