Partida Rol por web

Mientras intentaba pensar en como encajaba lo que contaba Jane con el fatal destino del Dumbledore de aquel tiempo, Artemis arrojó algo de luz sobre aquel asunto. Y muy probablemente estuviese en lo cierto, tanto que de sólo pensarlo hacía que se le erizase el pelo.

- Que horror... - comentó en voz alta mientras negaba levemente con la cabeza, comprendiendo un poco más lo que sucedía. - Pobre director Dumbledore. Nadie merece algo así.. Pero.. - recapacitó entonces, si habían alterado el pasado al quitarle el libro a Grindewald, ¿cómo lo arreglarían ahora? Quizás si ayudaban a la resistencia, puede que luego pudieran volver a aquel instante en el callejón o.. 

- Bueno, lo hecho hecho está. Procuremos esforzarnos con lo que sea que se nos viene encima. - añadió finalmente, fuera lo que fuera pensaba darlo todo por ayudar. Jane tenía que conseguir aprobar la prueba de Rowena.

Mientras ustedes van atando los cabos sueltos, Harry Potter ingresa a su habitación.

- Muy bien chicos es hora de la reunión síganme por favor. - dice Harry mientras los guía hacia una gran sala, al otro extremo de la sala se encuentra Tom Riddle frente a un enorme pizarrón.

La sala está llena de gente de distintas edades, cada una de las personas allí reunidas mostraba signos de haber combatido en varias batallas.

Tan pronto ingresaron a la sala, las puertas se sellaron mágicamente y Tom Riddle empezó su discurso.

Escúchenme bien, esta noche podríamos poner fin al reinado del amo de la muerte, pero escuchen bien, sólo tendremos una oportunidad, esta noche lanzaremos un asalto frontal contra Numengard, se nos unirán los americanos, los franceses y las demás grupos de resistencia del país.

Obviamente, el asalto en si mismo es una misió suicida, por lo que muchos de nosotros moriremos antes de la primera hora, pero dicho sacrificio es necesario para que un pequeño grupo de voluntarios pueda infiltrarse a Numengard.

El éxito de la misión depende de que el grupo de infiltración logré obtener un poderoso artefacto que podría poner fin a la guerra. Como bien sabemos, nuestras líneas han sido infiltradas por espías del amo de la muerte y es posible de que él esté al tanto de esta misión, por ello, seré yo quien lidere a los voluntarios que se infiltrarán en la fortaleza.

Sin embargo, tengan en cuenta que si la misión falla y el grupo de infiltración es capturado, a quienes lo integren les espera un destino peor que la muerte, dado que es altamente probable que el amo de la muerte nos convierta en liches y nos envíe de vuelta hacia a nuestros compañeros para que los destruyamos.

Con todo dicho ¿Quienes desean formar parte del grupo de infiltración? - pregunto Riddle mientras observaba a todos los presentes.

Sólo tres personas dieron un paso al frente, uno de ellos era Alastor Moody, el otro era Kingsley Shackelbolt, quien al parecer había perdido un ojo en una batalla previa y el tercero fue un hombre asiático que vestía una túnica blanca.

Necesito al menos a tres personas más o no tendremos oportunidad. - dijo Riddle mientras observaba a la multitud que empezaba a cuchichear entre ellos.

Al escuchar el discurso de Riddle me di cuenta de dos cosas, la primera de ellas, este no era el Tom Riddle sobre el cual yo había leído en los libros de historia, este Tom Riddle estaba más que dispuesto en poner su vida en la línea de fuego por el bien de toda la comunidad mágica, el otro era un maldito megalomaniáco obsesionado con la vida eterna.

La segunda cosa de la que me di cuenta es que, la sinceridad brutal no siempre era el mejor discurso motivacional, pues todas las personas que me rodeaban parecían indecisas y temerosas, lo que termino por hacerme perder la paciencia, así que decidí ofrecerme como voluntario para la infiltración de Numengard.

