Partida Rol por web

Rachel llegó a la escena tapándose como podía con la capa del uniforme, aunque algunas veces le daba la sensación de que no era suficiente.

No sabía a qué venía tanto alboroto, al menos hasta que escuchó los susurros de algunos alumnos acerca de un "cuerpo" y un "asesinato". Pensó que quizás volvían a hablar de algún acontecimiento histórico o de alguna de esas historias pintorescas muggles, como la del tal Gandalf.

Sin embargo, cuando se acercó más al tumulto, pudo descubrir lo que ocurría realmente y captar algunas de las palabras de los profesores mientras sus ojos se clavaban en el cuerpo azulado. No apartó la vista ni cuando llegaron los dementores, expulsados por un perfecto patronus de Holly. No podía ser... Aquello no podía estar pasando...

Se abrazó con más fuerza el cuerpo, tapándose más si cabía con la capa. Su cara palidecía por momentos.

—Vale... Hogwarts ya no es seguro...— Le temblaba la voz por miedo y rabia. Justo la noche anterior había confirmado su confianza en la seguridad de la escuela y ahora... Ahora había un alumno muerto, había quien hablaba de los Caballeros Walpurgis y el resto se dedicaba a señalarse unos a otros sin ton ni son.

Rachel parecía más empequeñecida ahí, arrebujada en la túnica con la mirada perdida y la cara totalmente pálida.

—Quizás sea buena idea lo de votarnos cada uno a nosotros mismos...— ahora mismo no se veía capaz de pensar nada mejor. Negó con la cabeza con incredulidad y esbozó una sonrisa carente de sentimiento alguno que terminó por convertirse en una mueca. —Lo que no entiendo es que los profesores nos dejen aquí, diciendo que encontremos al culpable, si es que lo hay, en lugar de mandarnos a casa... Puede que realmente se haya colado alguien en el castillo y ni siquiera lo sepan, puede que el culpable se encuentre precisamente entre los profesores y que haya usado una poción multijugos.

El despuntar del nuevo día con la nieve y la resaca de algunos, le aviso a Bruce que la noche anterior no había sido un simple sueño como cualquier otro al despertar en la cama de la caravana de su padre, realmente había pasado las navidades en Hofwarts y podía decir sin miedo que eran mágicas.

Pero aquella felicidad y tranquilidad pronto se fueron al garete cuando uno de sus compañeros menores encontró un cadáver recordando al todo el mundo en la situación en la que se encontraban a pesar de las fechas. Y lo que fueran risas y alegría pronto se torno en susurros y miedo, más incluso cuando el viejo profesor les dejo a cargo de encontrar al culpable, ellos solos, sin supervisión ni orientación mas haya de sus propias sospechas, ¿Como dudar ahora de quienes habían sido sus compañeros por tantos años? Si es cierto que no todos se llevaban bien, pero llegar a esos extremos... Aun debía despertar y pensarlo en profundidad.

Las acusaciones o avisos de unos y otros no tardaron en llegar al igual que los clásicos comentarios clasistas, por suerte aun quedaba gente que pensaba con la cabeza, sabiendo que la diferencia de sangre no creaba al malo. Aun con el tema de las votaciones en la boca de muchos Campbell tenia una pregunta sobre las iniciales.

-¿Caballeros de Walpurgis? En plural. Entonces no es una sola persona ¿No? Como sabemos cuantos son, ¿Cuantos eran antes? -A diferencia de otros, Bruce no era muy aficionado a la lectura de ningún tipo así que toda información era bien recibida.

Victoria se pasó las manos por la cabeza, intentando procesar todo lo que decían y dejaban de decir sus compañeros. Intentaba pensar en todo lo que había aprendido de guerra psicológica a lo largo de las clases de Defensa contra las Artes Oscuras durante los últimos siete años, pero en esta situación de crisis, tenía la cabeza en blanco. Sin embargo, actuó por instinto y asintió a las palabras de Effie al mencionar a los fantasmas.

