Partida Rol por web

GIRATIEMPO

Harry Potter: «¿De dónde has sacado ese reloj de arena?»

Hermione Granger: «Se llama giratiempo. Me lo dio la profesora McGonagall el día que volvimos de vacaciones. Lo he utilizado durante el curso para poder asistir a todas las clases.»

— Harry Potter y Hermione Granger hablando sobre su giratiempo.

 

El giratiempo es un objeto mágico que permite retroceder en el tiempo. Tiene la apariencia de un reloj de arena pequeño y retrocede una hora por cada vuelta que le den. Es muy importante que el que usa un giratiempo evite el contacto con su ser pasado porque podrían atacarse, llegando incluso a quitarse la vida por la confusión, o peor aún, el usuario podría alterar (nunca se sabe si en forma leve o drástica) su propio futuro o el de las personas con quiénes haya interactuado, causando que el curso de su vida, la de los demás, o incluso el destino del mundo (o al menos el destino de una parte de él) vayan en una dirección completamente distinta a la que se conoce en una determinada línea de tiempo, siendo absolutamente imposible predecir no sólo cuál será esta nueva dirección, sino también hasta qué punto se producirá la desviación de la línea de tiempo original en dicha nueva dirección.

IMPORTANTE

Voy a realizar un resumen de todo lo que ha sucedido durante este ciclo de noche, y en el que de una forma u otra los cuatro estuvisteis directa o indirectamente implicados. Lo ideal sería rolear toda esta secuencia de acontecimientos de forma rápida para que sepáis que decir o que responder en la escena principal a vuestros compañeros, pero como no hay tiempo material para ello, prefiero haceros este resumen y ya después con calma, a nuestro ritmo, roleamos todos los acontecimientos.

RESUMEN

(Effie y Amy) Las dos estuvisteis en el Gran Comedor y después de los acalorados debates y discusiones del día, incluido el duelo mágico entre Erika y Danio, os acostasteis en vuestros respectivos sacos de dormir, una al lado de la otra (siendo vistas por todos los presentes mientras se retiraban, incluidos los asesinos, quienes supieron de antemano vuestra ubicación exacta en el Gran Comedor o directamente ya estaba allí). Hasta aquí todo normal, charlasteis un rato con Dwen, Anna y Ethan, y cuando los párpados pesaron más de lo que podíais soportar, os fuisteis a dormir.

En el caso de Effie, al estar usando el giratiempo, su otro yo de la enfermería regresaba de tratar las heridas de Bella Goth en la enfermería junto a madame Pomfrey, y cuidadosa como siempre para evitar contacto visual entre ambos "yoes", o suscitar más sospechas de las debidas, aceleró el paso para llegar cerca de la entrada al Gran Comedor, comprobando el tiempo en el que sabía que desaparecería la Effie del Comedor, y dispuesta a retomar la posición de su yo original.

Sería entonces, cuando la Effie de enfermería llegó a donde estaban Effie y Amy profundamente dormidas y tomadas de la mano, sendos sacos de dormir uno al lado de otro, que escuchó los pasos de dos individuos encapuchados y con máscaras, caminando por el Gran Comedor. El miedo invadiría todo su cuerpo, incapaz si quiera de gritar para pedir socorro, más cuando vio al primero de los asesinos tomar una almohada y ahogar sin misericordia a Dwenrigar, el cual dejó caer una Snitch Dorada que rodó por el suelo. El otro encapuchado buscaba un rostro concreto entre los presentes, incluso escuchando una maldición por lo bajo...

"¿Dónde estaba la zorra de Slytherin, Amelia Spencer?"

Effie no dudó, pasó la cadena de su giratiempo alrededor del cuello de Amy, e hizo retroceder el tiempo para evitar aquella masacre.

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Se vieron regresando en el tiempo justo al instante previo a que las votaciones del Cáliz de Fuego estaban por empezar, justo antes de que el resultado saliese a colación. Amy bostezaba medio dormida, no entendiendo qué estaba sucediendo y por qué estaba nuevamente allí, en  frente del Cáliz, pero Effie tenía claro que las explicaciones llegarían después, dado que en ese instante Genesis daba un trago a su poción de Ingenio, y con la mente funcionando más rápido de lo normal, encontró un ángulo muerto en el que moverse sin ser vista y largarse del lugar, sospechando que iba a ser la más votada.

