Partida Rol por web

¿Qué rayos? - brama el viejo celador mientras intenta cubrir sus ojos, pero todo es en vano, el tremendo fogonazo de luz lo ha dejado ciego dándoles tiempo suficiente para escapar. 

Sin saber cómo llegan a la puerta de la enfermería, su loco escape los ha dejado cansados y sin aliento. A partir de aquí me toman en cuenta el cansancio. 

Sabia y muy bien, que su mejor opción era volver, pero seguía furioso por su encuentro con peeves y la maldita gata esa, se sentó un minuto a recuperar su aliento, maldijo a las escaleras y se dispuso a tomar el camino largo al 5 piso

Arcturus estaba apunto de decirle a Flinch que como un squib se creía con derecho a decirle esas cosas a un Stonewood, no a cualquier mago, cosa que seguramente hubiera comportado un castigo muy duro, cuando escucho el susurro de Freddy. No tenía ni idea de que iba ha hacer pero tampoco tenía tiempo para discutirlo, así que lo hizo sin pensar en las consecuencias.

Entendió todo aquello cuando escuchó las palabras de Freddy "Bueno, no vamos a ganar en el concurso de debates, no" pero tampoco era una idea tan disparatada, aunque seguro que en el futuro se arrepentirían. Así pues empezó a correr en cuanto tuvo ocasión.

Nunca había sido un portento físico así que aquello lo dejo bastante exhausto, notando como los pulmones les quemaban y las piernas empezaban a quejarse de la actividad, sin embargo le dedicó una genuina sonrisa a Freddy y le dijo entre jadeos: -Muy buena Freddy. Digna de todo un mago. Le guiñó un ojo.-Ahora a encontrar a Artemis antes de que no encuentre Flinch, otra vez.

Y así corriendo llegaron a la enfermería, donde se apoyó en sus rodillas para recuperar el aliento. -Te parece, ya que estamos, mirar dentro?

Aunque dentro de su cabeza resonaban diversas palabras, como ataque en el patio de transformaciones o niñato en los jardines.

Despúes de casi una hora de caminata estás muy cansado (somnoliento) llegas al famoso pasillo del quinto piso el cual por cierto está desierto, al lado izquierdo del pasillo ves cuatro armaduras animadas, las cuales de vez en cuando muevesn sus cascos de lado a lado como haciendo guardia.

Al lado derecho una pared llena de trofeos, muchos de ellos academícos, varios con el nombre Hermione Granger y otros tantos con el nombre Percibal Weasley y algunos otros con el nombre del director dumbledore, lo que más te llama la tención es un pequeño estante en el cual hay un cromo de las ranas de chocolate con la imagen de Dumbledore y debajo de ese su condecoración de la orden de Merlín.

A penas podía mantener los ojos abiertos, estaba arrepentido de haber ido pero ya era demasiado tarde para hacerse para atrás. Primero agarró el cromo, leyó la condecoración, le interesaba un poco pero no mucho.

Hizo fuerza para recordar el acertijo que encerraba el pergamino mientras buscaba el lugar donde se encontraba la biblioteca 

Por más que te esfuerzas para buscar alguna pista para resolver el acertijo todos tus esfuerzos parecen totalmente inútiles así que finalmente decides irte a la cama.

Llegas a tu dormitorio sin contratiempos y te desplomas en la cama.

En cuanto dije la palabra salgo corriendo, sabia que Filch había sido cegado y ahora no tenia pruebas de quien estaba fuera de la cama. Seguí corriendo sin mirar atrás y seguí a mi amigo Arcturus.

Ya no tenia en cuenta los minutos que recorrimos el castillo pero si podía ubicarme, estábamos cerca de la enfermería. Gracias amigo, solo pensé en algo para salir del castigo. Debo agradecer al mago que hizo ese hechizo.

Mi corazón palpitaba mucho y jadeaba. Yo te sigo.

Salió de la clase de astronomía con la idea de usar su tiempo libre para dormir, pero entonces se dió cuenta que estaba en el quinto piso y que podría tomarse un rato más para explorar a ver si encontraba la bibloteca. A ver veamos, dragón, serpiente, leon. No puede ser tán difícil...

