Partida Rol por web

Así que el juramento lo había pedido Anwen y era para protegerse. Eso mejoraba la situación, sin embargo ahora no había manera de que Anwen no hiciese la poción. Lo que sí podíamos hacer era estar presentes durante la entrega... Anwen cumplía su parte del trato, nosotros atrapábamos a Tower o en el peor de los casos, destruíamos la poción. Anwen se quedaría libre de su parte del trato y Tower nunca podría decirle a nadie quién le había preparado la poción. Si, nosotros lo sabríamos, pero no íbamos a decírselo a nadie.

En ese momento, cuándo ya íbamos a levantarnos, Eileen se acercó y se "tropezó" para caer sobre mí.

Agarré a Eileen cuándo "desfalleció" sobre mí y escuché lo que me dijo con atención. Sn embargo, se equivocaba. No sabía porqué decía eso, pero e equivocaba.

- Sí que funciona. Y sí, sabe que la han hecho algo. - le contesté al oído igual que ella me había hablado. Entonces subí un poco la voz. - Ve con cuidado, no te hagas daño. Tienes mala cara. Deberías ir a echarte. Aled y yo ya nos íbamos. ¿Le acompañarías - caracaballo - Zoey?

-Si por mi fuera, habría que interrogarlos con veritaserum. Pero si hiciéramos eso, incluso aunque descubriéramos algo, seriamos nosotros los malos. No, no podemos ser tan evidentes. Nuestra baza está en que cometan un error y si somos evidentes serán más precavidos.- Anwen desearía poder utilizar métodos más expeditivos, pero podría ser peor el remedio que la enfermedad y no le apetecía arriesgar más su futuro.-Tenemos que estar atentos y mantener una red de información con gente de máxima confianza. No podemos hacer mucho más. Tú mismo...¿tienes alguna pista de lo que pasa en Hogwarts o en el exterior?

Zoey, que se había levantado en busca de Kegan para ver que había desaparecido de allí antes que ninguno, miró a Emily con convicción. Estaba claro que si Emily le hablaba era porque entraba dentro de algún plan de disimulo, por lo que decidió contestar de igual modo:

- Claro. Te acompaño al castillo.- se acercó a Eileen y la tomó de la mano, tirando de ella hacia la salida.- Ven, anda. Mira que beber tanto...

A los pocos segundos de salir Lucas y le señor Tower, Eileen, Zoey, Vilma, Henry, Aled, Emily y Mía salieron casi atascando la puerta. Todos con el mismo objetivo: seguir a esos dos. De Kegan no se sabía nada. Había sido de los primeros en salir.

Así pues comenzó una especie de persecución a distancia. Los dos de delante charlaban sin percatarse en un principio de que estaban siendo seguidos por aquel variopinto grupo.

Henry:- Esto no me gusta...- se quejaba Henry. Había recibido en primera mano la mirada gélida de Lucas. Se sentía en peligro. Él y Vilma.- No me gusta nada...

Aled:- No parece que estén siguiendo una ruta concreta.- Aled estaba en lo cierto. Simplemente caminaban por las calles, torciendo a veces por una esquina y regresando algunas veces a puntos por los que ya habían pasado.

Zoey:- Ese Lucas está devolviéndole los sobres esos a Tower.- era cierto. Desde lo lejos no podían escuchar nada, pero se veía claramente la acción del chico. Zoey sujetó con más firmeza la mano de Eileen.- ¿a qué viene esto? ¿Primero se los da y ahora se lo devuelve?

Lucas y Tower se pararon entonces y obligaron al variopinto grupo a pararse y disimular, haciendo un pequeño corro.

Mía:- Por lo visto ese no es el verdadero Tower.- estaba claro que se habían juntado para seguirles y era absurdo guardarse secretos. Miró alrededor en busca de Kegan- ¿Dónde se habrá metido?

Vilma era una chica observadora y se fue fijando en todos los detalles de la persecución. Los movimientos algo tensos de Lucas y Tower, el extraño recorrido... incluso antes de pararse se dio cuenta de que el número de personas por la calle había disminuido de forma inesperada y alarmante. Tanto que ahora que estaban parados se daba cuenta de que eran los únicos en la zona a excepción de un par de paseantes y perros rebuscando en la basura.

Pero eso no fue lo único que notó. Detrás de ellos, a muchísimos metros de ellos, había una única figura humana. Largo abrigo oscuro, sombrero calado de manera que sus ojos quedaban bajo la sombra de éste, guantes negros de cuero y en una de las manos un objeto parpadeante. Si Vilma hubiera sido de sangre limpia nunca se habría dado cuenta de lo que era aquel utensilio, de lo que se avecinaba. Pero por suerte sus padres eran muggles y había vivido en el mundo no mágico el tiempo suficiente como para saber que aquello que sostenía el hombre entre las manos no era otra cosa que una granada. 

