Partida Rol por web

Cuando bajas las escaleras encuentras un pequeño túnel que conduce a una especie de habitáculo, en el cual puedes ver una puerta cerrada, una cama, un librero, una mesa y un caldero con un pequeño laboratorio de pociones.

Sobre la mesa hay un libro de rituales de magia negra y en el techo de la habitación hay un cristal mágico que ilumina toda la estancia.

Cuando pasa al lado de la puerta cerrada, te parece escuchar unos lloriqueos y sollozos.

Aquel lugar se parecía a la clase de pociones pero en miniatura. Qué hacía todo eso allí ni idea, pero resultaba de lo más raro. Tampoco podía imaginarme qué clase de persona podría estar viviendo allí. Eché un vistazo al libro y, después, me acerqué en silencio a la puerta para escuchar.

Escuchas claro el llanto de varios niños, incluso una breve conversación.

- La mujer oso nos va a comer a todos, ni siquiera papá va a poder salvarnos está vez, tengo miedo. - dice un niño pequeño mientras empieza a lloriquear.

- Tranquilo Tom, ya verás como salimos de aquí, el sheriff nos debe estar buscando, nadie es tan tonto para creerse eso del sasquatch, además papá es muy valiente, incluso la mujer oso no sería rival para él. - le contesra la voz de una niña.

De pronto escuchas unos pasos que se acetcan desde el túnel, junto con una voz que rezongaba.

- Maldita sea creí haber dejado la trampilla cerrada y aún tengo que resolver el asunto del décimo tercer niño, al menos el Muffliato parece estar funcionando bien.

E$staba claro que tras aquella puerta estaban los niños secuestrados. Al oír que alguien bajaba, casi seguro el secuestrador, o mejor dicho secuestradora, abrí la puerta y entré rápidamente dentro. Tenía que ayudar a aquellos niños a escapar y la mejor manera era esconderme con ellos.

Cuando intentas abrir la puerta, notas que está cerrada con llave y la situación empeora cuando los niños perciben que la puerta se mueve, pues algunos de ellos empiezan a lloriquear en voz alta.

Te quedan pocas opciones.

Aterrada ante la perspectiva de que me fuera a atrapar miré alrededor intentando descubrir alguna cosa que me pudiera servir como información, especialmente al librero y después corrí a la puerta con la varita en mano.

- Alohomora - dije apuntando a la puerta.

Tenía que entrar cuanto antes y hablar con los niños para poder escapar todos juntos.

Ves una gran variedad de libros de magia oscura, todos los títulos hablan sobre sangre, sacrificios y rituales, nada realmente útil

Tan pronto la puerta se abre, los niños empiezan gritar de miedo lo que llama la atención de la recién llegada quien se precipita hacia la habitación.

Sus pasos resuenan presurosos en el pasillo, mientras tu te escurres en la habitación. Debido a que la cacofonía de gritos es tan desordenada, no logras entender con claridad lo que dicen las voces.

La habitación está tenuemente iluminada, en su interior puedes ver tres celdas, cada una de ellas con cuatro niños.

Solté los libros tan rápido como los cogí, horrorizada. Aquello no hablaba muy bien de la persona que habitaba aquel lugar.

Al entrar en el lugar y oír los gritos de los niños, empecé a hacer gestos desesperados para que se callaran. La secuestradora estaba muy cerca y podría oírlos. Necesitaba organizar algo cuanto antes y no podría hacerlo si no se calmaban. Cerré la puerta despacio y los miré.

- No os preocupéis, soy una amiga - dije para que escucharan mi voz y vieran que era una niña como ellos, no la secuestradora - voy a sacaros y necesito que os calméis. No hay tiempo para explciaciones. Cuando la mujer entre tenemos que atacarla todos para poder escapar, ¿vale?

Saqué la varita intentando que lo vieran y susurré apuntando a la primera puerta - alohomora.

Los niños niegan con la cabeza y empiezan a rezongar: 

- Miren tiene un palito igual al de la mujer oso.

- Es su hija, nos va a comer. ¡A por ella! - grita un segundo chico mientras la puerta se abre y los cuatro te caen encima al tiempo que la puerta se abre violentamente.

¿Qué ocurre aquí? ¿Cómo salieron de sus jaulas? - gruñe la mujer mientras saca su varita y apunta a los niños. - ¡Crucio! - dice ella al tiempo que uno de los niños cae al suelo chillando y los otros tratan de incorporarse patosamente para volver a la celda.

