Partida Rol por web

¿Eso es....

No me lo puedo creer. ¡El mismísimo Nicolas Flamel! ¡Pero si ese viejo tiene más de 600 años! Hellen no cabía en su asombro mientras escuchaba los pronunciados discursos. Cuando ambos adultos terminaron de hablar la frustración había acaparado toda posible emoción dentro del pequeño cuerpo de la bruja. Sabía que harían eso, ellos se harían cargo y dejarían de lado al grupo de estudiantes. Típico.

Con todo el respeto, profesores, pero no nos podemos ir. De hecho, no nos vamos a ir. ¿De dónde salía tanta valentía? Ni la propia Hellen lo sabía. Sabemos que Artemis está ahí dentro y vimos cómo se llevaban su mochila ensangrentada así que no nos marcharemos sin saber cómo se encuentra. Quizás se estaba pasando un poco con su insolencia, lo podía notar en los ojos de los presentes, pero como buena Slytherin se guardaba un as bajo la manga. Una vez sepamos eso, nos iremos a la cama y les dejaremos trabajar en el tema del... Diablillo. Una pícara sonrisa se dibujó en la cara de Hellen al pronunciar la última palabra.

Sangre de unicornio. Y no se hable más drl asunto voy a terminar de atender las heridas de mi bisnieto y luego a recoger lo qye necesito para atendera a Albus. - respondió el anciano dando por zanjada la conversación.

¿Ustedes son amigas de mi bisnieto? Por las barbas de Merlín ¿Qué hacen aquí paradas? Pasen ese tarambanas está descansando, ya se encuentra estable pero va a pasar un tiempo aquí en la enfermería. Está en la primera camilla. - dice el anciano haciéndolas pasar.

Una vez dentro encuentran a maddame Pomfrey aplicando un extraño ungüento sobre las heridas de Artemis las que empiezan a cerrar casi de inmediato.

Sus heridas sanaran pero le van a quedar unas ccicatrices algo feas. Aunque requiero de algo más para terminar de curarlo, por suerte eso está a mano aquí en el castillo.  Ahora las dejaremos a solas con él.  - dice el alquimista mientras recoge un juego de sábanas ensangrentado y un uuniforme hecho jirones. 

Todo estaba sucediendo tan deprisa que apenas lograba captar todos los detalles, ¿cicatrices? ¿sangre de unicornio? No pensaba preguntar porque demasiada suerte habían tenido logrando entrar a la enfermería, y gracias a la valentía, o descaro, de Hellen, el anciano les había dejado ver a su amigo. ¡Por fin! 

Se apresuró a obedecer y junto a las chicas se acercó a la primera camilla para ver el estado de Artemis. - Artemis... ¿T-te encuentras bien..? - la pregunta sonó algo estúpida viendo que obviamente algo terrible había pasado, pero estaba nerviosa y aún no se quitaba de la cabeza la imagen de la mochila ensangrentada, le aliviaba ver al chico de una pieza pero estaba segura de que esa noche tendría pesadillas. 

- Lo siento mucho, no debimos dejarte sólo con ese estúpido diablillo... ¿Qué ha pasado..? - añadió con un tono de voz preocupado, se sentía fatal, tendrían que haber hecho grupos y que al menos dos personas vigilasen la dichosa mochila. No podía apartar la mirada de las cicatrices de Artemis que por suerte, estaban sanando gracias a aquella misteriosa crema que Madame Pomfrey le había aplicado.  Madre mía... qué le han hecho...

Atónita y paralizada vi como mis amigas hacían frente, cada una a su modo a la profesora. Aunque no había podido articular palabra, y antes de dar mi apoyo a las valientes palabras de Hellen, el profesor nos permitió pasar. Se hacía extraño entrar en la enfermería con permiso cuando apenas un minuto antes estábamos detrás de la puerta escuchando, escondidas, atentas, aterradas. Nos acercamos donde nuestro amigo reposaba, durmiendo plácidamente, como si no hubiera pasado nada. *Primero el diablillo, ahora sangre de unicornio, esta aventura se ha convertido en una pesadilla. Si hubiese dicho algo... No debí dejar que se quedase él solo con ese bicho asqueroso* 

- Artemis... - con un hilo de voz, casi a modo de pregunta, cómo si le llamase para que volviera de un lugar muy alejado del mundo consciente - te pondrás bien y nosotras estaremos aquí para cuando despiertes - aunque una persona duerma, una parte de él nunca se desconecta por completo, no sabía si estaba sedado, dormido o simplemente inconsciente, pero que al menos mis palabras sonasen relajadas y esperanzadoras. 

Me aparté un poco, era abrumador verlo así. De repente, al verme reflejada en un cristal de la estancia y lo despeinada que estaba, saqué un pequeño cepillo del bolsillo y casi compulsivamente comencé a peinarme el pelo.

Cuando llegan al pasillo de la enfermería ven ingresar en ella a la profesora McGonagall seguida de Harry Potter y Hermione Granger, mientras Helena Ravenclaw las acompaña hasta la puerta de la enfermería.

La benevolente fantasma las mira y señala la puerta de la enfermería.

 Vayan mis niñas, yo las esperaré aquí, si la persona que buscan se encuentra allí yo interederé por ustedes ante cualquiera que  desee castigarlas, tienen mi palabra y recuerden la mentira es la peor enemiga del conocimiento, siempre es preferible callar a mentir. - dice la fantasma mientras las observa acercarse a la enfermería.

Al acercarse a la puerta oyen diversas voces, cuatro de adulto y las de dos niñas, estás últimas les resultan más familiares, aparentemente se trata de Allison y Mérida, pero no están del todo seguras.