Yo voy. - dije con voz alta y clara mientras me abría paso entre la gente con total seguridad.

- Tienes razón, Artemis, parece que Grindelwald ha usado la piedra para revivir al profesor Dumbledore, es algo horrible. Tal vez, tal vez Dumbledore no pudo derrotar a Grindelwald porque no tenía la varita de Sauco.

Entonces, llegó Harry Potter y nos convocó a la reunión.

- Bueno, escuchemos qué dicen y decidamos luego qué hacer. Puede que tengamos que ir a buscar a Grindelwald directamente o intentar descubrir dónde están todas las reliquias. Quiero preguntar a Harry Potter si todavía tiene la Capa de Invisibilidad- les susurré.

Lo seguimos y nos encontramos con una sala llena de gente, entre ellos gente que había visto sólo en libros o en periódicos. Nos sentamos y escuchamos a Tom Riddle hablar. Tan pronto como pidió más voluntarios, levanté la mano y miré a mis compañeros.

- Yo también.

Después de ser guiados por Harry Potter llegaron al lugar donde se iba a celebrar la reunión de la que hablaron cuando llegaron. Allison escuchó en silencio el discurso de Tom, era curioso cuan cruel podía llegar a ser el destino y la de vueltas que podían dar las cosas, viendo a aquel hombre que tenían frente a ellos, hablando con tanta pasión y dispuesto a sacrificarlo todo por un bien mayor.

En cierto modo era una pena que aquel Tom Riddle, él cual en otras circunstancias se hubiera malogrado hasta tal punto de ser el origen de todo mal. Daba escalofríos pensar algo así, aunque por suerte o por desgracia... No contaban con el tiempo para seguir dándole vueltas a todo aquello.

El plan era realmente peligroso, y lamentaba que aquella noche tantas personas fueran a poner sus vidas en peligro, pero en cierto modo se sentía responsable, y cuando sus amigos alzaron al voz para ofrecerse como voluntarios, la pelirroja no dudó un instante y se puso junto a ellos, mostrándose dispuesta a seguirlos a dónde hiciera falta. - Contad conmigo también. - dijo con decisión, mirando a Jane y Artemis a la vez que asentía con firmeza. Haría lo que fuera necesario para protegerlos.

Muy bien ya está decidido esta noche pondremps fin al reinado del amo de la muerte y daremos el primer paso para construir un futuro más brillante. - exclama Tom Riddle exacerbando los ánimos de todos los presentes.

Los voluntarios vengan conmigo, partiremos en una hora, debemos estar listos.

Una vez finalizada la reunión, todos se ponen en movimiento, la gran mayoría se aparta del centro de la habitación en donde una mesa aparece de la nada, mientras Snape, McGonagall y Harry empiezan a exponer el plan de batalla.

Ustedes, por su lado, ingresan a una pequeña sala privada en donde los esperan Tom, Alastor Moody, Kingsley Shacklebolt y el hombre de ascendencia asiática.

Tanto Moody como Shacklebolt, se mostraban un tanto reticentes con el tercer hombre, pero a este, eso no le importaba.

Ustedes por otro lado parecían un tanto fuera de lugar en aquella reunión, la misma que empezó cuando Moody rompió el silencio.

Muy bien Tom, ¿Cuál es el plan?

El plan es simple conseguir el giratiempos y evitar que nos maten. Ahora paso a los detalles. - dice Tom haciendo una pausa.

El amo de la muerte ha conseguido uno de los últimos giratiempos y planea destruirlo mañana a primera hora, hasta entonces el giratiempos estará en su sala de trofeos, esta es nuestra mejor oportunidad, por no decir la única que tenemos de robarlo y evitar que Grindelwald maté a Dumbledore.

Con ayuda de uno de nuestros colaboradores he construido un traslador que nos llevará hasta donde se encuentra el traslador. Sin embargo, como bien saben, esto puede ser una trampa, es allí donde tu entra tu ojo mágico nos va a prestar un apoyo invaluable. - dice Tom con seriedad.

