Partida Rol por web

Miro la mierda de autógrafo que me ha hecho con cara de sorpresa. La verdad es que no me esperaba para nada que me firmara. Al ver la cara de Lucas, intento disimular.

- ¡OH! Por fin tengo el autógrafo de Orsino Thruston!- Digo correteando como un pavo por al rededor de la mesa. - Oh, sí, señor. Ante sus pies me inclono, ya vuelvo con mi amado.- Le digo antes de sentarme de nuevo con Henry y echándole una mirada de "lo siento, es lo único que se me ha ocurrido hacer".

¿Por qué no existía un hechizo para escuchar conversaciones, jopelines?

Le di un beso en los labios, con cariño, a Ian. Lo cierto es que me había puesto un poco nervioso porque no sabía si aceptaría, pero si lo hizo, a su manera de “pasota” pero para mí era más que suficiente.

Bueno…voy a por algo de beber. Le dije al chico, algo colorado. Ya había tenido mi momento cursi y había sido más que suficiente, ahora después de eso, me tendría que hacer el duro mucho más para compensar. Fui  a la barra y pedí dos cervezas.

Cuando las tuve, las puse encima de la mesa y le pasé una. Después me quedé unos minutos pensativo. He pensado en algo….  Le dije. En colarme en el despacho del director….necesito saber más de lo que me han contado, no puedo estarme quieto sin hacer nada. Le confesé.

Anwen atendía a Roy pero aún así estaba un poco ensimismada, dándole vueltas a sus pensamientos. Roy conocía a Marcus mejor que ella, era de su grupo y supuso que al menos por ahora podía fiarse de lo que él creía. Mientras entraba en el Tres Escobas y pedían algo, Anwen hizo repasó de lo que sabía de todo aquello. Aengus y sus ataques explicaban casi todo lo ocurrido en Hogwarts. La única forma de seguir avanzando era tirando del hilo de los australianos...Aengus había hablado de Adriana, y ella misma había visto un gesto de reconocimiento en Lucas con respecto a Tower. Y eso por no hablar de que Bella le había ofrecido información a cambio de liarse con ella.

-No me fío de ninguno de los de Ocean. Cuando interrogué a Aengus dijo que Adriana Elliot estaba metida en todo esto. Creo que Lucas Riordan conoce a Tower del cual sospechan los aurores. Bella...-Se trabó un instante.-También sabe algo por comentarios que le he oído. Precisamente sobre el que está con nosotros en Slytherin, Henry, no tengo nada, pero ya me extrañaría que no tuviera algo que ver también.- Todo esto se lo comentó a Roy casi en susurros. Estaban muy cerca el uno del otro pero al fin y al cabo era san Valentín.

Después de aquella escena tan extraña, Eileen reapareció proveniente del baño, aún manchada de la cerveza de mantequilla que se le había caído encima. Justo en ese momento veía a Vilma volver tan feliz y saltarina a su mesa con Henry. Por lo demás todo continuaba igual a simple vista.

La noticia de Eileen la pilló totalmente desprevenida. La observó, sin comprender cómo podía ocurrir aquello. Pero claro, debía de ser verdad pues la morena había regresado tan visible como se había ido.

- La chica rara ha pedido un autógrafo y el tío se lo ha dado sin ningún problema. Le ha llamado Orsino Thruston.- le informó.- Y he visto a Emily sacar la varita y apuntar con ella a uno de los dos. 

Lo sucedido a continuación fue bastante extraño para Emily. Realizó la imperio, acertando en Lucas. Pero no fue una maldición bien ejecutada. Como ella bien sabía, para realizar una imperdonable había que abstraerse de emociones y sentimientos positivos y adquirir un nivel de frialdad bastante alto. Había que desearlo con todas las fuerzas. Y ella, probablemente en el fondo, no quería realizar una imperdonable en aquellos momentos.

Si bien, no fue una ejecución fallida por completo. Lucas cerró los ojos con molestia, quejándose. En el periodo de tiempo de centésimas de segundos - que es lo que tardó Lucas en librarse de la maldición imperius que le atacaba- Emily alcanzó a ver tres imágenes en pequeños flash. Era parte del contenido de los sobres que le acababan de entregar.

Después todo regresó a su sitio.

De pronto, Lucas cerró los ojos con molestia. Algo le había sucedido y tanto Kegan como Eileen, Emily y Vilma lo pudieron ver ya que estaban pendientes. Duró centésimas de segundos antes de levantarse como un resorte de la silla.

- Tenemos que irnos.- anunció entonces a su acompañante.

La cara de Lucas era seria y su acompañante ni siquiera preguntó antes de hacerle caso, tomar su sombrero, dejar una abundante propina en la mesa y dirigirse hacia la puerta de salida. Lucas miró por última vez a Henry que parecía darse cuenta del significado de aquel gesto. Se iban a ir del Cabeza de Puerco.

Lo que decía Anwen siempre era digno de ser escuchado con suma atención. Jamás habría la boca si no se trataba de algo racional e importante. Si algo caracterizaba a la chica era su sentido común. 