— Si alguien ha estado en todos los momentos de la historia de Hogwarts, tanto luminosos como oscuros, esos son los fantasmas. Es una muy buena idea hablar con ellos y preguntarles qué han visto o dejado de ver. Ahora mismo, sabiendo que el Profesor Flitwick está ocupado, son la baza más sólida y experimentada que tenemos — se ajustó los puños de la túnica — Sugiero que, en caso de que no podamos encontrarlos ahora, les pidamos que acudan a hablar con nosotros esta noche en nuestras respectivas salas comunes y que mañana contrastemos toda la información recibida.

Cruzó los brazos al escuchar lo que decía Nicholas acerca de los Caballeros de Walpurgis y extendió la mano para coger un ejemplar reciente del Profeta. A medida que iba leyendo, el ceño se le iba arrugando hasta que finalmente soltó una carcajada sarcástica.

— El que sea el ladrón ya puede darse por vencido. Ningún autoproclamado Caballero de Walpurgis será digno de empuñar nunca la espada de Godric Gryffindor: podéis estar seguros de que permanece a buen recaudo contra las garras de los enemigos de Hogwarts — dijo con seguridad, para después añadir algo más —. No seamos tan rápidos en acusar al resto e intentemos esclarecer qué ha podido pasar desde esta noche hasta aquí como para que ocurra algo semejante. Si váis a hacer acusaciones, visto lo visto, que sean sólidas. Los mortífagos, walpurgianos, oscuros o demonios quieran llamarse quieren dividirnos y separarnos, es parte de su juego moral. Está claro que las apariencias y las expectativas engañan, William, porque yo en mi vida me hubiera esperado esto de ninguno de vosotros... y aún así, visto queda que me equivocaba.

Se mantuvo cerca de Annabelle mientras hablaba hasta que finalmente, al terminar de hablar, la cogió del brazo para reconfortarse mutuamente. Ante la precipitación de los acontecimientos, agradecía tenerla cerca.

— Pero eso no significa que debamos lanzarnos acusaciones a diestro y siniestro, en base a tal o cuál pique o tal o cuál pertenencia a las Casas. Yo soy la primera en haber alimentado la rivalidad entre los Slytherin y los Gryffindor, ¡pero esto va más allá de eso y lo tengo clarísimo! Es muchísimo más grave. Busquemos a los fantasmas, obtengamos información sobre la niña que ha fallecido y mantengamos la cabeza fría para cumplir las órdenes del Profesor Flitwick. Esto no debe acabar siendo una carnicería. Tarde o temprano, el Ministerio prevalecerá en su guerra contra los nuevos mortífagos y se restaurará la normalidad.

O eso quería pensar.

Valentina, que parecía completamente ajena hasta el momento, tenía una muy buena razón para ello y es que, era completamente ajena a todo aquello. No porque no le interesase, por su puesto que le interesaba seguir con vida, más aún después de descubrir que habían traidores capaces de matarla entre los alumnos de último año; si no porque su personalidad tranquila y reservada, era completamente contraria a todo aquél bullicio de personas, de hecho, incluso se podía decir que le daba dolor de cabeza oír a tanta gente a la vez.

Sin embargo, si que aportó su granito de arena, al menos para sí misma, pues como era ya costumbre en la chica, se preparó un té para realizar una adivinación. Se lo tomó con calma, no tenía prisa alguna, pues aún había tiempo para votar en el cáliz de fuego y mientras unos hablaban sobre si estaba por aquí el profesor, si había que empuñar la espada de Gryffindor o no, entre otras cosas, Valentina sorbo a sorbo se tomó toda la taza, hasta que solo quedaron los posos y los observó con detenimiento. - Vaya. - profirió con los resultados. - Aunque tampoco puedo decir mucho en contra o a favor de estos tres... - mascullaba para sí misma, aunque cualquiera podía oírla.

No es que fuera una chica con una expresividad fuera de lo común... pero los últimos minutos parecía un jodido mimo. Pasaba de la incredulidad al horror, asentía cuando alguna intervención mostraba cierta cordura y censuraba apretando la boca las salidas de tono.

Y lo peor de todo era, no el propio asesinato que acabábamos de contemplar, si no la tremenda ingenuidad del grupo de alumnos de séptimo. Como si los últimos tiempos no hubieran demostrado ya que las normas podían infringirse, tergiversarse, y todo lo que se estimara oportuno. Que aquellos que encerraban la maldad en sus corazones eran capaces de todo.

