Partida Rol por web

-.indagare en sus recuerdos para identificar a los involucrados en el ataque-. Les señale a mis diablillos-. Aunque fuimos derrotados, esto sirvió para poner a prueba la capacidad defensiva del enemigo… interesante…-. Les ordeno a mis diablillos a seguir con sus tareas habituales para luego cortar la transmisión.

-.Ohhhhh... fascinante-. Esa fue la reacción mía ante la maldición del archidiablo, de alguna manera sacaría ventaja de esto.

-. ¿Ese idiota indisciplinado era parte de tus mejores hombre? ahora realmente entiendo muchas cosas y el porqué del ocaso de vuestra raza… -. Le contesto al demonio con toda sinceridad, con un tono analítico y crítico-. Realmente decepcionante viniendo de un archidiablo… si es que realmente eres uno… en fin, al menos sabemos la capacidad que tiene el enemigo-. Sentencio antes de ingresar a mi habitación a meditar lo sucedido. 

Después de la clase de encantamientos me encontraba animado por el éxito logrado, así qué corrí a la sala común, a ver si encontraba a Amy y preguntarle más cosas qué me ayudarán a resolver el acertijo.

Cuando vas entrando a la sala común te encuentras con Amy quien está leyendo un libro mientras come una rana de chocolate, en lo que parece ser un día de bastante calma y paz para ella.

Hola Allen ¿Puedo ayudarte en algo? - pregunta ella con una sonrisa amable mientras aparta la vista del libro

Ahí está Amy, parece qué tengo un poco de suerte hoy, espero qué continúe y consiga algo de información de parte de Amy.

Me acerque a Amy -Hola, Amy, la verdad es qué venía a pedirte un poco de ayuda con el acertijo, me encuentro un poco frustrado por no encontrar la puerta aún, pero recordé qué prometí encontrarla por mi mismo, estoy seguro qué lo haré- di media vuelta y me dirigí al quinto piso para buscar pistas.

Esta bien ratoncito, pero no pierdas tiempo, recuerda que al final del año dejo la escuela y sabrá Dios si algún día volveré por aquí. - dice ella en tono meloso

Te aseguro por Merlín que la segunda parte es al menos 10 veces más complicada que la primera, después de todo0 nuestra fundadora no quería que cualquiera entre a su templo del saber.

Después de cenar me dirigí a la sala común, y allí, en un asiento, me dispuse a leer mi libro de ''Mil hierbas y hongos mágicos''. Me gustaba la idea de preparar pociones, por lo que estudiar un libro como ese siempre me podía servir. Sus conocimientos eran muchos...específicamente sobre venenos, por lo que me divertía leyendo en ese lugar, a solas, tranquilo, sin que nadie me molestara. Si nada ocurría, seguiría así hasta la hora de irme a dormir.

Cuando llegué a la sala vi a Eliphastus leyendo un libro, pensé qué sería buena idea hacer lo mismo, saque mi manual sobre el duelo mágico y comencé a leerlo, después de todo mañana me inscribiría al club de duelo y no estaba de más empezar a prepararme para cuando empezará, cuando recordé algo -Valentine- me llevé una mano a la cabeza y corrí al dormitorio.

Después de unos minutos regresé, cargando una jaula en la qué estaba Valentine, mi babosa carnívora, -hola, pequeñín, casi se me olvida darte de comer- acerque un dedo para acariciarla y me mordió el dedo -auch, está bien, ya te doy de comer- tomé un poco de pienso y lo coloque dentro de la jaula, vi durante un momento como lo devoraba y después continúe con mi lectura.

Observé con interés la mascota de Allen, y le pregunté;

-¿Qué es eso, Allen? ¿De dónde la has sacado? –Pregunté, mirándolo sobre mi libro.

Nunca había visto una babosa de ese estilo, por lo que empecé a pasar las páginas de mi libro para averiguar más sombre la babosa que él tenía. Toxicidad, si servía para hacer algún tipo de pociones, etc.

Estaba concentrado en la lectura, pero la voz de Elipahstus dirigiéndose a mi rompió mi concentración.

-¿Eh? ¿Valentine? Es mi mascota, es una babosa carnívora, la compré en la tienda de mascotas, mi madre no me permitía tener mascotas, así qué la compré aprovechando qué no está aquí para impedirlo- estoy plenamente seguro de qué ya está enterada y qué de haberlo querido lo habría impedido.

Elipahstus no parecía tener interés en hablar, así qué continúe leyendo mi libro.

La sala común parecia una tumba tibia de terciopelo, el sofa con el cojin feo junto al fuego la llamaba, era su favorito y le rompia el corazón no poder hacerle caso, estaban por negocion, no por otra tarde de lectura frente al fuego. 