Aún no te ha visto, pero sólo es cuestión de tiempo antes que los niños que tienes encima se paren y te dejen expuesta.

Genial - con un gruñido quedé sepultada debajo de los niños que se pensaban que era como la secuestradora. ¡Pero si les estaba ayudando!

- Niños tontos, os estoy ayudando, ¿acaso queréis que os coja?

Sin embargo, no parecía que me escucharan. Perdí mi varita durante la confusión y, para colmo de males, justo entró la mujer lanzando maldiciones. Maldición, maldición... mientras notaba como los niños se iban quitando de encima mío intenté coger de nuevo mi varita antes de que la maga malvada se diera cuenta de mi presencia.

Te vio

¿Pero qué tenemos aquí? - dice la bruja con una sonrisa sádica.

Mis problemas acabaron, pero los tuyos recién empiezan. ¡Crucio!

Con puntería perfecta y extremo sadismo, la bruja descarga su cruel maldición contra ti.

Mis ojos se abrieron del miedo al oír el conjuro con el que atacaba. Desesperada, me moví rápidamente para poder esquivarlo y lanzarme a por mi varita.

Miré alrededor, para ver qué hacían los niños. Tenía que rescatarlos y hacer que me echaran una mano. Al menos, al ver que me enfrentaba a ella sabrían que estaba de su lado.

La bruja gruñe mientras ve como esquivas su ataque a penas por un pelo.

Sin embargo su rostro pasa de la rabia a la preocupación cuando se percata que estás intentando alcanzar tu varita.

No puede ser, aléjate de la varita chiquilla estúpida. ¿Acaso quieres atraer al MACUSA haciendo magia delante de los no magos?

No, no voy a permitirlo. INCARCERON.

El ataque de la bruja es bastante preciso, pero consigues esquivarlo por un pelo, al tiempo que recuperas tu varita

Me salvé por los pelos de su hechizo y rodé hasta mi varita. Al tenerlo entre mis manos me sentí mejor. La miré con odio y apunté con mi varita hacia ella. Mientras lo hacía, miré a los niños que estaban allí.

- Vamos, chicos, no tengáis miedo, entre todos podremos con ella, quitadle el palito para que no nos haga daño, ¡rápido! - acto seguido apunté a la puerta de otra celda - alohomora.

Con un ágil movimiento de varita, Jane consigue abrir otra jaula, permitiendo que cuatro niños abandonaran su celda.

Al parecer las palabras y acciones de Jane bastaron para convencer a los niños que ella estaba de su lado, por lo que los ocho niños que se encontraban libres se arrojaron sobre la bruja derribándola.

Sin embargo, la victoria de los niños duró muy poco, pues la bruja se convirtió en un enorme oso pardo quien se sacudió a los niños como si se tratase de simples hormigas.

La cosa empezaba a ponerse realmente fea. La bruja era otra animaga, pero al contrario de mi se convertía en bicho grande. Sería todo un show si me convertía en ardilla e intentaba enfrentarla. En su lugar preferí atacarla directamente. Era poderosa, sin duda, al menos para una bruja joven como yo, así que intenté concentrarme todo lo que pude. 

- Petrificus totalus.

En cuanto tu conjuro impacta escuchas un sonoro ¡Crack! Al tiempo que dos magos aparecen con las varitas en ristre, uno de los cuales resulto ser la camarera de la cafetería.

Ambos magos te fulminan con la mirada, al tiempo que apuntan a los niños con sus varitas y gritan Obliviate, al tiempo que los niños muggles caen inconscientes al suelo, al tiempo que la camarera se te acerca.

Has roto el estatuto internacional del secretismo - dice la mujer al tiempo que su mirada se suaviza. - Y te damos las gracias por ello, pues de no ser por ti, jamás hubieramos atrapado Helena Taylor.

En nombre del MACUSA te damos las gracias. - dice la camarera mientras te tiende la mano.

Rápidamente apunté a los recién llegados. Sus varitas en ristre y su mirada fulminante me alarmaron tanto como su repentina aparición. Casi grité cuando apuntaron a los niños, pero sólo los dejaron inconscientes. Despacio, fui bajando la varita a medida que hablaban.

- No es nada, un placer darle una lección a esta mujer malvada - dije intentando mantenerme seria, pero con una sonrisa de satisfacción en mis labios.