Escuchar a mis compañeros de último curso hablar y hablar, hablar y hablar sin decir nada, fue... una verdadera explosión de realidad. Estábamos perdidos.

Desde el discursito de Victoria, por favor... por favor... váyanse de aquí, esto es una escuela... a razonamientos de patio de colegio... oh! ha conjurado un patronus, es inocente, lo dicen las instrucciones del hechizo y bla bla bla... Era muy triste. Afortunadamente, algunos miembros de la casa Slytherin pusieron algo de cordura, como Amy Spencer, Iwan Rheon o Nicholas McKellen.

En silencio aplaudí la intervención de Iwan, pues ese patronus no demostraba nada. Tan solo que Holly Avery era una maga excelente. Más cuando varios alumnos hicieron frente común en su contra, como si esperaran cualquier excusa para colgarle a alguien el San Benito. Se mantuvo firme, y eso me gustó. Y era raro, pues no es que Iwan fuese alguien que me cayese bien, y cuando eso ocurría, que alabara cualquier cosa de esa persona era, bueno... era cuanto menos imposible.

Obviamente obvie los arrebatos de Hercules Poirot que tuvieron Dwenriger o Hawkings... ¿la fiesta? ¿iniciales CW que den un paso al frente? Pero... serán bobos... ¿no se han dado cuenta de que nadie tiene esas iniciales de los alumnos de séptimo?

Puff... - no pude remediarlo, y se me escapó un soplido condescendiente cuando Annabella Lowe lloriqueó, continuando con la estrategia iniciada por Victoria de que los malos se fueran. Eso... que se fueran. Ja, infalible. Lástima que los franceses no hubieran caído en ella en la Segunda Guerra Mundial, solo tenían que haberles dicho a los alemanes, por favor, váyanse de nuestra vive la France que aquí no somos unos energúmenos. Hubiera sido de diez. Si señor. Una lástima.

No iba a intervenir, pues... ya lo estáis haciendo vosotros y, sinceramente, da miedo pensar que los profesores han dejado en nuestras manos resolver esto. La llevamos clara, si.

A ver, nadie es culpable, que podamos saber y mucho menos demostrar. Y nadie es inocente, por lo mismo. Solo hay una cosa clara, un dato con visos de ser verdad. Y es lo que ha dicho Nicholas. CW no son las iniciales de nadie, igual si, ¿Connie Willis estudia aquí? ¿No? Vaya..

Caballeros de Walpurgis. Como no tenemos ninguna otra vía de estudio, por favor, dejad de acusaros unos a otros, de daros palmadas en el pecho de quien parece más inocente que quien y centrémonos. Vayamos a buscar información sobre ellos, preguntemos a todo el mundo, empapémonos de su historia. Debemos conocerlos mejor incluso que ellos mismos. Protejámonos, y esperemos que no puedan cometer otro acto tan vil como el que han cometido. Cualquier otra cosa, lo siento, chicos... cualquier otra cosa será facilitarles la tarea.

Pareció como si tuviesen ganas de enfrentarse a un duelo. Jeremy se interpuso, mediando entre los alumnos cuyas palabrerías se lanzaban con forma de cuchillos. Según las injurias típicas de Hogwarts, se esperaba que las riñas las protagonizasen los Gryffindor versus Slytherin, pero esta vez los Ravenclaw estaban en el punto de mira. 

—DIJO UNA VEZ un sabio: quien esté libre de tinieblas, que tire el primer patronus. Así lo hiciste, prefecta Avery. —Miró sus ojos brillantes, claros como los bordes de su uniforme—. No sé si ese acto te ampara o te desoye, pero yo personalmente estoy agradecido por tu talante. Nos has protegido a todos. Muchas gracias.

Continuó hablando con ella, pero con menciones en su mirada hacia Victoria e Iwan, los otros dos prefectos que faltaban en la conversación.

