Partida Rol por web

Ya más calmada por el sobresalto inicial, escuchó como Artemis se acercaba hasta ellas de nuevo, preguntando. Entonces Allison bajó las manos, abriendo los ojos al tiempo que se daba la vuelta para mirar al chico.

- B-bueno... He hablado con Mérida y.. - comenzó, pero se detuvo, dubitativa miró a su amiga con gesto preocupado. Aclarar aquello iba a ser complicado, y lo mejor sería que se pusieran a ello, pero no sabía por donde empezar. - Sobre lo de Kat. ¿Qué ha..? - añadió con precaución, no sonaba enfadada, simplemente preocupada por lo sucedido. Volvió a mirar a Mérida, asintiendo con la cabeza levemente. 

Al escuchar las palabras de Allison, me puse rígido y clave mi vista en Mérida y tras pensarlo por algunos segundos, opté por ser sincero.

En octubre, Mérida y yo hicimos una apuesta, yo perdí y acordamos que debería hacer cualquier cosa que ella me pidiera.

Yo pensé que me iba a pedir que le hicera la tarea o algo así, sin embargo, a finales de diciembre, poco antes de las vacaciones, para ser más exactos, ella me pidió que invitará a salir a Kat.

Yo me negué, no una, ni dos, sino hasta en cuatro ocasiones, peto ya sabes como es Mérida, no para hasta que consigue lo que quiere. - digo bajando la mirada.

La verdad sea dicha, me costó mucho encontrar la manera de darle esquinazo a Mérida, así que decidí ponerle punto final a esto. 

Así que hoy, invité a Kat a salir, ella se negó y yo feliz, porque en verdad no quería salir con ella y ya había cumplido con mi parte de la apuesta. - agrego cruzándome de brazos.

Y para que lo sepas Mérida, desde hace un tiempo, sólo quiero estar al lado de Allison.

No sé como se dio esto y tampoco me interesa buscarle una explicación, sólo sé que quiero a Allison y todo lo demás es accesorio.

Ella siempre ha estado allí para mi, me ha salvado la vida en dos ocasiones y es quién más me ha ido a visitar durante mis múltiples visitas a la enfermería. - digo con voz firme mientras me acerco a la pelirroja y la abrazo.

Así que ya puedes dar por pagada la apuesta. - añado con voz cortante hacia Mérida.

Al escuchar las palabras de Artemis y ver como abrazabq a Allison, algo se encendió dentro de mi.

Si bien es cierto, me sentía mal por todo el lío que había causado, también sentía una gran rabia dentro de mi y fue más por impulso que por otra cosa que aparte al león de mi amiga y lo encaré.

Tu pedazo de pelmazo, si hubieras sido sincero conmigo, jamás te hubiera puesto en este lío. Nada te costaba decirme que te gustaba Allison.

Ella es demasiado buena para ti, es dulce, sincera amable y jamás mantendría lo vuestro en secreto, pero tu preferiste callar.

Pensé que eras mi amigo ¿En dónde quedo el Artemis que me salvo del colibrí salvaje en transformaciones? ¿Aquel que siempre me decía las cosas de frente?

Todo rsto es tu culpa no la mía. - le respondí al Gryffindor molesta interponiéndome entre él y Allison.

Finalmente Artemis les contó lo sucedido, y Allison estaba perpleja, no era para menos. Pero lo que se venía a continuación ni en mil años hubiera logrado adivinarlo.  - Por favor no se peleen... - pidió, aunque era demasiado tarde cuando Mérida les separó, encarándose con el Gryffindor.

- M-Mérida.. - dijo con tono preocupado, pero a Mérida ya no se la podía frenar. Ver cómo se hablaban con un tono tan cortante, era algo para lo que no estaba preparada. Sabía que las cosas no iban a ser fáciles, pero no esperaba aquello.

Al oír sus halagos, Allison se sonrojó, sentía timidez al sentirse el foco de atención. No le agradaba, y menos cuando veía a las dos personas más importantes para ella discutir. Esto no puede continuar, tengo que frenarlos..