- Te creo.- Lo cierto es que Roy tampoco se fiaba de esos cuatro. Ahora ya tres pues a Elliot la habían cazado y ahora estaba encerrada a la espera de un juicio.- ¿Qué propones que hagamos?- Si le pedía que los interrogara a la fuerza lo haría, si le pedía que les siguiera o mandara a alguien seguirles no tardaría ni un segundo en emitir la orden, si pedía que fuera sutil sacando información también lo haría.- Debemos tomar la iniciativa

Colarse en el despacho de Greenbell sonaba a locura. A locura propia de Max, sin lugar a dudas. A aquellas alturas el castillo estaría super vigilado por aurores y más aún estaría la zona dedicada a la directora del colegio. A Ian le parecía que aquello podría ser un auténtico suicidio, pero también entendía que Will necesitaba entrar en acción. Quedarse quieto sin respuestas esperando algún tipo de noticia era un coñazo absoluto.

- Cuenta conmigo.- si Will se iba a meter en aquel lío Ian le apoyaría.- Aunque quizás necesitaríamos la ayuda de alguien acostumbrado a meterse en problemas y saber lidiar con ellos.- Obviamente se refería a Meredith y Max.- Pero si tienes un plan para los dos, soy todo oídos. 

Sin imaginarse siquiera qué era lo que Max quería enseñarle, se sentó y le observó con una clara mirada de "Dudo que me vayas a sorprender a estas alturas". Pero en cuanto vio el cambio en el chico, su expresión fue transformándose. Se incorporó más, se levantó lentamente, con los ojos como platos y abrió la boca muchísimo. Separó los brazos de su cuerpo y su cara formaba un claro "¡¿PERO QUÉ COJONES?!". ¡Era increíble! 

El dragón era bastante pequeño, pero eso no quitaba que a Meredith le impresionara.

- Pero... ¡cabrón! ¡Esto es alucinante!

¿Ese era Max? 

- ¡¿Me lo tenías que haber enseñado antes?! 

Me quedé expectante para ver su reacción, viendo como su mirada tranquila y confiada iba dejando paso a gran velocidad a una completamente sorprendida y alucinada. De haber tenido mi cuerpo humano hubiera sonreído completamente ufano antes de soltar algún comentario mordaz pero con mi cuerpo actual me era completamente imposible. 

Abrí la boca para mostrarle mis afilados dientes a modo de sonrisa y miré hacia el cielo para soltar una pequeña llama que se extinguió en el aire. Era curioso aprender a hacerlo y aún no me salía siempre, pero el regusto picante que dejaba en la garganta me gustaba.

Tras mi pequeña demostración volvía a tomar mi forma humana y ahora si que sonreí con picardía. -¿Tienes un novio que es la hostia o no? -me acerqué para besar sus labios mientras llevaba mi mano a mi bolsillo para sacar de allí mi regalo.

-Tu regalo. -dije sin dejar de sonreír. Le entregué un colmillo engarzado con una figura de un dragón para usar a modo de colgante. -Ese colmillo es mío. Tranquila, que los dragones reponen dientes facilmente, como los tiburones*. ¿Qué te parece?

No me había salido bien, pero lo que había visto era preocupante. Miré a Aled con los ojos muy abiertos antes de levantarme con las piezas de plato en la mano y colocarlas sobre la mesa. Vi cómo Lucas y Tower se levantaban, claramente con intención de irse. ¿Deberíamos seguirlos? No, no podía, y no creía que sirviese de mucho. Miré a Eileen y Kegan, esperando que alguno de ellos pudiese seguirles sin levantar demasiadas sospechas.

Miré entonces a Aled. Iba a hablar, tenía que hacerlo.

- Anwen, tu hermana- dije con extra atención -  Will y Max están en peligro. - le dije en voz muy baja. - ¿Vas a decirme lo que sabes para que pueda ayudarte? Creo que ya he demostrado hasta dónde puedo llegar. - acaba de realizar una imperdonable delante suyo. Eso tenía que ganarme algunos puntos. 

"Vamos Aled, por las barbas de Merlín, ¡abre la boca!"

Sudaba. ¡Estaba empapado! Entre el contacto cercano de Emily, la cercanía del enemigo y la imperdonable que la rubia acababa de hacerle a Lucas, Aled estaba super nervioso. Y desde luego la información que le acababa de ofrecer la Ravenclaw...

Cerró los ojos, super nervioso. ¿Qué podía hacer? ¡¿Qué podía hacer?! James Tower se iba a ir y no había tiempo de pensar detenidamente. Al final, habló:

- Tower-hizo-negocios-con-mi-familia-Pidió-una-poción-matalobos-algo-diferente-a-cambio-de-mucho-dinero-pero-Anwen-no-preguntó-para-qué-la-quería-e-hicieron-un-juramento-inquebrantable.