—No, Avery, no. Creo que nosotros cuatro somos los que mejor conocemos las reglas del Cáliz de Fuego. Por desgracia, no votar NO ES OPCIÓN, a menos que desees votar por TI MISMA. Tengo la impresión de que esos dementores volverán a su acecho. ¿Alguien más en la sala sabe realizar otro patronus como ése? Te necesitamos, Holly Avery.

Otros alumnos daban sus opciones sobre las votaciones o el Cáliz de Fuego. Jeremy volvió a explicar las reglas especiales que Flitwick aportó a ese instrumento.

—Lo siento, Amy. Votar a uno mismo es una LOCURA, no solo porque las votaciones son secretas y los mortífagos lo tendrán sencillo para seleccionar a quién echamos. También porque, de haber empate, seremos los prefectos, responsables de cada casa, quienes asumamos la desgracia de expulsar a alguien directamente.

Antes de que otra persona hablase, Jeremy le cortó al instante creyendo lo que iba a decir.

—¡NO! Siento ser tan negativo, pero esto es serio. Una vez se activa el Cáliz de Fuego bajo unas condiciones, hay que utilizarlo o las consecuencias pueden ser desastrosas. Las reglas de Flitwick son estrictas... ¿Tenemos otra opción?

De haber alguna alternativa para burlar el destino del Cáliz de Fuego, Jeremy no la sabía. Como dijo en su candidatura, él no era ni el más inteligente, ni el más valiente, ni el más astuto, como las otras casas, pero sí tenía la conciencia tranquila. Tras repasar las reglas para que nadie más tuviese dudas del lío en el que estaban, sus ojos cruzaron directamente hacia los de Iwan, aunque no le mencionó.

—Sí, yo me presenté a prefecto con mucho interés, todos pudisteis oír mi pregón... ¿y qué? Fue mucho antes de la fiesta de Navidad y de cada uno de los eventos extraños que hemos vivido esta mañana. No creo que eso muestre ningún culpable. Además, que no se me dio el título bajo un camino de rosas. Me ha costado un gran esfuerzo en honor a los valores de mi casa y por poco lo echamos a suertes. —Pestañeó elegante antes de pronunciar sus últimas palabras—. Los tejones confían en mí y yo en ellas. Ni se os ocurra tocarles.

Dio un respiro, esperando que la conversación continuase en resolver los misterios del periódico o del asesinato, antes de que se acabase el día.

Ahora perdida en la conversación, Constance intenta alzar la voz por encima de sus alarmados compañeros, al haber comprendido algo repentinamente.

-Si todos nos votamos a nosotros mismos, el caliz elegirá a uno de todas formas, al azar, eso solo hara que no nos sintamos culpables por haber causado su expulsión... -No estaba segura de cual sería la mejor opción, pero no volverse unos contra otros o acusar a lo loco.

-Tal vez la votacion debería ser anónima, así el culpable no sabrá quien lo ha incriminado, no pondremos a nadie en peligro...

Yo no me sentiré culpable de matar a ninguno de ustedes en cuanto se demuestre su culpabilidad. Dijo Mia sin ningún ápice de emoción, ni en la voz, ni en la cara. Apuntaré con mi varita y le reventaré el culo a cualquiera que ponga en peligro mi futuro como profesional.

Danio había permanecido callado y escuchando a todos, pero su rostro había sido un libro abierto a la hora de que parte estaba. Había asentido convencido a las intervenciones en contra de la inocencia automática de Holly, y puesto los ojos en blanco ante todas las pullitas sobre la inteligencia de los Ravenclaw, Slytherin y Gryffindor. 

-Vamos, chicos, ni que estuviéramos en primero...-se quejó. Quizás había sido por sus circunstancias particulares, pero Danio nunca se había sentido muy apegado a su casa, y todas esas discusiones, a sus ojos estúpidas, no ayudaban. 

-Es que la votación ya es anónima. Por eso no podemos arriesgarnos a confiar en que cada uno se vote, porque alguien se aprovechará del anonimato. Y en ese caso, no tenemos por qué saber quién es el que ha roto la votación.-le recordó Danio a Constance, cuando su gesto cambió y frunció el ceño.-Claro que si sí pudiéramos ver quienes han roto la promesa del auto-voto, ya tendríamos sospechosos.

