Partida Rol por web

Mientras esperan cerca a la puerta de la enfermería, escuchan una de las risotadas de Peeves, la misma que parece provenir de la zona de escaleras.

Al ver el tropiezo de Kat, rapidamente se acercó para comprobar que no se había hecho nada. - ¿Estás bien Kat? - preguntó mientras la miraba, en eso el profesor Cain decidió dejar entrar a Merida con los chicos. Al menos Artemis había logrado entrar, esperaba que Madame Pomfrey sanara la herida de Merida pronto.

Mientras estaba junto a Kat esperando fuera, escucharon unas risitas que no auguraban nada bueno. - Mm, ¿Qué ha sido eso? - preguntó entonces con cierta curiosidad, dándose cuenta de que el ruido provenía de las escaleras. - ¿Echamos un vistazo..? - Intercambiando una mirada con la ravenclaw, esperó para ir juntas a comprobar que estaba pasando. 

-Si, estoy bien. Solo me ensucie un poco.

Dijo Kat algo apenada, no se esperaba hacer así el ridículo ¡¡Otra vez!!. Por suerte dejaron entrar a Mérida así como Artemis a la enfermería; por lo menos su accidente no fue en vano.

Luego de entraron Kat pudo oír una risilla burlona, la cual la hizo mirar con recelo las escaleras donde venía.

-No se, pero no me gusta.-Responde molesta, como si las risas hubieran sido por su caída de hace poco.

Dicho esto dio una cabezada afirmativa a Allison, había que ver de donde venía esas burlas.

Freddy asintió a lo que decía su compañero mientras, de forma disimulada, trataba de ver que era lo que estaba leyendo la enfermera.

Sabia que la señorita Pomfrey trataría a su amiga muy bien y pronto estaría recuperada de esa espantosa lesión.

Al escuchar las palabras de Artemis, la sanadora se pone de pie y se acerca a Mérida.

Vamos a ver esa mano. - dice la sanadora mientras se dirige a examinar a Mérida, al tiempo que Freddy intenta darle una mirada furtida al registro de la enfermería.

Joven Townsend ¿Le importaría alejarse de mi registro? Le recuerdo que el alumnado no está autorizado para revisar el mismo y no me gustaría tener que echarlo de la enfermería, en especial con las heridas de su amiga, las cuales son bastante graves.

La trajeron justo a tiempo, pudo haber perdido la mano, eso sí le van a quedar algunas cicatrices. - dice la sanadora mientras empieza a buscar algo en su armario.

Mientras Madame Pomfrey atiende a Mérida, me cuelo hasta la cama de mi padre quien parece estar mejor, en definitiva la sanadora de Hogwarts puede obrar milagros y debía dar gracias a Merlín por ello.

La verdad es que aunque me hubiera gustado hablar con él, sabía perfectamente que lo mejor para su salud era dejarlo dormir, así que escribí una breve nota y la dejé en el bolsillo interno de su saco, confiando en que me buscaría en cuanto la leyera.

Luego de eso regresé al lado de mis amigo y le susurre algo al oído, para finalmente volver mi atención hacia Mérida, cuya mano estaba siendo curada por Madame Pomfrey.

Disculpe señora Pomfrey. ¿Mérida va a recuperarse del todo verdad? - pregunto bastante preocupado.

Aparte de las cicatrices, me parece que no va a tener ninguna secuela, por ahora sólo resta dejar que el ungüento actúe y que descase.

Posiblemente pueda darle de alta para la cena, pero va llevar vendajes un par de días, es una quemadura muy fea. Bueno los dejo para que se despidan. - dice la sanadora mientras regresa a su escritorio, luego de terminar de vendar a Mérida.

Freddy agradeció que Merida se fuera a poner bien. Lanzarse el hechizo a ella misma había sido una inconsciencia pero, al menos, habían podido llegar hasta allí.

- Espero que te recuperes pronto.- dijo algo abrumado.

Tenía curiosidad por ver lo que señalaba la señora Pomfrey en el libro. Sobretodo por si el padre de su amigo estaba peor de lo que creían.

Ánimo amiga, tienes que recuperarte pronto y lamento mucho que tengas que pasar por esto. - digo un tanto apesadumbrado antes de abtazarla fuertemente, para luego salir de la enfermería en compañía de Freddy.

