Partida Rol por web

El Gran Comedor es el lugar donde todos los alumnos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería se reúnen para comer. Es una sala enorme que con un hechizo consigue que su techo muestre el cielo que haya en el exterior en ese momento. Se divide en cinco mesas: cada casa tiene una, más la de los profesores.

Cuando llegó al comedor se sentó en la mesa de Gryffindor, apenas había hablado con nadie desde la selección y no había tenido tiempo de desayunar, estaba famélico y se sirvió de todo lo que pudo encontrar a mano. Ensalada, estofado, salchichas en salsa y un pudding de sebo demasiado empalagoso para su gusto. Ciertamente le empezaba a gustar Hogwarts, por ahora nadie le molestaba y no tenía que ver a su padre al borde del colapso etílico tirado sobre la alfombra del salón como si fuera un adorno. Hogwarts le parecía un lugar fabuloso...incluso se preguntó a si mismo si podría ser profesor algún día.

Paso fugazmente por el Comedor para desayunar algo antes de dirigirme a mi primera clase.

Tenia mucho tiempo antes de empezar la primera clase del segundo dia por lo que baje al comedor para desayunar algo.

Fui a mi mesa y vi un poco de huevos revueltos y panceta, el desayuno estaba buemo y me gustaba. Nada como empezar un dia con comida en el estomago.

Tan pronto llegó al comedor me siento al lado de Arcturus me sirvo algo de leche un par de panes con mantequilla y empiezo a comer con calma.

Oye Merlín ¿Qué tal se te da la herbología? La verdad es que yo casi no tengo experiencia en esa materia, mi padre es auror y muy poco me ha mostrado sobre herbología, más me ha hablado sobre defensa contra las artes oscuras y pociones.

Por cierto ¿A qué se dedican tus padres? - pregunto con curiosidad.

Cogió un zumo, salchichas y un poco de panceta frita.

Me gustan mas las pociones...pero creo que puedo defenderme Bebió un trago de zumo Mi padre era auror pero durante la guerra mágica una maldición se le llevó la pierna izquierda y mi madre trabaja en una tienda de una hermana suya pero solo los fines de semana

Cortó un trozo de panceta y con un pedazo de pan se lo metió en la boca

Tengo muchas ganas de ver transformaciones, mis hermanos dicen que McGonagall es una profesora exigente que enseña bien.

Al llegar al comedor, el aprendiz de hechicero coge algunos huevos, panceta y unas rebanadas de pan, luego de algunos segundos observando Alexander divisa Matthew Wells, el cual estaba desayunando… con una sonrisa pervertida el pálido mago se acerca a su compañero de casa sentándose a su lado-. Buenos días Wells-. Lo saluda con una voz fría y monótona mientras alimentaba  a su murciélago que  había bajado de su cuello para comer-. ¿Cómo pasaste tu primera noche? Jijiji-. Pregunta el joven mago con una risa enferma y una mirada perversa…    

Miro al chico extraño que vienen hacia mi con una mirada un poco comun a su edad y se sienta a mi lado. Buenos dias Mengele. Su voz cambia luego de preguntarme como pase mi primer noche.

Un escalofrio recorre mi cuerpo perp tan solo lo noto yo. Las camas son impecables si hablas por eso, tu dormistes bien?...

Lamento oír eso, los magos tenebrosos son despiadados. Pero al menos sobrevivió hubieron otros que no tuvieron esa suerte. - digo con algo de pena por el padre de mi nuevo amigo. - ¿Qué tal está tu zumo? Me encantaría probarlo pero soy alérgico a la calabaza y por más que mi tía Sarah ha intentado curarme, no ha podido. - añado haciendo un pequeño puchero.

Bah, no te preocupes. Mi padre dice que eso le demostró a muchos que no todos los Sangre Puras son unos asesinos, bueno el usa otra palabra...pero no se debe decir dijo con timidez. ¿En serio? Vaya, mi tía Calypso es alérgica a la leche y creo que por eso esta siempre chillando...luego y con gran esfuerzo consiguió articular bueno no te pierdes nada, es menos amargo que el limón pero no tan dulce como la fresa o la naranja.

