Partida Rol por web

La sala común de Ravenclaw se encuentra en una de las torres del castillo, es amplia y circular, para llegar a la sala se debe subir por una escalera en caracol muy angosta. La sala cuenta con grandes ventanas arqueadas muy decoradas, y las paredes están decoradas con tapices color azul y bronce. El techo abovedado está pintado como el cielo estrellado, esta decoración se repite de igual forma en la alfombra del suelo color azul marino. Mesas, sillas y libreros se encuentran acomodados en la sala, y una escultura en mármol de Rowena Ravenclaw esta colocada junto a la puerta que conduce a los dormitorios.

Entré en la sala común. Al parecer era el primero, así que subí a mi habitación y miré la maleta junto a mi cama. Me aseguré de guardarlo todo en su lugar y ordenarlo apropiadamente antes de volver a coger el libro de pociones y bajar para sentarme junto al fuego para leer.

Tenía que aceptar que el lugar era elegante y estaba bien decorado. Tal vez demasiado azul, pero era lo normal. El calor de la chimenea daba un toque muy hogareño al lugar. En definitiva, era un buen sitio para leer y poder estudiar tranquilamente. Al menos hasta que llegara mas gente y empezaran ha hacer ruido.

Entré con paso ligero en la sala común de Ravenclaw, mi madre había sido de esa casa y me había contado muchas cosas sobre el lugar. Tal como me había dicho, estaba casi todo el lugar adornado de azul y bronce, con una bonita decoración. Me encantaba el azul y la forma en la que se veían las estrellas arriba y abajo.

La estatua de Rowena llamó inmediatamente mi atención nada más entrar. Sentía respeto por la memoria de la fundadora del lugar, por lo que hice una pequeña reverencia frente a ella, antes de subir por las escaleras a comprobar que mi maleta y mis bolsas estaban en su lugar correspondiente. Ordené mis cosas, saqué un par de libros y me fui a la sdala común a ver si aparecía alguien más.

Al bajar me sorprendí de ver allí a un chico, no me había dado cuenta que estaba allí al subir. Lo había visto durante la selección, pero no había hablado con nadie, por lo que ni siquiera sabía como era. Parecía un poco serio, por lo que me acerqué un poco tímida y lo saludé - hola, me llamo Janelle, qué bien que estemos en Ravenclaw, ¿verdad?

Al terminar el aburrido ritual de selección Alexander en compañía de su repugnante murciélago Nergal, que reposaba cómodamente en su cuello, se dirigió a la sala común de Ravenclaw recorriendo una angosta que, según el joven, era incomoda y poco práctica.

Llegando al lugar, el tétrico mago se dio cuenta que había otro alumno sentado leyendo un libro sobre pociones-. El sangre sucia-. Pensó Alexander con una pervertida sonrisa mientras seguía de largo hacia su dormitorio.

Una vez allí, el pequeño hechicero, un poco asqueado por el exceso de luz del lugar, se apura en cerrar todas las cortinas alrededor su cama -. Como extraño las mazmorras de mi abuelo-. Suspira mientras ordena sus cosas, poniendo sus ropas en orden, libros en sus estantes y posicionando sus figurillas de diferentes dioses impíos en su velador, entre estas figuras encontramos al dios Set, Baphomet, Angra Mainyu, entre otros… de alguna manera Alexander encontraba cierta paz contemplar dichas figuras creadas de un material que el mismo niño desconocía-. Gracias abuelo, por estos regalos-. Dice con nostalgia.

Luego Alexander coge un extraño libro entre su pertenencia-. Haber padre, que tienes para mí en tu diario de experimentación-. Dice con una depravada voz a la vez que observaba en mayor detalle el libro, al hacer eso, se dio cuenta que el tomo estaba forrado con una excepcional piel, no era animal, ni humana cosa que le extraño al joven mago-. ¿Qué diablos será?-. Risas salen de su corrupta boca mientras bajaba al sector común donde el otro alumno estaba leyendo, mientras pensaba en el origen de esa dichosa piel.

Al llegar se dio cuenta que habia otra alumna, tranquilamente y en silencio se dirigió para saludar-. Saludos soy Alexander esperemos que a partir de hoy seamos buenos compañeros… o algo parecido-. Exclama son una mirada exaltada, acompañada de unas risitas tétricas dirigidas al otro niño y a la otra muchacha, que hace unos poco segundos atras pudo escuchar que se hacia llamar Janelle, pensando a la vez que tener una buena relación con los sangre sucia como ese repugnante estudiante macho y demases como aquella mujer, ayudaría a poder engañarlos para experimentar con ellos en un futuro no lejano-. Hay que tratar bien al ganado, o no abuelo?-. Piensa feliz recordando unas palabras que le dijo su abuelo cuando le pregunto qué hacer cuando faltaba especímenes para jugar o experimentar...