En efecto, para cuando el voto salió del Cáliz, la joven Ravenclaw ya había salido del Gran Comedor con pies ligeros, buscando un lugar donde esconderse y pasar desapercibida. Effie y Amy la seguirían en la distancia, entendiendo poco a poco Amy lo que estaba sucediendo y siguiendo fielmente a Effie, logrando las dos vislumbrar como Genesis llegaba a la sala de Trofeos, abría una trampilla oculta y se metía dentro. Ambas la siguieron introduciéndose por aquella trampilla oculta, y tras descender por unas escaleras de caracol de piedra, vieron lo que parecían unas catacumbas subterráneas.

Anduvisteis perdidas un buen tiempo, horas quizá, perdiendo por completo de vista a Genesis en un momento dado y desesperanzadas al creer que todo estaba perdido y que ni si quiera seríais capaces de regresar sobre vuestros pasos para salir por la trampilla.

No sería hasta que Genesis misma hiciese acto de aparición por uno de los pasillos dando un largo trago a un vial con Felix Felicis, que no os reunisteis las tres allí, en medio de uno de tantos pasadizos.

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Explicasteis a Genesis lo sucedido, apremiándola a que os ayudase a salvar las vidas de Dwen y Amy, dado que el tiempo corría en vuestra contra, pero lejos de darse prisa y regresar hacia la salida, la joven Ravenclaw, llevada por la euforia de haber bebido la poción Suerte Líquida, os instó a seguirla por dentro de aquellas catacumbas subterráneas. Como logró llevaros por camino seguro era toda una incógnita, pero tras andar largos minutos, llegasteis a una zona húmeda, que debía estar cercana al Lago Negro y por defecto, a las mazmorras de Slytherin.

Sería allí cerca donde la caverna por la que caminabais se amplió, revelando un espacio circular con un monumento de piedra en el centro, el Velo de la Muerte. Faye Fudge estaba inconsciente al lado del velo, justo en el centro de un círculo de transmutación alquímica. Oíais la voz de Nicholas al otro lado del velo, gritándole a Faye que debía despertar, que no podía dejar a mitad el ritual de transmutación, el "Intercambio equivalente" en el que la vida de Faye, ya maldita por el anillo hermano de Sorvolo Gaunt, podía todavía ser intercambiada por el alma de alguno de los alumnos que estuviese al otro lado. 

Genesis ayudó a despertar a Faye, y entre todos ayudasteis a la Gryffindor a completar el ritual, siendo intercambiada con éxito un alma por la otra. El alma de Faye pasó al otro lado del velo, lugar desde el cual se despidió agradecida por haberle ayudado a cumplir su último propósito o voluntad convirtiéndose en una heroína. El alma de Nicholas cruzó el velo al plano mortal, entrando en su cuerpo, el cual estaba cerca del ahora cadáver de Faye, que la Gryffindor había traído a escondidas para su amigo.

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Con Nicholas recuperando nuevamente su existencia entre los vivos, y tras despediros de Faye, tomasteis el cuerpo de la Gryffindor y regresasteis al castillo a través de las mazmorras de Slytherin, camino que Nicholas conocía a la perfección y que había usado numerosas veces para acercarse hasta aquel Velo, donde podía mantener contacto con las almas de los muertos.

Se aproximaba el momento en que los asesinos acabarían con la vida de Dwen y Amy, por lo que había que improvisar un plan de contención.

- Para suplantar a Amy, usarían en cadáver de Faye, al que le aplicarían un Crinus Muto para aparentar el color y forma del cabello de Amy. Siendo de noche y debiendo ser un asesinato rápido y limpio, estaban convencidos de que los atacantes no se fijarían en las facciones del rostro, más si las dos estaban tomadas de las manos.

- Para suplantar a Dwen, Genesis convenció a Peeves de que les ayudase a realizar una travesura, diciéndole que deseaban intercambiar al verdadero Dwen por una especie de maniquí. El poltergeist rebuscó entre sus múltiples conjuros, entregándole a Genesis varios encantamientos transformadores, con los cuales poder replicar la apariencia de Dwen en una amalgama de barro.

Aguardaron a que todos estuviesen dormidos, "secuestraron" a la Amy que iba a ser asesinada, colocando a Faye, y encontraron a Dwen regresando de una salida nocturna, impidiéndole entrar al Gran Comedor. No sin antes haber colocado el monigote de barro que suplantaba al Ravenclaw.

Con los asesinos en el momento lugar propicio, solo restaba dar la voz de alarma en el momento en que cometiesen sus atrocidades, pero algo debió suceder entonces, dado que ninguno de ellos recordó con claridad lo sucedido tras los "asesinatos". ¿Alguien les habría borrado la memoria?

