Partida Rol por web

Me desperté pronto al día siguiente. Había dormido poco la noche anterior, pero me encontraba totalmente despierta y activa. La visita al pueblo era un acontecimiento que llevaba esperando mucho tiempo. Kat sin embargo, no parecía muy animada.

- Claro que tenemos que ir a Hogmeade, es algo que podemos hacer muy pocas veces, un descanso para nuestra vida escolar, nos lo merecemos - dije alegremente, intentando animarla - disfrutemos de nuestra excursión y después podrás ir a hablar con Bane. Seguro que tenéis muchas cosas que hablar y no me cabe la menos duda de que podrá contarte muchas cosas, no sólo sobre los nefilims, sino también sobre tu padre. ¿Qué me dices? ¿Explorarás el pueblo conmigo antes de volver a nuestras investigaciones? - le guiñé un ojo sonriente.

La rubita no pudo resistirse a la carismática sonrisa de Jane, devolviéndole la sonrisa Kat asintió con la cabeza y respondió:

-Claro, no seria justo dejar a Hogmeade sin revisar.

Dijo para después dar un brinco llena de vida como era su costumbre. Lo que fuera acerca de su verdadero origen o si realmente era humana lo podía dejar para después.

- Pues andando - la tomé de la mano y salí con ella alegremente de la habitación - a desayunar bien y a pasar un estupendo día en Hohsmeade.

Le habían sucedido muchas últimamente y necesitaba evadirse, aunque fuera un poco.

Después de un tiempo de recuperarse de los incidentes de la casa de los gritos no quedo mas que seguir adelante. Kat comenzó su mañana como siempre: practicando algún hechizo. Esta vez tocaba practicar el Alohomora, sacó una cajita con cerrojo y la puso en su cama, apuntó con su varita y conjuró:

-Alohomora.

Otra vez le falló haciendo su clásico sonido de trompetilla burlona. Lo intento una vez mas con el mismo resultado.

-Rayos, que complicado.

Estaba entretenida leyendo el libro de Historia de la Magia cuando Kat comenzó a practicar un nuevo hechizo. No lo conocía, por lo que me acerqué a ver cómo lo hacía.

- ¿Estás segura de que es así? - pregunté haciendo memoria.

Iba a intentarlo de nuevo cuando Jane vino a ver que estaba haciendo, intentando mostrar una sonrisa le dijo:

-Mas o menos. Es un hechizo que vimos en clase de encantamientos, solo que aún no puedo dominarlo.-apunta al cofresito con su varita y conjura-Alohomora.

Una trompetilla burlona suena de la punta de la varita.

-¿Vez?, que molesto.

Volvió a intentarlo pero fue lo mismo, para Kat no le quedó mas que hacer cara de uva pasa por esta reacción.

Me acerqué a la puerta y lo cerré con llave.

- Vamos a ver, practiquemos con la puerta, tal vez así resulte más sencillo - imité el movimiento de Kat y apunté a la puerta - alohomora.

La puerta se abrió sin ningún problema.

- No es muy complicado, tal falless en la pronunciación - dije acercándome a ayudarla.

Viendo cómo Jane movía la muñeca a la hora de lanzar el hechizo Kat se ánimo a hacerlo otra vez, con varita en mano apuntó hacia la cerradura y conjuro:

-Alohomora.

Otra trompetilla burlona salio de la varita señalando su fracaso. Aún sin rendirse volvió a intentarlo y fue lo mismo.

Con un movimiento seco votó la varita en la cama con molestia para después sentarse en esta con visible cansancio.

-¿Podemos descansar un poco?, cuando mi varita se pone necia no hay manera de hacerla razonar.

- Claro, descansemos un poco - dije al verla cansada de tanto practicar - pero luego al lío.

Me acerqué a mi baúl y busqué unas cuantas cosas. Poco después salí con una bolsa de meijas fritas.

- ¿Meijas? - le ofrecí - Kat, ¿qué tal van las clases con el profesor Cain?

-Ah sí.-Tomó una mostrando un poco de hambre-Gracias.

Luego de comerla suspira de manera cansada y le cuenta:

-Bane ha sido un tirano, desde lo de la mansión sus lecciones se hicieron muy difíciles. Según por que teme que algo mucho peor nos pasé-Dice para enseñarle su muñeca derecha, visiblemente amoratada-Así me quedó la muñeca después de la última clase, estuvimos 8 horas dibujando runas en los pergaminos.

Satisfecha de haberse desahogado con Jane se sintió más tranquila, tomó su varita perezosa de la cama.

-Bueno, es hora de seguir. ¿Podemos intentarlo otra vez?.

Cerro la puerta del dormitorio y apuntó a la cerradura conjurando:

-Alohomora.

Volvió a sonar la trompetilla burlona, volvió a intentarlo y fue lo mismo. Frustrada mas no rendida Kat apretó la varita con fuerza.

-Otra vez.....

