Partida Rol por web

Después de utilizar su señal esperó con ciertos nervios a que su amiga apareciese como acordaron, al verla una gran sonrisa se dibujó en su cara mientras se acercaba lejos de miradas curiosas. 

Tenía muchas cosas que contarle, estaba tan emocionada que no sabía ni por donde empezar con torpeza fue a darle un rápido abrazo, ilusionada por la experiencia.

- Quizá no tan bien como me hubiera gustado, pero Roma no se hizo en un día, ¿verd- ..? ¿Eh..? - se quedó mirando la columna de humo procedente de la Casa de los Gritos, Mérida estaba en lo cierto, le parecía recordar que sus amigos querían visitarla, ¿estarían todavía allí? No pintaba bien. 

- Espero que no.. Pero será mejor que vayamos a ver. - añadió decidida, frunciendo el ceño con la misma expresión de preocupación en el rostro. 

No me esperaba que mi conjuro abriera un agujero en el tejado. Aquello exponía aún más la situación en la que nos encontrábamos, pero llegados a este punto no había nada que pudiera hacer salvo intentar salir de allí con vida. Levanté la varita hacia el agujero del techo.

- Periculum - dije lanzando la luz al aire.

Sabía que alertando al resto de la gente nos estaríamos metiendo en problemas, pero si no hacía algo todos terminaríamos muertos. La situación estaba descontrolada y, después de todo, ya la había liado. Si no me expulsaban del colegio después de esto sería un milagro.

- ¡Estoy aquí, Kat! - grité al escuchar la voz de mi amiga - ¡Debemos salir de aquí! ¡Yo intentaré salir por arriba por donde pueda! ¡Vosotros haced lo mismo, es peligroso quedarse más tiempo!

Como era de esperarse, el hechizo de Jane termina de atraer la atención de todos los que se estaban acercando a la "Casa de los gritos".

Tan pronto la pequeña bengala explota en el aire, una cacofonía de gritos de alarma llega desde el exterior.

Palabras como "Incendio, rescate, ayuda, fuego", entre otras similares se escuchan entre los gritos de afuera.

Mientras van llegando a la casa de los gritos notan dos cosas, la primera de ellos una bengala roja en el cielo, signo universal de peligro.

La segunda cosa que notan es que Ginebra está convirtiéndose en Allison, los efectos de la poción van cesando.

Con la cabeza alzada, ladeo levemente la cabeza y miro a Allison con una amplia sonrisa cuando me responde. Estoy contenta de verla feliz, pero a la vez, no puedo dejar de sentirme algo nerviosa ante todo este tinglado, la verdad.

- Verdad. - le respondo escuetamente, pues para entonces, toda nuestra atención se posa en la humareda procedente de la Casa de los Gritos.

Sin dudar más, nos dirigimos hacia la cosa, cuando vemos una bengala roja surcar el cielo. Tal como la veo, saco la varita, preparada para entablar combate con lo que sea que nos encontremos. Me giro para hablar con Allison y que también se prepare cuando veo que la poción está revertiendo sus efectos. Frunzo el ceño de lado.

- ¿Tendrás problemas con la ropa? ¿Quieres que te deje el abrigo por el momento?

Solucionado esto, no nos queda más que dirigirnos hacia el lugar del que procede la bengala. Y esperar llegar a tiempo.

A medida que iban acercándose a la casa, la pelirroja empezó a sentir un pequeño mareo, se notaba como si estuviera encogiendo paulatinamente... ¡El efecto de la poción debe estar desapareciendo! Ugh, aunque eso de intentar andar a la vez que voy volviendo a la normalidad no es nada agradable. 

- U-uhm... Vaya, que sensacióN más extraña. Creo que es hora de decir adiós Ginebra. - atinó a decir sonriendo a su mejor amiga por última vez, mientras que su voz volvía a ser la de siempre. - Nos vemos en unos años. - 

- Bueno, al menos será un problema menos del que preocuparse... - se ahorraba el tener que dar explicaciones más tarde si alguien la veía en ese estado.

Agachó la cabeza, mientras su cabello rojizo cubría su rostro, aceptando el abrigo de su amiga. Notaba que la ropa le quedaba holgada, aunque en ese momento poco le preocupaba, tenían cosas más importantes en las que pensar.. - Me sabe mal, no quiero que pilles un resfriado por mi culpa.. B-bueno, démonos prisa. - comentó volviendo a ser la misma Allison de siempre, acelerando el paso junto a Mérida, cerciorándose de agarrar su varita lista para lo que fueran a encontrarse.

Mientras terminamos de prepararnos para entrar a ayudar a los demás, Allison, dejando atrás ya la apariencia de Ginebra, acepta mi abrigo y río ante su comentario de que no quiere que pille un resfriado.

- No te preocupes. Eso ahora es lo de menos. - le respondo, guiñándole un ojo, antes de que mi semblante vuelva a mostrarse serio, a saber qué nos espera más allá.

Tan pronto la joven Ravenclawdispara la bengala al aire, se ve forzada a liberar el encantamiento que había lanzado sobre Richard, quien  cae al suelo con un sonido hueco, situación que es aprovechada por Samantha para lanzar una Bombarda al suelo creando un forado que permite a Riddle escapar junto a sus amigos, incluyendo a Richard quien se precipita hasta el sótano fuera de control.
 

Sin embargo, la explosión conjurada por Samantha, no sólo abrió una ruta de escape para ella, Richard y Eliphastus sino que además hace temblar el lugar hasta sus cimientos.

