Partida Rol por web

HLdCN: Los Mitos de Cthulhu

Prólogo: La fiesta de la que todos hablan

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24/03/2016, 21:29
Iker Zubiri

-Si, señorita español soy aunque hace mucho tiempo que dejé España, fue en el 39.-comenta en un tono lastimero-He de suponer que es usted paisana mía ¿no?

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24/03/2016, 21:45
Sir Brian Medawar

Observó críticamente el contenido de su copa durante el brindis, contempló la transparencia, el aroma y la densidad de aquello con lo que iba a culminar su anuncio el señor Van Der Waltz, no por desconfianza, sino por deformación profesional. Como medico recomendaba el consumo de vino o similares con moderación a diario, pero la elaboración de este tipo de bebidas representaba todo un misterio para el recientemente nombrado Sir.

Asintió en silencio y bebió cuando los demás lo hicieron para poco después entregarle la copa a una de las sirvientas. -Gracias. -Dijo con un extraño acento ingles mientras paseaba su mirada por todos los presentes. Era evidente que el señor Van Der Waltz había sido capaz de convocar a un gran número de personas de un sin fin de procedencias diferentes, algo digno de elogio y admiración. El caballero inglés se limitó a dar un agradable paseo por los jardines disfrutando de las bellezas vegetales de las que se veían rodeados, aunque no por ello no se fijaba en el resto. Tal vez debería entablar conversación con alguien, pero no sabía muy bien como comenzar con la aproximación social.

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24/03/2016, 23:13
Demetria Antoinette Laforêt

Sonrió ante la respuesta halagadora del camarero, pero su sonrisa se esfumó al ver acercarse a un tuerto.
"No es que los vinos sean suaves, es que está acostumbrado al aguarrás" pensó para sus adentros, intentando contener las formas y mirando hacia otro lado.
Rápidamente, una esbelta y elegante mujer morena se le adelantó y le respondió amablemente, invitando además al resto a acompañarles mientras bebían. Suspiró. Se les unió una mujer rubia y otra que por las pintas que llevaba, era del servicio doméstico.

Le pegó un largo sorbo a su copa.

-Vaya, así que de España, ¿eh? Yo estuve allí hace algún tiempo, muy bonita y muy rural- esbozó una sonrisa lo más creíble que pudo -Señoritas, ¿me permiten la pregunta? ¡Tienen unos modelos esplendorosos! ¿De dónde son? Oh, vaya! Si no me he presentado! Aunque seguro que me conocerán- dijo, altiva -Soy Demetria Antoinette Laforêt, dueña de la boutique "Atelier" de París-

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25/03/2016, 11:11
Camille Rossi

La gente está sedienta - pensaba mientras era rodeado por los brazos que limpiaron su bandeja en cuestión de segundos. 
Apartó la bandeja y se limitó a servir Champagne en las copas vacías de la gente que prefería los espumosos al vino tranquilo.

 Perdona,¿tenéis algún vino español? Los vinos franceses son demasiado suaves para mi gusto.

¿Vino español? ¿Pero lo embotellan? - pensó para sí - Je suis desolé caballero, el bodeguero de los señores no trabaja con casas ibéricas lamentablemente. Pero en cuanto acabe con esta botella iré a buscarle un Languedoc que están descorchando ahora mismo. Creo que se parece a lo que busca.

¿No se le permite al caballero tomarse una copa con nosotros?

Sonrió a la joven. Sus ojos eran preciosos y su mirada parecía sincera. Cuando se dió cuenta que había hecho contacto visual demasiado tiempo agachó a la cabeza, le agradeció el ofrecimiento pero se negó - Gracias señorita, pero no sería profesional mientras estoy trabajado - rellenó su copa. 

 Si no me he presentado! Aunque seguro que me conocerán...