Danio se rascó la barbilla. Quizás debería replantearse su negativa a tal idea. Claro que seguía estando el problema de que sería una eliminación automática a un alumno inocente...

Alzó la vista cuando oyó algo que había pasado desapercibido para el resto, pero que a él le intrigó. Se acercó a la Hufflepuff que parecía pasar el tiempo bebiendo té. "Valentina", le quería sonar que se llamaba. Aunque desconocía el origen de la chica, recordaba que le había llamado la atención lo italiano que sonaba su nombre.

-¿De qué tres hablas?

En ese punto, Danio y algunos otros que lo han expuesto así, se equivocan. Si establecemos una autovotación, y alguien no lo acata para votar a otro, quedará un hueco. Un alumno no tendrá ningún voto. Y ese alumno es precisamente el que voto a otro. Ergo la lógica indica que será el próximo a ser expulsado como sospechoso al intentar expulsar a otro compañero sin razón alguna.

de todas formas, este plan tiene el fallo de que ante un empate total tengan que definir los cuatro prefectos, no sabemos que sucedería si entre los cuatro votan cada uno a un alumno diferente volviendo a establecer el empate. Quizás ahí queda en tablas y nadie es expulsado. 

respecto a aquellos que piensan que el riesgo de que terminemos eliminando a un inocente si el o los asesino se aprovechan de esto, pues considero que es un riesgo a asumir, considero a todos los aquí presentes como iguales de importantes pero si el sacrificio de uno puede ayudar a arrojar luz a lo que está sucediendo y por sacrificio no me refiero a lo literal se dar su vida, sino de ser expulsado mediante la mecánica de votación, considero que el riesgo vale la pena. 

si nadie es expulsado este día, confío que los asesinos estarán nerviosos y cometerán errores esta noche con lo cual tengo algunos planes y estoy seguro que William también los tiene como para al menos mañana tener algunas sospechas muchísimo más firmes que hoy mismo.

Oigo la réplica de las palabras de Valentina y mascullo por lo bajo. Casandra...

Valentina, hay algo que hayas leído en los posos que pueda ayudarnos. Ninguna información es demasiado insignificante, confiemos en que entre todos podamos encontrar alguna respuesta útil! 

Todo el mundo hablaba al mismo tiempo y Olympe miraba a un lado y otro siguiendo los razonamientos de sus compañeros de curso. En un par de ocasiones abrió la boca para replicar algo, pero las voces la rodeaban y no llegó a articular palabra.

Ya solo quedaban los alumnos de último curso, los prefectos de cada Casa participaban también del debate y sobre todo, el nerviosismo crecía por momentos. Olympe, frustrada, siguió en silencio. No estaba del todo segura de que el Patronus de Holly la librara de toda sospecha, pero tampoco quería mostrar duda alguna sobre una compañera de Casa...

Asintió un par de veces cuando se repitió la idea de que tal vez los fantasmas podían aclararles algo. Cualquier ayuda era bien recibida, porque ella desde luego tenía dudas y más dudas, y ninguna respuesta. La noche se acercaba y nada bueno iba a traerles... pensar que alguno de sus compañeros ya buscaba la manera de acabar con la escuela de aquel modo le hacía estremecerse.

- ¿Tesomancia? - siempre le había interesado la clase de Adivinación y reparó enseguida en aquella tímida chica de Hufflepuf. Le dedicó una sonrisa que intentó ser amable y se acercó a ella, hablándole directamente. Dwenrigar se dirigió también a la chica con un tono bastante seco. Como si le estuviera ordenando, exigiendo una respuesta. Olympe le miró severamente y se volvió de nuevo a la joven, que parecía más tensa. Si alguien podía aportar algo, mejor sería no asustarle - Eres Valentina, verdad? ¿Has visto algo... que nos pueda ayudar?

Genesis salió con el resto de los Ravenclaw, justo para quedar asombrada por el poder mágico de su prefecta Holly, emocionándose con tan espectacular Patronus y lanzando una exclamación de júbilo.
-SI! Holly, yeeeeeei!
Para después abrazarla como agradecimiento -eres tan buena, agradezco nuevamente que seas nuestra prefecta.
y continuo encantada cerca de William y Holly.