Sabes que hay algo raro en ese pasadizo pero aún no te das cuenta de que se trata, a tu izquierda ves cuatro armaduras y a la derecha el stand de premios.

Nuevamente lo que más te llama la atención es que el cromo de Dumbledore en las ranas de chocolate ocupa un lugar principal en el Stand mientras que su condecoración como miembro de la orden de Merlín primera clase esta a ún lado como si se tratara de un premio de menor categoría.

Mientras recorres con la vista el stand de trofeos te das cuenta que la Srta. Granger quien casulamente pasa por allí en estos momentos ha ganado casi todos los premios académicoa que Hogwarts puede otorgar con excepción de vuelo y pociones, pese a que su nombre figura en la placa de estudiantes con EXTASIS aprobados con extraordinario en todas las materias.

En dicha placa sólo hay 10 nombres, el último de ellos es de Hermione Granger y el Primero del Merlín en persona.

Otros puestos que te llaman la atención son el 7 (Albus Dumbledore), el 8 (Tom Riddle) y el 9 (Percibal Weasley - actual Ministro de Magia)

Halcon serpiente dragón durmiente, y ¿Porque estará el cromo  en el lugar principal y lo de la orden secundario? si no logro esto, no estaré ni cerca de abrir la puerta... Estaba absorto buscando cuando vió pasar a Hermione Granger. Vió todos sus logros académicos y automáticamente supo que tenía que hacer

No le daba miedo hablarle, la admiraba y respetaba mucho, su madre le había contado muchas cosas de ella pese a ser una leyenda, prefiririó hacerse el niño tímido, sabía que eso iba a caer mejor.

D...disculpa, Srta. Granger, em, se aclaró la garganta y se acomodó los lentes, si las historias que le contaba su madre eran verdad, Ella y el mismismo Harry Potter eran amigos, tal vez podía sumar un poco de cariño con los lentes. Mi madre me contó un montón de cosas sobre usted. ¿Le molestaría firmarme un autografo? Dijo sacando un cuaderno con una sonrisita tímida

Ella te observa bastante sorprendida, pues no está acostumbrada a ese tipo de trato.

Buenos días - responde ella algo sonrojada.

Mi autógrafo dices??? ¿Estás seguro que no prefieres el de Harry? Bueno ¿Tienes una pluma? - pregunta ella algo nerviosa

Oh eso también estaría bien, pero sin ti no hubiese podido hacer nada. Dijo mientras le pasaba su pluma. Aparte estaba admirando esta vitrina y ya es razón de sobra para pedirte uno.
Una vez guardado el autografo le dijo -Dime, no te llama la atención que el cromo de Dumbledore este en el lugar principal, y su condecoración en um lugar secundario?

La verdad no. El profesor Dumbledore siempre dio más importancia a su cromo que a la condecoración incluso en los tiempos del regreso de Voldemort cuando el Ministerio lo amenazó con quitarle su condecoración él dijo que mientras no lo sacaran de los cromos cualquier otro castigo era algo sin importancia. Jejeje. Creo que en el fondo siempre será un niño grande y eso es lo que lo hace especial. ¿No crees? - pregunta ella con una sonrisa mientras te firma tu cuaderno.

rió ante las afiramciones de Hermione Ella no es una verdadera Ravenclaw, creo que no podré conseguir que deduzca algo de información para esto, valía la pena intentarlo igualmente aparte tengo un autógrafo genial. pensó - Gracias Hermione, si, supongo que podrá ser, yo lo he notado un poco débil estos días, igual más allá de eso, conozco las leyendas y por todo lo que hizó supongo que tiene el derecho a ser un niño grande... De vuelta, muchas gracias por todo. Yo me quedaré en este pasillo admirando todos los trofeos. Dijo sonriendo a la hechizera de la que tanto había oído hablar.

Muy bien que tengas buen día, amiguito y recuerda mantenerte alerta pues Hogwarts esconde muchos secretos algunos más peligrosos que otros. - dice ella con calma y cordialidad.

Tras firmarte el autógrafo Hermione continúa su camino y te deja estudiando el pasillo con total calma.