Esperaba de verdad poder confiar en Emily porque sino lo que acababa de hacer provocaría que los Rhys le desheredaran para siempre.

Una matalobos diferente. Eso podía suponer muchas cosas. Pero lo más preocupante era lo del juramento. ¿A quién se le ocurría hacer semejante cosa? ¡Un juramento inquebrantable! ¡Por negocios! ¡Y con un tipo como Tower! ¡¿En qué estaban pensando?! 

Eso ponía A Anwen mal, muy mal, y por mucho que odiase ciertos aspectos de ella... seguía siendo una amiga. Y una persona. No podía dejar que le pasase nada. Me llevé una mano a la frente, frotándomela para ayudarme a pensar de algún modo. ¿Debía decirle a Aled lo que sabía? No, se ofendería se enfadaría por haberle usado. Aún no podía decírselo. Pero tenía que haber algo, ALGO, que pudiese usar.

Unjuramento inquebrantable...¡Panda de idiotas!

Estiré la mano sobre la mesa, cogiendo a Aled por la muñeca.

- En cuánto salgan de aquí, salimos nosotros. - le indiqué. No era necesario decirle quién. - Supongo que el juramento era que haría la poción, ¿a cambio de qué? ¿No era suficiente el dinero? Si queremos salvar a Anwen necesito saberlo, Aled. No temas, no saldrá de aquí. - lancé una sonrisa de medio lado, intentando tranquilizarle. - Y si saliese, puedes mandarme a Azkaban por verme utilizar una maldición imperdonable. - le dije levantando una ceja. No me denunciaría porque si, y seguramente eso causaría muchas preguntas, pero esperaba que se sintiese más seguro sabiendo que tenía algo para detenerme si quería. O bueno, podía intentarlo. Intenté darle un caramelo de información más, aunque no era absolutamente cierto. - Mi padre me dijo que el secuestro del Ministro no dejaba de sacar un nombre a la luz: Tower. No puede haber muchos Tower en Inglaterra que secuestren gente. Es peligroso, Aled, tenemos que proteger a Anwen.

Asintió a todas las instrucciones. Eso se le daba muy bien. Aceptar órdenes. Acatar las ideas de los demás. Fácil. Sencillo. Emily podía ser una buena sustituta de Anwen. Obviamente no era su hermana, pero como novia para Aled Rhys cada vez le parecía mejor.

- A cambio de que él no pudiera decir quién le había preparado esas cantidades ingentes de poción. Él ya nos iba a pagar muchísimo dinero. Pero está claro que Anwen debió pedir protección más que secretismo.- como siguiera así terminaría flagelándose como castigo por ser un bocazas. Entonces ella mencionó que podría meterla en Azkaban si se iba de la lengua. La respuesta salió con suma rapidez de su boca. Sin pensar.- Nunca te haría algo así.

Estaban muy cerca y la mirada de Aled era muy intensa. Siempre había pensado que Emily era interesante y muy guapa, pero es que ahora... ni siquiera ser mestiza le parecía un inconveniente.

Lucas y el señor T se querían marchar, con una mirada de complicidad hacia Henry me tragué la otra cerveza de mantequilla apresuradamente.

- ¿Qué quería decir con esa mirada?- Le pregunto susurrante. - Tenemos que seguirlos, el caeca temporaris quizás nos venga bien en esta ocasión ¿Sabes conjurarlo?

Necesitaba ayudar como fuera a Henry, si no fuera por él quizás ahora estaría despreocupada e intentando pasar un sant valentín más... caliente.

Mal. Joder, aquello estaba yendo muy, muy mal y no sabía exactamente lo que implicaba. Pero se iban. Así que era el momento de decidir si entrar en acción o no. Era el momento de decidir si dejar de lado la discreción o no. Pero no podían. No ahí. No sin que lo supieran.

- Díselo a Kegan, yo se lo diré a Emily, antes de que hagamos alguna locura. Porque algo me dice que si nos destapamos justo aquí, va a ser peor, mucho peor, para nosotros.

Eileen estaba macilenta cuando se levantó de nuevo de su silla y se acercó a Emily con pinta de encontrarse mal no, peor, lo que de un modo u otro le hizo acabar en brazos de su amiga.

- Em...no me encuentro bien, creo que he bebido demasiado. Creo que nos vamos a ir yendo.

- No funcionan los hechizos. Sea lo que sea lo que le has hecho, lo sabe y no a funcionado.

En cuanto salieron por la puerta, Kegan le hizo una señal a Mia. Era obvio que el resto estaban allí para lo que estaban y preocuparse de lo que pareciese que se fuesen de repente no le importaba.

- Tengo un plan - le susurró - vamos a seguirle, pero por separado. Tú ves tras ellos y no los pierdas de vista, confío en ti y… ten cuidado - tras eso, le dio un beso en la mejilla y salió de allí con ella, pero se separaron nada más salir.

Buscó rápidamente un lugar apartado, no le preocupaba perder de vista al resto pues, con su olfato, podría encontrar a Mía y de ahí al señor T.