Partida Rol por web

Al tocar la puerta del taller esta se abre sin oponer resistencia, al tiempo que la chimenea se enciende por si sola.

A la derecha pueden ver una mesa de trabajo con varios pergaminos pulcramente acomodados sobre el tablero de la misma.

Al lado derecho del escritorio hay un espejo de cuerpo entero con un marco pintado de dorado. Al lado izquierdo hay una pequeña biblioteca acompañada de su sala de lectura.

Al fondo se ve una puerta que conduce a los demás ambiente de la cabaña.

A un lado de la sala de lectura, ambas pueden ver una larga comoda, sobre la cual descansan dos cajitas de madera, una larga con forma rectangular y otra pequeña con forma octogonal, al lado de las cajas hay una bandeja de plata con un sobre cerrado.

Sobre las caja se puede apreciar un enorme retrato de los fundadores, todos ellos ellos felices y sonriendo mientras disfrutan de una amena comida.

Ahora que se le venía encima la "hora de la verdad" la pelirroja se daba cuenta del peso que caía sobre sus hombros, la responsabilidad del asunto en sí. Sabía lo que tenía que hacer, y a la vez realmente tampoco lo tenía tan claro... Sólo podía confiar en que todo saldría bien, como siempre. Además los ánimos de Hellen le habían dado el empujoncito que necesitaba.   - ¡Gracias Hellen! - dijo animada dándole un abrazo suave, para no achucharle demasiado tras la herida anterior. Verla sonreír era algo inusual, y aunque era un momento delicado, estaba de mejor humor gracias a ella.

Tras despedirse de Firenze, se aventuraron al interior de la cabaña, sorprendiéndose de que se abriese con esa facilidad. Realmente parecía que las esperaban. Miró a Hellen significativamente y entraron. 

Aquel lugar era realmente acogedor, tenía encanto y casi se imaginaba viviendo en un sitio así de mayor. Allison observó todo con ojo curioso, pero sin tocar nada. No aún al menos. Lo primero que le llamó la atención fue el cuadro con los fundadores, el cual le sacó una sonrisa. Al final, terminó por acercarse a la cómoda, y tomó el sobre en busca de algún remite.

No me esperaba que todo estuviera tan tranquilo y que resultara tan fácil, quizás se tratara únicamente que la cabaña aún mantenía la personalidad de Helga intacta, pero de ser el caso, entonces sería mejor que nadie con malas intenciones entrara en su perímetro.

¿Eso me incluye a mi?

Me detuve nada más cruzar el portal, porque en definitiva si las tenía y seguro que a la fundadora no le haría gracia que alguien como yo anduviera por su casa. Eso significaba que tenía un punto de vista muy limitado y, al margen del cuadro de los fundadores, lo que más llamó mi atención fue el gran espejo. Cierto que me fijé en los pergaminos y la biblioteca con verdadera curiosidad, pero ese espejo me llamaba mucho la atención porque no hacía sino recordarme al de Oesed y de ser así, eso significaba que el espíritu podría ser alguien mucho más real de lo que imaginábamos.

- ¿Qué dice?

Le pregunto a Allison mientras permanezco vigilante del espejo y lo que pudiera salir de el.

En la parte baja del sobre puedes ver que quien remite es H. Hufflepuff.

El sobre no está sellado ni lacrado, por lo que puedes acceder a su contenido con total facilidad.

Bienvenido jovencito:

Si estás aquí, es porque buscas mi enseñanza y gustoso te la daré, pues tal como mi puerta está abierta a cualquiera que tenga la determinación suficiente para encontrarla, el conocimiento debe estar al alcance de todo aquel que se esfuerce en obtenerlo.

Sin embargo, has de saber que en este taller, hay dos objetos destinados sólo para los ojos de un verdadero hijo de mi casa y es aquí dónde empieza el desafío, busca mi mayor tesoro y hallarás la primera pista.

Pero recuerda, sólo un Hufflepuff de corazón sabrá hallar la verdad, y si tu no lo eres, te rogaré que desistas, pues este taller es el trabajo de mi vida y aunque sus secretos están aquí para compartirse, sólo mi autentico sucesor podrá llevarse lo que por derecho le pertenece.

Siéntete libre de recorrer el lugar y revisarlo a fondo, pues al igual que las puertas de mi casa están abiertas a cualquiera que desee aprender la senda de la magia, las puertas de mi hogar permanecerán siempre abiertas a cualquiera que quiera estudiar mis secretos.

Con cariño

Helga Hufflepuff.

Algo que te llama mucho la atención es que la letra de la fundadora es excelsa e inmaculada, su caligrafía pone en evidencia que ella ponía muchísima atención a los detalles, pues cada palabra, más que escrita, parecía dibujada en el papel. 

La expresión de Allison se suavizó a medida que iba leyendo la carta, la repasó un par de veces procurando memorizar parte del contenido mientras su mente comenzaba a trabajar. "..Busca mi mayor tesoro" Hmm... Espero no fallarte Helga. 

