Partida Rol por web

Pullap no parecía alguien especialmente celoso pero estaba segura de que no había perdido la ocasión de vigilar a Emily, al igual que ella al ver cómo empezaba a bailar con Roy, quien se la tenía jugada a su amiga. Por eso soltó un siseo entre dientes cuando vio cómo la manoseaba, llena de rabia e indignación.

Vio la reacción de Emily al respecto, sin dejarse mangonear, lo que la hubiera hecho sonreír satisfecha si no fuera porque algo le decía que Pullap estaba deseando cumplir con su palabra de cuidarla e ir a partirle la cara a Kenning. O peor, se estaba muriendo por dentro al tener que enfrentarse a aquel debate.

Suspiró. Desde luego, en aquel colegio no había nadie más idiota que ella.

- Hay cosas que las amigas sí pueden hacer.

Había permanecido ajena a todo lo que estaba sucediendo más o menos. Es decir, reparaba en ello pero no le daba importancia pues estaba demasiado seria y concentrada en aquel baile y aquella conversación, incluso estaba logrando que su estilo palo pasara a uno que podría catalogarse como "brizna de hierba". Una mejora, sin duda.

Por supuesto, siempre había algo que pasaba la linde de la ignorancia ensayada y aquello fue el gesto de Roy. No le pasó desapercibida la cara de mosqueo considerable de su amiga y cómo se tomaba la venganza por su cuenta. La creía muy capaz de defenderse por sí misma. Casi era una lástima que hubiera un "pero" porque Emily lo estaba haciendo muy bien.

Ahogó un suspiro, murmurando algo más por lo bajo al profesor Pullap antes de separar las manos de él y romper la cadencia de que los mecía a ambos.

- Se acabó el baile, gracias.

Y tras aquello se acercó a Emily y Roy. Porque era una metomentodo. O porque no podía evitarlo en aquella ocasión. O porque era una medida preventiva como cualquier otra. O quizás y sólo quizás, porque el sombrero casi la había mandado a Gryffindor y a veces su vena impulsiva tomaba el control, como sucediera hacía más de un mes cuando atacó a Marian. Así que se paró detrás de Roy, dirigiéndole una mirada sombría a Emily antes de darle unos toquecitos en el hombro a Roy, esperando a que se girara.

- Pero qué poco caballero eres.

Y cómo no, como si fuera el sino de todos en aquella fiesta, su puño describió una curva perfecta hasta la nariz de Roy. Y algo crujió, sí pero bien pudo ser la nariz del slytherin o sus dedos. Sinceramente aquella escena que en su cabeza se había erigido como algo épico y romántico cual novela de caballeros desmerecía un tanto cuando la salvadora empezaba a quejarse, sujetándose la mano con los ojos empañados en lágrimas.

- ¡Ah, joder, joder, pero...joder, hijo de puta, que cara más dura!

También tenía que decirse que los caballeros andantes no recibían miradas como las que estaba convencida que recibiría ella de Emily y Smallet aunque poco importaba teniendo en cuenta el dolor que irradiaba de su mano.

No podía salir de mi asombro. Entonces Vilma, que estaba ¿saliendo? con Henry, en realidad estaba enamorada de Max en secreto, y Henry se había dado cuenta y se había puesto celoso y agresivo. Lilian se había tenido que comer los celos de Vilma; y Max en realidad dudaba que se interesara realmente por alguna de las dos.  Era más probable que estuviera pensando en Meredith, a la cual se había declarado no hacía mucho, y la que ahora mismo se comía los morros con Alex. Peor que una telenovela, que gente más complicada!!

Gracias. Le respondí a Vilma cuando me dijo que estaba encantador.

Miré a mi amiga y vi que estaba bien, además Max estaba con ella. Le puse la mano en la cabeza. No te enfades mucho. Le dije mientras me separaba de ella, viendo que la pelea parecía llegar a su fin.

Me acerqué a Vilma, susurrándole unas palabras al oído.

Mis palabras hacía Henry fueron claras, no me gustaba nada el tipo de reacción que había tenido. Tenía que reconocer que esta vez, estaba con el león. Max no tiene la culpa de esto.