Aprovechó el pavoneo de las señora Laforet para dar un discreto paso atrás alejándose del grupo. Al girarse se dio de bruces con un hombre de unos sesenta años vestido con sotana. Pese a no sentirse cómodo normalmente cerca del clero,  hay algo en ese hombre que le resulta reconfortante

- ¿Desea algo de beber? - le ofrece amistosamente. Oferta que es automáticamente declinada con educación.  Caramba, un abstemio en esta fiesta. Vivir para ver... - se dice para sí divertido mientras se aleja para buscar la botella que le prometió al tuerto. 

 

 

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25/03/2016, 12:16
Diana Maier

Diana sonrió mientras tomaba las fotos a aquella mujer. Tras acabar asintió a lo que le comentó, no podía evitar contener la felicidad de aquel momento, ya tenia una de las fotos que necesitaba para el periódico, sin duda genial. 

- ¡Muchas gracias señorita Livnova, con gusto aceptaré su invitación al tour por su casa! - Dijo totalmente emocionada. Al volver la mirada hacia atrás continuo en busca de personas para seguir con su fotografía, por el momento se perdió en la muchedumbre.

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25/03/2016, 14:04
Kathe Winmarkt

 Kate intentó llamar la atención de Diana una vez más. Ofreciéndole su propia cámara, le pidió otra vez:

¿Puede hacernos una foto a mi y al señor Van Der Waltz, por favor? Le pagaré...

 Su mirada era una súplica sincera, sin la fotografia sus notas no le servirían de mucho...

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25/03/2016, 14:17
Tina Fleurs

Aunque he de reconocer que al principio no quería venir, los Van der Waltz saben hacer de un evento algo realmente interesante. No me llamaba nada en absoluto la idea de una fiesta de grandes vuelos con un montón de babosos señores de grandes fortunas intentando llamar mi atención pero la verdad es que llenar esto de pacientes desnutridos era una forma interesante de animar la fiesta. 

Tras un primer rato en el cual simplemente observaba como los señores ponían caras raras cuando veían a alguien meterse comida en los bolsillos, Karl dio un pequeño y elegante discurso con el cual arrancó el evento de verdad. Dejando que algún garçon me volviera a llenar la copa, me acerqué a mi amiga Demetria, la cual no parecía nada contenta con todos estos vagabundos.

-Claro que llevo un modelo esplendoroso querida Demetria, ¡me lo escogiste tu misma!- La saludo con una sonrisa y un gesto con la copa. -Disculpad que me una a la conversación, hace tiempo que no veo a mi amiga.-

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25/03/2016, 14:19
Diana Maier

Diana se dio la vuelta rápidamente cuando la llamaron la atención alzando ambas cejas sorprendida. 

- ¡Oh, disculpe madame! No hace falta pagar, no se preocupe. - Dijo la fotógrafa despreocupada. - Ahora mismo, ahora mismo. - Repitió con cierta alegría y siguió a Kathe donde estaba el señor Van Der Waltz. 

- Disculpe señor, ¿me permite hacerles una foto a usted y a la señorita? Soy Diana Maier, del periodico "Le petit jornual" - Sonrió al anfitrión de la fiesta mientras decían si posicionarse para que Diana les tomase unas fotos o no.

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25/03/2016, 14:30
Leonor Giovannoni

Se sintió halagada por el comentario de Madeleine -Gracias, le gustan los conciertos? - contestó poco antes de que la dueña de la boutique se presentara - Oh, Ateller, nadie que haya estado en París y tenga buen gusto puede ignorar ese lugar. Por cierto soy Leonor Giovannoni- dijo mientras se sumaba otra dama al grupo.

Comenzaba a sentirse incómoda, cada vez había mas gente alrededor y las conversaciones triviales no le sentaban bien, si no podía tener un diálogo interesante prefería el silencio de los árboles a continuar allí por mucho tiempo. Se quedó en medio de las tres mujeres mientras terminaba su copa.