El prefecto había acompañado a los de mi “casa” a su salón común, cuando llegue contemple la estancia con gran satisfacción pues el color azul oscuro me daba bastante tranquilidad, allí había dos chicos y también estaba Janelle, la había conocido en el vagón del tren y parecía muy simpática así que me acerque a su encuentro para saludarla:

-Janelle, que suerte que estemos en la misma casa. ¿No te parece?-

Después escuche a uno de los chicos presentarse, esté tenia una mirada algo extraña y sospechosa aunque yo no era una niña que juzgue por las apariencias y ya que estaba me dispuse a presentarme a los demás:

-me llamo, Katherin Darling. Encantada de conoceros, me alegro de que estemos todos en la misma casa- y sonreí de oreja a oreja esperando que mi presentación hubiera sido bien recibida por los demás.

El chico que acababa de bajar se presentó y no pude evitar que un escalofrío me recorriera el cuerpo al oír su risa tétrica. No era bueno juzgar por las apariencias, pero era un chico extraño. Sin embargo, traté de sonreír y me presenté - me llamo Janelle Rose, encantada, intentemos ser buenos compañeros y ganar la copa entre todos.

Más gente entró por la puerta y vi que era Katherin. La sonreí ampliamente y me acerqué a su lado - Katherine, qué bien, seremos compañeras de casa.

En aquel momento, oí un conocido sonido en la ventana y corrí a abrirla. Sù, mi querida fenix, entró volando en la sala y se apoyó en mi hombro. Había salido a dar una vuelta nada más llegar del largo viaje en el tren.

 Luego de un gran viaje por el expreso de Hogwarts y de haber sido seleccionado para la misma casa que mi hermano cosa que me gustaba. Subí a la torre de Ravenclaw para conocer a los demas chicos tanto de mi curso como de cursos superiores. 

 Al llegar encuentro a varios niños de mi edad hablando, alguno daba mas miedo que otros pero parecían buenas personas. Tenia a mi lechuza en mi hombro y llevaba "Historia de la magia"  conmigo, a simple vista parecía que estaba leyendo detenidamente mientras amagaba a los chicos que se metían en mi camino. Llego con los chicos de mi misma edad y saludo con la mano a todos. Hola soy Matthew y espero conocerlos a todos ya que estaremos 7 años juntos. Dejo una sonrisa para todos tampoco quería ser el raro de entrada, cierro el libro con un marcalibros.

-. Nos vemos… Mis queridos “compañeros” jejeje-. Se despide con una voz corrompida acompañada con risas pervertidas, mirando coquetamente al sangre sucia y al resto del grupo, mientras se desplaza sonriente a algún rincón oscuro de la sala para comenzar a leer las sublimes experiencias de su padre-. Es hora de estudiar Nergal-. Le susurra a su vomitivo murciélago, que sale de la capucha del joven con un desagradable chillido-. Si lo se jajajaja lo se esto será muy entretenido mi querido Nergal jajajajaja-. Le responde acariciándole su purulenta cabeza, para luego sentarse y comenzar a leer, estando bien atento a los jovenes que ahora se encontraban al frente suyo.

Lunes, 6 dia.

Otro dia que estaba aburrido y sin ganas de ir clases. Me quede dormido otra vez como en historia de la magia... Debia mejorar si iba a pasar.

Aunque al ultimo momento me tiro de la cama.

Acompañais al profesor Flitwick hasta la sala común de Ravenclaw, por el camino podéis ver una marca en el cielo

- Sentaros chicos, hay algo que debo contaros, esta noche se han descubierto los cuerpos de tres de vuestros compañeros, de Ciarán que pertenecía a Ravenclaw, de Louis que pertenecía a Hufflepuff y de Lazaro que pertenecía a Slytherin, los tres eran de primer año. Hemos estado debatiendo y las clases seguirán, pero quiero que tengais mucho cuidado y no vayais solos a ninguna parte. ¿Entendido?

El profesor nos había dado unas noticias perturbadoras y me estaba costando mucho hacerme a la idea.
-¿Como que no vayamos a ninguna parte?¿Eso es que Hogwarts no es seguro?¿Y ese simbolo que hay en el cielo que es?
Me dí cuenta de que estaba empezando a acelerarme mucho, decidí sentarme y esperar alguna respuesta del profesor.

-.interesante, interesante,  INTERESANTE-. Expresaba  Alexander una y otra vez, al escuchar las noticias del profesor-. ¿Será? ¿El renacimiento vendrá? -. Se preguntaba con unos ojos drogados de admiración al ver dicha figura que de alguna manera le parecía muy familiar-. Jajajajajajaja sabía que nunca te equivocas abuelo jijijiji-. Susurraba y reía calmadamente como si su corazón estuviera sereno, pleno y lleno de felicidad al ver que parte de los relatos de su infancia se vuelven realidad...

