Partida Rol por web

Nybras niega con la cabeza suavemente, con expresión triste, en dirección a Yannick. - Lo era. Me atacaron esta noche, como a ti, supongo. Ahora... Ahora no sé qué pasará con este sitio. Estamos en algún lugar de mi mente, así que de alguna forma, una parte de mi alma debe estar aún viva en algún lugar... O algo así. 

La joven observa cómo Yannick vence por fin sus miedos y se acerca a Nyx, mientras dibuja una sonrisa triste en los labios. Es una lástima que hayan tenido que morir para que acepte a la pantera. El animal huele la mano que le ofrecen, haciéndolo más por ser lo que se espera de ella, que por necesitarlo realmente y después agacha un poco la cabeza, frotándola contra la mano del joven, en un gesto de aceptación. Después, con un movimiento perezoso, se baja del diván, dejando sitio a Yannick junto a su compañera, y se acomoda en el suelo, al lado de las piernas de Nybras.

La joven escucha atentamente las palabras del muchacho y alza la mano antes de que él pueda decir nada más. - No. No digas nada. No delante de ellos. Creo que de alguna manera pueden comunicarse con sus compañeros asesinos, aún estando aquí. Si en algún momento puedo volver al otro lado... Entonces será el momento de que me lo cuentes con detalles. Pero por ahora, sólo dime. ¿Cómo pudiste verlo? ¿Era quien se ponía nervioso con cada confirmación de traición? - La joven es consciente de que sus preguntas son muy vagas, pero espera que él pueda comprender sus palabras, o decida callar sin desvelar demasiado si no las comprende.

- No estoy segura de que todavía funcione, ahora que he... - Traga saliva, obligándose a pronunciarlo, para poder asimilar lo sucedido cuanto antes. - ... muerto, pero si necesitas algo... Puedes pedírmelo. - Con un suave ademán, Nybras señala los muebles que se encuentran perdidos entre las brumas, dando a entender que quizá podría dar forma al lugar de otras maneras si fuese necesario.

Yannick escucha las palabras de Nybras con tristeza, y cuando la pantera frota la cabeza contra su mano un torrente de emoción le embarga. Casi le dan ganas de agitar la otra y preguntar a todos si lo están viendo, pero no es el momento.

Cuando el animal baja del diván Yannick ocupa el lugar que le ha dejado, mientras susurra a la pantera.

- Gracias.

Después, ya a la altura de su compañera, siente el impulso de abrazarla, pero no quiere mostrar debilidad delante de los asesinos que los acompañan, ni obligar a Nybras a un contacto físico que no ha pedido. Sin embargo, pone una mano en su hombro y le mira con el gesto más calmado que puede lograr.

- No te preocupes. - le dice - Ya lo dije ahí arriba, no sé si lo recuerdas. Hay cosas que uno sabe, y que no sabe hacer. Y, a veces, ha de aprender a hacerlas en determinadas situaciones. Yo estoy dispuesto a aprender lo que haga falta. - dice, echando un ojo a Mark y a Domino, deseando que no estuvieran allí - Como a resucitar, por ejemplo. Si Verona volvió, nosotros volveremos. - añade con seguridad.

- Yo... creía que irían a por mí. Creo que se dieron cuenta la noche anterior de que yo no dormía como los demás. Nunca he mentido: me desperté durante las noches, pero no logré verlos... hasta ayer. - en este momento su voz empieza a quebrarse, tras varios días de contener las emociones - No dije nada porque entonces me protegerían a mí e irían a por Gael... aunque ahora me siento estúpido. - dice, llevándose una mano a la cara, tratando de taparse el rostro para que ni Mark ni Domino le vieran derramar ninguna lágrima - No tenía miedo a la muerte... pero quería vivir, Nybras. No sabes cuánto.

Entonces se toma unos segundos para respirar. Se está descentrando, y tiene que ir a lo importante.

- Creo que sé a quién te refieres, pero sería peligroso confirmarlo y equivocarme. ¿Seguro que no quieres que te lo diga claramente? Para ellos tampoco cambiará nada. Fueron a por mí porque saben que les había visto.

Entonces Yannick decide dejar unos segundos para que Nybras medite. La verdad es que si ellos pueden comunicarse con el exterior eso podría dar ventaja a los asesinos, aunque no llega a ocurrírsele del todo como.