Le puse una mano a Max en el hombro en señal de apoyo, y me marché de allí, ya que parecía que las cosas se calmaban de nuevo y que nadie pegaría a nadie. Además no pintaba mucho allí, y tenía a una pareja de baile esperándome.

Volví con mi pareja de baile con una cara de “increíble, yo alucino” y le agarré de nuevo para continuar bailando. Ya he vuelto....Y le iba a decir algo más, cuando vi que Eileen le pegaba un puñetazo a Roy. Pero que coño le pasa a la gente hoy?

Oye Vilma, tienes a una pareja de baile que se muere por ti, por qué echarlo todo a perder por Max? No vale la pena, olvídate de él y céntrate en el chico que está a tu lado. Lo que haga Max da igual! Que le den! Quiero decir, ya tienes un chico!  Que más te da lo que haga o deje de hacer Max? No estropees una noche tan especial como esta, por una tontería. Es un consejo.

- Lo sé...- Le contesto simplemente a Williams, apenada. 

El asunto se estaba calentando en demasía. Henry estaba realmente enfadado y más aún con las palabras de ese capuyo. ¡¿Celoso él?! ¡JA! Por suerte Lucas estaba en medio y le empujaba lo suficiente como para no arrearle un puñetazo al imbécil ese.

Henry:- ¿Celoso de un capuyo como tú? ¿Que solo besa a la chica porque la tía que le gusta se está enrollando con otro? ¡Por favor...! ¡Eres un hipócrita patético!

¿Cómo sabía eso Henry? Quién sabe... Entonces llegó Smallet y puso orden como pudo. Lucas pudo llevarse a Henry de allí con algo de dificultad, hasta la zona de bebidas y comidas. Discutían entre ellos. O más bien Lucas intentaba tranquilizarle mientras Henry se quitaba la molesta corbata que le estaba ahogando.

Ian no se había metido en aquello y cuando Will llegó no hizo ningún comentario. No quería estropear la noche y no sabía muy bien qué decir. La primera melodía de la noche había acabado y pronto tendría comienzo la segunda.

- ¿Entonces no quieres bailar el segundo?

Meredith y Alex, que aunque habían dejado de besarse por el espectáculo no se habían metido en medio de aquella disputa, siguiendo abrazados.

Justo en ese momento ocurría lo de Eileen un poco más para allá.

Roy había aguantado como un campeón aquel pisotón. Había apretado con fuerza la mandíbula para no soltar un quejido y cerró los ojos unos segundos como acto reflejo.

- Tú siempre tan simpática, rubita.- le dijo cuando recuperó el aliento tras aquel tremendo dolor.

Pero ese no iba a ser el mayor dolor que iba a sentir aquella noche Roy, que inmediatamente recibió el puñetazo directo de Eileen en toda la cara, partiéndole la nariz.

- ¡Ah! ¡Joder!- se llevó las manos a la nariz unos segundos mientras Eileen se quejaba. Entonces la miró, con tremenda rabia. ¿Encima la puta con el vestido de más puta que había visto jamás iba a dejarle en evidencia?- ¡Te vas a enterar Mo...!

Pero el brazo que iba directo a la cara de Eileen en aquellos momentos y que le iba a ser imposible de esquivar, fue parado por una mano ajena. Entonces el cuerpo del profesor Pullap se había interpuesto en la trayectoria entre Roy y Eileen. Roy se puso pálido por un momento. Bella se apartó de Anwen, con gesto preocupado, ante lo sucedido, olvidando todo lo demás.

Sean:- Creí que estábamos en un baile donde se suponía que deberíais divertiros.- estaba realmente enfadado. Y se dirigía a todos.- ¡Todo aquel que no se comporte con compostura y saber estar que se marche de inmediato! ¡No quiero ni un grito- y miró a Vilma- ni un insulto- y miró a Max, Henry y Lilian- ni un movimiento obsceno no permitido- y miró a Roy de nuevo- Y tampoco peleas! ¡¿De acuerdo?! - ¡cualquiera le replicaba! Estaba realmente enfadado- Bien. Pues que continúe la música.