El profesor nos acompañaba, ademas de ser nuestro jefe de casa. Por el camino veo la marca tenebrosa y me pongo nervioso porque sabia que significaba eso.

Hace tiempo que nadie miraba esa marca. Y sigo mi camino en silencio.

Ver la marca en el cielo me causó una inquietud que no entendía. Aún siendo una niña sabía que la situación era grave y guardé silencio mientras el profesor nos contaba lo pasado. Había visto a alguno de aquellos chicos, en especial a Ciaran, y me parecía increíble que se hubiera muerto.

La reacción de Alexander me pareció muy mala. Era un chico raro, pero no me imaginé que se alegraría por eso, era malo. Lo miré con cara de pocos amigos, pero preferí no hacerle caso. Seguí caminando, preguntándome qué iría a pasar.

Volvió de la clase de DCAO frustrado y cuando el Ágila le hizo la pregunta, le respondió que se pudriera y tuvo que esperar media hora en la puerta hasta que un estudiante de cuatro vino y respondió correctamente.
Una vez en la sala se puso a leer un libro de literatura Muggle que le había regalado su madre mientras resongaba, aunque nadie parecía prestarle atención.

Al llegar a la sala común de tu casa notas que eres el único estudiante de primer año en ella y mientras lees tranquilamente escuchasa un par de estudiantes de sexto año discutiendo acaloradamente.

-Te digo que es real, yo la he visto y si no me crees no me iimporta.  Yo sé lo que vi y nada va a cambiar eso. - dice una chica como de 17 años a otro un poco menor que ella.

- Y ¿Por qué eres tú la única que la ha visto y no puedes traer ninguna prueba de su existencia? - le increpo el joven.

- Ya te mostré mi prueba si no me crees es cosa tuya. ¿Sabes algo Richard? Vete al diablo, hasta aaquí llegó lo nuestro, pero recuerda que yo fui la única que te creyó sobrebel fantasma del embarcadero y nunca lo he visto. Te dejó el jodido pergamino para que lo leas si cambias de opinión. - eexclamó la chica mientras dejaba el pergamino sobre un escritorio de la sala común para luego salir de allí a toda velocidad con aquel chico a la saga.

- ¡Espera Amy, por favor perdóname! - gritó el chico mientras perseguía a Amy dejando el pedazo de pergamino olvidado en el escritorio.

Al inicio de la discusión simplemente siguió leyendo el libro, o al menos aparentandolo mientras escuchaba cada palabra. Cuando salieron disparados se quedó mirando incrédulo. Pensó en volver a su lectura, pero vió el trozo de pergamino y su curiosidad le ganó.
Se aproximó y le hecho una leída de reojo, listo para hacerse el que estaba caminando en caso de que alguien lo viera...

En el trozo de pergamino encuentras escrito el siguiente mensaje:

"La biblioteca de Hogwarts es un lugar maravilloso, sin eembargo, su gran cantidad de libros es insuficiente para saciar la sed de conocimiento de una mente verdaderamente curiosa. Por eso construí mi propia biblioteca. Un refugio dónde Helena y yo podamos desentrañar los secretos de la magia sin ser interrumpidas. Un lugar accesible sólo para aquellas mentes verdaderamente sedientas de saber." 

"Si descubriste este mensaje quizá tu seas digno de compartir nuestro saber, eencontrar la puerta de mi biblioteca es sólo el primer paso y el más simple, pero la verdadera prueba será abrirla, para lo que necesitarás una mente realmente afilada." 

"Si al destino quieres tentar, busca la puerta en el quinto nivel del castillo cerca a la torre este donde la serpiente y el halcón se enfrentan frente al Dragón durmiente. Siempre tuya 

R.R"

R.R. sería Rowena?, podía ser un truco barato o una broma, pero su curiosidad y su imaginación empezaron a volar por todos lados,
Podía ser una bibloteca secreta?, algún escondirijo de la fundadora de su casa?, el misterio lo maravillaba. Casí que se olvidó de su frustración por su pésimo desempeño en clase.
Su primer impulso fue correr al 5 piso, pero pensó en encarar esto de la manera inteligente. solo claramente voy a fracasar...
Lentamente se fué acercando a ver si lograba encontrar a esta chica amy para sacarle más información...

Cuando sales al pasillo encuentras a la chica de hace unos minutos sentada bajo el marco de una ventana algo enfurruñada mientras hace levitar una rata pelirroja con su varita. Algo en la rata te dice que no se trata de un animal común.

Al parecer la discusión con el chico no acabo muy bien para él.

Ella aún no ha notado tu presencia pero si la de la señora Norris quien observa a la rata con cierta fascinación.