Sin embargo, mientras deja su mente vagar, dándole ese tiempo, se da cuenta de algo que sí que desea con toda su alma.

- Podrías... ¿podrías conseguirme una pizza? - pregunta, un poco nervioso. No quiere que piense que un infantil, pero la verdad es que lleva días sin comer nada, aunque en este lugar el sentimiento de hambre sea bastante diferente.

Algo pareció cambiar en Nybras... a la vez que en su Pantera...

Ahora parecían diferentes, pero vivas de igual manera, volviendo a unir con su voz el reino de los vivos, con aquel espacio de brumas dibujado a su antojo en su mente.

Como un esbozo de su recuerdo, de lo vivo... dando continuidad a la muerte en su interior.

Antes de que Nybras pueda responder a Yannick, las brumas vuelven a moverse, inquietas, cada vez más rápido, arremolinándose sobre ella y sobre Nyx, que se levanta como un resorte. La joven cierra los ojos y se tensa al verlas, pero esta vez no es doloroso, es... revitalizante. 

Cuando la niebla se aparta, dejando a la vista de nuevo a la muchacha, su piel parece más grisácea y su cuerpo más débil. El pelaje de la pantera, antes totalmente negro, ahora es color plata. Y cuando Nybras abre los ojos, suspirando aliviada, todos pueden ver que su color ha cambiado, volviéndose plateados. Las pupilas felinas han perdido su forma alargada, para volverse redondas.

La joven parpadea varias veces, asumiendo su nueva condición y sonríe levemente, mirando a Nyx. - Siempre te dije que te sentaría bien el blanco, pequeña... - Susurra en dirección a su pantera, que se recuesta de nuevo junto a sus piernas.

Después, Nybras se gira hacia Yannick. - Tenías razón. Alguien me ha llevado de vuelta. Espero que hagan lo mismo contigo pronto. - La joven se lo piensa durante un segundo, pero finalmente se acerca al muchacho y lo abraza para consolarlo. - Todos queremos vivir. Haré lo que pueda para que te lleven a ti también. Supongo que tienes razón y que no cambiará nada. Cuéntame, ¿a quién viste?

Se separa de él y con una sonrisa de ánimo, cierra los ojos. Un jirón de bruma empieza a enroscarse sobre el diván, al lado de Yannick, dando forma a un plato grande, de color negro con un relieve en rojo en el borde, con una pizza dentro. - Espero que te guste sin anchoas. - Bromea Nybras haciendo un gesto hacia el plato.

Las palabras de Nybras confirmando que ha vuelto a la vida provocan una triste sonrisa en Yannick. Si tenía que ver con los sellos... ¿por qué no había vuelto él también? Y si era alguien capaz de devolverles a la vida... ¿sería alguien que confiase en Yannick?

- Me alegro mucho por vosotras. - dice, con un tono cargado de miedo e incertidumbre - Y consigáis o no que vuelva, gracias por intentarlo.

El abrazo de Nybras pilla al chico desprevenido, y cuando ella se separa ya está limpiándose el rostro y tratando de volver a su optimismo. No les daría el gusto de romperse. No con ellos dos aquí.

Mira entonces a la mujer a los ojos. Habían cambiado, pero ella parecía la misma.

- Vi a Jacob. - responde de manera directa - Verona tenía razón por una vez con su instinto. Eso explica la oposición de él a... bueno, ya sabes. Y muchas cosas más.

- Hay otra cosa, aunque no sé si es importante. Levantaron una niebla oscura. Mi corazón se paró sin que notase ni que me tocaran y, bueno... - dice, encogiéndose de hombros - Llegué aquí. Sin pararme a tocar sellos como decía Verona, ni nada parecido. ¿Cómo está mi gema? ¿Mi tumba es la que yo creía? 

Entonces se da cuenta de que está ansioso. Por saber lo que pasa arriba. Por saber lo que pasa con él y con los demás, después de las acusaciones de anoche.

- Me alegro de que seáis vosotras las que estéis aquí. - dice a Nybras y a su pantera - Y ahora que has vuelto, he de confesar que también me alegra un poco que hayas muerto. Para mí estás exculpada.

Después se decide a probar la pizza que ella le ha traído, pensando en qué decir para no ofender sus sentimientos si estuviese realmente mala. Sin embargo, no es necesario.