- Desde luego me encantaría poder estudiar aquí, Helga dice que somos bienvenidas, aunque es cierto que llegar aquí no es tarea fácil... Igualmente este sitio es genial, simplemente genial. - comentó soltando un pequeño suspiro mientras depositaba la carta nuevamente sobre la cómoda, y pasaba la vista entonces a las cajitas de madera que estaban justo al lado. La alargada... ¿Para guardar una varita? Pero sería demasiado sencillo, no creo que sea la respuesta. - Debo encontrar la primera pista, lo que Helga más aprecia... Hm. - miró hacia el cuadro de los fundadores, ¿su amistad tal vez? Luego depositó la mirada sobre el rincón de lectura, ¿tal vez en los libros? O tal vez... Allison se detuvo junto a Hellen, que parecía mirar con fijeza el gran espejo ornamentado que estaba junto al escritorio. Observó su reflejo y el de su amiga.   ¿Nosotros..? Quizás es un poco... ¿Su mayor tesoro? Quizás deba pensar esto un poco más... Helga ayúdame a pensar con claridad. La pelirroja inspiró hondo y procuró relajarse. Ya que realmente se encontraba a salvo en aquel lugar.

A pesar de la información, no hago ademán de dirigir a ningún lado, aunque si de dar una explicación.

- El cuadro. La lealtad es uno de los rasgos imperantes en la casa de Hufflepuff y ahí está con sus amigos - respondo directa - Aunque si no es ahí, seguro que si le era tan apreciado aparece reflejado en el.

No me gustaba tener que darle las instrucciones para que consiguiéramos la varita, pero tampoco podía dejarla dar bandazos perdida por la casa.

Mientras se quedaba mirando el reflejo de ambas en el espejo, escuchó atenta las indicaciones de Hellen. Sí, sin duda el cuadro le llamó poderosamente la atención cuando entraron. No era mala idea comenzar por ahí, al menos si se centraba en una cosa a la vez era mejor que tener tantos frentes abiertos... No tenía un tiempo límite, pero tampoco se iban a pasar allí semanas. ¿O sí?

- Hm, sí. Voy a ver. - respondió mientras giraba sobre sí misma y se acercaba al cuadro de los fundadores. Se plantó delante, lo bastante cerca como para poder investigar algo fuera de lo común. ¿Pero qué? ¿Algún mecanismo oculto? Tal vez escondía una estancia tras el mismo. Como si paso aquí días, por cabezonería lo conseguiré, tarde o temprano. Concentración Allison.

Al revisar el cuadro logras ver que en la mesa, además de la comida, están retratadas las cajas que hay sobre la cómoda y a un lado de las mismas hay un pergamino que contiene indicaciones para algo.

Leer las inicaciones resulta un verdadero reto porque todo estaba escrito de cabeza ibas a necesitar ayuda par transcribirlas a un pergamino, pues parecía que el cuadro estaba pegado a la pared por alguna clase de encantamiento.

También logras encontrar una palabr escrita en el borde de la mesa, no sabes que significa, pero allí pone: 

Asfigius

- Asfigius... - murmuró aunque de manera audible mientras observaba con detenimiento el cuadro, luego se fijó en las cajas de madera, idénticas a las de la cómoda. Era muy posible que fuese lo que buscaban, pero de seguro que no se podían abrir. Todavía. Aunque simplemente por intentarlo no pasaba nada, así confirmaría o desmentiría sus sospechas. 

Se fue entonces de vuelta a la cómoda, con la intención de inspeccionar las cajas, primero la octogonal, después la alargada. - ¿Te suena la palabra "Asfigius", Hellen? Está inscrita en la mesa que sale en el cuadro, y esas son las mismas cajitas que tenemos aquí... Y por último aparece una especie de pergamino que seguramente sea parte clave, aunque tendremos que intentar ver que pone. - explicó soltando entonces la mochila que había ido cargando durante el viaje, sacó un trozo de pergamino y un lapiz. Tenían tarea de sobra.

De pronto las cajas que desansan sobre la cómoda emiten un tenue brillo y vibran levemente, para luego permanecer inmóviles en su lugar.

Pues no me sonaba de nada, lo cual no me extrañaba porque parecía sólo parte de la prueba, hecho que quedó confirmado con el vibrar las cajas.

- Lo siento, pero no. Aunque ahí tienes varios pergaminos y los espejos siempre son una ayuda para ver lo que se esconde detrás - le explico omitiendo todo comentario sobre las cajas en favor de otros más productivos - También puede ser el título de algún libro de la biblioteca, pero no voy a subestimar a la señora Hufflepuff, por lo que lo mantendría como último recurso.

Seguía dándole sugerencias que podía o no aprovechar, pero por lo demás continuaba en la entrada.

El hecho de haber pronunciado aquella palabra podría ser un indicador de que iba por el buen camino, algo le decía que quizás hubiese más palabras ocultas por la sencilla cabaña. Asintió ante las palabras de Hellen, pero antes de investigar los pergaminos. Tomó su lápiz y comenzó a intentar transcribir el texto del pergamino del cuadro, a algo más legible. Aunque fuera retazos pero bien podía ser una pista importante.

- Hm, parece que con pronunciarla en voz alta bastaba. Vale, pero primero vamos a ver que dice aquí... - respondió mientras se concentraba en su tarea.

Con esfuerzo logras transcribir el texto del pergamino y logras deducir que se trata de una antigua receta de pociones.

La receta finaliza con las siguientes indicaciones, preparar la poción bajo la luz de la luna llena y sumergir en ella la llave.

Tras un rato largo, había conseguido transcribir en un trozo de pergamino el texto del cuadro. Era... - Anda, si es una receta. ¡Mira Hellen! - con ilusión fue corriendo hasta la Slytherin y le tendió el pergamino para que pudiera hojearlo mientras ella reanudaba la búsqueda de pistas por la estancia. - Quizás podamos hacerla de vuelta en el castillo. Según pone se debe sumergir la llave en ella a la luz de la luna llena. Hmmm... - se quedó pensativa un instante mientras se volteaba mirando de nuevo al enorme espejo de marco dorado. Recordando la idea de Hellen, fue a coger los pergaminos que estaban pulcramente ordenados y con ellos encima, fue hasta el espejo. Inspeccionándolos frente al espejo. - Vamos a ver que tenemos por aquí... - dijo concentrándose de nuevo en buscar alguna pista. 

Los pergaminos contienen hechizos y diagramas varios, nada realmente útil para la prueba.

Una cosa más que podían tachar de la lista, Allison devolvió los pergaminos a su sitio, y se acercó entonces a las cajas que habían vibrado momentos antes. Por si incluían alguna pista. Quizás no fuera lo que buscaban (aún) y podían abrirse. - Nada útil por aquí, veamos si estas se pueden abrir.. - anunció mientras volvía a la cómoda e inspeccionaba la octogonal primero.

Tenía la impresión de que las pistas que estábamos siguiendo no nos llevarían a la varita de Helga, pero aún así ya había decidido no subestimarla, por lo que intuía que nada en ese cuadro, o en todo el taller, estaría puesto al azar, de ahí que evitara molestar a Allison mientras "perdía" el tiempo escribiendo lo que veía en el cuadro.

Luego ese pensamiento me hizo volver a mirar el lugar desde mi estática perspectiva y considerar ¿qué tipo de mujer era Helga Hufflepuff? En principio daba la sensación de ser como una madre o abuela cariñosa y protectora, pero tal y como la había visto por el diario eso era la primera capa. De hecho había empezado a considerar que podía ser la más fuerte de todos los fundadores, aunque no gustara de hacer ostentación de dicha fuerza, e incluso podía ser que albergara la mayor cantidad de "conocimientos", pero no según lo entendían los "grandes" magos, sino aquellas "pequeñeces" que alegran la vida diaria. Era por eso que no me sentía bienvenida a esta cabaña, porque no podía ser una de las mayores antítesis que podía encontrar de mi misma, sin importar que ambas persiguiéramos un mismo fin.

Entretanto mi compañera me trajo el escrito que tan afamadamente había transcrito del cuadro, advirtiéndome que se trataba de una poción, por lo que no vi inconvenientes en echarle una ojeada.

- Bien puede referirse a una llave en si misma o a las varitas - le indico conforme voy leyendo - Pero no es muy complicada - prosigo - Si me preparo puedo hacerla sin problemas.

Finalizo de leer el escrito mientras Allison continúa danzando de un lugar a otro.

La caja hexagonal se abre sin problemas revelando una hermosa gema, un dragón de plata sólida que parece estar custodiando un hermoso diamante azul.

La gema era un tanto pesada y contaba con una cadena para colgarla en el cuello, el pequeño dragón había sido trabajado con tanto esmero que parecía que en cualquier momento.

La otra caja permanecía estar firmemente cerrada. Y no parecía contaba con ninguna clase de cerradura.

Que hermoso... Pensó mientras se asombraba al ver que una de las cajas se abría, revelando un hermoso colgante. Tomándolo con cuidado lo observó un poco más. Un dragón sobre una gema azul, parecía valioso, pero la pelirroja no sabía hasta que punto.

Sin embargo, por alguna razón no se lo había colgado al cuello aún, por mucho que se dijera que ella era la heredera de Hufflepuff no le gustaba darse aires, y no tenía demasiado claro que se mereciera tal joya. Hasta hacía un año no había tenido ninguna posesión de valor, salvo la gargantilla de plata alquímica que le habían regalado y que nunca se quitaba del cuello.

- Mira Hellen, un broche con un dragón y una gema. - dijo cerrando la cajita, metiendo la mano diestra por la cadena mientras sujetaba con ambas el broche, puesto que no quería que se le cayera al suelo. Con sumo cuidado fue hasta la entrada y se lo mostró, alzando las manos. Luego frunció el ceño, quizás le estaba dando demasiadas vueltas. Quizás si debía ponérselo. Miró a Hellen interrogante. - Puede que esta fuera la pista de la que hablaba la carta... - dicho eso, se giró y avanzó con la joya hasta el espejo, observando el reflejo del colgante sobre la superficie del espejo. ¿Era una reliquia de Helga? ¿Qué significaba para tí..? Un regalo, ¿quizá?