Percibió la sonrisa aparecer en el rostro de aquel hombre, la doble negación de cabeza y el posterior lanzamiento. Había soltado la granada que ahora se dirigía hacia ellos con una rapidez mortal.

Convertido en perro, a Kegan le resultó realmente sencillo seguir a Lucas y Tower de cerca, husmeando entre basuras, marcando territorio en esquinas mientras escuchaba con suma claridad la conversación de esos dos.

Falso Tower:- Cada vez estamos más cerca. Todo marcha genial.

Lucas:- ¿Qué hay de los capturados?

Falso Tower:- Pronto los sacaremos. Necesitamos todas nuestras fuerzas y son fieles y leales. Se merecen estar fuera de Azkaban y disfrutar de la victoria.

Lucas:- Estoy de acuerdo. Por cierto.- le dio los sobres.- ya sé quienes son así que es mejor devolvértelos.

Falso Tower:- ¿Crees que serás capaz?

Lucas:- Por supuesto. Aunque me da la sensación de que hay gente que recela de mí. Antes, en el bar... pasó algo extraño. 

Falso Tower:- No te preocupes por ello. Te allanaremos el camino. Gira por aquí.

Continuaron caminando. Kegan podía ver a sus compañeros y amigos seguir el recorrido de esos dos de la manera más disimulada posible. 

Lucas:- Entonces primero ellos y me olvido de la otra. ¿No?

Falso Tower:- En efecto. Párate aquí.- pararon y fue entonces cuando Kegan se dio cuenta de algo. El número de personas por la calle había disminuido de forma inesperada y alarmante. Tanto que ahora que estaban parados se daba cuenta de que eran los únicos en la zona a excepción de un par de paseantes, el variopinto grupo de Mía y compañía y perros rebuscando en la basura.- Volveremos a contactar.

Se estaban despidiendo. No parecían ser conscientes de la disminución de personas en el pueblo. O si lo eran desde luego les parecía normal.

Como todos salieron junto a nosotros correteando cual chafarderos no me dio tiempo ni a proponer el Caeca temporalis al resto. Igualmente, yo era una persona a la que no tenían en cuenta y esto era sabido por todos. Por eso me quedé un poco más atrás, al fin y al cabo yo no estaba tan involucrada en este asunto como ellos. Además, pensaba que no era bienvenida. Fue entonces cuando me fijé en que las personas de la calle habían disminuido de forma inesperada y alarmante. Nosotros éramos los únicos de la zona a excepción de unos cuantos perros buscadores de comida y unos contados paseantes. Eso no era una buena señal. Al parecer, los demás no se fijaron en ese detalle ya que solo tenían en mente seguir a Lucas y al Señor T. Yo, por mi parte, me giré para ver si al menos detrás nuestro seguía la vida normal en Hogsmade, pero me di cuenta de algo mucho peor; una figura humana vestida con un largo abrigo oscuro, unos guantes negros de cuero y un sombrero calado por el cual sus ojos quedaban bajo la sombra, sujetaba lo que parecía ser una granada muggle, la cual lanzó al suelo cerca de nosotros.

La figura nos lanzó la granada y yo, dando un vote y un pequeño grito ahogado reaccioné rápido.

- ¡Reducto!- Exclamé apuntando con mi varita a la explosiva granada. Acto y seguido, y por si acaso, mandé a ese objeto del diablo lejos lanzándole un expulso.

- ¡Chicos, pretende matarnos!- Dije sudorosa señalando a la oscura figura. - Casi... Casi nos mata...

Con un rápido movimiento busco con la cabeza a Lucas y el Señor T, alerta de todas maneras a la figura asesina.

- Joder ¡Que yo soy hija de muggles! ¿No me tienen en cuenta?- Pregunto a voz de grito, lo suficientemente alto para que la figura me escuchara. - ¡Y no permitiré que hagáis daño a nadie más!- Amenazo. Quizás el éxito de los hechizos me había subido la adrenalina y ahora me sentía con más fuerzas para amenazar.

- Solo sé que fuera están secuestrando a gente y que se está intentando llegar al fondo de este asunto, pero existe falta de información a ciertos sectores y por ello la mayoría de los investigadores está más perdido que nada.- le explicaba Roy.- De dentro de Hogwarts está claro que van a por Greenbell. No hay que ser muy inteligente para ver que los aurores se arremolinan allá por donde ella pasa y desde luego su físico ha decrecido con el paso de estos meses.- Roy era atento cuando se lo proponía y desde luego inteligente. Como prefecto durante las guardias había visto este comportamiento.- Ella debe de tener algo que ver directamente, pero no suelta prenda.