- ¡Joder! - exclama en cuanto la prueba - Está de puta madre. - Ya sólo faltaba una coca-cola... - Oye, una cosa. Y quizá suene egoísta. Si cuentas lo de Jacob... ¿dirás que lo vi? Me gustaría pensármelo un par de veces, antes de que todos lo supieran.

Entonces se queda un instante pensativo.

- No sé si prefiero que os carguéis ya a ese hijo de puta para tenerle aquí, o que me esperéis para poder hacerlo yo mismo.

Nybras escucha todas las palabras de Yannick con atención y después su vista se pierde en un punto indefinido entre las brumas lejanas. Habla entonces, pero su voz es átona y sin modulación. - Sí, a Jacob me refería. Y ese cabrón está maldiciendo tu muerte y diciendo que te vengará, para recibirme con una sonrisa después... Tendrá su merecido.

La joven parpadea un par de veces, antes de volver a hablar de nuevo con su calmada voz habitual y con la vista enfocada en los ojos de Yannick. - Las cosas están tensas en el otro lado. Algunos creen que hemos fingido nuestra muerte o algo así, para inculpar a ya sabes quiénes o exculpar a Azhariel y Valfar. El grupo está muy disperso y dividido y he vuelto en medio de una discusión, con los implicados habituales.

- No diré nada si no lo deseas. Tampoco sé si me creerán, o si te creerán a ti si lo explico... Y eso también implicaría desvelar que puedo hablar con vosotros... Tengo que pensarlo un poco, aunque me parece que el momento se acerca a toda velocidad.

Nybras señala el plato con la pizza que Yannick está devorando y no puede evitar una sonrisa. - Me alegro de que te guste. Si necesitas algo más, ya sabes.

Entonces suspira y su mirada se posa sobre el tablero de ajedrez primero y sobre Mark después. - Lamento la interrupción. ¿Continuamos?

- ¿Fingir nuestra muerte? - pregunta con la boca llena - Valiente estupidez, ¿por qué íbamos a hacer eso? Eso habría tenido efecto ayer, o el anterior, pero no tal y como estaban las cosas anoche.

- Claro que el grupo está disperso y dividido. - asiente después - Es lo que pasa cuando falto yo. - añade, antes de tragar - No, ahora en serio, supongo que allí arriba parece aquello un nido de avispas. - dice, sin quitar ojo de Mark.

Coge un nuevo trozo de pizza entonces, y a punto está de preguntar a Nybras si puede darle un poco a la pantera, cuando se recuerda a sí mismo que no son mascota y amo.

- ¿Quieres, Nyx? - pregunta, con el trozo nuevo en la mano.

Luego, tras pensarlo un momento, sigue hablando.

- No sé, Nybras, yo confío en ti. Tienes buen criterio y mejor instinto. Si crees que es bueno decir lo mío, dilo cuando y como quieras, pero avísame entonces. Y si quieres, no sé, decir que estaba tan seguro de Domino porque la vi también, adelante. Yo no sé mentir, pero tú tienes pinta de que se te de de puta madre.

Después dirige su mirada al tablero.

- ¿Queréis que me calle para dejaros jugar? - pregunta mientras se descalza y cruza las piernas sobre el diván.

Domino se ha mantenido en silencio mirando a aquellos que hablan tan abiertamente de sus suposiciones.
La jovencita se mantiene tranquila y en una posición cómoda en el sofá, a la cual suma una amplia sonrisa.
Se la nota divertida y muy pendiente de la conversación.

- Ni te imaginas. - Responde Nybras a Yannick, en referencia a la situación del otro lado con una sonrisa irónica.

Cuando el muchacho ofrece la pizza a Nyx, la pantera alza la mirada hacia él y luego hacia la porción de comida, volviendo después a él, para finalmente volver a recostarse. La joven lo mira, con una sonrisa de disculpa mientras se encoge de hombros. - No tenemos hambre en este lugar.

Después hace una pausa antes de volver a hablar. - La verdad es que no suelo mentir. No tengo esa necesidad, ni creo que vaya a tenerla. Pero si llegase a necesitarlo... Lo  haría sin remordimientos, eso también es verdad. No sé cuánto diré, ni cuándo. Pero te avisaré de ello. Y no hace falta que te calles, al menos yo puedo jugar mientras converso. Y apostaría a que Mark también puede.