Bella se había acercado a Eileen y le miró la mano con preocupación:

Bella:- ¡Eileen! ¿Estás bien? ¿Te la has roto?

Eileen sabía que el cabreo de Pullap no venía precisamente por la que se estaba liando. Cuando habían estado aún sujetos y ambos habían observado el movimiento poco apropiado de Roy, Sean había apretado con más fuerza su mano sobre la de la Ravenclaw. Le hervía la sangre. 

Por suerte Eileen no le dio tiempo a reaccionar pues ya lo había hecho ella. Menuda suerte.

Anwen había taladrado a Bella con una mirada fría como el hielo y estaba a punto de responder cuando Eilenn pegó a Roy. Ambas se separaron aunque parecía que cada una para ayudar a una persona. Seguramente Anwen no habría ido con Kennings en otras circunstancias, pero era su pareja en el baile.

Y si por ella hubiera sido habría dejado que le devolviera el golpe a Eileen antes de intentar detenerle, hubiera sido lo justo. Pero Pullap se adelantó, y de nuevo con un alarde de falta de contundencia no echaron ni a Vilma ni a Eileen del baile, cuando estaba claro que habían sido las primeras en llegar a las manos. ¿Y que pasaba con Morgan y Van Dyck aquella noche? ¿Se habían propuesto joderle el baile o que?

-¿Estás bien?- Dijo acercándose a Roy y limpiándole la cara con un pañuelo.-Ahora no...- Le susurró, en un tono que delataba lo enfadada que estaba.-Vamos a la enfermería a que te arreglen eso en un momento y volvemos.- Eileen Morgan había pegado delante de todos a Roy Kennings. Eileen Morgan había pegado delante de todos a la pareja de Anwen Rhys. No se había dado cuenta de lo que había hecho, seguro que no. Si las miradas matasen, la que Anwen le dirigió a Eileen habría rematado a un fantasma.

Las cosas se están yendo al garete. Todo el mundo padece querer pegarse en lugar de disfrutar de la fiesta... En teoría, el baile es para estrechar lazos entre todos, aunque sea imposible muchas veces, pero al menos se centran en otras cosas.

Al igual que Lucas se lleva a Henry, ella acompaña a Vilma para que se calme y demás. En realidad, debería ser Henry quien lo hiciese, pero esta muy ocupado en intentar no romperle la cara a Max. Sienta a Vilma en una de las sillas y le sirve un gran vaso de agua.

-Bebe y refréscate.

Mantuve mi sonrisa de suficiencia mientras Kennings se aguantaba las ganas de llorar, pero cómo era de esperar, eso no iba a ser suficiente para que perdiese las formas. Ahora era su turno y de algún modo me estaba divirtiendo de lo lindo con ese malvado juego. Pero el juego no iba a durar mucho, porque entonces me crucé con la mirada de Eileen. Su mirada no me gustaba nada, no auguraba nada bueno. ¿Qué hacía ahí? ¿No estaba bailando con Pullap?

Entonces le dio unos toques en el hombro a Kennings y en cuándo se giró le soltó tal puñetazo que no pude evitar soltar un grito ahogado y taparme la boca con las manos. Incluso pude escuchar el crujido de la nariz de Roy justo antes de que comenzase a salirle sangre. Eso le iba a dejar dos ojos morados durante semanas por mucho que arreglarle la nariz con un toque de varita fuese fácil.

Miré a Eileen horrorizada. ¿Pero qué estaba haciendo? ¿Por qué? ¿Es que se había planteado no dejarme bailar con nadie? ¿Le fastidiaba que a pesar de haber venido a la fiesta sola y enfurruñada me lo estuviese pasando bien? ¿O eran celos? No entendía nada, pero mirando alrededor veía que no era la única a la que se le había ido la olla. ¿TAN adulterado estaba el ponche? Aunque bueno, la única actitud que me importaba era la de Eileen, el resto podía matarse. Lo que me dolía era que Eileen me estaba estropeando la noche cuándo empezaba a creer que podía disfrutarla igual que el resto.