- ¡Basta! No soporto que os digáis cosas tan feas... Por favor.. - explotó entonces, bajando el tono de voz paulatinamente, mientras fruncía el ceño con una cara de preocupación total, mirando a ambos. Al estar tras Mérida, colocó con gentileza sus manos sobre los hombros de la chica, situándose a su lado a medida que tomaba aire antes de hablar.

- Todo esto ha sido un gran malentendido.. Y yo también tengo parte de culpa, todos tendríamos que haber hablado mucho antes. En un primer momento estaba tan confusa... Todo esto es muy nuevo para mi, y no sabía que hacer, temía que Hellen pudiese odiarme. - comenzó, mientras su voz sonaba serena, sin soltar los hombros de su amiga, mirando a ambos de hito en hito. - Es mucho más complicado que eso.. - 

- Pero tengo que coincidir con Mérida en algo. - dijo, mirando esta vez hacia Artemis, no había enfado en su voz, tampoco lo miró con dureza, simplemente quería arreglar aquello. - Viendo lo que te pedía, tendrías que haber dicho algo. No sólo por tí, por mí, o por Mérida... Sino por Kat. Imagina que ella te hubiera dicho que sí... - continuó con expresión afligida. - Los sentimientos cuentan, y ahora está bastante disgustada. - dijo con con tristeza. Luego soltando los hombros de su amiga, se puso entre ambos y los miró esbozando una sonrisa esperanzada.

- Aunque seguramente le pasó como a mí, quizás no supo como manejar la situación... - concedió intentando razonar una explicación lógica a aquel comportamiento. 

Verlos pelear era realmente doloroso, y que Mérida cuestionase su amistad con Artemis era terrible. Más cuando ella sabía lo mucho que el chico también la apreciaba. Necesitaba actuar. - Mérida eres mi mejor amiga, y te quiero con locura. Estoy segura de que todo esto ha sido un error, todos metemos la pata alguna vez. Sólo necesitamos hablarlo con más calma.. ¿Sí? - inquirió, esbozando una sonrisa hacia la chica, pasando después la vista hacia Artemis, indicándole que hablase. Con tranquilidad. Conocía muy bien el temperamento de ambos y aquello podía pasar a peores si no los vigilaba.

- Y como se digan algo feo más, les juro que los perseguiré para morderles los tobillos si es necesario..! -  era una amenaza un tanto extraña, pero en aquel momento no se le ocurrió nada mejor.

Al ver la actitud de Mérida, reculé un poco, pues no me esperaba esa reacción, más aún cuando Allison se puso como una fiera.

Yo en verdad lo siento, si no te dije nada, es porque no quería que Hellen se enterase, ella es muy complicada y no quería que acosara a Allison. - digo bajando la cabeza.

Además, si Kat hubiera aceptado, sólo hubieramos ido a dar un paseo por Hogsmeade y a tomar un refresco, el acuerdo era que la invitara a salir, no que me hiciera su novio o algo parecido. 

En definitiva no creo que Kat se lo hubiera tomado tan personal, ella y yo siempre hemos sido sólo amigos, nunca ha pasado nada entre ella y yo. 

Después de todo, yo sería incapaz de jugar con los sentimientos de Kat, los de Allison o los tuyos Mérida, en verdad creí que me conocías mejor. - comento bastante dolido.

Yo siempre he hecho hasta lo imposible por protegerlas y ayudarlas en todo, tanto a ustedes como a Freddy, Jane, Kat e incluso a Hellen aunque no se lo merece. - agrego con un poco de amargura.

¡Ah, se refería a eso! Ahora tiene más sentido, no pensaba que fuera capaz de pedirle salir. Menos mal.. La cara de Allison reflejaba puro alivio cuando escuchó la explicación de Artemis. - Oh, ahora lo entiendo mejor. Eso me cuadra más, sí. - respondió asintiendo de seguido, más animada. El chico llevaba razón, hasta día de hoy siempre había sido bueno y atento, estaba clarísimo, tan sólo se trataba de un malentendido. 