De pronto, una potente explosión llama la atención de todos los presentes, haciendo temblar la casa de los gritos hasta sus cimientos.

Con la caída del último diablillo y la tremenda explosión conjurada por Riddle, sólo quedaba algo por hacer, salir del lugar lo antes posible, pues la casa de los gritos estaba por venirse abajo.

Jane, trata de llegar a una ventana, prometo que te ayudaremos a salir de aquí, sólo apresúrate. ¡Chicos salgamos de aquí ahora! El lugar se viene abajo. - digo mientras corró hacia la salida.

¡Vamos chicos! ¡Apresúrense! Yo iré al final. - senteció mientras ayudo a Hellen a alcanzar la ventana por la cual entramos.

El joven Townsend vio como los engendros saltaban hacia el sótano para escapar de la casa en ruinas. No quería dejarles huir después de lo que acababan de hacer pero, por desgracia, no tenían más opciones.

Ayudó a sus compañeras a salir de la casa, sabiendo que Artemis era un cabezota y querría salir el último, y salió tras ellas. "Seguro que nos castigan" pensó mientras salía de la casa medio derruida.

Aún con las llamas inferiores sometidas la casa no parecía tener salvación, una explosión sacudió todo el sitio e hizo que las tablas del piso se ablandaran haciéndolo inestable, la casa estaba condenada.

Sin perder tiempo fue a la ventana que indicaba Freddy y con su ayuda saltó hacia el exterior, hacia las afueras de la casa. Una vez fuera y aún con su varita en mano conjuro nuevamente:

-Iratze.

Dicho esto se tallo en el antebrazo dos símbolos raros con la esperanza de que estos la ayudará a sentirse mejor.

De repente, es como si el suelo mismo se sacudiera y una enorme explosión ahoga cualquier conversación.

No hay duda alguna, la explosión viene de la Casa de los Gritos. Sin perder ni un mísero segundo, me lanzo a la carrera hacia allí.

- ¡Vamos! - le digo a Allison, sin girarme para ver si viene también.

Sólo espero que estén bien. Y que no sea otro de los trucos de Jane, si sigue así todavía va a estar pagando los destrozos causados cuando se jubile.

Cuando Allison y Mérida se abren paso entre la multitud, ven a Kat salir a través de una ventana alta.

Asimismo otros magos presentes al ver a la niña salir por allí,  empiezan a acercarse presurosos al lugar, entre ellos el profesor Longbotton y el profesor Cain, quienes eran los chaperones en turno. 

Gracias al hechizo de tallado rúnico Kat se sentía mejor, eso por dentro ya que su exterior decía otra cosa: cabello revuelto y esponjado con un horrible tufo a humo, cara y cuerpo llenos de cortadas que parecían estarse curando solos pero muy lentamente y lo peor de todo: su uniforme estaba destrozado, la falda rasgada hasta la cintura, el suéter y la túnica hechos girones y la camisa estaba tan a la moda como un queso zuiso. Todo aderezado con marcas de fuego intenso, producto de que se acercó a las llamas.

Cuando vio a Allison y Mérida las saludo con su típico y efusivo saludo.

-Chicas, por aquí.

Dicho esto fue hacia ellas y las abrazó, estaba contenta de volverlas a ver. Con todo lo que vivió ahí dentro le pareció el infierno.

En cuanto llegamos, veo a Kat salir por una de las ventanas y me dirijo a la carrera hacia ellas. Mientras nos saluda efusivamente, me fijo en su estado. La ropa está quemada y completamente destrozada.

- ¿Qué ha pasado? - le pregunto sorprendida mientras nos abraza, intentando conciliar en mi mente, la imagen que presenta, con la tranquilidad que mostraba su amiga - ¿Dónde están los demás?

Poco después del abrazo se separó de ellas y les dijo:

-Nos emboscaron.....

Repentinamente un crujido proveniente de la casa de los gritos distrajo su atención, el lugar seguía colapsado y no había indicios de Jane, Artemis, Hellen o Freddy.

-Chicos, tienen que salir de ahí-Musitó la Rubita de manera desesperada.

- ¿K-kat..? - dijo casi sin dar crédito a lo que veían sus ojos, al ver como su amiga salía por una de las ventanas y no con el mejor de los aspectos... Se acercaron a toda prisa hasta ella y tras separarse del abrazo de la joven, la pelirroja intentó asimilar lo que veía.

- ¿Estás bien? - preguntó algo alarmada al ver el estado de su ropa y las marcas de chamusquina que presentaba. Oh por el amor de... Katherine, menos mal que estás bien... Pensó mientras intentaba mantener la calma, al escuchar sus palabras volvió a fruncir el ceño mientras se le formaba un nudo en el estómago. - ¿Los demás siguen dentro..? - miró a la ravenclaw y luego a la ventana por la que había saltado.

- ¿Qué podemos hacer? - preguntó nerviosa mirando a sus dos amigas, sin darse cuenta de que los profesores se les echaban encima. 

Escupo los restos del último diablillo para luego recobrar mi forma humana. Estaba segura de que jamás me acostumbraría a ese horrendo sabor, pero en lugar de lamentarme opto por buscar la varita extraviada y recogerla antes de escapar por el lugar... sin siquiera mirar a Artemis. No me gustaba siquiera pensar en lo que había decidido, como para encima enfrentarlo.