Me extrañó oír la voz de las dos niñas, ¿serían Merida y Allison? Seguramente no habíamos sido las únicas en tratar de encontrar a Artemis. Sonreí a Helena contenta de que estuviera allí con nosotras y me acerqué lo más sigilosa que pude a la puerta. Mirando que no hubiera nadie más, pegué la oreja a la puerta para ver si escuchaba algo.

Janelle se acerca a la puerta de la enfermería en completo silencio y pega su oído a la puerta intentando escuchar que sucedía al interior de la misma sin éxito. 

Tras unos segundos de lidiar con la gruesa puerta de madera, sin éxito, decide hacerle una señal a Katherin para que se acerque a la puerta.

Mientras Katherin está con la oreja pegada a la puerta llegan Arcturus y Freddy corriendo por la izquierda, con cara de haber visto al diablo. 

-¡Alejate de ellas maldito! - grita Artemis mientras se sienta de golpe y hace el ademán de atacar a alguien con su varita tomando a todos por sorpresa.

En cuanto el joven se sienta algunas de sus heridas se abren y empieza a sangrar de nuevo, la señora Pomfrey no tarda en actuar y controlar al joven.

Cuando el alquimista notó que el joven estaba despierto, giró en redondo y se acercó a su bisnieto a grandes zancadas.

¡SÍ SERÁS ZOQUETE! - bramó el alquimista mientras se acercaba a su bisnieto y lo fulminaba con la mirada.

Será mejor que te quedes quieto, o tus heridas será de lo último que tendrás que preocuparte muchacho, eso te lo aseguro.  - añadió el anciano mientras empezaba a untar nuevamente las heridas de Artemis con aquel extraño ungüento.

Y no te atrevas a volver a moverte hasta que te haya dado tu medicina el día de mañana. ¿Estoy claro?

Ahora te dejo en buenas manos mientras yo y tu profesora vamosa dar un pequeño paseo por el castillo y quizá tengamos una cita a la luza de las velas. - dijo el alquimista con una extraña sonrisa.

Se lo diré a mi bisabuela cuando visite París. - respondó molesto mientras me acomodo en la cama mientras tomo consciencia del lugar.

Hellen, Allison, Mérida ¿Están bien? Pensé que algo terrible les había pasado, soñé con el mago tenebroso, él las tenía a Ustedes a Katherin y a Janelle, estaba usando Cruciatus, el miserable las estaba lastimando y yo no pude ayudarlas, él... Dios, él no se detenía.

Lo siento no pude hacer nada, soy muy débil. - digo mientras rompo en llanto al tiempo que Mcgonoagall y compañía abandonan la sala, dejando sólo a Harry para que cuide el lugar.

Arcturus se sorprendió a ver a dos chicas de Ravenclaw en la enfermería. Se puso las manos en la cintura y alzó una ceja La verdad es que no podía comprender que demonios hacía allí, pero bueno eran Ravenclaw, siempre estaban haciendo cosas raras, que si colgarse de un árbol en calzoncillos, que si observar la estrellar mientras se da vueltas al rededor de un vidrio... Pirados, pero mejor que los Hufflepuff.

-Vaya vaya vaya, que tenemos aqui? Alumnas fuera del dormitorio? Eso es un mes de castigo como mínimo.

Dijo en una pésima imitación de la profesora McGonagall, de hecho le salió la voz bastante más aguda, y por no decir que Arcturus era bastante menos imponente que la de la subdirectora.

Una vez dicho esto miró rápidamente a la puerta por donde acababan de salir, temiendo que quien los perseguía asomara en cualquier momento por allí.

Guiadas por la sabia y benevolente fantasma Katherin y su compañera llegaron pronto a la enfermeria, luego de recibir unas palabras y el sabio consejo la niña sonrió contenta al recibir la sabiduria de la desdichada mujer, intentó tomarla de la mano en señal de cariño como lo hacia con la abuela y le dijó:

-Muchas gracias Dama gris, y no te preocupes, yo no soy de las mentirosas, soy de las que omite información solo si es necesario.

Dicho esto fue con Jane a paso de roedor hacia la puerta de la enfermeria. Apenas se acerco oyó voces que eran familiares, pegó la oreja buscando oir mejor, si, sin duda las conocia, ¿podian ser Allison y Mérida? Iba a compartirle sus duda a Jane cuando escucho una voz irritante producto de una pesima imitación, tal cosa solo podia ser producto de un niño, volteó despacio y vió sus sospechas ciertas, era Arcturus, un chico con tanto carisma como una roca. Sin tiempo para lidiar con su pesimo sentido del humor le hizo una seña de silencio y volvió a poner la oreja en la puerta esperando que entendiera ella y Jane estaban buscando respuestas y que tambien fuera silencioso, que por el les podrian quitar muchos puntos a todos los presentes.

Escuchas lo siguiente:

McGonagall: Estos chicos están en serios líos. 

Hermione: Sólo estaban preocupados por su amigo.

McGonagall: No es excusa, tal vez no pierdan puntos, pero igual van a rrecibir un castigo. Sir Nicolás vamos a recoger su encargo si tiene la bondad.

Reconoces con claridad la voz de Mérida,  Allison y Artemis,  aunque no logras comprender lo que dicen salvo por una frase de Artemis que menciona algo sobre un mago oscuro.

De pronto todos escuchan un poderoso grito que dice: SI SERÁS ZOQUETE. 

Segundos más tarde lafs puertas de la enfermería se abre de par en par y son atrapados. McGonagall monta en colera y los hace pasar a todos a la enfermería y los regaña. Luego sale de la enfermería acompañada de Hermione y un hombre anciano.