Tu ojo es lo único que puede ver a través de la capa de invisibilidad de Grindelwald y sólo Kingsley sabe como inhabilitar esa condenada capa.

Con algo de suerte lograremos hacernos con el giratiempos sin problemas de lo contrario, nos tocará salir de allí a punta de varita y buscar un lugar en dónde hacermos fuertes el tiempo suficiente como para que yo y todos los que no estén luchando puedan dar el salto en el tiempo. - sentencia Tom.

El traslador se activará en unos segundos después de que inicié el ataque, hasta entonces todos debemos permanecer sentados en esta mesa con las manos sobre la misma.

Una vez realizado el salto el traslador implosionará para que nuestros enemigos no puedan usarlo a la inversa. Buena suerte.

Mira que se sentía dispuesta a ayudar en todo lo que fuera posible, pero después de escuchar el plan de Riddle los nervios comenzaron a aflorar. ¿Que debía hacer exactamente? El tema de la capa de invisibilidad era algo alarmante, pero si ya tenían pensado como neutralizar aquello, era algo menos de lo que preocuparse.. Al menos en teoría.

Un salto en el tiempo. Salvar a Dumbledore. Uf... Va, podemos hacerlo. 

- Vale, entendido. - respondió asintiendo con gravedad. - Pero tengo una duda, una vez usemos el traslador.. ¿Qué hacemos nosotros? Podríamos conjurar una barrera protectora para resguardarnos por ejemplo, mientras recuperamos el giratiempo. Por si las cosas se ponen feas. - preguntó entonces mientras hacía un repaso a los hechizos que podrían serle útiles. Quizás el Sanctorum fuera buena idea, si combinaban varios conseguirían una barrera aceptable ¿No?

- Y creo que eso es todo, estaré atenta para ayudar en lo que pueda. - sentenció dibujando una tenue sonrisa esperanzada, algo severa, dadas las circunstancias.

No podía evitar sentirme nerviosa, aún cuando sabía que no era del todo real, sabía cuanto se jugaba en esta misión. Con manos sudorosas y sintiendo que el estómago en un puño, coloqué las manos sobre la mesa y miré a mis compañeros con una mirada de urgencia. Sin lugar a dudas debíamos ir con Riddle al pasado, debíamos asegurarnos de que Dumbledore sobrevivía.

Tras escuchar las palabras de Allison, asentí a sus palabras.

- Artemis, Allison y yo podríamos ayudar con los conjuros protectores ya que seguramente no seamos tan expertos como el resto con hechizos de ataque - comenté, después de todo, todavía éramos alumnos de segundo, a pesar de nuestra nueva apariencia.

Mis dedos se movían inquietos por la superficie de la mesa a la espera del salto.

- Creo que no tengo nada más que decir tampoco, estoy lista para lo que venga.

La espera se les hace eterna, sin embargo la activación del traslador fue violenta y el vortéx mágico tremendamente poderoso, tras la activación del traslador, sólo pasaron dos segundos antes de que se encontraran en las entrañas de Numengard.

Sin embargo, su llegada no paso desapercibida, pues tan pronto el traslador implosionó, pudieron notar que se encontraban en una gran habitación rodeados por cientos de inferis que empezaban a avanzar hacia ustedes, entre ellos y ustedes el cuerpo mal herido de una mujer, Amelia Bones.

- Lo siento Tom, les fallé. - dice la mujer mientras pierda la consciencia.

- Yo me haré cargo Riddle-san, ustedes detengan al maestro de la muerte.  - dice el hombre oriental empuñando una varita en cada mano, mientras un destello verde ilumina la habitación y un hombre se hace paso entre los inferis.

- Mucho ruido y pocas nueces Takamura-san. - dice el hombre con una sonrisa macabra mientras avanza a paso lento y pausado hacia ustedes.