Me crucé de brazos cuando me contó que Bane se había puesto como un tirano.

- Mmmh, tal vez no sea mala idea tampoco que te meta algo de caña, pero si se pasa me dices y le hecho la bronca, tampoco quiero que termines agotada por tus entrenamientos - dije algo preocupada. 

Kat solía estar algo atrasada en algunas clases y practicar no le iba mal, pero tantas horas podían tener el efecto contrario.

Luego volvimos a practicar y Kat volvió a fallar aún con ayuda, por lo que la tomé del hombro y negué con la cabeza.

- Creo que es el giro de muñeca, como dices, debes tenerlo cansado. No te frustres, tal vez sea mejor que lo dejes para otro día y vuelvas a intentarlo. Hay veces que las cosas no salen y no salen, por mucho que nos empeñemos, ya te saldrá - le dije con una sonrisa, acariciándole el cabello.

-Ya, basta, ji ji.-Dijo Kat entre risillas por el cariñito de Jane.

Pasado esto Kat se puso mas seria, se sentó en la cama y confesó:

-Después de lo de la casa de los gritos casi ni la contamos. No se tu Jane pero eso ha sido muy duró, mas para mi, quien casi no hizo nada durante la pelea. Eliphastus casi me mata y por eso me escondí detrás de un librero y mientras tu estabas sola contra el equipo tenebroso allá arriba.-Apretó su varita con fuerza y declaró-Quiero ser mas fuerte y no ser una carga, no soy una prodigio como Artemis o una Animaga como tu o Hellen o tal vez Freddy. Si quiero ayudar entonces me concentraré en la magia única de los Nefilim, así podre tener una fuerza única y que no sea fácil de contrarrestar por los Tenebrosos, los Tóxicos y hasta los demonios.-Miro a Jane con determinación-Sólo así podre sentirme a la altura de una amiga como tu.

Kat enmudeció por un segundo, visiblemente apenada era la primera vez en mucho tiempo que era honesta con los demás sobre sus sentimientos. No se lo había dicho a nadie pues le daba vergüenza admitir lo débil y vulnerable que se sintió en aquella pelea, aún si curo e hizo lo que pudo no quita que se escondió como una cobarde, así no podría hacer mas, como si fuera una niña dejada. Lo que mas odiaba, no era sólo la pizza de camarones sino que pensaran que era una inútil, una incapaz.

Dando un profundo suspiró se levantó del lecho y se puso en postura.

-No me importa si Bane me estropea la muñeca lo que importa es que quiero mejorar.-Apuntó a la cerradura y conjuro-Alohomora.

Una estridente trompetilla se burló del fallo de Kat, apretó su varita y conjuró nuevamente:

-Alohomora.

Para su sorpresa un estridente "clack" sonó en el dormitorio, la puerta estaba abierta. Este triunfo parecía increíble, horas y horas de trabajo por fin daban resultado, insólito evento casi hace que Kat se cayera en sus posaderas. Casi parecía un milagro.

- Kat, claro que hiciste mucho - dije rápidamente intentando animar a mi amiga - nos defendiste y estuviste curando las heridas de nuestros amigos, ¿cómo que eso no es nada? Aprende a valorarte más - le di un suave golpecito en la cabeza a modo de reprimenda - yo estuve sola porque el fuego nos dividió, pero eso no me hace mejor, dos de ellos ya estaban casi derrotados. Kat, tu tienes sangre nefilim y puedes aprender magias que el resto no podríamos ni soñar. Claro que puedes lograr todo eso, sólo tienes que darte tiempo y verás como serás incluso mejor que cualquiera de nosotros - la abracé cariñosamente - te apoyaré en todo y esperaré a ver la gran maga que vas a ser.

Miré como se concentraba de nuevo en el hechizo y recé para que le saliera bien. En silencio, vi como fallaba de nuevo e hice un gesto de fastidio, pero entonces...

- ¡Muy bien, Kat! ¡Lo lograste! - corrí a abrazarla eufórica y casi la ahogué en mi alegría.

Tras dejar la biblioteca, tomé a Kat de la mano y me la llevé al dormitorio rápidamente. Cuando llegamos, cerré la puerta y comencé a dar vueltas en la habitación pensando rápidamente qué hacer. Hacía mucho tiempo que tenía algunas cosas pensadas y puede que fuera el momento de ponerlos en práctica. Con determinación, me volví a Kat.

- Bueno, Kat, es hora de prepararte para lo que pueda venir. Quería esperar un poco, pero creo que puedes lograrlo. Si quieres seguirme los próximos días, creo que hay algo que tienes que conseguir, pues clave para mis planes. ¿Qué te parecería aprender a ser una animaga? Por supuesto, te prepararé mentalmente antes de eso y te daré algunas clases de como hacerlo, porque no se consigue fácilmente y si fallas podrías quedarte convertida en animal para siempre. ¿Estás preparada para eso? Pero no puedes decirle nada a nadie, sobre todo a Artemis y Hellen, si Hellen se entera de que te estoy entrenando me va a comer como pantera.