Negué con la cabeza mirando a Eileen con expresión seria. No sabía que pretendía con eso. ¿Le había golpeado porque me había metido mano? Si ese era el caso me cabreaba aún más. ¿Es que acaso creía que era una idiota que no podía cuidar de sí misma? ¿Qué necesitaba alguien que viniese a salvarme? ¿Que el gesto de Roy iba a causarme terrores nocturnos? Fuera cuál fuere la razón, no le agradecía haberlo hecho. Ya era la segunda vez que me jodía la diversión en apenas un par de minutos. 

Sin decirle nada, aparté la mirada de la que siempre había sido mi mejor amiga y me di la vuelta. Ya ni siquiera iba a poder sacar las fotos que pretendía para darles un recuerdo a mis amigos sobre la que debía haber sido la noche del año. De hecho, la noche sólo parecía estar bien para Beth entre todo mi grupo de amistades. Debía de ser algun tipo de talento mío, estropear a todas mis amistades una noche sólo con mi presencia, y en ese caso, Beth era la siguiente.

Fui hacia la mesa y recogí mi cámara, que alguien había metido de nuevo en su funda. Apreté la bolsa entre mis dedos. ¡Qué rabia, qué rabia! ¡Qué injusto! ¡Todo lo que había querido de esa noche era bailar con una persona y que nadie nos molestase! ¡Que cada uno disfrutase de su pequeña propia burbuja privada y se olvidase del mundo exterior! ¿Era mucho pedir? ¡Eso es lo que ocurría en los bailes normales! Vale, era cierto que yo no había venido al baile con esa persona, pero la posibilidad seguía existiendo... ¡Joder, mierda de noche!

Me volví a dar la vuelta viendo que los únicos que se estaban marchando eran Anwen y Kennings, pero que ninguno de los "alborotadores" parecía darse por aludido. Bueno, tal vez eso significaba que el baile había terminado. Tal vez debería disculparme con Anwen -por algo que no había hecho - ya que sin duda para ella esta noche era importante. La conocía. Me colgué la bolsa y salí con paso rápido del comedor, tras Anwen y Kennings.

Por suerte, los profesores pusieron orden; de todas maneras, pasaba de meterme más en medio de otra pela, si se querían matar que se mataran, yo pasaba, estaba allí para pasármelo bien, o al menos para intentarlo. Y por culpa de Vilma, había dejado a Stone plantado a mitad del baile, y no es que tuviera muchas ganas de bailar, pero no era de buen gusto ni de buena educación hacer eso, y ahora me tocaría compensarlo con otro baile!

Maldecí un poco por la bajo. Pero entre que con los nervios lo había hecho fatal y que después lo había dejado en mitad del baile, no tenía otra opción, bailaría otra con él. Además, ya me sentía mucho más relajado, si algo bueno tenían estas disputas, es que la atención ya no estaba en nosotros, me sentía menos observado y más cómodo.

Bailemos otra… esta vez hice de mujer y le agarré por el hombro, ya que como habíamos acordado, ahora me llevaría él. Me toca ser la chica, creo. Bromeé. Espero que sepa usted llevarme adecuadamente, soy una chica muy sensible. Le dije, tratando de imitar la voz de una chica. Vaya, habían desviado tanto la atención con sus puñetazos, gritos y besuqueos, que ya hasta me sentía cómodo para bromear del asunto y todo. Ah! Y nada de meterme mano, que luego el resto de las chicas me llaman fresca. Eso, eso, la mano en la cintura Stone, dónde la pueda ver….

Su acción había tenido, por supuesto, reacción. Sus palabras cobraban especial sentido cuando veía la mano de Kenning dirigirse hacia su cara con demasiada velocidad como para que ella pudiera esquivar el puño, pero por suerte Pullap intervino. ¿A tiempo? Sí. Y por desgracia, no; pero eso quedaría para la intimidad de sus pensamientos porque a ella ya no había nadie que pudiera salvarla.