Continuó hablando y mientras el chico seguía, Anwen se percató de algo sumamente sospechoso. Miró por la ventana del Tres Escobas y observó a dos personas hablando, paradas. Una de ellas era Lucas, el otro resultaba irreconocible pues su cara estaba tapada con un sombrero, aunque el porte y el accesorio podían dejar claro de quién se trataba. Pero no fue lo único de lo que se dio cuenta la Slytherin. Resultaba sospechoso que nadie más paseara por las calles. Momentos antes habría podido jurar que no paraba de pasar gente por la ventana y desde luego todo el mundo del pueblo con alumnos incluídos no cabía en los escasos recintos del lugar. 

Por último, vio a un variopinto grupo, bastante alejados de Lucas y el hombre, compuesto por Mía, Emily, Aled, una chica rubia, Eileen, Vilma y Henry. En ese momento Vilma sacaba la varita y realizaba dos hechizos al cielo por detrás mientras gritaba algo que a oídos de Anwen no llegaba.

Seguía flipando. Y es que ver a un dragón por muy de tamaño intermedio que fuera, y tenerlo delante, impresionaba muchísimo. ¡A pesar de que en realidad fuera Max! 

- ¡Hazlo de nuevo! ¡Es increíble! ¡Yo también quiero! ¿Y desde cuándo eres animago?

Wow. Max era una caja de sorpresas a pesar de haber sido mejores amigos desde primer curso. Después miró el collar y lo cierto es que el asombro por el hecho anterior quedó en segundo plano. La expresión de Meredith era algo vergonzosa pero al mismo tiempo feliz. Entonces le pegó un puño en el brazo:

- ¡Te dije que nada de regalos!- pero no lo soltaba.- Y... y podría venderlo. Los dientes de dragón me harían rica.- comentó también. Luego miró de nuevo el diente en la palma de su mano y suavizó el tono- Pero no lo haré. Me lo quedaré.

Miró a Emily con mil preguntas y mil advertencias pero ya era tarde para formularlas, así que se limitó a negar con la cabeza. No. No funcionaba la magia o no del modo en que debería porque ella había realizado un hechizo perfecto sin consecuencias así que algo extraño estaba sucediendo. Y no. No iba a marcharse y dejarlos ahí cuando obviamente iba a pasar algo.

Salieron tras ellos, sintiendo cómo la mano de Zoey tiraba de la suya con firmeza, lo que le hizo alargar la zancada para seguirle el paso. Seguía sin estar convencida en absoluto. Lo sabían. Estaba segura de que sabían que les estaban siguiendo. Quizás lo sabían desde el principio.

- Esto no me gusta, tiene toda la pinta de ser una...

La exclamación de Vilma le hizo alzar la varita, con el corazón desbocado por el miedo, a la par que se giraba a tiempo para ver aquella figura y cómo algo que no alcanzó a distinguir se dirigía a toda velocidad hacia él. Las palabras de Vilma pronto le dieron sentido a lo que acababa de suceder, haciendo que soltara la mano de Zoey y alzara la varita hacia el supuesto Tower o falso Tower con toda la intención de lanzarle un desmaius.

Kegan vio como parecían atacar al grupo de "espías" por otro lado pero estaba demasiado lejos, ¿Dónde estaría su madre? Se preguntaba a sí mismo, dudoso de cómo actuar ahora.

Sin mucho tiempo para pensar, se acercó sutilmente a Lucas y el falso señor T, cual perro asustado por el ruido que huía de la zona y me mantuvo atento pues, si el señor T sacaba la varita, intentaría quitársela de las manos agarrándola con la boca, atrapar un palo siendo un perro no tenía que ser difícil, sobre todo si el señor T no se lo esperaba.

La situación era tremendamente absurda. Claro que Tower y Lucas sabían que les seguíamos, eramos más obvios que un niño de parvulario jugando al escondite. Me extrañaba que Aled no híciese preguntas, o Mia, quien en principio no sabía nada... Anque visto lo visto Kegan la había metido sin decir nada. Poco educádo, muy peligroso. Y Vilma y Henry parecían haber comprendido la situación y aún así no nos decían nada tampoco. ¡Cuánta frustración! Era bsurdo y contra producente trabajar en lo mismo cada uno por su lado, y me sentía insultada cuándo lo hacían a mis espaldas. ¡Si supieran...! Pero no iban a saberlo probablemente nunca, y eso era lo más frustrante de todo.