Danio se acercó a Valentina, el cual mostró cierto interés en sus posos del té. Aquello hizo que apareciera una ligera sonrisa en la chica, pues le gustaba compartir todo lo que veía en los posos e incluso hacer adivinaciones para otras personas, ya que consideraba que aquello siempre ayudaba a valorar mejor las situaciones y como Hufflepuf que era, no podía estar más que encantada de ayudar.

Sin embargo, aparte de él, otras dos personas más vinieron a preguntar, llegando así a su número ideal. - Qué casualidad. - comentaba Valentina al ver que eran tres los que se acercaron y tres los que aparecieron en sus posos. - Aunque a lo mejor es causalidad, después de todo el tres es un número muy poderoso.

Volvió a mirar hacia su té. - Hablo de Ethan Price, de Félix Cited y de Anne Lovelace. - respondía al primer interesado, pues si no le hubieran preguntado por ellos, no habría dicho nada. - He visto que al menos uno de ellos tiene buen corazón. -  añadió para responder a las preguntas de los otros dos interesados, pues si no le hubieran pedido detalles, solo habría dicho los nombres.

La verdad es que Valentina solía ser bastante reservada a la hora de decir cosas, no le gustaba sentir que su opinión o lo que había visto en el té se interpusiera en lo que querían hacer los demás, a no ser que le pidieran consejo, pues entonces sería la primera en intentar aportar.

Recogió su taza del té e intentó limpiarla lo máximo posible. - Gracias por vuestro interés, si queréis alguna otra consulta, preguntadme más tarde. - con una reverencia, se despidió de aquellos tres para acercarse lo máximo posible a su Prefecto, Jeremy Gonzo. - Hablas mucho. - le inquirió. - Si me pongo detrás de ti, se fijarán más en tu persona que en mí. - comentó la chica, para entonces proceder a sentarse detrás de él y cerrar los ojos, meditativa.

El duro pero inevitable cometido que el profesor Flitwick les había encomendado a todos los alumnos de séptimo curso, ya desde un inicio dejó entre ver que no iba a ser labor para nada fácil, teniendo en cuenta las discusiones e intercambio de acusaciones que rápidamente se lanzaron los unos a los otros. Sin evidencias o argumentos de peso que realmente les pudiesen hacer sospechar de uno u otro, iban todos completamente a ciegas, pero de mantenerse pasivos y no expulsar a los sospechosos, era una realidad que tarde o temprano continuarían suscitándose ataques y perdiéndose numerosas vidas inocentes. ¿En verdad debían cruzarse de brazos sin hacer nada? ¿Y si el subsiguiente intento de hacer caer las defensas del castillo era el definitivo? ¿Dejarían que no solo sus vidas, si no la de decenas de alumnos más jóvenes que apenas podían sostener una varita y defenderse, muriesen frente a sus ojos vilmente por no haber tomado medidas drásticas ahora que podían?

Sí, siempre sería triste y duro enviar a alguien a su muerte, expulsándolo del castillo mediante votación secreta sin saber a ciencia cierta si en verdad era un alumno leal o traidor pero, de lograr acabar con la amenaza y salir victoriosos, ¿no podrían ser considerados todos ellos como héroes que salvaron a decenas de vidas inocentes y evitaron la caída del Coloegio de Magia y Hechicería de Hogwarts? Un gran poder conllevaba siempre una gran responsabilidad, y con los cuatro profesores infinitamente sobrepasados y dándolo todo por salvaguardar a todos, afianzando las defensas del castillo, todo dependía de ellos.

Justo terminando de debatir que hacer se encontraban, todavía bajo el acceso o entrada de la enorme Torre del Reloj, cuando vieron pasar rauda a Madame Prince, la bibliotecaria del Colegio, dando enormes zancadas en dirección a la Biblioteca, con multitud de pergaminos bajo el brazo. ¿Y si algunos de ellos iban a la biblioteca a investigar el origen de las siglas C.W? Toda información al respecto podría arrojar luz a la hora de tomar la decisión final y emitir voto dentro del Cáliz de Fuego.