Anwen no podría haberla mirado peor, de hecho se habría encogido sobre sí misma por el desprecio que habitaba en sus ojos, pero aquello no había sido nada en comparación con la mirada de Emily. Aquella sí logró que se encogiera y que el corazón empezara a latirle dolorosamente porque a ojos de la rubia la había vuelto a fastidiar. Ya no había comprensión para ella. Si ella supiera...sólo si supiera...pero no quería saber. Sólo era Eileen. ¿Para qué querría entenderla?

Prescindible.

Una lágrima se deslizó por su mejilla aunque bien habría podido ser por el dolor de la mano, girando la cara hacia Bella e ignorando la marcha de Emily de forma premeditada.

- Ai - se quejó, con voz débil -. Creo que no...pero duele...mucho más de lo que esperaba...demasiado...

Le tembló el labio por un momento y entonces forzó una sonrisa. Cómo podía ir todo tan sumamente mal cuando ella se estaba esforzando tanto. No podía más.

- Voy a buscar algo de hielo, ¿vale? Sigue bailando, no quiero joderte la fiesta.

Se alejó de ahí con aquella excusa mala. No pensaba volver a la fiesta. Estaba demasiado harta.

Había llegado a su límite. Ya no podía más, sencillamente, se había marchado dirigiendo una última mirada a Pullap preguntándose si comprendería que ya no podía más, que no podía cumplir con su petición, que por eso no se lo había prometido.

Se marchó, con las lágrimas desbordando sus ojos conforme corría por los pasillos vacíos que ya no eran un refugio ni una fuente de felicidad. ¡Se había esforzado tanto! ¡Por Emily! Para ella habría sido mucho más fácil rendirse nada más declararse, distanciarse, poner tierra de por medio entre ambas. Pero no. Eileen ya estaba herida, no quería arrastrar a Emily consigo. Así que se había esforzado constantemente a pesar de sus sentimientos, había luchado por mantener aquella amistad, sino como antes por lo menos de un modo bastante aceptable.

Emily nunca comprendería aquello. Nunca entendería lo penoso que era para Eileen todo lo que sucedía. Nunca entendería que tenía que luchar cada día contra sus sentimientos por ella. Y no había querido ver que el hecho de que fuera a hablar con Pullap no era por celos, no era por venganza. Era por ella. Como siempre, todo era por Emily. Lo mismo que el puñetazo que aún le dolía y que le había dado a Roy. Se acababa de meter en un montón de problemas por ella. ¿Para qué quería hacerlo? Pues porque sino Pullap se metería en líos que podrían acabar incluso en despido y eso le dolería a su amiga más que nada en el mundo.

Se sentía tan sola. Todo lo que hacía salía mal. Y todo tenía siempre relación con Emily. Se había distanciado de Kegan por ser lesbiana y estar enamorada de ella. Apenas si había vuelto a hablar con Will porque lo había dejado tirado por Emily. Había echado de malas a Vilma por el plan de Emily, quien le había pedido que la sacara de ahí, y aunque la hufflepuff no fuera santa de su devoción nunca se habían llevado mal. Ahora Kenning la tomaría con ella, lo mismo que Rhys.

Quizás estaba en un momento de victimismo absoluto pero lo cierto era que sentía que sobraba. No pintaba nada en el colegio. Nadie la quería allí. Quizás Bella la echaría de menos pero al fin y al acabo luego también se marcharía a Australia y la dejaría sola.

Antes de darse cuenta había llegado a la lechucería, con la sangre martilleando con fuerza sus sienes, impidiéndole pensar con claridad. Porque quizás se iba a arrepentir de lo que iba a hacer pero en aquel momento era lo único que creía que podía hacer. Acabar.

Antes de darse cuenta había invocado un trozo de pergamino, el tintero y una pluma y se había puesto a escribir contra una pared, con las lágrimas secándose en sus mejillas.

Emily.

Tengo mil cosas que decirte pero ninguna de las dos ha querido tener esta conversación que tendríamos que haber tenido hace semanas. No ha servido de nada hacer como si no hubiera pasado, la verdad es que sí pasó y sigue pasando. Estoy enamorada de ti y estoy jodida, sí. Porque tú no me podrás querer nunca así y no te culpo. ¡No es culpa tuya! Es culpa mía. Por no poder frenarlo. Pero aunque lo he intentado, aunque me he esforzado, no he podido.