Junto a Jane Katherin saco su varita y conjuro de todo corazon:

-Iratze.

Como si de una maestra de Orquesta se tratase Kat dibujo esas ethereas runas en el aire, con tanta naturalidad y armonia que Kat cantaba mientras lo hacia, no tenia la mejor voz pero cuando menos se defendia en el coro de la iglesia a la que su mamá la solia llevar. Terminado la niña vió que habia grabado 7 runas en la entrada, tocaba hacer las dos que le faltaban, apunto al sello runico y conjuro nuevamente:

-Iratze.

Con esto las 2 runas faltantes quedaron grabadas y el hechizo estaba completo. Sintendose orgullosa miró a Jane y le dijó:

-¿Que te parece? no es mi mejor trabajo pero cuando menos funciona ¿no crees?

Hecho el encantamiento runico Kat se acordo que habia que ir a clase, fue al domitorio a acariciar a Atori y a contarle de corrido todo lo que habia hecho, tomo los libros y salio corriendo hacia la salida. No totalmente, se quedo en la entrada esperando a Jane.

- Iré a ocuparme de la sala común de Huffelpuff, Kat, te encargo nuestra sala común.

Me encaminé rápidamente hacia la sala común de Huffelpuff y dibujé rápidamente las runas antes de ir hacia nuestra sala común. Kat estaba terminando ya y lo observé satisfecha.

- Buen trabajo, Kat, creo que que servirá - le dije - bueno, vayamos a clase antes de que se nos haga tarde.

Corrí hasta nuestra habitación detrás de Katherin, cogí mis libros y plumas, saludé a Sù y salimos hacia la clase de astronomía. 

Ante la invasión arácnida Kat salió aún con su cabello mojado y vestida con bata de baño salió del dormitorio y empezó a castear a diestra y siniestra por donde iba pasando:

—Lumos Solem—Casteo mientras bajaba por la escalera.

Una vez luego a la sala de estar Casteo otra vez:

—Lumos Solem.

Fue hacia la librería y casteo:

—Lumos Solem.

De ahí fue hacia la chimenea en donde las arañas huían en desbandada y conjuro:

—Lumos Solem.

Cuando vio que huían mas fue hacia el centro de la sala y conjuro una vez mas:

—Lumos Solem.

Cuando casteo este último les grito a sus compañeros de casa:

—USEN EL LUMOS SOLEM. ESO AHUYENTARA A LAS ARAÑAS. RÁPIDO.

Dijo de forma valiente, esperando alentar a sus compañeros de casa.

Todos lo chicos presentees, incluido Mengele observan incrédulos como las arañas retroceden ante los potentes destellos de luz y hacen lo propio en cuestión de segundos la plaga fue controlada y las arañas huían en desbandada.

Las arañas más pequeñas se escabullían entre las grietas y rendijas del piso y pared, mientras que algunas otras huían por las ventanas y chimenea.

Al poco rato sentiste que eras levantada en peso por una fuerza irresistible y antes de que te dieras cuenta eras arrojada al aire una y otra vez entre vítores de los mayores.

No sabías cómo, ni por qué, pero de un momento a otro te convertiste en la heroína de tu casa.

Su consejo fue escuchado, ahora gracias al apoyo de todos los presentes las arañas fueron echadas de la sala común. Kat suspiro tranquila al ver que todos estaban a salvo ahora sólo quedaba volver con Jane, más sin embargo no le fue posible ya que los chicos mas grandes la levantaron encima y empezaron a lanzarála en una especie de algarabía en su nombre. Mientras estaba en el aire la Rubira se cubría su partes íntimas con la mano ya que no tenia ropa interior puesta, tal vergüenza la estaba distrayendo de que la estaban celebrando.

—ESPEREN CHICOS NO TAN FUERTE QUE NO ESTOY VESTIDA. AL MENOS DEJENME VESTIRME.

En medio de estas celebraciones vergonzosas Kat se preocupaba por Jane, había tenido un susto de muerte con las arañas y no quería pensar en lo angustiada que aún debía estar por todo lo que había ocurrido.

Tras un par de comentarios incómodos y el grito de la prefecta, los chicos te bajan y te permiten regresar a tu cuarto para que te vistas, mientras una cacofonía de gritos parecen venir desde el exterior de la sala común.

En ese instante un joven de sexto año toma la iniciativa y se dirige a sus compañeros.

Esas alimañas están atacando a nuestros compañeros, vamos a ayudarlos, este será conocido como el día en que Ravenclaw salvó la escuela.