Partida Rol por web

- No sabía que pasaría eso. Yo no quería votar, las hadas dijeron que teníamos que hacerlo para ver quien era el culpable de la travesura. Los niños perdidos son traviesos, pensé que podían haber sido ellos...Él se parecía a los niños perdidos, así que pensé que era uno de ellos que había cambiado de piel. Pero me equivoqué.

Me senté con las piernas cruzadas flotando sobre las cabezas de la mitad de asistentes.

- Esto de votar no me gusta, nunca he hecho esto en Nunca Jamás. ¿Siempre que votas alguien se borra? Eso no suena muy divertido..

Y que Peter Pan, el niño que disfrutaba con todo, dijera eso, quería decir que definitivamente estaban todos en una mala situación.

La pequeña masa azul se asusto al contemplar como uno de sus compañeros de Disney acababa de ser borrado,triste se sento en el suelo cabizbajo.

-¿No hay otro modo de arreglar esto?...No sabíais si era inocente o no...

A Vanellope se le rompió el corazón cuando escuchó las palabras de Ralph y lo observó con la mirada brillante, sin poder creerse que todo eso lo hubiera dicho su mejor amigo. Tan solo hacía horas que estaban en aquella frustrante y desesperada situación, y ya dudaba de ella. Lo que más temía, lo que había deseado que no se hiciera realidad y que sólo su dolorida mente le hacía pensar era que Ralph dudara de ella. Y así había sido.

Notó cómo el labio le temblaba y cómo los ojos se le humedecían, pero no quiso dar la satisfacción a nadie de que la viera en ese estado, por lo que se sorbió la nariz, se pasó la manga por los ojos, restregándoselos, y arrugó la nariz al tiempo que ponía los brazos en jarras.

-De acuerdo, Ralph- dijo Vanellope con una voz un tanto más aguda de lo que le hubiera gustado-. No sé por qué dices eso. Yo sigo siendo la misma ¡y lo sabes!- añadió, señalándolo con un dedo admonitorio-. Si te he pedido ayuda es para que estuvieras conmigo, no para que arregles nada- confesó. Sabía perfectamente la capacidad que tenía su amigo para destrozar todo aquello que tocara, al contrario que Félix, que, con su martillo mágico, sabía arreglar hasta lo más difícil.

Se giró sobre sus talones y miró a WALL-E, apenada.

-Lo siento, WALL-E- se disculpó-, pero no tengo humor para ayudarte a que te arreglen.

Echó una última mirada a Ralph e irguió la nariz, subiéndola hacia arriba, arrogante, orgullosa, mientras caminaba hacia el extremo más alejado de la sala para no estar al lado de Ralph y escuchaba las voces de Peter y el ser extraterrestre.

Me gustaría poder ayudar a nuestro robótico amigo a que pueda hablar - dije mirando a Wall-E con tristeza - Ojalá tuviera manos para acabar lo que chewaaka empezó.... Además, no puedo quitarme el presentimiento de que nos hemos equivocado, que que los culpables de que el hada madrina se halle congelada siguen entre nosotros y se ríen de nosotros mientras ven a nuestro peludo compañero borrado por Walt Disney. ¿Nadie puede convencerlo para que lo dibuje de nuevo?

Al ver como Chewbacca desaparecía a través de la mano de Disney, un temblor le entra por el cuerpo.

¿De verdad se puede hacer eso? Kronk no quiere que le pase nada al resto. Yo prefería seguir haciéndoles galletas.

Me acerco al niño volando de verde. 

¿Los niños perdidos? Entonces habría que llamar a sus padres, pueden estar preocupados.

Al ver como chewbacca estaba siendo borrado, morfo se transformo en una pequeña chica chillando de forma muy aguda y se volvió a esconder en el pelo de Mérida temblando de tal forma que a esta se le movia toda la melena

La niñera se quedó con la boca abierta mirando como el ser peludo era borrado delante de sus narices... 

_ Vaya... la verdad que soltaba mucho pelo... pero de ahí a borrarlo... esperaba algo menos traumático... contando con que hay niños delante...

Miró con reprobación a las hadas pero no dijo nada más. Cualquiera hablaba en ese momento. En su lugar se puso a barrer los restos de pelo que Chewacca había dejado sobre el suelo antes de desaparecer.

El ser peludo de la franquicia galáctica había desaparecido. Así, sin más. Borrado de un plumazo por la mano del creador. El resto de personajes habían caído con saña sobre él ¿Era el culpable? ¿Estaba la gente tan segura? Dentro de poco se sabría.

Parece ser que quien resulte elegido en las votaciones va a acabar como Chewbacca... tenemos que darnos prisa y averiguar quien ha sido el responsable de hacerle esto al Hada Madrina... si no, quien sabe quien podría ser el siguiente... esto no me gusta...

Reacciono bastante mal con la desaparición de nuestro amigo peludo -¿Que os había hecho? Era de los aquí presentes más agradable y más participativo. Personalmente me fío menos de aquellos que apenas han abierto la boca que de los aquí reunidos que están sobresaliendo por sus sabias palabras.

Aquí es todo muy confuso, está claro que deberíamos encontrar al culpable del ataque al Hada Madrina,dijo con tono tranquilizador,esperemos que todo haya acabado con esta desaparición.

-¿Usted cree, señora Potts? -Mulan suspiró resignada, todavía un tanto impactada por la desaparición de Chewie-. Me da que esto no ha hecho más que empezar.

_ ¿Y esos detectives que buscaban pruebas?  ¿No han encontrado nada? Un jirón de ropa, un mechón de pelo... Algo! Yo he colocado todo este desorden y no me ha parecido ver nada... Pero no sé...