- No importa. - responde Yannick llevándose el trozo a la boca - Más para mí. Aunque espero que no sea mucho pedir algo de beber...

Yannick comía casi sin contención, mientras miraba a los presentes, tratando de abstraerse durante un rato de todo lo que había sucedido últimamente, y de su propia muerte. Trataba de buscar una sensación de falsa comodidad, sin saber cuánto tiempo iba a pasar en ese lugar, aún tratando de hacerse a la idea de cómo habían cambiado las cosas en apenas una noche. Cuando él se imaginaba durante todos estos años su muerte no se la imaginaba así, desde luego...

Asiente ante lo que Nybras dice sobre las mentiras, dando así su aprobación. Después, echa una mirada al tablero, para sentarse hacia adelante, dispuesto a seguir el final de la partida.

- Joder, Mark, juegas tan mal al ajedrez como al asesino. - dice sin levantar la vista de las piezas - ¿Qué apuesta hay en juego?

Unos largos minutos de silencio sencillamente observando los intercambios, más atento a lo que dicen que al tablero en sí.

Oh, no te preocupes... Ahora seguimos. Esto es más... Interesante. Has vuelto. Como Verona. Me pregunto quién tiene tal poder, más digno de un dios o un ángel que de un demonio. ¿O quizá alguna de las dos haya vuelto por su propio pie? No importa, en cualquier caso, me alegra que hayas vuelto. Aunque el Blanco no te sienta tan mal, creo que el Negro te favorece más.

Reconoce tranquilamente.

Tres intentos de asesinato en una sóla noche... Son demasiados. Debe de haber alguien más impartiendo justicia por su propia mano. En cuanto a la discusión...

Se acaricia el mentón, pensativo, evaluando posibilidades.

Lo más práctico sería eliminar el factor de conflicto, aunque claro... Eso posiblemente beneficie a uno de los dos bandos... Mh...

Continúa meditando, con la mirada perdida en algún punto del vacío.

Si vuestra muerte ha sido fingida, o no, debería de saberse con la explosión de vuestras gemas. Eso os dará u os quitará la razón.

Concluye, como habiendo llegado a algún punto realmente interesante y difícil de rebatir. Entonces mira a Yannick.

Si de veras los has visto, sabrás mejor que nadie que no soy un asesino.

Sentencia, clavando sus ojos en él.

Me pregunto... ¿Alguno ha sentido algo con el despertar de algunas de las tumbas?

Entonces vuelve a fijarse en el tablero.

Peón por Peón de Rey en E5.

Y hace el movimiento sobre el mismo. Entonces vuelve a fijarse en Yannick.

¿Al asesino? Je, qué gracioso. Jugamos sólo por mero placer.

- Que haya visto a Jacob no te descarta a ti. - responde Yannick sin apartar la mirada del tablero.

- Y... ¿tres intentos? - pregunta confuso, mirando a Nybras - Yo sólo cuento dos. ¿Me he perdido algo?

Por las noches, yo duermo. Por eso sé que no me has visto. Y que no puedes verme.

Replica, quizá un tanto cansado.

He sentido... Algo. Quizá me haya confundido.*

Dice sin darle siquiera importancia.

En cualquier caso, dos ataques son demasiados.

Nybras asiente con la cabeza a la petición de Yannick y cierra los ojos durante unos segundos. Las brumas se unen sobre la mesa, junto a un vaso de base ancha que contiene un líquido ambarino y dan forma a un botellín de cerveza.

- Pensé que era lo que más te pegaba, pero si prefieres otra cosa, avísame. - La joven se vuelve hacia Mark entonces, frunciendo levemente el ceño. - Yo no he vuelto por mi propio pie. Simplemente aparecí allí de nuevo. Verona también dijo que no había hecho nada para volver, así que supongo que algún otro lo estará haciendo. Tengo sospechas sobre quién, pero evidentemente, no voy a decirlo aquí. 

Una sonrisa de medio lado se dibuja en su rostro entonces. - Yo desde luego no he fingido mi muerte. Y no podía saber que me iban a llevar de vuelta después, así que... ¿Con qué motivo iba a hacer eso? Por ahora ninguna gema ha hecho nada raro, ni nada se ha dibujado en ninguna tumba, pero las otras veces también tardaron un rato, así que eso no quiere decir nada... Todavía.