-. Jejejejeje si note que descansabas plácidamente, Matthew-. Lanza una mirada inerte y oscura, mientras mezcla un poco de panceta con su sangre para dársela a su murciélago-. Todos dormían plácidamente en los brazos de Morfeo, lo sé por qué los observe a todos  hasta bien entrada la noche-. Sonríe de forma comprometedora, para luego responder la pregunta de su joven compañero de casa-. Por mi parte también descanse muy bien, especialmente si sumamos los acontecimientos de ayer que fueron… estimulantes-. Se lame sus labios de forma picaresca para luego formar una deforme sonrisa, mientras observaba a dos jovenes que comian cerca de el y conversaban algo relacionado con magos oscuros...

Siempre después de clases, Johan junto con otros chicos iban al comedor a degustar algo para luego continuar con su día. Disfrutaba de las charlas y de poder conocer más a los alumnos del resto de las casas. Aunque había algunos en Gryffindor que le daban un poco de miedo.
 

-Verdad que si, Arietis?- dijo en una ocasión cuando hablaban de lo rica que era la comida.

- Si... Deliciosa. ¿Que haremos luego de la comida? ¿Recorremos el castillo? - pregunto a mis compañeros de casa y en especial a Johan, moría de ganas por conocer los misterios que Hogwarts tiene para nosotros. 

Estaba de acuerdo con su compañera, había mucho en Hogwarts para hacer. -Que te parece si vamos a conocer la Lechucería?- mientras hablaba justo había llevado un bocado de algo en la mesa que no había visto antes. Su sabor era genial, no podía esperar para contarle todo esto a sus padres.

-¡Si! Vayamos a la lechuceria. - la idea de pasear valía por un montón de cosas, me moría de ganas por conocer cada rincón de este castillo, explorarlo a fondo.

Me incorporo y espero la indicación de Johan para irnos de recorrida. Estaba realmente muy emocionada. 

Entré en el gran comedor para comer algo mientras leía un libro de hechizos. Las mesas estaban ya bastante llenas, me dirigí al de Ravenclaw y vi a dos compañeros hablando juntos. Guardé el libro bajo el brazo y los saludé.

- Hola, ¿qué tal la comida? - dije cogiendo unas patatas asadas y un poco de zumo de calabaza. Me moría de hambre y me comería lo que fuera.

Llevaba parte del día sin comer ya que me había levantado tarde a las clases de la mañana y se me había echado el tiempo encima, aparte que seguramente la profesora McGonagall estuviera tan enfadada conmigo que deseara convertirme a mi en la caja de madera.

Cabizbaja llegue al Gran Comedor y me senté al lado de Janelle que acababa de llegar y hablaba con Mathew y Alexander.

-buenos días-dije desanimada y añadí dirigiéndome a Janelle- ¿Cómo llevas las primeras clases?- Mientras me servia algo de ensalada y pasta para calmar mis tripas hambrientas.

Me acerco al comedor ya que llevaba un día de perros, no me funcionaba nada, tu te crees hijo de uno de los grandes magos de la historia y yo un fracasado que no sabe usar su varita, me estaba desilusionando lo de estar en este colegio. Me acerco al comedor haber si puedo comer algo antes de las próximas clases.

-Buenos días a todos, ¿Qué tal lleváis los primeros días de clase?-me dirijo al todo el que se encuentre en el comedor.

Por suerte para mí en Hufflepuff no había ningún zumbado como en otras casas, así que me senté tranquilamente a desayunar y a observar como mis completamente normales compañeros de Hufflepuf comían y hacian tiempo hasta sus proximas clases.

Después de la clase de transformaciones me dirijo al gran comedor pasando previamente por el panel de anuncios y tras pedir el permiso respectivo coloque el siguiente cartel.

¿Perdiste una clase, deseas practicar nuevamente un hechizo o buscas a alguien con quien hacer la tarea? Entonces pregunta por Artemis Flamel puedes encontrarme en el gran comedor en la mesa de Gryffindor o envíame una lechuza que gustoso te ayudaré. (Sólo estudiantes de primer año).

Tras terminar de poner el cartel me dirigí a la mesa de Gryffindor a cenar en compañía de mis compañeros divisando a Arcturus y a Thomas así que decidí sentaeme a entre ellos pues había un puesto vacío. - Hola chicos ¿Qué tal lo lleváis?