Mary Poppins se dejó caer sobre un sillón de la sala resignada. Estaba preocupada sobre todo por los niños que estaban presentes en aquella sala. Acababan de presenciar un evento muy traumático y deseaba hacerles aquello mucho más fácil. Tenían que ser valientes. Abrió el bolso y sacó de él una tetera, unas cuantas tazas y un plato lleno de pastas de mantequilla y chocolate que olían deliciosamente. Las dejó sobre la mesilla que había frente a ella y miró al resto:

_ ¿Queréis? Con el estómago lleno se piensa mejor.

Donald sospechaba que las votaciones implicarían consecuencias no muy halagüeñas a la persona que más votaran, por lo que le extrañó que algunos se sorprendieran al saber que al peludo le ha pasado algo malo. Las hadas dijeron que debían elegir a quienes creían culpables de el atentado contra el hada jefa.

-Njo he visto gninguna prueba concluyente- lo cierto era que entre tanto bicho raro la sala estaba llena de pelos procedentes de los animales peludos, plumas de él y de su sobrino, pisadas de los humanos que no se habían sacudido los zapatos al entrar y restos orgánicos que era mejor no investigar demasiado pero que señalaba a aquellos animales que no llevaban pañales. Esa escena era la pesadilla de todo investigador que se preciara. Sería difícil encontrar algo entre ese desastre- tendrjemos que esperarz para ver si el jgorila gigante era un brujo malvado.

Aunque parecía que la gente había votado sin demasiado conocimiento de causa, por lo que era probable que Chewbaka fuera un dibu inocente.

Tras haber manifestado sus sospechas y tomar distancias vio el daño que ello hacía a la pequeña. Necesitaba cariño y afecto, una mano segura que la guiase en la oscuridad. En vez de eso, el grandullón observó como dejaba detrás de él a una cría desconsolada, abandonada y sola. Quién le brillaban los ojos y el labio le caía con tristeza dibujando una profunda desesperanza.
Ralph se sintió mal en su desconfianza, la había decepcionado, se había comportado de la forma contraria de lo que había esperado de él y eso le dolía pero seguía sin entender porqué ella había hecho aquello hasta que… Vanellope habló.

Cada palabra se clavó como un alfiler en su corazón.

Ciertamente, aquello justificaba su comportamiento y Ralph se sentía un miserable por haber dudado de ella. Lo que pasó entre ellos solo era una muestra más de la paranoia que se había apoderado del lugar incluso mellando los lazos más profundos que algunos de ellos, en apariencia, compartían; el esposo desconfiaba de su mujer, el padre del hijo, y los amigos unos de otros. Obviamente los desconocidos no gozaban de mejor honor. Todos desconfiaban de todos aunque muchos lo hacían de una manera sorda.

Quizás Walt ya había terminado con la amenaza, quizás no, puesto que solo había servido a la petición de la mayoría y las hadas aún no les liberaban del lugar.

Se acercó, solo hasta a la mitad del camino, como si por distancia pudiera hacerle más daño: -Oye, pequeña…- Muchos de los presentes seguían a lo suyo, les daba igual lo que pasase entre ellos, muchos ya tenían suficiente en sobrellevar por sí mismos el trauma, pero Ralph tenía que hacer lo que sentía que tenía que hacer. –Sé queeee he demasiado rápido de palabras, no… no he sido nada justo.- Se fregó con aquella enorme mano la nuca mientras esbozaba una disculpa. –He sido un burdo, nunca la sutileza y la delicadeza han sido mi especialidad. Lo siento mucho, Val. Me…- Bajó la mirada al suelo mientras se expresaba completamente abatido y con los hombros caídos. –¿M-me… perdonas?- Se disculpó, al fin, pues se había equivocado.

El resto seguían sus nervios y sus pesquicias pero Ralph solo esperaba una respuesta.

Luego ahogando aún sus dudas que latían como un eco en su cerebro, le abrió los brazos. Intentó prometerse que no acusaría a ninguno de los presentes sin tener más pruebas, especialmente a ella, seguramente no hacía más que engañarse a sí mismo, en un vano consuelo, pues las hadas no cejarían en su empeño y pedirían otra votación. Quizás, con suerte no. Pero… La situación era apurada.

-Yo quiero - digo, al ver que Mary Poppins nos ofrece comida.

No son insectos pero las pastas no deben de saber nada mal con esa pinta. Me acerco a la mujer, cada vez más sorprendido por lo que puede meter en el bolso e intento beber de la taza, aunque siendo un felino es algo más difícil.

Al ver las pastas que sacaba Mary el estomago de Merida emitió un rugido de protesta, sin mucha confianza se acercó a la mesilla donde las había ofrecido.
Yo también quiero, gracias dijo mientras se acercaba una de las pastas a la boca.

Después de eso, olisqueó el contenido de una de las tazas, la levantó y sorbió un poco arrugando la nariz por lo amargo de la bebida y la volvió a dejar en la mesa.

Cuando vio la comida, a Alicia no le apeteció demasiado.

Tenía el estómago cerrado por lo que acababa de ver, estaba realmente asustada. Miró a Mary Poppins y negó con la cabeza, pálida. 

-No... gracias.

Yo cogería pero según aprendí, en estos casos, siempre se debe tener cuidado hasta con la comida - digo mirando con hambre pero resistiendo tomar una galleta.

-!Comida comida quiero comida jajaja!-El pequeño Stich empezo a saltar de alegría,olvidandose durante unos momentos de todo lo malo ocurrido.

-Mujer del paraguas deme comida por favor- Se sento cerca suya bajando las orejas y poniendo mirada tierna.