Ante la pregunta de Yannick, Nybras levanta una ceja, haciendo un pequeño gesto con la cabeza hacia los dos del sofá. - Te lo dije. A veces saben cosas que yo no les he contado. Ayer con las votaciones también, y algunos otros pequeños detalles en estos días. Es uno de los motivos por los que creo que reciben información de fuera de otra forma. En todo caso, sí. Ha habido un ataque fallido hacia Valfar.

- Dama a D4. Jaque. - Anuncia entonces, mientras mueve la ficha a ese lugar.

- No, la cerveza está bien. - responde Yannick, dando un trago. Después se pasa la lengua por el labio superior para quitar la espuma - Joder, como todo esté así de bueno voy a terminar alegrándome de haber muerto.

- Lo de fingir la propia muerte es una de las ideas más estúpidas que he oído. - dice luego, mirando a su compañera de diván - ¿Qué vas a ganar? Si eres inocente lo eres, y punto. Hasta ahora no nos hemos equivocado, no veo por qué íbamos a empezar. Bueno, quizá haya un riesgo si nos hemos llevado a los dos más evidentes, pero creo que perderte lo que sea que estén diciendo ahí puede ser crucial después. La diferencia entre saber en quién confiar y en quién no.

Entonces frunce ligeramente el ceño, mientras empieza un nuevo trozo de pizza.

- Oye, sé que no tienes hambre, y todo eso, pero si quieres puedes coger, ¿eh? - le ofrece a Nybras, señalando el plato - Que a ti no te he ofrecido.

- Sobre lo de ellos... - sigue con la boca llena, tapándosela con la mano - Si hablan con los de fuera, que hablen. ¿Qué van a hacer? Bueno, Mark podría pedir unos consejos sobre cómo jugar al ajedrez, pero además de eso... - dice encogiéndose de hombros - No sé, como mucho podrán enterarse de mis secretos, y ya los saben. Y aunque no los supieran... bueno, ¿ya estoy muerto, no?

- Oye, ¿y antes de que llegara yo, qué hacíais? ¿Jugar al ajedrez viendo las horas pasar? No parece que las conversaciones estén muy animadas, al menos.

- Pues básicamente sí, eso es lo que hacíamos. - Dice Nybras, esbozando una pequeña sonrisa. - Mark suele hablar más. Creo que se ha cohibido un poco con tu presencia. Domino... Al llegar perdió esa timidez que exhibía fuera cuando le convenía. Pero al ver que no me fiaba de ella, decidió castigarme con su silencio o algo por el estilo, porque desde entonces se ha vuelto prácticamente muda. 

Después, la joven se pone más seria y fija su mirada en Yannick. - Lo he hecho. Les he contado que puedo hablar con vosotros y que existe este lugar. Les he dicho lo de Jacob, intentando no delatarte. Y les he hablado de otra cosa que me pasó anoche y que no había explicado antes. Pero quiero que lo sepas, pues creo que no todo se reduce a gente que quiere abrir un sello y gente que quiere impedirlo. Creo que hay otros intereses ocultos en juego. -Deja caer la mano, para acariciar a Nyx suavemente. La veía rara ahora que había cambiado el color de su pelaje. A ella también le gustaba más cuando era negro. De alguna manera, sentía que el nuevo color de la pantera iba acompañado de la fragilidad que sentía en su propio cuerpo. Y eso no le gustaba nada. Sabía que Nyx se sentía desprotegida ahora, más... visible.

- Ayer sentí un mareo y una música llegó a mis oídos. Cuando se me pasó, me encontraba en un lugar parecido a este. Desdoblada. Estaba a la vez en el otro lado como siempre, y también allí. Había también brumas por todas partes. Y una extraña fatalidad se apoderó de mí, sabía que de alguna manera, ese lugar era el final de algo. Era distinto a estar aquí, pues este sitio está en mi mente, es parte de mí. Creo que aquel es parte de la mente de otro, y que sus intenciones no son buenas. Allí había otras tres personas, una llegó conmigo, otras dos ya estaban antes de nosotros. Ninguno de ellos era el dueño de ese lugar. Ellos también sentían eso de lo que hablo. - La joven hace una pausa antes de continuar. - Me alegro de haber salido de allí, aunque haya tenido que morir para ello.