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25/03/2016, 15:55
Nambaryn Elbegdorzh

Entre los invitados variopintos un señor asiático podía ser confundido en clase social de maneras muy diversas. Quizá por sus ropas es un desamparado más aunque no se comporte como tal o un excéntrico magnate de oriente que ha decidido otorgar a otros parte de sus virtudes, ya que está entregando a los desfavorecidos alguna que otra moneda o baratija mientras asiente repetidas veces con una jocosa sonrisa entre dientes.

Las palabras de bienvenida de su anfitrión son correspondidas por aplausos suaves por parte del extravagante anciano, que al darse cuenta de que no es ese tipo de actos se detiene e inclina ante los presentes riendo de forma humilde por su error. Quizás tenga algún que otro problema con el idioma y no entienda muy bien qué está pasando.

Tras encontrar a la dama rusa que brilla con intensidad ante las demás, se acerca a ella dirigiéndole unas palabras con absoluta naturalidad... en inentendible ruso. Debe de ser efectivamente un conocido o amigo de la anfitriona. -¡Jio jio jio! ¡Una fiesta digna de una señorita como usted, mi querida Irina! Realmente increíble que tantas personas, hombres y mujeres de todo el mundo se hayan presentado a tamaña celebración. No he faltado a mi palabra, joven. Aquí tiene lo que me pidió-. El viejito toma de sus bolsillos un bonito amuleto posiblemente producido por hábiles manos artesanales. La dama de la casa le pidió un recuerdo de sus viajes por oriente en su última visita. -Le traerá buena fortuna y menores dolores.- Se inclina de forma amable pero educada. -Haré bien de disfrutar de la celebración. Mi corazón aún celebra con gozo este día.- Con esas palabras se despide para observar todo el lugar con cierta curiosidad o interés. Toma algún aperitivo de forma muy agradecida pero no bebe ni una sola copa.

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25/03/2016, 17:14
Madeleine Bayle

Se sintió halagada por el comentario de Madeleine -Gracias, le gustan los conciertos? - contestó poco antes de que la dueña de la boutique se presentara.

Madeleine asintió.- La verdad es que los que son buenos les gustan a todo el mundo. Al menos eso creo. Su forma de tocar el piano hace que se le erice el vello a cualquier persona, en el buen sentido lo digo, no se vaya a pensar que estoy despreciando su música.- Se río para ocultar que estaba avergonzada de las tonterías que decía. Menos mal que en ese momento llegó Demetria (nunca creyó que iba a pensar eso).

  -Señoritas, ¿me permiten la pregunta? ¡Tienen unos modelos esplendorosos! ¿De dónde son? Oh, vaya! Si no me he presentado! Aunque seguro que me conocerán- dijo, altiva -Soy Demetria Antoinette Laforêt, dueña de la boutique "Atelier" de París-

No le caia uy bien aquella mujer aunque la conocía, claro que la conocía. Sus diseños eran de lo mejor de París y de lo mejorcito del mundo entero, al menos de donde ella había estado.
- ¿Este modelo? De París, como tiene que ser. La verdad es que si la conozco he oído muchísimo hablar de sus diseños.- miró para sus ropas y para las de Tina.- La verdad es que vistos las historias se quedan cortas. Preciosos, de veras.- Una gran sonrisa estuvo presente mientras decía todo aquello. Cualquiera diría que era forzada y estaba mintiéndole a Demetria pero Madeleine era una chica muy risueña en todo momento y la verdad es que sabia que los trabajos de la señora Laforêt eran excepcionales.

  Gracias señorita, pero no sería profesional mientras estoy trabajado.

Lo miró compasiva, le parecía injusto que todos estuvieran allí pasándolo bien y el pobre camarero no pudiese ni siquiera parar a tomar una copa.
- Si eso más tarde querido, si quiere incluso yo le puedo ayudar con su trabajo mientras descansa a tomar una copa.- para la mayoría de las mujeres que no estaban allí por necesidad eso era humillante e indigno, pero ella sentía verdadera compasión y quería que todos fueran felices allí. Le regaló una de sus mejores sonrisas mientras el camarero se iba.