Llegaís a la enfermería sin contratiempos y aunque Madame Pomfrey se mostró un tanto renuente de dejar pasar a ambos, al final accedió.

Ni bien ingresó a la enfermería, Artemis abrazó fuertemente a su madre y luego a su padre, quien soltó un ligero gruñido de dolor.

¡Eh! Tranquilo campeón que me araño un licántropo y esas heridas no cierran con facilidad. - dice el hombre con una sonrisa.

El director me contó que hoy jugabas al Quidditch. De seguro el otro equipo no pudo anotar ni un punto. ¿Verdad tigre?

Pues verás...... - respondo dubitativo. - Al menos al principio del partido me fue bastante bien, pero cuando esa bludger me golpeó en el hombro y me tumbo de la escoba.

Sólo digamos que no fue mi mejor partido.

Bueno ya que estamos aquí quiero presentarles a mi amiga Allison, ya les he hablado de ella. - agrego intentando cambiar de tema mientras el rostro de mi madre se torna serio.

Ustedes los magos y sus deportes peligrosos, y luego te quejas cuando quiero llevar al chico a practicar escalada, la próxima vez no quiero escuchartw protestar Víctor y ahora menos que nunca, pues si ese psicótico a vuelto, quiero pasar el mayor tiempo posible con ustedes. - sentencia la madre de Artemis con severidad.

Y tras un breve intercambio de miradas con el padre de Artemis, la expresión en el rostro de Olivia se suaviza y se gira hacia su hijo para revisarlo.

¿En dónde te golpearon Arty? - pregunta ella mientras lo ausculta para luego centrar su atención en Allison, intentando no avergonzar más a su hijo delante de su invitada.

Ah, tu eres Allison, la artista que hizo el dibujo que está en el cuarto de Artemis, un verdadero gusto conocerte, Artemis y el bisabuelo Nicolas nos han hablado mucho de ti.

Permíteme presentarme, soy Olivia Harrison, columnista de la National Geographic y el Profeta, y madre de este muchacho atolondrado, pero de buen corazón. - dice ella mientras el rostro de Artemis empieza a tornarse un poco rojo.

Allison se sorprendió al encontrarse con Artemis cerca de su sala Común, pero rápidamente recordó que habían quedado en conocer a los padres de este. En su camino hasta la enfermería procuró mantenerse tranquila, a fin de cuentas eran meras formalidades, aunque le avergonzaba que hubieran visto su dibujo, aquel pequeño gesto de las navidades pasadas.

Cuando ingresaron en la habitación, las preocupaciones de la pelirroja se disiparon al ver la escena de cariño de la familia Flamel. Comenzaba a echar de menos el contacto con sus propios padres, pero los días en Hogwarts eran tan ajetreados que en pocas ocasiones tenía tiempo para añorar su infancia en casa.

Allison se mantuvo en segundo plano, hasta que la atención de los tres se centró en ella, lo que provocó que los nervios aflorasen por unos segundos, pero haciendo un gran esfuerzo, se acercó con una sonrisa hasta sus padres para presentarse.

- B-bueno no es para tanto.. - comenzó tímida mientras se encogía de hombros, pero pronto recuperó la confianza mientras seguía hablando. - ¡Igualmente señora Harrison, es un placer conocerles! Allison Kenneth a su servicio. - respondió con entusiasmo mientras sonreía risueña, estaba un poco azorada por el comentario sobre su "obra de arte" pero procuró no añadir mucho más para no avergonzarse más aún. 

Pero sus ojillos brillaron cuando la mujer mencionó su trabajo para el National Geographic, eso significaba.. ¡Animales y naturaleza! Que gran suerte. - Que guay debe ser tener un trabajo así, seguro que ve multitud de especies diferentes.. - comentó emocionada con la idea de poder descubrir de primera mano distintos animales y lugares. Ante el comentario que hizo sobre su propio hijo su sonrisa se ensanchó, divertida se unió a la conversación sobre Artemis. - Y testarudo, pero sí, coincido totalmente. - rió, por una vez, las tornas habían cambiado y el tema se fijaba en su amigo. O al menos por el momento, ¡tenía que aprovechar o se convertiría en tomate pronto!