Y como no es culpa tuya llevo más de un mes intentando que eso no te afecte. Intentando ser tu amiga, intentando no hacer lo que necesito hacer. Y puede que sea gilipollas, seguramente lo soy, pero lo único que he intentado hacer hoy, por ti, ha sido hacerte feliz. Por eso he ido a hablar con Pullap dos minutos porque sabía que te haría feliz que intentara que nos lleváramos bien. Y por eso he pegado a Kenning porque sino lo hubiera hecho Pullap y se habría metido en líos lo cuál te habría jodido mucho más.

Creo que nada lo hago bien. Ya no sé qué hacer porque todo lo que digo, hago, todo lo que pienso está mal. Y me estoy volviendo loca, porque joder, te juro que lo intento, nunca he intentado nada tanto, dejarte tu espacio, respetarte, aceptarlo aunque me duela tanto que lo único que puedo pensar es en largarme de Hogwarts y no volver nunca porque es horrible, no tienes ni idea de lo jodido que es todo esto.

No puedo más. Me siento la peor persona del mundo y ya no sé si es cierto o no, siento que lo único que hago es hacerte daño y ni siquiera entiendo por qué, ni siquiera sé qué está mal en mí. Qué no es suficiente bueno en mí. Si pudiera escoger, no sería lesbiana, nunca me habría enamorado de ti, no habría hecho la mitad de las cosas que he hecho y de las cuáles ya no sé si arrepentirme o no.

Ojalá, ojalá pudiera escoger. Ojalá pudiera volver atrás en el tiempo. Todo sería mucho más sencillo. Así todos podríamos ser felices y no tendría miedo a cada segundo de si la voy a joder o no y de cómo me afectará ese día. O de cómo te afectará a ti. Así podría dejar de esperar a que me sonrías y dejar de preguntarme si era una sonrisa sincera o no...

Necesito alejarme. Y tú te mereces ser feliz sin mis dramas personales.

Ahí cortó la carta porque por más que lo pensara no sabía qué más añadir. ¿Que quería dejar Hogwarts? Sí. ¿Lo haría? No lo sabía. No tenía nada claro. No a aquellas alturas. Así que acabó por doblar la carta en unos cuantos pliegues y meterla en un sobre en el que escribió el nombre de su amiga.

Con cuidado de no despertar a ninguna lechuza lo ató en la pata de una.

- Espérate a mañana - le pidió en un susurro al animal dormido, tras lo cuál se marchó en dirección a su habitación.

Roy no habló en todo el camino, concentrado en el dolor de la nariz y en el cabreo que tenía con Eileen. Ya en la enfermería, Rosemary se encargó de su nariz con la mayor rapidez y eficacia posible.

El Slytherin miró a Anwen, sentado en la camilla. Y aunque estaba enfadado y se sentía mal por haber quedado de aquella guisa, aún recordaba el beso que la chica le había dado:

- Te agradezco que hayas venido conmigo- era rarísimo que Roy diera las gracias. ¿Acaso también tenía una parte sentimental?- Ahora cuando me deje marchar volveremos al Gran Comedor y lo pasaremos como debe pasarse. ¿Quieres?

Justo en ese momento aparecía Emily. Iba sola.

Los terrenos estaban llenos de parejitas felices que se escondían en la oscuridad, entre los arbustos o simplemente caminaban agarrados de la mano, hablando, riendo...divirtiéndose en todas las formas posibles.

Lo que estaba más desierto, a excepción del Gran Comedor, era el interior del castillo. Eileen se cruzó con poca gente en su camino hacia el séptimo piso. Una vez en él, y yendo hacia el ala de la torre de Ravenclaw, observó que el pasillo no estaba tan desierto como en un principio habría pensado. Al fondo, pudo observar algo curioso que no había visto nunca: donde antes recordaba que solo había pared desnuda, ahora había una puerta por la que salió alguien. Iba encapuchado y desde lejos no pudo vislumbrar de quién podría tratarse. Una vez salió, la puerta se pareció fusionar nuevamente con la pared y ésta desapareció. 