Guardó el autógrafo, iba a quedar muy bien colgado en su pared y con una sonrisa y ánimos renovados prosiguió la búsqueda hasta la hora del almuerzo. 

Tras observar mucho el pasadizo te das cuenta que este pasillo no tiene la misma arquitectura que los demás si bien es cierto lo que más llama la atención del pasillo es la gran vitrina de premios, dicha vitrina de premios se encuentra en el lugar donde deberían estar las ventanas.

Sin embargo, pese a la ausencia de ventanas el pasillo se encuentra muy bien iluminado, así que levantas tu mirada y de pronto puedes ver cuatro hermosos ventanales en cada uno de los cuales se puede apreciar el escudo de una de las casas de Hogwarts.

El orden de los escudos es el siguiente de izquierda a derecha: 1.- El león de Gryffindor, 2.- El águila de Ravenclaw, 3.- La serpiente de Slytherin y 4.- El tejón de Hufflepuff.

Los hermosos ventanales no sólo dejan pasar la luz, sino que además proyectan las imágenes de los escudos contra la pared contraria, sólo que eso normalmente no se puede apreciar con claridad toda vez que dichas proyecciónes se encuentran casi al nivel del techo.

Otra cosa curiosa en el pasillo es que en la pared opuesta de los ventanales, justo entre las dos armaduras centrales puedes apreciar un escudo de Hogwarts tallado en alto relieve sobre la pared.
 

Donde la serpiente y el halcón se enfrentan al Dragón. Definitivamente en los ventanales están la serpiente y el Halcón. Tal vez está hay una hora del día en la que la proyección dice algo, aunque todavía no entiendo a que se refiere con dragón, pero definitivamente me estoy acercando.

Se dio cuenta que era la hora del almuerzo así que fue al Gran Comedor saltando de la emoción.

Lo que llevaba de día podía resumirse en una palabra: Desastroso. ¿O quizás horrible? ¿Detestable, espantoso, horroroso? De cualquier forma, salió del aula de pociones sin esperar siquiera que el profesor Slughorn observara el líquido que lo único que vigorizaba era la idea de fracaso escolar de Hellen. Sabía a dónde ir. Las chicas habían hablado de hacer concordar historias para resolver el misterio de Artemis pero por mucho que quisiese ayudar a su amigo, tenía otra idea en mente.

Lentamente, para no llamar la atención de nadie, Hellen se acercó al baño de chicas del segundo piso según recordaba le había indicado Slytherin. ¡Salazar Slytherin! Aún seguía anonada por el hecho de que ese gran mago se hubiese dirigido a alguien tan insignificante como ella. Cuando abrió la puerta del aseo se llevó una gran desilusión. ¿Por dónde empiezo a buscar? ¡Este sitio es enorme! A ver, concentrémonos. ¿Dónde podría un mago de ese calibre esconder su diario? ¡Y durante tantos años sin ser descubierto! Obviamente no tiene que estar a la vista ni en un sitio que pueda ser encontrado por un alumno de otra casa. Pero entonces, ¿por qué no esconderlo en la sala común de Slytherin? Porque no todos los alumnos valen lo mismo... Podría ser... ¿La cámara de los secretos? El proceso deductivo terminó a la vez que Hellen se tocaba la garganta, allí donde había sentido la mano del mago. 

Muéstrame la entrada. Dijo la pequeña imaginando en su cabeza el símbolo de Slytherin: una serpiente. Para ella su voz sonó igual que siempre pero si todo había salido bien, había hablado en parsel.

Cuando encuentras la pequeña serpiente y le susurras que te muestre la puerta, los lavaderos de centro de la habitación empiezan a separarse, mostrando una apertura en el piso.

Aquella apertura, parece ser la parte alta de un tobogán, algo sin duda curioso, teniendo en cuenta el carácter parco de Salazar Slytherin.

Mientras te acercas al misterioso pasaje, una voz infantil y algo chillona llama tu atención, es el fantasma de una niña, apenas un año mayor que tú. Ella te observa sonriente y se acerca flotando muy despacio. 

Yo, en tu lugar, no bajaría allí. - dice con una sonrisa. - Hay serpientes allí abajo.  Soy Myrtle por cierto. ¿Cuál es tu nombre?