La presencia de aquel hombre parecía poner nervioso a Kingsley Shacklebolt quien le apunto su varita, mientras una potente explosión arrojó al sujeto por los aires llevándose consigo varios inferis.

- Dije que yo me haría cargo, este tipo mató a mis hijos ahora yo lo mataré a él, y destruiré a tantos inferis como pueda, ahora corran. - dice el japonés mientras señala hacia la puerta y empieza a lanzar hechizos y maldiciones a troche y moche. - Ese es el problema con los sujetos como tu Pettigrew, piensan que la maldición asesina es infalible y entonces bajan la guardia.

Pero no, los espíritus fuertes como el mío no pueden ser arrancados con facilidad de su cuerpo y ahora sentirás en carne propia el odio y el dolor que vengo albergando por más de quince años.

Mientras el asiático libraba su batalla privada, ustedes echaron a correr, siguiendo a Tom Riddle quien parecía conocer a la perfección en dónde se encontraba el giratiempo.

En cuanto vi la situación en la que nos encontrábamos, me puse de espaldas a mis compañeros para no dejar ningún flanco descubierto. Quería ir a ayudar a la señora Bones, pero en aquel momento no nos lo podíamos permitir. Mordiéndome el labio inferior, me dispuse a lanzar un conjuro contra los inferi cuando vi por el rabillo del ojo la luz verde y la aparición del hombre de sonrisa macabra.

Sin perder de vista al recién llegado, miré a mis compañeros, en especial a Riddle, para ver qué hacíamos. No era muy partidaria de dejar al oriental sólo, ya fuera porque no terminaba de fiarme de él o porque prácticamente estaba firmando su sentencia de muerte.

Sin embargo, no parecíamos tener más alternativa. Con un último vistazo al señor Takamura eché a correr detrás de Tom Riddle.

El tirón fue excesivamente violento, pues lo sentí como si alguien intentará arrancarme los brazos. Sin embargo, lo peor sucedió al llegar, habíamos caído en una trampa.

Ante nosotros se encontraba la legendaria Amelia Bones, quien en nuestra época fue miembro del Wizengamot y una dueñista capaz de batirse sola hasta con cuatro oponentes al mismo tiempo.

Esa mujer sí que fue dura, pues sólo el propio Voldemort fue capaz de derrotarla. Una de las hechiceras más poderosas de su generación y orgullosa representante de la casa Hufflepuff, ahora reducida a una mera sombra de lo que alguna vez fue.

En verdad estaba empezando a odiar este universo.

Sin embargo, sabía bien que no podía hacer nada por aquella gran bruja, pues en este momento estabamos rodeados de inferis y para empeorar nuestra situación, alguien lanzó una maldición asesina que impactó de lleno en uno.de los miembros de nuestro grupo.

Y entonces lo vi, al peor de todos los traidores que el mundo mágico haya conocido. Peter Pettigrew, en verdad iba a disfrutar acabar con él, pues su mera existencia era una terrible ignominia para la casa Gryffindor.

No obstante ello, justo cuando iba a apuntar mi varita contra ese pedazo de escoria, sucedió algo que me paralizó, Takamura-san habló.

Al patecer la terrible maldición asesina tenía un punto débil, pues estaba seguro que el hechizo le había dado de lleno al hombre asiático.

En verdad tenia que investigarlo, pues si lo descubría, podría salvar incontables vidas y a eso me dedicaría al volver a casa.

Tras su inusual regreso a la vida, el japonés empezó a esgrimir dos varitas de madera blanca, muy probablemente estuvieran hechas de madera de cerezo y avanzó con tal determinación que llegué a sentir algo de lástima por ese infeliz de Petigrew.

Tom Riddle nos instó a continuar nuestro camino, cosa que hice sin protestar, pues sabía bien que este misterioso hombre, era sin lugar a dudas uno de los duelistas más duros que japón podría ofrecer y su determinación era como un muro de diamante que contendría el avance enemigo hasta el final.