¿Entiendo que la información vital del 10 en la tirada es todo lo relativo a Genesis, Faye y Nicholas? Cachis, yo esperaba al menos identificar a uno de los atacantes xD

Máster: Juer, los asesinos se me quejan de que vuestras habilidades ya son de por si demasiado OP! (Y probablemente con razón xDDD)

No estoy entendiendo nada - Dijo Nicholas al cruzar el velo y ver a tanta gente, motivo por el que parecía sorprendido y no por su regreso de los muertos. Se agachó junto a Faye y dándole un beso en las mejillas la colocó en reposo frente al velo hacia el que se giró murmurando - I'll be back.

Allí estaban Effie, Amelia, Genesis... y... dwen? amy?  No tenía claro la gente que allí había, solo que estaban trasteando con cadáveres

¿Qué haceis embrujadas?

Jueves 28 de Diciembre, 05:40 h. Hogwarts.

Aquella noche fue tremendamente sofocante y calurosa, no dando la impresión de que fuesen fechas invernales y que afuera de los cuatro muros de Hogwarts estuviese haciendo un frío terrible. Puede que la incertidumbre y tensión de saber que había un mal palpable que pretendía segar sus vidas, y la desconfianza de estar junto a amigos que bien podrían ser enemigos, hiciese difícil conciliar el sueño, pero uno a uno los alumnos del Colegio de magia y Hechicería fueron durmiéndose en sus respectivos aposentos o en el Gran Comedor acondicionado para ello con sacos de dormir y mantas, sumiéndose el lugar en un profundo silencio. Las horas pasaron, escuchándose quizá algún que otro ronquido o la respiración fuerte de ciertos alumnos, pero por lo general daba la impresión de que prácticamente todos pudieron descansar un mínimo aceptable.

Effie Goldwing y Amy Spencer dormían plácidamente una junto a la otra, sus manos entrelazadas fuera del saco, demostrando con aquel gesto íntima que ambas sentían la una por la otra un amor y cariño especial. Ethan, Anna y Dwen estaban a un par de sacos más allá, aparentemente dormidos, siendo aquel quinteto los únicos alumnos de último año que habían decidido acampar en el Gran Comedor y no dormir en sus respectivas casas de Hogwarts.  

Mientras tanto, en la primera planta de la Torre del Hospital, ubicación que hacía infinidad de años se había convertido en la enfermería o el ala médica del castillo, la otra Effie se mantenía incansable a la vera de Madame Pomfrey, quién viendo que se les había pasado toda la noche desbridando, curando y vendando las últimas quemaduras de la Gryffindor Bella Goth, solo tomado breves recesos a cada par de horas, la apremió a regresar a la sala común.

- Mi niña, ¿pero no has visto que horas son? ¡Por merlín, pero si está a punto de amanecer! - exclamó preocupada la medimaga, advirtiendo cansancio en la Hufflepuff que le había estado asistiendo incansable y lamentando en cierta medida haber estado requiriendo de sus servicios hasta esas horas - Bella ya está prácticamente curada, así que deberías regresar con los tuyos y tratar de conciliar unas horas de sueño. Prometo hablar con el resto del profesorado para que nadie te moleste y puedas descansar durante toda la mañana de ser necesario... - le mencionó con cariño, acariciando sus cabellos en una muestra de afecto y cariño. - Anda, vete... - y al comprobar que se iba a dejar la receta de la poción matalobos, le advirtió antes de abandonar el ala médica - Cielo, no olvides la receta... Mañana cuando despiertes ya tendrás tiempo de ir a los invernaderos a buscar el ingrediente restante... ¡Ah, y muchísimas gracias por todo! Eres un amor de alumna...

Gracias, Madame.  - Quería insistir una vez más en quedarse y seguir ayudando a Bella, pero ya era la cuarta vez que la medimaga intentaba echarle y estaba bastante segura de que no iba a convencerle de lo contrario.

Se giró una vez más hacia Bella.

Si puedes habla con Holy. Cuéntale que estás bien. Más o menos ya sólo los menos avispados no sabrán que estoy aquí contigo, pero es verdad que no lo he expresado abiertamente.

Entonces, escuchando el último comentario de la medimaga, añadió.

También tiene que saber lo de la poción. En privado, a poder ser. Así nadie intentará impedir que mañana por la mañana completemos la poción. No podemos arriesgarnos a que nadie interfiera y organice aún más caos en Hogwarts.

Y sin añadir nada más, se puso en marcha para regresar. Era cierto que quería haberse dedicado esa noche a hacer muffins para alegrar los ánimos de todos, pero pensó que primero debía descansar un poco y ya luego viajaría atrás en el tiempo para dedicar el tiempo nocturno a hacer muffins sin afectar a su sueño.

Con aquel aparato, los días eran el doble de cansados, pero era más fácil respetar las noches. Al final, conseguías de un extraño modo que los días tuviesen 32 horas como mínimo.