Por otro lado, siempre se podía explorar todo el patio adyacente a la Torre del reloj y la zona contigua, lugares por donde probablemente se habrían desplazado los asesinos, y en donde en última instancia, se había hallado el cuerpo de la víctima.

Cuando uno tiene una pesadilla ¿qué hacer para despertarse de ella? Eso es lo que volaba por la cabeza de Alice. A los continuos estornudos se le añadían aún más palidez, ir por le lugar con todas las capas del mundo, y aparte de tener la cabeza embotada con sudores, algo de frío.

Si a eso se le añadía la resaca que tenía encima y el espectáculo que acababa de presenciar, su cara era un poema digna de una balada nórdica, pero de una de las tragedias del tipo del anillo de los nibelungos. Tuvo que apoyarse en la pared , esperando a ver que ocurría.

- Juraría que no bebí tanto anoche, vale que tenía esa botella de ron escondida, pero... Menos mal que Holly está con nosotros. Hicimos bien en jugárnoslo a los chinos y que saliese ella como prefecta, tiene una suerte fantástica.

Debería de musitarlo en voz baja, pero la realidad es que siendo un sueño ¿para qué? Pero tras el primer tropezón con un golpe en la rodilla, supo que no era un sueño

-Auchh,  este no es mi día.

Se mantuvo un pco callada, al menos, hasta que la histeria acumulada le impidió seguir callada.

- Vamos a ver, dejad de volveros locos con Holly, el patronus si la persona es retorcida se deforma, ese es demasiado perfecto. Teoría del alma transmigrada, página 66. Ya sé que soy la peor de Ravenclaw en defensa contra las artes oscuras, pero para una cosa que estudio... Yo confío en ella, al menos. Mi niña es una buena persona, o eso creo.

- Y lo de votar -estornudó de forma sonora - si alguien puede manipular las votaciones con algún hechizo, sería este quien escogiese que elegiría el cáliz al todos votarnos a nosotros mismos. O que alguien rompa la disciplina de voto. Soy la primera que odio esto, pero no nos queda otra que escoger a alguien. ¿Qué pasa si se usa una maldición imperdonable para obligar a hacer algo a alguien en contra de su voluntad? Tenemos unos resultados de votaciones abiertos, esa es información que podemos usar. La votación de los prefectos y como fueron escogidos. Hubo quien renunció, quien apoyó a otro..

Lanzó otro estornudo y se tambaleó. Jo, si que se encontraba mal. Y esto no ha había más que comenzar.

—El tema está en que si no tenemos motivos fehacientes para votar a alguien, ¿en qué nos basamos? Podemos decidir votarnos a nosotros mismos, sí, pero basta con que uno o dos no estén de acuerdo para que ya se decida la expulsión de alguien con tan solo dos votos.

Rachel se removió en el sitio, algo inquieta. Parecía que su fachada de tipa fría había desaparecido parcialmente debido a las circunstancias. Envidiaba la forma de ser de Malena, una perfecta Slytherin de pies a cabeza, no mostraba debilidad alguna.

—No me importaría votar por quien sea. Si es inocente, casi mejor: esa persona será expulsada, pero estará a salvo. El problema estaría en que seguiríamos sin solucionar nada, al menos ahora. Y el tiempo corre.

Votar o no votar, esa es la cuestión. Peter estaba visiblemente confundido. Y, por suerte, más calmado. Unos y otros argumentos le parecían buenos. Necesito saber más, así en caliente, podemos ser ninguno y cualquiera.

Me voy a enfriarme. Añadió, alejándose del grupo por el patio.

El gesto de Victoria cuando se acercó y me cogió del brazo me hizo sentir un poco más de calma. Estaban releyendo el diario y proponiendo hablar con los fantasmas, lo cual parecía brillante. Ellos podían recorrer todo Hogwarts. - Sí, es verdad... en el Profeta había una foto de Nick casi decapitado, no? de nuestra casa, podríamos hablar con él! - pero eso no resolvía el tema de las votaciones ACTUALES, y tal y como todos decían, faltaba demasiada información para asegurarse de quién votar correctamente... hasta que... Valentina dijo que entre Ethan Price, de Félix Cited y Anne Lovelace al menos uno tiene buen corazón. - Al menos ella aclara a quien NO votar por ahora, no? Holly por su patronus y los tres que son posibles inocentes. Hay que seguir, alguien más sabe hacer algo para ayudarnos con esto? - la pregunta era simple, banal y directa. Éramos demasiados, iba a ser extremadamente difícil aclararse sin algo más que añadiese respuestas. 