Notas de juego

Siento no poder poner negrita, estoy desde el móvil.

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25/03/2016, 17:55
Karl Van Der Waltz

- Claro, claro, cómo no... - asintió el anfitrión con una sonrisa tomándose una foto con Kathe ante el foco de Diana. Sonriendo con calma el hombre se dejó hacer, tras lo que simplemente añadió - Un placer. Si me disculpan ahora, he de seguir atendiendo a los invitados...

Y con una inclinación de cabeza amable se retiró entre el gentío, de vuelta a estrechar manos y saludar a conocidos y desconocidos.

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25/03/2016, 17:56
Irina Livnova

Irina tomó el amuleo que el caballero chino le ofrecía con una gran sonrisa.

- ¡Ah, excelente Nambaryn querido! Me alegra mucho que haya podido acudir a nuestra pequeña celebración. Tome lo que quiera, creo que deberíamos tener té de hierbas del que le gusta a usted... - la mujer le hizo una leve pero amable reverencia al estilo asiático antes de continuar andando.

- Carmen por favor, guarda el amuleto del señor Nambaryn en mi tocador, encanto. No quiero que se estropee en la fiesta - le dijo a la chica del servicio mientras alzaba la mano para saludar a otra de las asistentes al evento. - ¡Tina querida! Y acompañada de Demetria ni más ni menos, ¿no es este el rincón más resplandeciente del jardín acaso con vosotras dos aquí? Ay queridas, que feliz me hace veros...

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25/03/2016, 18:28
Carmen Justo

- Sí, señor. - Le digo a Iker. - Nacida en Cuenca. Hace ocho años que mi madre y yo vinimos aquí a trabajar.

Le dedico una amplia sonrisa, y observo a la mujer que se acerca al escucharnos hablar. Hago entonces una pequeña reverencia a los tres.

- Disculpadme, he de seguir con mis cosas. No quiero molestar.

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26/03/2016, 09:00
Marie Anne Lenormand

Entre los invitados que iban paseándose y algunos de ellos, comenzando a entrar al lugar, se podía apreciar a una señora de aspecto adinerado haciendo acto de presencia en el acto benéfico. Algunas personas ya la estaban rodeando, o bien para preguntar acerca de los generosos donativos que habían sido dirigidos hacia el proyecto o bien sencillamente, por preguntar de manera un tanto desesperada acerca de su propio futuro o el de algún familiar cercano.

-Oh… lamento mucho su situación, trate de pedir cita previa si quiere una charla más profesional…- y delicadamente la mujer sostenía con dos de sus refinados dedos una de sus tarjetas de presentación, regalando algunas a los curiosos invitados que trataban de hablar con ella. Sin embargo, la elegante mujer parecía caminar con mucha elegancia y decisión hacia una dirección muy concreta.

-Mi estimado Karl… Permíteme decir que la fiesta resulta ser de lo más exquisita- se presentaba mientras le dedicaba dos sutiles besos al anfitrión. -¿Cómo se encuentran todos? Aún no he tenido el placer de saludar a Irina aunque sí he podido verla, bellísima como siempre, posando para posiblemente alguna revista famosa que se encuentre por aquí. Cuánta prensa… “quizá más de la que me gustaría”...

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26/03/2016, 10:46
Kathe Winmarkt

 Kate guardó sus notas. 

 ¿Aquella mosquita muerta pretendía robarle su trabajo o que? 

 Con toda la educación que fue capaz de reunir, manteniendo sus emociones bajo control, se encaró con ella.

 Esa fotografía es para el Boston Tribune. Por eso me ofrecí a pagarte. No estoy regalandote una foto, te estaba pidiendo que hiceras una foto.... ¡con mi cámara!

 Agitó su triste Kodak en el aire y se dió cuenta de que estaba alzando el tono. Para colmo de males,Van Der Waltz se perdió entre el gentío. Su oportunidad se desvanecía ante sus ojos... ¡y todo por culpa de una mujer!

 Mire señorita Diana, me parece muy mal que caigamos en la competitividad profesional propia de los hombres. Las mujeres trabajadoras deberíamos distinguirnos por una ética profesional intachable. En nuestros jovenes hombros se apoya toda una generación futura de mujeres trabajadoras... así que apelo a su consciencia y espero que me haga llegar la fotografía cuando revele su carrete, ¿así lo hará? ¿le doy las señas de mi hotel?

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26/03/2016, 15:46
Samuel L. Franklin

De alguna forma sentía que llegaba tarde, quizás ya hubieran empezado a comer sin él, o quizás estuvieran ya bebiendo al son de una melodiosa balada. De cualquier forma quería llegar ya y llevarse algo a la boca, su estomago cada vez se hacía más presente, demostrando su ansia por ser alimentado.

Al llegar, solo podía escuchar conversaciones sin demasiada relevancia y sin captar ningún dato interesante. Por lo que golpeando su bastón contra el suelo con cierta velocidad se acercó a la primera mujer que encontrase en su camino, en este caso Leonor Giovannoni. Mientras se movía tarareaba y cantaba pequeñas frases de una melodía que él mismo había compuesto semanas atrás, aún nadie había tenido la oportunidad de escucharla completa.

Al llegar junto a aquella mujer, inspiró fuertemente hasta reconocer el perfume que era la fragancia de las mujeres, hacía tiempo que sabía distinguir a las personas por como olían, de alguna forma tendría que saber como referirse a la gente. Con una sonrisa que abarcaba casi todo su rostro y sin girar la cabeza hacia la señorita, comenzó a hablar; -Perdone mi interrupción señorita, pero acabo de llegar y me encuentro un poco desorientado entre tanta conversación. ¿Sería tan amable de indicarme si hay algún lugar en el que este pobre hombre pueda saciar su hambre? Pues bien sabe dios que es el hambre la peor de las condiciones y me gustaría ponerle remedio pronto.- Tenía una voz melódica y tamborileaba el bastón que sostenía con cierto ritmo ¿Sería la música su oficio? Solo quedaba algo claro, y era que aquel hombre parecía un tanto precario al verlo con aquel traje desteñido y ese bastón gastado.

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26/03/2016, 18:25
Bixente de Vergaresse y Lizárazu

Después de recorrer el jardín paseando entre los variopintos invitados tomo asiento en un banco situado en una zona tranquila, bajo un enorme fresno. Aún era pronto para recaudar fondos, los invitados se afanaban por presentarse unos a otros o se empujaban por llamar la atención de los anfitriones. En esas circunstancias, tratar de mantener una conversación mínimamente provechosa era dificil, por lo que opto por apartarme un poco y tomar asiento disfrutando del cuidado jardín y esperando que las cosas se calmaran un poco para continuar después con mi labor.   

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27/03/2016, 04:43
Leonor Giovannoni

Sonrió ante el comentario de Madeleine, mas de un espectador podía sentir lo que ella decía por mera repulsión a su música. Antes de que las dos amigas pudiesen responderle, se acercó la anfitriona, saludando a las ricas mujeres que la acompañaban -Hermosa fiesta, es una fuente inagotable de reencuentros, que disfruten el sabor de los buenos momentos- levantó su copa y se alejó de ellas..

Al fin silencio, al fin aire, al fin paz. No tardo en curzarse con un hombre ciego que venía cantando y que pedía algo de comer. La ceguera ablandó su corazón -Claro, este mismo- hizo señas a Camille Rossi para que se acercase cuanto antes- comerá hasta el hartazgo, se lo aseguro. Por cierto, bella melodía venía cantando, no la conozco, que es?-   

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27/03/2016, 11:24
Narrador

- ¡Marie Anne, querida! Que bueno tenerte aquí también, estás tan preciosa como de costumbre. - Irina saludó a su amiga tarotista con gran efusión. Siempre había sido una mujer inclinada a lo oculto y sus misterios, por lo que videntes, curanderos y demás miembros del gremio se encontraban entre sus amigos.

Cuando la tarde avanzaba, cercano ya el anochecer, la mujer rusa reunió un pequeño grupo para realizar una visita por la casa, tal y como había anunciado. No demasiados, unos veinte, escogidos azarosamente entre los presentes.

Estaba el Padre Bixente de Vergaresse y Lizárazu, sacerdote español del norte del país a quien Karl señaló que respetaba bastante por su implicación social y quien estaría honrado de tener en su casa. También se llevó a un par de miembros del servicio para atender durante la visita: el diligente Camille Rossi, buen sabedor de que vino era el necesario en cada ocasión y la brillante Carmen Justo, la cual Irina había dicho en más de una ocasión que era la mejor ayuda de cámara que podía pedir cualquier mujer de bien. Su buena amiga Demetria Antoniette de Laforêt no podía falta claro, iba cogida del brazo de la rusa señalando así su status. Diana Maier pasó también ya que se la había invitado a tomar fotos del lugar, e iba charlando con el cura Emmanuel Grandier acerca del lugar y los invitados y de lo bien que lucirían todo en las fotografías. Charlando con Karl iba uno de sus amigos cercanos, un excéntrico millonario que apenas había abierto el pico en toda la reunión, pero que los más avezados identificaron como Giorgio Monicelli, empresario italiano que había salido muy bien parado de la guerra. Detrás de estos y charlando acerca de la Gran Guerra y la situación europea tras esta, caminaban Iker Zubiri, Jim R. Martin y Józef Koniarek, ex-soldado español, empresario americano y ex-soldado polaco respectivamente. Kathe Winmarkt avanzaba atenta a cualquier exclusiva que pudiera cazar, pues en estas reuniones no era raro que alguien se fuese de la lengua, y más en torno a gente importante como los Van Der Waltz. Justo detrás de esta se había formado un heterogéneo grupo en el que la talentosa pianista Leonor Giovanni charlaba con el reconocido chéf de fama del momento, Londarbie Puit, quien no satisfecho solo con la presencia de  dicha hermosa mujer se había rodeado también de exhuberante arqueóloga Madeleine Bayle y la misteriosa vidente Marie Anne Lenormand. Qué pájaro estaba hecho messie Puit, aunque a saber qué pensaban de él realmente las mujeres tras sus aparentes sonrisas. Y a saber qué pensaban también del extraño caballero mongol que las seguía con una sonrisa amable y sin decir ni pío, pues nadie tenía del todo claro si el curandero Nambaryn Elbergdorzh hablaba alguna lengua occidental o simplemente se hacía el tonto. Pierre-Isidore Lucien iba comentando esto precisamente con Samuel L. Franklin, sacándole alguna carcajada al músico que disfrutaba plenamente de las ocurrencias del ingenioso conde. Y cerrando la comitiva caminaba una extraña pareja que había encontrado interesante conversación en los avances recientes de la ciencia médica: Sir Brian Medawar y Tina Fleurs, científico inglés y enfermera francesa respectivamente.

Era un grupo sin duda variopinto en el que había de todo un poco, e Irina les fue mostrando la casa con gran gozo y alegría, aunque habría quien diría que parte de est alegría se debía a la ingesta quizás demasiado acelerada de alcohol por parte de la mujer, quien incluso se cortó ligeramente el pulgar  al caérsele una copa.

Al margen de aquello, la casa era preciosa. Amplia y luminosa, decorada con gran gusto, dejaba en claro cuan refinados eran Irina y Karl.

La excursión concluyó en el salón principal de la casa, donde el matrimonio dejó que el grupo se acomodase para continuar charlando tranquilamente.

Notas de juego

¡Seguimos en el prólogo de momento aunque queda poco! Esta noche comienza la acción. Podéis postear aquí de nuevo si queréis o simplemente esperar, a gusto del consumidor.