¿Castigarte? Dijo Domino ante las palabras de la otra mujer mientras sonreía.
Que puedo hablar con alguien que solo se limita a ofenderme e inculparme constantemente.
Di mi postura acerca de los culpables y mis palabras se pagaron con sangre y dolor.
He callado ante tus mofas y miraditas sin responderte porque entiendo que sea parte de tu postura de “chica dura”, aunque siendo sinceros me importa una mierda lo que pienses.

Domino se encoge de hombros sin abandonar la sonrisa antes de continuar.

En cuanto a si puedo “hablar” con gente fuera de aquí…mmm…quizás si o quizás no.
¿Qué importa eso?.

- ¡Oh, sí! - chilla de repente Yannick con voz aguda, moviendo mucho las manos y dando un pequeño brinco en el sitio - ¡Quizás sí, quizás no! - añade después, con la misma voz.

- En serio, Domino. - dice luego con un tono de voz grave y claro, dejando de lado todo tipo de broma - Te lo he dicho cuando los dos estábamos vivos: he intentado entenderte. Pero tú no quieres colaborar. Ya ni siquiera te molestas en disimular. Si eres inocente habla con ella, que sabes que lo es. Si eres culpable explícame por qué haces lo que haces. Y quién sabe, cuando todo esto termine quizá podamos sacarte de aquí.

Luego se dirige a Nybras. Había dejado de lado responderle a ella, pero es que la reacción de Domino le había hecho saltar un resorte casi de manera automática.

- Espero que se tomen bien lo de Jacob. - comienza pensativo - El viejo parece fuerte, y su martillo no debe ser de goma, desde luego. Tendréis que ser bastantes en las votaciones. Lástima no estar.

- Sobre lo de ese otro sitio... me preocupa un poco, la verdad. Sobre todo si las sensaciones allí son como las describes. En batallas como esta, es una de las pocas cosas de las que te puedes fiar.

Entonces se queda un instante callado, pensando en alguna manera de atajar ese tema.

- Hace una semana no habría sabido qué decirte. Ayer te habría dicho que seguro que se trataba de un Melhnar. Hoy, viendo lo tuyo... no lo sé. Tampoco sé lo que es ese sitio, pero por si sirviera de algo, se me ha ocurrido una cosa. Te parecerá una chorrada, pero más vale estar prevenidos. Si cuando salga de aquí, que saldré, - dice, más para convencerse a sí mismo que a ella - llego a ese lugar  del que hablas, diré "pueblo precioso". Y después me dirigiré a los que estén allí conmigo, o diré sus nombres, o algo. ¿Te parece correcto?

Domino levanto una ceja ante el saltito ridículo y aun mas luego al escuchar la voz aguda que el chico ponía al hablarle.
No pudo evitar reír sonoramente ante lo patético de su postura, era realmente gracioso, ¡tanto! Como un perro intentando morderse la cola.
Le dejo que terminara su monologo hacia ella, por supuesto que le dejo, había aprendido durante su tiempo en el orfanato que a los locos y a los estúpidos no se los debe interrumpir.
Pero ¡diablos! Que era divertido verle actuar el papel de tio duro.
…
No necesito tu entendimiento Yannick, le dijo entre risas, si no me escucharon antes poco importa ahora.
Ya he dicho que eres uno de los asesinos y lo mantengo, y estoy casi convencida de que tu amiguita también lo es.
Me diviertes realmente, prosiguió, pretendiendo un personaje que ni tú te crees, ¿esperas salir de aquí?, ahora Domino lanzo una buena carcajada, realmente eres gracioso…no pares vamos….sigue con eso.

Nybras alza una ceja al ver que Domino decide deleitarlos de nuevo con la faceta de su personalidad que se olvida de la timidez fingida y se encoge de hombros, sin prestarle ninguna atención.

Su mirada se pierde en las brumas de nuevo durante unos instantes, para después enfocarse otra vez sobre Yannick.

- Alguien en quien relativamente confías quiere copiar de tu cadáver esa capacidad para mantenerte despierto que tienes, pero no lo hará sin tu permiso. Quiere saber si se lo das. También dice que vengará tu muerte y que te agradece la confianza que has puesto en ellos. Verona dice que ya te echa de menos.

- Con lo de Jacob... Se está viendo el plumero de algunos. Lo del pueblo precioso me parece bien. Aunque ese lugar... Es terrible, espero que no termines allí.