- Aunque Kat parece bastante enojada, eso sí. - puntualizó ladeando la cabeza mientras chasqueaba la lengua con disgusto. - Tendremos que pensar en algo para animarla. ¡Bueno! - añadió mientras tomaba a cada uno de una mano y los miraba. 

- Pero primero solucionemos esto, no puedo veros tristes. Yo también lo daría todo por tí, por Mérida y por el resto. Y me atrevo a decir que por Hellen sería las primeras también, aunque tenga su modo de ser se preocupa muchísimo por todos nosotros. De verdad. -  comentó ensanchando la sonrisa, estaba segura de ello. Quería mucho a Artemis, pero le dolía que pensara así de Hellen, pero sabía que era complicado entre ellos dos, así que no insistió más. 

- ¡Venga! Nada de caras largas..! - dicho eso atrajo a ambos hacia ella mientras los abrazaba con efusividad y soltaba una risita. Finalmente besó a Mérida en la mejilla, y sin soltarlos, plantó otro beso en la mejilla de Artemis. Aunque con este último gesto se ruborizó ligeramente, aún así, mantuvo su sonrisa radiante.

Sin perder tiempo,  correspondí al abrazo de Allison y estreché a mis dos amigos entre mis brazos tomando la decisión de no entrometerme más en esta clase de asuntos a menos de que alguien me lo pida expresamente. 

Ahora sólo quedaba algo por hacer y eso era reconciliarme con Kat, pero eso iba a estar la mar de difícil,  pues estaba echa toda una furia. 

Supongo que ya nos ocuparíamos de ello llegado el momento, por ahora, sólo quiero disfrutar un poco más de este abrazo.

Luego de permanecer unos minutos abrazados en silencio, los tres ponen rumbo hacia el castillo Mérida por delante con su energía de siempre y Artemis junto a Allison, tomados de la mano un tanto azorados.

Sin lugar a dudas había sido una mañana emocionalmente intensa para estos tres jóvenes, quienes, luego de limar sus asperezas, se disponían a continuar con su rutina. 

Jackie es vista paseandose por El Lago, despues de las clases...

Ella lo recuerda.

Recuerda las lecciones de Artemis y de los demás. El Patronus. Un buen hechizo y uno que puede cambiarlo todo. Dicen que ningún mago tenebroso podía conjurarlo.
Por otro lado, tambien dicen que el mismo Godric Griffindor no podía hacerlo, y que Salazar Slytherin si pudo hacerlo durante un tiempo. Hace falta talento, pero no demasiado, pues la misma Helga Hufflepuff fue capaz tambien de dominarlo

"Si la foca de Helga Hufflepuff podía ¿Por que yo no?" piensa

Ella se concentra. Intenta que salga, pero sólo un par de trister partículas rutilanes emergen de la punta de la varita.

"¿No puedo encontrar una buena memoria? ¿Un recuerdo realmente feliz?"

La segunda vez, finalmente consigue hacer aparecer una aparición continua. Luz blanca. No se le puede llamar un Patronus sólido, pero el aura de luz toma forma. Quizá podría apartar a un Dementor, quizá... Pero no es esto lo que ella espera.

Ella agita la varita. Hace los movimientos una-dos-tres veces, y vuelve a conjurar. "Especto Patronus!"
El hechizo vuelve a fallar, como la primera vez.

La cuarta vez, su vivo límite para el dia, lo intenta de nuevo. Por el mismo límite de sus fuerzas, el chorro de luz vuelve a aparecer

"¿Que es lo que falta?" se pregunta, agotada "¿Que es lo que me separa de ellos?"
 

El hechizo funciona tres veces de cuatro y mientras te sientas a descansar escuchas unos aplausos lentos y rítmicos, los cuales te hacen girar sobre tus tobillos para encontrarte con la figura de Nocub.

Me impresionas, yo a tu edad no podía lograr ni eso. - dice el joven sonriendo.

Gracias por tu ayuda ahora ya puedo caminar libremente por todo el castillo, a cambio voy a darte esto, una lista de ingredientes para preparar la poción que sanará a tu madre.