El viaje casi consiguió que le entrasen nauseas debido a la fuerza del mismo. Pero no iban a tener tiempo ni para recuperar el aliento. Cuando llegaron ya estaban prácticamente rodeados. Allison alzó la varita atenta por si tenía que ponerse a lanzar hechizos a diestro y siniestro. Había tantos demoniejos...

Aunque ese no era el momento todavía. Con horror contempló el cuerpo de la mujer malherida y quiso ayudar, pero no iban a poder. En ese momento el hombre japonés empezó a luchar con una fiereza tal que resultaba inspiradora. Pero de nuevo, no tenían tiempo, debían aprovechar aquel valioso tiempo que les estaban proporcionando, por el bien de todos.

Tenían que arreglar aquel lío. Sin pensarlo más, Allison echó a correr tras Riddle, junto con Jane y Artemis.

Mientras corrían por los pasillos de Numengard, Alastor Moody apuntó su varita hacia la nada y gritó: "Confringo", mientras Kingsley Shacklebolt hacía una gran floritura con su varita al tiempo que exclamó: "Caeporal difumina revelium"

Cuando ambos aurores terminaron sus hechizos un hombre encapuchado hacia acto de presencia riendo macabramente.

- Así que este era el plan de la resistencia, grandísimos idiotas, en verdad creían que podrían infiltrar mi fortaleza sin  que yo lo supiera.

Soy el jodido amo de la muerte nadie puede vencerme, mejor ríndanse ahora y su muerte será rápida e indolora. - amenazó el encapuchado, mientras los celebres aurores coerran filas.

- Continúa Tom, nosotros compraremos tiempo. - dijo Shacklebolt mientras levantaba una barrera defensiva al tiempo que Moody atacaba con fuerza.

- No hay posibilidad de que lo derrotes en este momento Riddle, así que no pares. - añadio Moody.

- No lo conseguiran malditos, ya sé lo que buscan y no lo permitiré. - rugió el encapuchado mientras lanzaba una maldición asesina hacia Riddle, la cual no pudo atravesar la barrera de Shacklebolt.

Tom Riddle asintió y echó a correr por una puerta aledaña seguido por ustedes hasta llegar a una gran puerta de hierro la misma que hizo explotar con su varita.

Tras cruzar el umbral de la puerta, Riddle lanzó una maldición asesina contra una mujer que intentaba destruir el giratiempos.

Fuiste una tonta al dejarte seducir por la oscuridad Belatrix, si me hubieras escuchado, ahora no estarías muerta.- dijo Riddle mientras arrebataba el giratiempos de la mano de aquella mujer.

Muy bien chicos toménse de las manos y prepárense para el salto. - añade Riddle mientras manipula el giratiempos.

No había visto al encapuchado hasta que los dos aurores lo hicieron aparecer. Me detuve en seco, justo detrás de los adultos y apunté al recién aparecido con mi varita, quien había dicho que era amo de la muerte. ¿Aquel era Dumbledore en aquel mundo? No podía ser, esto era lo que nuestra decisión de robar el libro había desencadenado. Era culpa nuestra... agité la cabeza para quitarme esas ideas, no un mundo real, era sólo parte de la prueba (o al menos lo esperaba). Debía concentrarme, en cuanto consiguiéramos el artefacto mágico todo volvería as er normal de nuevo. Aunque echaría de menos al Riddle bueno.

Dejando a Moody y Shacklebolt a cargo de la figura encapuchada, seguimos adelante junto a Tom Riddle. El corazón me latía a cien y no veía el momento de llegar hasta el giratiempos. En cuanto llegamos a la puerta de hierro y saltó por los aires, apenas respiré antes de lanzarme dentro preparada para lo que fuera que nos esperaba. Por suerte, no hubo pelea, no al menos de momento. Riddle mató a ¿la famosa Bellatrix Lestrange? Esa muerte sí que no iba a lamentar.

- Preparada - dije tomando de las manos a mis compañeros.