Ante el comentario de Allison, Artemis se sonrojó y sus padres echaron a reír.

Jejeje, efectivamente, también es un tanto tozudo de vez en cuando, en cuanto a mi trabajo, actualmente sólo soy columnista, lo mío es el periodismo de investigación, así es como conocí a Víctor.

Por ahora me dedico al análisis político y social para National Geographic y columnas de opinión en El Profeta. - comenta la madre de Artemis con cierta añoranza, mientras su esposo la observa cariñosamente, para luego tomar su mano.

Olivia, yo... tu sabes que yo lo entendería verdad. - dice un poco acongojado el padre de Artemis.

No digas tonterías Víctor, yo tomé una decisión y no me arrepiento de ello. - responde la madre de Artemis abrazando a su esposo.

Mientras sus padres hablaban, Artemis los observaba con una mezcla de orgullo y aprehensión, para finalmente abrazarlos con fuerza.

La pelirroja asintió ante la corrección sobre la ocupación de Olivia, ser columnista no era mal trabajo tampoco pero el hecho de poder estudiar animales era un plus para la Hufflepuff.

Allison observó con una pequeña sonrisa la bonita estampa familiar que tenía frente a sí. El aprecio que se tenían era palpable y la pelirroja no supo que decir y por temor a estropear aquel momento prefirió no decir nada. Casi empezaba a notarse fuera de lugar, pero no le dio mucha importancia ya que era Artemis quien le había propuesto la idea en un principio.

Después del abrazo familiar, Allison centró su atención en el señor Flamel, era la primera vez que lo veía después del accidente y era un alivio verle consciente y recuperándose. - Señor Flamel no lo dije antes, pero me alegra mucho ver que está recuperándose tan bien. Espero que muy pronto esté recuperado del todo. - 

Según Madame Pomfrey, Olivia y yo podremos volver a Londres mañana, pero no podré reincorporarme a mis labores hasta dentro de un par de semanas.

Soy afortunado creo yo, no muchos que hayan confrontado a Fenrir Greyback han vivido para contarlo, gracias al cielo no había luna llena esa noche. - responde el hombre mientras recuerda su enfrentamiento con Greyback colgado del techo del carruaje.

¿Había dicho Greyback? No, se parecía pero no era igual.. Menos mal. Pensó un poco confundida tras las palabras del señor Flamel, pero desde luego no quisiera haber estado en su situación, viendo las secuelas la pelea tuvo que ser terrible.

Lo mejor era no insistir con el tema, como él había dicho en pocas semanas estaría como nuevo y eso era para alegrarse. Con una sonrisa asintió ante el hombre. 

- Que bien, menos mal que contamos con Madame Pomfrey. Es una verdadera suerte, sí. Espero que el viaje de vuelta les vaya bien, y en unos días más todo esto sea agua pasada. - comentó con tono sincero, miró a Artemis una vez más antes de volver la vista hacia sus padres. Bueno, al final no había sido para tanto. Había logrado no tartamudear como una boba y eso en sí, ¡era una gran hazaña!

Jackie entra con Hellen, cargandola como si fuera una esposa camino al lecho.

La lleva con bastante cuidado. Al fin y al cabo, como se estropee ¡Estamos en problemas! Así que va abriendose paso como puede, hasta que llega a la enfermería.

Abre la puerta empujando con una bota.

"C--- con permiso!"

Sin duda, la señora Pomfrey debia de estar aburriendose, porque la habia pillado jugando con alguno de esos juguetitos que tienen los adultos y que tanto les gustan usar cuando estan solitos y aburridos... Ya sabeis de que hablamos ¿No?.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

"¿Su excelencia madame Ponfrey? Que mi amiga se ha roto"

Al verlas entrar, la sanadora deja de lado su diario y ayuda a Jackie a recostar a Hellen en la cama.

Tras revisarla y percatarse que no se trata de nada físico, se gira hacia Jackie y con voz amable pregunta - ¿Qué sucedió exactamente? Ella no suele llegar en este estado? ¿Le lanzaron alguna clase de maleficio o es que simplemente se desmayó?