La persona encapuchada se percató de la presencia de Eileen y salió corriendo, desapareciendo de la vista de la chica por la derecha.

Apreté la mandíbula con fuerza ante el comentario de Henry. ¿Cómo podía saber eso? Tenía ganas de ir a partirle la cara, de demostrarle que no tenía ni idea de nada. Pero parte de sus palabras eran ciertas. Sólo había ido al baile con Lilian porque me atraía físicamente al igual que yo a ella. Sólo quería distraerme, dejar a un lado las calabazas de Meredith.

Pero no iba a darle ese placer, antes muerto. Lo ignoré como si no existiera, dándome la vuelta tras echarle una sonrisa burlona al Ocean. Me centré en Lilian, que parecía en estado de shock. Me acerqué a ella, comprobando que estuviera bien.

-Ey, dime algo. ¿Estás bien?

El baile se estaba convirtiendo en una batalla campal: ahora era el turno de Eileen para darle un soberano puñetazo al engreído de Kennings. No entendía muy bien cual era el motivo de aquello pero seguramente el Slytherin se lo había ganado.

Lo que no entendía es por qué no empezaban a rular los castigos a diestro y siniestro con tanta agresión.

No podía dejar de dar vueltas a todo, por más que hubiera escrito la carta, por más que ya hubiera tomado una decisión. Había sido el momento culminante de un mal mes pero desde luego no se sentía mejor. Sólo quería irse a dormir o dar vueltas en la cama como la persona triste en la que se había convertido aquel año mientras se lamentaba de todo lo que estaba mal en su vida y de todo lo que ni siquiera podía intentar arreglar.

Pero por lo visto sus lágrimas eran un amuleto de desdicha porque cada vez que salía llorando se encontraba con la imagen más rara que pudiera una concebir. Y en aquel caso era una puerta en una pared en la que no acostumbraba a haber puerta, orificio o cuadro alguno y una nueva figura encapuchada. Capuchas igual a asesinos odia sangre puras.

Ya no sabía ni lo que la impulsaba ni lo que la motivaba. Pero como aquel fatídico día sentía como el dolor y la pena le robaban la racionalidad, la volvían impulsiva y temeraria, llevándola a salir corriendo en pos de la figura. Pero sólo podía pensar en que ese no era Aengus y que, por tanto, por fin habían encontrado un nuevo sustituto. Y que aquella noche parecía ser la elegida para otro ataque.

Habría querido alcanzarles antes de que llegasen a la enfermería, pero se habían dado demasiada prisa para una Emily en tacones.  Cuánto más avanzaba peor idea me parecía haber venido. Sin embargo cuándo abrí la puerta ya era demasiado tarde para dar la vuelta.

"Y encima interrumpes, al parecer. Muy bien Emily, muy pero que muy bien."

Apreté los labios nerviosa mientras agarraba con más fuerza la bolsa de la cámara. ¿Cómo empezar?

- Esto.. perdonad la interrupción. An...¿Podemos hablar un segundo? - le pregunté indicándole un lugar un poco apartado.- ¿Por favor?

Continuaba bailando con Mia e iba a responderle al susurro de esta pero entonces comenzaron a calentarse las cosas en la pista de baile y pasaron a prestar más atención a todo lo que estaba pasando.

Por un lado estaba la discursión de Henry y de Max… la bebida le había sentado mal a Vilma y se había puesto a gritar pero los chicos parecían estar a punto de llegar a las manos, aunque la profesora había llegado a tiempo. Pero sabía que eso no acabaría ahí… esos dos acabarían su discursión en otro momento y lugar probablemente…

Y por otro lado, la cosa tampoco estaba mejor, no había llegado a ver lo que había pasado pero un golpe seco llamó su atención y ver la nariz sangrante de Roy y como estaba a punto de golpear a Eileen dejaba claro que había pasado, aunque Pullap se había metido de por medio rápidamente a parar esa disputa y había invitado a los que estaban liándola a irse.

Apoyó su cabeza en el hombro de Mia y le susurró al odio.