Partida Rol por web

- Me encantaría ir a verle a San Mungo ¿Cuándo podríamos ir? -Digo, sentada en la orilla, abrazada a mis piernas.- Pero él... ¡Valía mucho! Todo es culpa de Anwen, si ella no fuera tan superficial y le hubiera dado una oportunidad... -Digo con las  lágrimas cayendo por mis mejillas. En realidad no lo creía, pero prefería echarle la culpa a ella que al propio Aengus. 

Cuando me doy cuenta de que estaba diciéndome que alguien le había herido, me limpio las lágrimas con la manga de mi túnica. 

- ¿Quién le ha herido?- Pregunto seriamente. Sabía que Eileen y Emily eran las que habían estado con él antes de todo. Y, encima, la nota que le mandaron al profesor Pullap... ¿Habrán sido ellas? Si eran ellas se las pagaría.- Herir a Aengus es ponerse al mismo nivel que él. Solo que él tiene excusa para sentirse inferior y hacer tonterías, ellas en cambio no. - Sí, había dicho "ellas" eso significaba que tenía que proseguir. - ¿Han sido Eileen y Emily, verdad? 

La tristeza se comienza a convertir en rabia. No solo ahora iba a estar más sola que nunca en Hogwarts, si no que estaba harta de todo. Harta de ser la niña buena y de permitir que los demás se rieran de mi. Yo valía mucho más que todos. 

Kegan observó la reacción de Emily  fue más tranquila de lo que esperaba.

- Lo encontré en la sección prohibida de la biblioteca, en el registro de profesores y estudiantes. Busqué sobre mi madre, encontrando su nombre completo y varias fotos de las cuales me guardé una copia. Luego comencé a buscar sobre si algún profesor era un Auror, al igual de mi madre, pues quizá hablando con ese profesor sabría algo más.

Guardo unos segundos de silencio, sin saber si contarle lo otro… pero decidió no hacerlo… podría malinterpretarlo y con lo que le había dicho a Emily esta sabría dónde encontrar la foto original, de la cual le acababa de entregar una copia.

- Lo que te he dado es solo una copia - se apresuró a aclarar - no tengo ninguna más, pero la original está en el registro.

La carcajada de Bella logró que pusiera los ojos en blanco. ¡Cómo se notaba que no la había escogido el sombrero! Esa falta de sensibilidad era más gryffindor que otra cosa pero bueno, la chica estaba en la casa de las águilas y habían aprendido a quererla como era.

- Sí, sí apareció, cotilla - por lo menos lograba hacerla actuar como una persona normal, si es que Eileen lo había sido alguna vez -. Y se abrazaron - por desgracia, Emily lograba devolverla una y otra vez a su pozo de miseria y de celos -. Y él sabe que me he declarado...y que me ha rechazado por él...Ai - acabó por quejarse, otra vez con los ojos llenos de lágrimas pero esforzándose porque no cayeran -. No puedo, Bella. No puedo...seguir como hasta ahora.

¡Se abrazaron delante de ella! Ya podían tener una buena excusa para ello o sino Emily y su novio se ganarían su enemistad para siempre. No comentó nada sobre ello, pero desde luego si Emily era su mejor amiga, no estaba bien que hiciera aquel tipo de cosas.

Y aunque había conseguido que el tono de Eileen sonara normal, lo cierto es que pronto bajó nuevamente. Pasó su brazo por la espalda de la Ravenclaw hasta dar con su brazo y la atrajo hacia sí con energía:

- ¡Ni hablar! Sé que es durísimo, Eileen. ¡Pero tienes que ser fuerte! Va, basta de hablar de Emily y cosas deprimentes.- intentó pensar con rapidez cómo animar a Eileen con algo gracioso o divertido.- ¡Ven conmigo al baile! Nos lo pasaremos bien.- buena idea sin duda. Así Eileen no estaría lamiéndose las heridas si Emily iba con pareja y ella no. Aunque fueran de amigas. La miró con picardía burlona y le guiñó un ojo- Sabes que soy buena compañía...

Se dejó atraer hacia ella porque precisamente era lo que le apetecía: calor humano. De hecho, si no fuera porque Emily era la culpable lo buscaría en ella y si todo aquello estuviera sucediendo en su casa, se habría convertido en una sanguijuela para su madre.

Rezongó un poco cuando dijo que nada de hablar de cosas deprimentes porque tampoco se sentía con muchas ganas de hablar de cosas alegres. Pero ni una ni otra, Bella tuvo la dudosa genial idea de ir juntas al baile.

- No - primera respuesta tajante hasta que llegaron los siguientes segundos de reflexión. Ir sola equivaldría a ir con Emily porque no podría ir con Pullap y observar las miradas que se dirigirían a lo largo de la noche llenas de anhelo y... Tuvo que hacer una pausa para redirigir su reflexión de vuelta al cauce normal. No le apetecía demasiado ir con pareja e ir con Bella era raro. Tampoco quería reconocerse abiertamente lesbiana ante todos. Aunque lo habría hecho con Emily -. Bueno...no sé...quizás... - miró al suelo con indecisión antes de ponerse firme y pararse ante Bella, entrelazando su dedo menique con el de la chica en un gesto antiguo e infantil -. Prométeme que nunca nos enamoraremos la una de la otra. Y que seremos amigas a pesar de la distancia.

Quizás precisamente por todo lo sucedido necesitaba aquella promesa de estabilidad, algo que pareciera seguro en su vida, algo en lo que pudiera confiar sin recelos ni sufrimientos, sin ambigüedades.

La rotunda negativa provocó en Bella un puchero instantáneo con el fin de convencer o, quizás, simplemente hacer reír a Eileen. Luego afianzó su dedo con el de la chica y le sonrió con seguridad:

- Prometido, prometidísimo.

La verdad es que siempre había visto a Eileen como una amiga y nada más. No había sentido ningún tipo de conexión más allá que la amistad con respecto a ella y eso siempre era algo agradable para Bella. Tenía una amiga con quien compartir muchas cosas de la que estaba segura que no habría rollos extraños solo por ser lesbiana. Las demás chicas siempre acababan separándose de ella cuando se hacía algo más cercanas por el simple hecho de que a Bella le gustaban las chicas. Eileen era realmente la única amiga verdadera que había podido encontrar.

- No dudes de ello. Y oye, que no tenemos por qué ir conjuntadas ni nadie tieme por qué saber que tenemos los mismos... gustos. Ya sabes. Solo seremos dos amigas que al menos ganarán en la pista de baile.- bromeó- O que criticarán cómo van unos y otros. O harán apuestas sobre cuantas ampollas tendrán al día siguiente. Vale... eso ha sonado asqueroso.- rió divertida.

La verdad es que se alegraba de haber vencido los recelos que Bella le había provocado inicialmente y no sólo por haber encontrado en ella a una buena amiga sino porque en aquel momento la necesitaba desesperadamente. Iban a venir tiempos muy difíciles para ella y la necesitaba, necesitaba a alguien que lo supiera y que estuviera de su parte del mismo modo que Pullap estaría incondicionalmente del lado de Emily.

- Ug, baile - dijo con una mueca de asco, liberándose un poco más de sus pensamientos depresivos -. Si pretendes ganar conmigo lo llevas claro. Yo bailo igual de bien que un gigante. Prefiero lo de las ampollas. Créeme, si hubieras visto lo de los huevos de Aengus no te parecería especialmente desagradable.

En el registro. Había encontrado la foto en el registro, y sólo era una copia. Eso quería decir que quien fuese que se encargaba de actualizar eso lo sabía, y no sólo eso, sino que no le importaba hacerlo público. ¿Y cuándo lo había puesto ahí? Cuándo leí el registro la última vez no había nada. Y por último, ¿Por qué Sean había devuelto el registro a la biblioteca? Creía que el plan era que él se lo quedaría para que no cayese en las manos equivocadas hasta que descubriésemos al culpable, y teniendo en cuenta que había desenmarscarado a Aengus esta mañana, el registro volvía a estar en la biblioteca desde hacía quién sabe cuánto tiempo.

Metí la foto en el bolsillo, alterada y nerviosa, y aún con las mejillas rojas cómo un tomate. Miré a Kegan sin saber qué decir. O mejor dicho, sin saber cómo decirlo.

- No puedes decírselo a nadie, por favor...  - le supliqué.  Luego me di cuenta que tal vez lo que había encontrado le haría pensar cosas que no eran. Tal vez creería que estaba "comprando mis notas", o incluso chantajeando a Sean para ello. - No es lo que parece, oh bueno, tal vez sí... Depende de lo que tu creas que esto es... - añadí nerviosa, mirando alrededor para asegurarme que no había nadie cerca.

Rio divertida. Esa era su filosofía. Pasara lo que pasara, y le habían ocurrido cosas realmente malas, lo mejor era olvidar riendo. 

- Puede ser.- admitió.- Como sea, seguro que unas risas nos echamos.- estaba segura de ello.- Me encontré a Beth antes. Creo que tenía pensado lanzarse y pedírselo a un chico. Dijo que había estado hablando contigo y que eso le había ayudado a replantearse cosas.- alzó las cejas en dos ocasiones. ¡Ella también tenía información suculenta de ese tipo!- ¿Puedes adivinar quién es?

Por lo que contaba Pullap, la cosa era aún más seria de lo que parecía. El profesor estaba siendo muy sincero con ella. Confiaba en su prefecta, pero aún no lo suficiente para contarle todo lo que sabía, lo que frustaba muchísimo a Anwen. