Partida Rol por web

Aquel grupo cada vez más menguante fue obligado a huir por los pasillos de Fort Frolic hasta que finalmente se encontraron con una compuerta de seguridad por los que lograron pasar todos, todos salvo el que se quedó atrás en extrañas circunstancias. Incluso los Bots de seguridad estaban con ellos, aunque las torretas no pudieron moverse con ellos.

Tras respirar un poco el aire para recobrar el aliento, estos se percataron de algo que al principio se daba por sentado pero ahora era obvio; aquel aire que respiraban era notablemente mucho más puro y limpio que el del resto de la ciudad; siendo esta la pista que les indicaba que, en efecto, se encontraban en las puertas de Arcadia.

Arcadia es el corazón vivo y palpitante de Rapture. Sus frondosos bosques y abundante vida vegetal sirvieron para generar el oxígeno que sustentaba la vida que la ciudad necesitaba. Era un refugio tranquilo para aquellos que buscaban un respiro de los rigores diarios de la vida de la ciudad para relajarse en soledad entre los muchos árboles y colinas cubiertas de hierba. Los vacacionistas que buscan algo más relajante que las luces intermitentes de Fort Frolic pueden encontrar paz y serenidad en la encantadora Waterfall Grotto, Tea Garden y otros paraísos bajo la copa de los árboles. Arcadia era muy popular en San Valentín entre las parejas, teniendo un ambiente amoroso.

La llegada de aquel grupo no pasó inadvertida, puesto que desde la radio que aún portaban consigo, una nueva señal llegó, y aquella voz fue del todo menos menos reconocida, claramente no era ni de Sander Cohen ni tampoco de Andrew Ryan, ni siquiera era del Jefe de Seguridad Sullivan, en esta ocasión era una mujer.

-¡Lo que me faltaba!. -Exclamó dándoles todo lo contrario a una bienvenida con los brazos abiertos- Espera un momento... vosotros no parecéis ser parte de los Saturninos, casi parecéis "normales". Si esperáis pasar por Arcadia os advierto que está cerrada y más os vale ni pensar en traspasar, esos locos están por aquí sueltos. Más os vale andar con ojo... llevan alborotados desde navidad, y al parecer quieren celebrar aquí el fin de año y el inicio de año nuevo...

La profesora Julie Langford, Ph.D., es la científica responsable de crear y mantener Arcadia, un jardín y arboreto que suministró oxígeno a Rapture y propietaria de Langford Research Laboratories. Antes de su descenso a la ciudad submarina, Langford era una reconocida botánica y profesora en la Universidad de California Berkeley, donde había trabajado desde la década de los años 20. Su investigación atrajo tanto elogios por sus hallazgos innovadores como controversia por sus "teorías radicales". Durante un tiempo trabajó para el gobierno de los Estados Unidos, ofreciendo asistencia con varios proyectos de defoliación durante la última Guerra Mundial, incluido el uso contra los japoneses.

Pero entre tanta gente brillante que había en Rapture, este nombre no fue remarcada entre uno de los "Mejores y Brillantes de la Ciudad", como era Andrew Ryan, Sofia Lamb (antes de ser expulsada), la Dra. Brigid Tenenbaum, Sander Cohen, el Dr. Yi Suchong o el Dr. Gilbert Alexander. -- Por lo que su fama era baja y no era una persona facilmente reconocible salvo por algunos pocos que pasearan por Arcadia o se molestaran en leer los recibos del gasto de oxigeno.

Era evidente que para aquella mujer que estaba al cargo de esta sección no le agradaba lo más mínimo estos llamados "Saturninos", y por la cara que estos pusieron acerca de este nombre, era probable que esto fuera un problema "interno" y "concentrado" de Arcadia, por lo que esta explicó quienes eran.

-Se visten con hojas y se hacen llamar los Saturninos. Por favor... -Comentó en un suspiro cansado y hastiado de solamente hablar acerca de este grupo- Beben sangre humana y cantan: "¡Controla la llama, Controla la niebla!" y creen que son tocados por los dioses antiguos. ¡Ja!. Un grupo envejecido de chicos de fraternidad, inclinando hacia atrás copas de plásmidos y llamándolo ambrosía.

Esta descripción era interesante, tanto que probablemente lo debería grabar en un audiodiario o algo así.

-Tengo mucho trabajo que hacer. -Comentó finalmente- Volved por donde habéis venido y dejadme en paz.

En efecto, aquellas puertas estaban cerradas a cal y canto y no tenían ninguna forma de acceder al interior de arcadia más allá de quedarse mirando como bobalicones frente a dicha entrada cerrada; y lo que era aún peor, volver atrás no parecía ser una opción viable, pues aún escuchaban a los Splicers de Fort Frolic rascando la puerta con los cuchillos.

Estaban atrapados... al menos hasta que alguien viniera a rescatarlos; aunque... ¿Alguien sabía que estaban ahí?.

Quizás hubieran pasado 5 o 10... o incluso 30 minutos, era difícil de saber si alguien no hubiera mirado la hora de llegada y la hora de la siguiente interacción; algo que ninguno de ellos lo hizo, a fin de cuentas, estaban bastante más sorprendidos por lo que estaba ocurriendo delante de ellos; al otro extremo de las puertas cerradas había un hombre.

¡Controla la llama, Controla la niebla!

Exclamó levantando un puño hacia aquellos recién llegados (aunque ahora ya no tanto), al parecer este era uno de esos "Saturninos" que tanto había hablado la Dra. Langford. Este llevaba una máscara de palos y ramas, pero lo más llamativo eran las togas tintadas en sangre con leves marcas hechas de pintura blanca.

-Veo que la vieja bruja de Langford os dejó fuera. -Dijo mostrando unas dotes detectivescas envidiables- No sabe divertirse, para ella todo es trabajo, trabajo y más trabajo... y hablando de divertirse... Los chicos y yo estamos buscando a alguien que nos pueda ayudar en una cosita... Y veo que sois bastantes... ¿Qué opináis si vosotros me dáis a uno y yo a cambio os abro la puerta?. ¡Vosotros podéis disfrutar del jardín y nosotros podremos celebrar nuestro ritual!.

^{_{Cuanto más pura e inocente sea su alma... mejor...}}

La oferta era tentadora, si no fuera por el hecho de que la persona "entregada" era más que probable que no saliera con todas sus partes del cuerpo, si es que salía de ahí, claro está. 

-Os daré un tiempo para que lo meditéis... pegad un grito si ya tenéis a uno. -Tras esto, delante de ellos, este simplemente se desvaneció en una nube rojiza.- ¡Controla la llama, Controla la niebla!

Haciendo acto de presencia, abro mi maleta y le ofrezco una chaqueta, un par de pantalones, calcetines y calzado deportivo a 09. Aberash Mbaba. - No sé si le queden bien, pero espero que le sirvan, voy a tratar de conseguirle un arma, pero no prometo nada.

Y para aquellos que me cuestionan, ya se los dije, sólo soy un humilde mecánico, no un soldado ni nada parecido, no tengo experiencia en combate y esas bestias me causan mucho pavor. - digo mientras cierro mi maleta.

Hasta ahora, lo único que he hecho es ayudar en la medida de mis posibilidades. Así que, antes de cuestionar mis motivaciones, recuerden que fui de los primeros en ofrecerle dinero a 13. Madamme Maum cuando se activaron las alarmas.

Incluso lo hice antes de que lo pidiera y lo volvería a hacer con tal de colaborar con la seguridad del grupo, pero no esperen que enfrente a uno de esos Big Daddys pues me causan escalofríos. - agrego con tranquilidad mientras me pongo de pie y observo con desagrado a los saturninos.

No sé ni cómo logré salir viva del Fleet Hall. Estaba herida, y había tantos peligros... la cabrona de Olivia la primera. Estuve tentada de coserla a balazos allí mismo, pero cuando el lunático Saturnino apareció, tuve otra idea.

Voto por entregarles a Olivia. Ha intentado matarme a la vista de todos usando un plásmido que podría haber usado contra el Big Daddy... su inocencia es solo fachada... ¡Está igual de loca que Marcus Jeditza!

Me apoyé contra una pared. No me convenía sulfurarme. No tenía cabeza para seguir el resto de conversaciones del grupo... y eso me jodía aún más.

La muerte de Giuseppe Mallone fue un duro golpe para sus fuerzas de ataque, pero no había tiempo para lamentarse, debían seguir adelante, todos los presentes ya debían tener claro que iban a morir antes o después durante aquella desventura que estaban viviendo.

Ed no se vio en la necesidad de dar sus argumentos para votar a Olivia, pues Beth ya los dio. Aunque se le olvidó la parte de que tampoco había parado de mentir desde hacía un rato largo, pero no iba a intervenir solo para eso.

Lo que sí le llamó la atención, fue la nota que salió volando, ensangrentada, del cuerpo de Giuseppe. - ¿Siempre hay un faro? - preguntó al resto. - ¿Qué significará? ¿Será algún mensaje en clave que nos ha intentado dejar? - miró con su ojo a Pamela Ishley, esperando que esta tuviera algo más de información, pues ahora era la nueva poseedora del ticket y por ende, quien podría haberlo examinado.

      Lo raro sería si encontráramos un sitio que solo consistiera en sentarnos - mentaría luego de ver todo aquel teatrillo que se habían montado los saturninos, solo para empezar a escuchar a la gente y sus alegatos de siempre ... no voy a negar que esos los disfruto... , aunque si... manteniendo un momento la vista en Chasey.

     La diferencia entre la salvación de esta niña con el resto es... ? - mentaría, solo para girarme al resto - Dije mi codigo la otra noche, por lo que no cuenten conmigo para lanzar a la niña a ese grupo de... - mascando muy fuerte una palabra para describirlos - hippies acuáticos  - para entonces señalar a la que inicio todo esto - Además... no es como que no tengas culpa de esto, ¿ no ?, digo... el combate se había acabado, PA'que seguir trasteando con esos bichos que ya habían demostrado todo... menos una lealtad segura.

  Y otra cosa - sin quitarle la mirada de encima a Beth Whistle - ¿ que es esa petición tan rara de pedir por dos noches mas de vida ?, un capricho arbitrario... o algo mas detrás del numero ?

    Acabando con el asunto, caminaría hacia Lenore Overheart para entregarle unos cuantos dólares. 

   Soy un hombre de palabra, y como fuiste la única que mantuvo el voto hasta el final... pues aquí están los verdes.

- A mí lo del faro no me dice nada, señor Chasey. Supongo que será algún tipo de consigna. Parece una llave magnética, me pregunto si abrirá algo...

- Señor Spencer, me muestro intrigado de qué ofrecerá cuando haya vendido todo su material. He de admitirle que al menos usted ha cumplido su palabra, aunque sea su continua coacción lo que más me haya preocupado. Y concuerdo con que debemos proteger a la niña.

El éxodo continuaba sin un final claro a la vista, excepto para aquellos que se iban quedando atrás, uno por uno. Por mucho que el grupo menguara las circunstancias no parecían dispuestas a darles un solo respiro.

Alzó la radio una vez más para facilitar que todos pudieran escuchar a la señorita Langford. Su expresión era ausente; quizás lo ocurrido durante la "función" de Cohen había logrado terminar con su radiante disposición. No obstante, segundos más tarde ya se encontraba como siempre.

—Señor Rollingheart —encaró al bombástico caballero—. Aunque no albergo deseo alguno de entregar a una niña que probablemente no sabe lo que hace a esos... "hippies acuáticos", como les ha llamado, ¿sería mucho pedir que tome su lugar? Ha procurado causar discordia desde el primer momento, y como bien ha apuntado el señor Mallory, me pregunto qué será lo próximo que pruebe cuando ya no cuente con medios para sobornar a nadie.

Si se me permite opinar, ese plásmido de diana de seguridad estaba fuera de lugar o bien pudo usarse en ese monstruo y no en la señorita Beth. - comento dejando en claro que 12. Olivia Colman no me resultaba tan inocente como parecía.

Tal vez si la damita explicase la razón porque la usó en la señorita Beth en lugar del Big Daddy, quizá podría convencer a todos de que fue un error y aclararía todo atisbo de dudas en su contra. - digo acercándome a 07. ​​Beth Wisthle para ver si podía ayudarla con algo.

Porque debería usarlo en los robots, no me han hecho nada. Y yo he venido a Rapture, con la intención de quedarme. Porque me dedicaría a matar y sabotear el lugar. Dije firmemente.

Y el plasmido que compre, cualquiera podía haberlo comprado, después de todo estuvo en la tienda y me le lleve antes de irnos de ese lugar. Lo cogí con la idea de defenderme de las personas agresivas. Y como dije antes, si pillo a alguien pirateando algo, lo activare contra esa persona; ya que por culpa de esas personas; que tocan, lo que no hay que tocar. Yo recibí un disparo.

Y como siempre me han dicho, si te portas mal, unos azotes has de recibir. Así que, no siento ningún remordimiento de lo que he hecho.

Interesante argumento, pero la señorita Whistle no fue la única en trastear con esas cosas, justamente ahora veo un par de bots de seguridad que siguen a otras personas.

En fin, sólo lo comento porque encuentro ciertas fallas en su argumentación. - respondo mientras señalo a los bots que acompañaban al grupo.