Kat entró en el domitorio junto a Jane rápidamente, la experiencia de la libreria fue muy intensa y por ahora sólo podía pensar en ponerse a salvo. No tanto por Hellen pero si por la aparición de fundadora quien fue la que alteró a Kat, semejante horror no lo había sentido desde que vio la película de "Juan sin miedo", con su estancia en el colegio había aprendido a vivir con fantasmas pero la fundadora estaba a otro nivel, era una aparición tenebrosa sin igual. Una vez entro al cuarto miró a todos lados en espera de que no hubiera nadie estuviera y trabó la entrada con una silla, por ahora estaban seguras.

No hubo tiempo para descansar, Jane abordo a Kat rápidamente y le recalcó que tenían que darse prisa, el tiempo corría y Hellen así como sus enemigos no dejaban de moverse, ahora Jane tenía un plan y para el requería que Kat fuera una animaga, ¡¡¡una animaga!!!.

-Espera un poco, si quiero aprender a serlo pero no me has dicho para que. También quiero ayudar a Hellen más no se, matar es algo muy malo, aún contra Samantha.

La Rubita no quería parecer una cobarde, pero tampoco quería matar a nadie. No sólo por los mandamientos de dios sino por que había leído que aquellos que lo hacen no pueden volver, eso los cambia, los trastorna.

Entendía las dudas de Kat, por lo que intenté tranquilizarla.

- Para explorar, Kat, mi plan se basa principalmente en explorar. Quiero mirar por todo el castillo buscando información. Como alumna puedo llamar la atención, pero como ardilla puedo pasar desapercibida, puede que en alguna ocasión lo haga de noche, y lo más importante, quiero hacerlo al Bosque Prohibido. Allí se esconde algo, estoy segura, sin embargo, es peligroso ir. Como animaga resultara menos peligroso - le expliqué rápidamente - por eso quiero que te conviertas en animaga, porque no quiero que vengas como humana, podría ser peligroso. Y Hellen, bueno, yo tampoco quiero matar a nadie, aunque sea alguien como Samantha, pero puede que llegue aun momento en el que no tengamos más remedio que defendernos - me acerqué a Kat y la miré seriamente - Kat, sé que eres muy buena e inocente, pero quiero que pienses en que se puede dar esa posibilidad. Dime, ¿estás preparada para empezar el entrenamiento para ser animaga?

A Kat le brillaron los ojos al oír la parte de explorar, con solo fijarse en las grandes posibilidades que era el ir de un lado a otro del castillo y sin la presión de ser descubiertas. Sin decir mas tomó las manos de Jane y dijo entusiasmada:

-LO HARE, VAMOS VAMOS.

Repentinamente el semblante de Kat se puso serio, aun sujetando las manos de su amiga la miro con un dejo de tristeza:

-No es tan simple Jane. ¿Me creerías si te digo que matar a alguien es tan sencillo como jalar de un gatillo?-guardo silencio y después unos segundos continuó-En mi vecindario no todos son buenas personas, algunos sólo se dedican a tomar y a drogarse, a veces tanto que se enojan mucho entre ellos y comienzan a pelear, casi siempre con uno de ellos muerto. Ya sea con una puñalada en la barriga, un disparo o peor toman una piedra y le destrozan la cabeza. Un día están ahí y al siguiente están ahí tirados, en un charco de su propia sangre.

Kat decía esto con una espantosa calma, casi como si fuera algo común para ella ver semejantes horrores. Cambio su gesto a algo mas animado:

-Estoy de acuerdo con defendernos, pero prometeme que si lo hacemos seria como último recurso, si no nos queda mas opción.

- ¡Muy bien, Kat! ¡Ese es el espíritu! - dije alegremente. La entrenaría a conciencia y en cuanto estuviera lista, afrontaríamos la prueba más dura, convertirse en animaga.

Al escuchar su respuesta a mi ladeé la cabeza confundida.

- ¿Jalar... gati...? ¿Qué es eso? - seguramente sería algo muggle que no entendía, así como algunas de las cosas que dijo después, por lo que me me limité a sonreír tranquilizadora - no te preocupes, Kat, nunca lo haría si no fuera necesario, no quiero ser como Samantha y el cuarteto tenebroso, no... cielos, después de todo sólo tenemos 12 años. Sólo... bueno, sólo si no hay más remedio, si nuestras vidas corren peligro o pasa algo que no podamos evitar. Sólo te lo decía por si en algún momento pasaba para que estuvieras preparada, no quiero que sea un golpe muy duro.

Entonces, me di cuenta de la hora y corrí a oger mis libros.

- Demonios, es casi la hora de ir a astronomía. Preparémonos, y estate preparada, en cuanto tengamos un ratito empezaremos con el entrenamiento y voy a ser muy severa - le guiñé un ojo con un gesto de complicidad.