-No acabo de entender que pintan los ladrones en una situación como ésta! demasiado oportunos! están aliados con quien ha hecho el asesinato? - me sujeté con fuerza al agarre de Vicky. Peter Hollman entonces mencionó que iba a refrescarse las ideas al patio de la torre del reloj - Vicky si piensas ir a la biblioteca o a la torre del reloj, iré contigo...

Era una petición infantil, tarde o temprano íbamos a acabar separadas por una cosa u otra. Vicky no era mi niñera, pero siempre fue mi mejor amiga aquí y por ahora no quería separarme de ella. 

Las palabras de Dwenrigar sonaron armoniosas en los oídos de Jeremy, no solo porque salían de unos labios que probó la noche anterior, finalmente, tras su cantina a las estrellas. Escuchó curioso la posibilidad, aunque enrevesada. Luego se sumó Alice y no cupo en su asombro. Ahora sabía lo que significaba pertenecer a la casa Ravenclaw, sacaban posibilidades hasta debajo de las piedras. Lo peor es que tenían razón y se temió que estos días serían de lo más caóticos. No sabía qué más decir al respecto.

Algunas personas decidieron abandonar la estancia quizás para buscar información o para investigar la muerte. Le pareció buena idea.

—Creo que un prefecto debería acompañar a cada grupo y otros dos custodiar el Cáliz. ¿Victoria, Avery, Rheon, dónde queréis ir? Si no os importa, prefiero quedarme aquí y asegurar que las reglas de Cáliz se cumplen.

Se acercó de nuevo al extraño letrero que el profesor Flitwick acompañó con la estructura. Eran unas reglas algo escambrosas y comprometidas, pero no dudaría del mejor cerebro en ese colegio, por muy diminuto que sea su cuerpo.

"Es obligatorio hacer acto de presencia en el encuentro."

No tenía claro a qué se refería esta norma, pero si estaba escrita como regla del Cáliz sabía que podría ser peligrosa. Antes de que algunos se fueran, repasó los rostros de los compañeros, buscando aquellos que luciesen por su silencio. Encontró algunos, la mayoría de la casa Gryffindor: Ethan Price, Bella Goth, Faye Fudge...

—Victoria, ¿esas chicas de tu casa están bien? No las he visto muy activas. —señaló a las tres—. No me corresponde alentarles, pero tratándose de esta situación es importante la participación de todo el mundo para que no haya fallas en el resultado del Cáliz.

No te preocupes, amor. No me voy a enfadar si no estamos de acuerdo.

Dijo después de darle un pequeño beso a Amy.

Aunque yo estoy totalmente segura de la inocencia de Holy, no voy a desconfiar de ti o de cualquiera por no estarlo.

Miró a su compañera de casa con ojos esperanzados cuando compartió con todos su capacidad de leer los posos del té.

¿Entonces serás capaz de asegurar la inocencia en el corazón de todos nosotros? ¡Eso es genial! Así podremos demostrar que hay alguien manipulandonos contra nuestra voluntad.

Escuchó entonces a Annabelle y asintió con la cabeza,  se giró a Amy y le preguntó de manera directa.

¿Dónde deberíamos ir nosotras? ¿Vamos a la Biblioteca? Creo que allí podremos encontrar algo de utilidad.

Por último, antes de salir, se acercó a Victoria. Ella era la perfecta de Griffindor, después de todo, y tal y como Jeremy había señalado, les representaba de un modo u otro a todos.

Vicky... - Empezó con lágrimas en los ojos - La... lamento vuestra pérdida. No conocía mucho a Miranda, pero nadie merece ese final. Siento mucho la pérdida de vuestra casa.