Poco sabia Effie lo que le esperaba al regresar 

La joven descendió las escaleras de la Torre del Reloj, para después andar el habitual trayecto de vuelta hacia el vestíbulo de entrada bordeando por los pasillos del patio central, lugar desde el cual generalmente se desviaría a su derecha tras descender por la escalera de mármol y descendería hacia la madriguera de la Casa Hufflepuff. Solo que en esta ocasión, recordaría con una sonrisa plena dibujada en el rostro, que debía acudir al Gran Comedor para reunirse con su querida Amy y el resto de alumnos que habían decidido pernoctar allí. Dejó por tanto la escalinata de mármol a su espalda, y tras cruzar la doble puerta que daba acceso al Gran comedor, con sumo cuidado de no hacer ningún ruido y despertar a alguien, se aproximaría con cautela hasta el lugar donde Amy y su otro "yo" reposaban plácidamente.

Verlas profundamente dormidas y tomadas de la mano, sendos sacos de dormir uno al lado de otro era una escena conmovedora. Sin embargo, escuchar al poco los pasos de dos individuos encapuchados y con máscaras acercándose con sigilo y observando uno a uno los rostros de los alumnos acostados dentro los sacos de dormir, encendió todas las alarmas de la Hufflepuff. El miedo invadiría todo su cuerpo, incapaz si quiera de gritar para pedir socorro, más cuando vio al primero de los asesinos tomar una almohada y ahogar sin misericordia a Dwenrigar, el cual dejaría caer una Snitch Dorada que rodó por el suelo hasta casi su posición. El otro encapuchado buscaba un rostro concreto entre los presentes, acercándose entre las sombras, incluso llegándose a escuchar un susurro o maldición por lo bajo...

- ¿Dónde estaba la zorra de Slytherin, Amelia Spencer? - se escucharía preguntarle a su acompañante de forma casi inaudible. ¿La ves?

No lograría reconocer la voz ni distinguir sus facciones ocultas bajo una máscara, pero Effie supo de inmediato que debía hacer algo...

El propio sonido de su respiración retumbaba en sus oídos como un desfile de timbales, pero por suerte, los encapuchados no habían reparado en su presencia.

Estaba claro que la máscara que portaban no sólo les otorgaba anonimato y protección en caso de ser descubiertos, sino también les reducía la visión. Lo mismo sucedía con la capucha y su capacidad auditiva.

Effie tuvo claro que debía hacer algo. Lo que fuera, pero algo. Se llevó la mano al bolsillo dispuesta a desenfundar su varita, pero lo que palpó primero no era su varita sino algo esférico que conocía bien.

¡El giratiempo!

En ese preciso instante supo qué debía hacer. Aquel objeto era un regalo divino y era la respuesta que estaba buscando. Aún no sabía cómo detener lo que iba a suceder, pero sabía que dispondría de tiempo suficiente para trazar un plan. Solo tenía que regresar hasta el momento en que Amy y Dwen se habían convertido en objetivo de los asesinos: la votación de Genesis. Pero esta vez no la dejaría escapar tan fácilmente. Ella confiaba en que su cambio de voto de Genesis a Bruce fuese acertado, pero tenía que averiguar si estaba en lo cierto y detenerlos. Preparó el giratiempo y...

Un sonido metálico y luego el rumor de algo rodando por el suelo hasta su pie. Miró al suelo. Era la snitch dorada de Dwen. Effie la recogió y la miró con lágrimas en los ojos. Ese había sido el secreto de Dwen y ahora estaba...

Un pensamiento alocado se cruzó por su cerebro: ¡No podía dejar que acabasen con Amy! ¡Ni siquiera aunque ella fuese a cambiar ese presente! Si a Amy le ocurría lo mismo que a Dwen, Effie simplemente...

Escuchó la voz. La estaban buscando pero aún no la habían encontrado. Y por suerte estaban mirando en dirección equivocada. Podía arriesgarse: ir hasta ella rápida y silenciosa como una... como una... ¡como una tejón! ¡Por supuesto que podía!

No lo dudó. Guardó la snitch dorada en el bolsillo y se movió veloz aprovechando la espalda de los asesinos. Cubrió el terreno que la separaba hasta su otro yo y hasta Amy, rodeó el cuello de Amy y el suyo propio con la cadena del giratiempo e hizo el aparato girar sin esperar siquiera a descubrir la reacción de sus enemigos. Dejó allí un saco vacío y, justo al lado, a su otro yo descansando inocentemente ajena a todo aquello y desapareció en las brumas del tiempo llevandose a Amy.