Nunca había usado un giratiempos, no eran artículos que se usaran cotidianamente. Pensé que sería como usar un transbordador, pero no fue como mi cuerpo fuera arrancada del suelo para lanzarla a un lugar diferente. A nuestro alrededor se fueron viendo secuencias de lo que había pasado los últimos años en el mismo castillo y la misma sala en la que nos encontrábamos, pero como si todo fuera hacia atrás (de hecho, era así). Fascinada, no podía mirar hacia todas partes, tanto que por un segundo me olvidé para qué estábamos allí.

La maligna risa de aquel encapuchado le helaba la sangre, y se había llamado Amo de la muerte. Oh no, ¿de verdad era..? ¿Qué hemos hecho..? Madre mía.  Afortunadamente no iban a quedarse para comprobarlo, Allison siguió corriendo tras Riddle junto a sus amigos, sin mirar atrás. Con todos los horrores que estaban presenciando tenía más claro que debían enmendar el tremendo error que habían cometido con aquel dichoso libro. 

Pero eso no significaba que aquella pesadilla estaba por acabar, cuando cruzaron una puerta Riddle no titubeó un segundo en lanzar una maldición contra una mujer que estaba a punto de destruir el giratiempos. Acabando con su vida en un instante.

La pelirroja se puso pálida y desvió la mirada lo más pronto que pudo, por lo que dijo Riddle, se trataba ni más ni menos que de Bellatrix Lestrange, esta casi le provocaba el mismo pánico que las maldiciones. Sólo de pensarlo le daban escalofríos. Uf, Allison tranquila, respira, aún tenemos que arreglar esto. - V-vamos allá. - dijo mientras reunía fuerzas y tomando de la mano a los demás. Dando un pequeño suspiro asintió con decisión, dando a entender que estaba lista.

Nunca antes había usado un giratiempos, y el cosquilleo que le produjo el salto, casi le sacó una sonrisa, si no hubiera sido por la gravedad de la situación,claro. Cuando todo se detuvo, se llevó una mano a la cabeza, recuperándose del ligero mareo. Pero el paisaje le hizo abrir la boca con asombro. Nurmengard era tétrico a más no poder, ahora que no estaban en inminente peligro, podía detenerse para mirar a su alrededor.

De todos modos, no podía olvidar para que estaban allí. Varita en mano, miró a Riddle esperando que este hablara para ver como actuarían a continuación.

Mientras continuabamos nuestra vertiginosa carrera hacia el giratiempos, él apareció ante nosotros, Grindelwald en persona portando las tres reliquias de la muerte, había escuchado rumores y murmullos sobre su poder.

Ese era el hombre que logró poner al borde de su destrucción al mundo mágico y muggle, si Dumbledore no lo hubiera detenido en su oportunidad, muy probablemente este sería nuestro mundo ahora.

Por un segundo consideré la posibilidad de quedarme atrás junto a Moody y Shacklebolt, pero algo dentro de mi me dijo que eso sería una estupidez, yo no sería más que un estorbo para esos poderosos aurores capaces de obrar prodigios, mientras yo era apenas un niño de trece años atrapado en el cuerpo de uno de dieciséis.

Además debía asegurarme que Allison y Janelle completaran su misión para poder asegurar nuestro mundo, así que segui corriendo hasta llegar a esa puerta, preguntandome como la abriríamos mientras Ridle se limito a hacerla volar en pedazos para luego asesinar a Bellatrix Lestrange, vaya ironía.

Apenas unos segundos después, Riddle preguntó si estabamos listos para el salto, ante lo cual me limité a asentir con la cabeza, mientras tomaba de la mano a Allison y mi corazón se aceleraba, haciendo que por algunos segundos los colores se me subieran al rostro. Condenadas hormonas.

Nuestro viaje en el tiempo fue como ver una vieja película de horror en reversa, las atrocidades de Grindelwald eran de tal magnitud que sólo deseaba ponerle fin, asi que preferí cerrar mis ojos para no ver más.