Luego te enseñaré a prepararla, pero a cambio de ello necesito que me hagas un pequeño favor, hay un compañero tuyo que está muy enfermo y quiero curarlo, tal vez tu puedas convencerlo de beber esta poción, si lo haces yo te enseñaré cómo curar a tu madre.

¿Qué dices hacemos un trato? - propone Nocub tendiéndote la mano, mientras saca un pequeño frasco de su túnica.

Jackie se pone en guardia

"Nocub... Lo que hiciste, lo que me hiciste" dice quitandose la máscara, enseñando su rostro ¿El real? "Nadie más podía hacerlo. Nadie más fue capaz. Ni siquiera el señor Warren. Y muchisimo menos nadie de toda USA, o incluso de Francia. "

"He dejado caer tu nombre un par de veces, y o bien a la gente no le suena, o bien lo disimulan"
"Dime, Nocub ¿Quien eres en verdad?" Ella está al límite. Una poción para curar a su madre... ¡Eso es lo que más desea, lo que más anhela!
Pero si fuese algo que se esperase de un alumno, el profesor de Herbolaria, Neville LongButt, ya habría curado tambien a sus propios padres

¿Quién soy? Pues soy añguien que es un verdadero experto en magia tenebrosa, alguien que es capaz de revertir cualquier maldición.

Todo lo que hago tiene un porqué, siempre cumplo mi palabra y eso que hice contigo es totalmente real, claro está que lo puedo deshacer, pero no suelo portarme así, una vez que yo curo a alguien, esa curación es perpetua.

Aún cuando decidieras volverte en mi contra no te quitaría lo que te di, pero si habrían consecuencias.

oh querida Jackie, tu rostro es hermoso, puedo ayudarte a curar a tu madre y concederte muchos dones más, eso es lo único que importa, lo demás son sólo chorradas.

Ahora mi niña. ¿Estás conmigo o no? - pregunta Nocub acariciando tu rostro logrando que te estremezcas de pies a cabeza, al tiempo que tu corazón se acelera y acerca sus labios a los tuyos.

Después de clases, aproveché que pasaba cerca del lago para quedarme por allí. Había algo que tenía que hacer, por lo que busqué un lugar escondido entre árboles y llamé a Sù. La fenix no tardó en venir.

- Ven, Sù, vamos a entrenar, pero antes de eso necesito hacer otra cosa. ¿Puedes mirar que no venga nadie? - el ave canturreó y se puso a volar sobre mi cabeza, aunque no estaba muy segura de que me hubiera entendido, ya que todavía no le había enseñado a hacer de vigía.

Me concentré y llamé al pequeño demonio.

- ¿Ismail? ¿Estás ahí?

Jackie se queda de piedra

¡Esto si que no se lo espera!

"Oye n...."

El demonio aparece ante ti en forma humana, aunque su aura oscura perturba un poco a tu fénix, que lo mira con desconfianza.

Si mi señora, aquí estoy, dígame que necesita y la serviré.

La pobre es pillada de improviso y...

Nocub te planta un apasionado beso en los labios que te hace estremecer de pies a cabeza, mientras un cúmulo de sensaciones y hormonas alborotadas recorren cada fibra de tu ser, después de todo esto es algo totalmente nuevo para ti y el joven es bastante atractivo.

Aquel beso inició como algo tierno, para luego tornarse bastante apasionado. Tras apartar sus labios de los tuyos, Nocub deja el pequeño frasco entre ustedes.

Y bien Jackie ¿Vas a ayudarme o no? - pregunta con una voz en extremo seductora.

A jackie la plantan con un arbol. Acorralada, desarmada...

"y... yo.... yo le...." intenta decir, sin poder juntar dos ideas de forma lógica.

Ahora mismo podrian obligarla a firmar unncontrato de esclavitud, podrian hacerla vender su cuerpo y alma... y solo asentiría.

Todo ha sido inhumanamente rápido.

Con un susurro, murmura
"Haré lo que tu me digas"