Cuándo se hizo un corrillo en lo que probablemente era el por intento de la historia del disimlo, quise decirles que nos separásemos para al menos no ser tan obvios, pero no me dio tiempo. Vilma se dio cuenta de algo que el resto no y reaccionó con tanta rapidez y precisión que parecía imposible que fuese la Vilma de siempre. Tal vez eso de la adrenalina que hace levantar coches en momentos de peligro también hacía lanzar hechizos alucinantes. 

Vilma centrada en la granada y Eileen en la sombra, me di la vuelta hacia Lucas y Tower. Si es que eran ellos. Ahora lo que decía Mia tenía más sentido.

- ​Inmobilus. - dije apuntando a Tower, o el falso Tower.

Música

Lo siguiente sucedió sumamente deprisa. La granada de mano que aquel hombre les había lanzado había recibido el impacto de los dos hechizos de Vilma. Primero se contrajo en pleno vuelo hasta hacerse tan pequeña que apenas era visible y después fue impulsada hacia atrás. La Hufflepuff había logrado frenar el avance de la granada ahora microscópica. Al mismo tiempo, Eileen y Emily tomaron la iniciativa con la varita lanzando un hechizo al Tower que acompañaba a Lucas. Éste sacó la varita dispuesto a defenderse pero uno de los perros callejeros que quedaban por allí, asustado por lo sucedido y tan blanco como la nieve, se lanzó a por la varita del hombre, probablemente confundiéndola con un palo. De esa manera los dos hechizos dieron de lleno en el Tower. Si bien, no había tregua para cantar victoria, pues la granada que Vilma había repelido estalló con violencia desde la lejanía:

Obviamente el efecto fue pequeño en comparación con lo que habría pasado de haber llegado tal explosivo a pies del variopinto grupo. Si bien la fuerte onda expansiva les alcanzó haciéndoles volar por los aires y separándolos. El peor parado fue Henry que acabó traspasando la ventana del Tres Escobas. Además, aquella explosión fue el preludio de tantas otras por la zona. El sonido fue ensordecedor. Inmediatamente se creó el caos. Humo por todos lados, casas que se caían... y la aparición de personas encapuchadas.

Apenas tuvo momento de reacción cuando vio a Eileen y Emily apuntaron al acompañante de Lucas, hechizándolo al tiempo que un perro blanco que había andado vagabundeando por allí le arrancaba la varita pensando que era un palo. E inmediatamente después se escuchó una fortísima explosión. Lo siguiente que Anwen vio fue a Henry traspasando la ventana del Tres Escobas y aterrizando con violencia contra una mesa. La gente empezó a gritar. 

Gente:- ¡NO SALGÁIS! ¡NO SALGÁIS DE AQUÍ!

Fuera todo era humo y destrucción. Henry había quedado inconsciente.

Emily había sido impulsada con violencia por la onda expansiva pero aterrizó sobre algo bastante blando que amortiguó su caída. Desde luego la explosión del baño del segundo piso fue muchísimo más violenta. Escuchó un quejido detrás. Había aterrizado sobre Zoey.

Zoey:- ¡Oh, joder!- se quejó como pudo pues el impacto le había dejado momentáneamente sin respiración. Estaban en medio de la calle, cerca del salón de té. Todo estaba lleno de humo y apenas había visibilidad. ¿Dónde estaba Aled?- ¡¿Y Eileen?!

Eileen había tenido suerte y la explosión no la alejó mucho de la zona en donde se encontraba. Cayó al suelo entre el humo y el caos. A su lado solo había una personas y no era ni Emily, ni Zoey, sino Aled Rhys. Tenía la varita en la mano y un arañazo en la mejilla. Entre el caos gritaba:

- ¡Emily! ¡Emily! ¿Dónde estás?

Vilma había sido alejada bastante de la zona tras la explosión, pero estaba en perfectas condiciones. Acababa de salvar a sus compañeros del peor de los destinos. Pero, ¿y ahora dónde estaban todos? Se encontraba sola en medio del humo y la destrucción. ¡¿Qué haría?!

En ese momento se escuchó una grandísima explosión proveniente de la calle. El Tres Escobas se tambaleó ante la onda expansiva y la gente empezó a gritar. En ese momento, Henry Mitchel atravesaba la ventana y aterrizaba de forma violenta sobre una de las mesas, quedando inconsciente. 

La gente gritaba: "¡NO SALGÁIS! '¡ES UNA TRAMPA!"

Kegan observó cómo los demás compañeros salían volando en distintas direcciones. Perdió de vista a todos menos a Lucas y al falso Tower quien ahora estaba en el suelo inmovilizado e inconsciente. Lucas se agachó ante él, sacó los sobres y apuntó con la varita a ello, dispuesto a quemarlas, pero Kegan en perro se le adelantó. Cogió los sobres y empezó a correr alejándose de allí.

Lucas:- Mierda, ¡mierda!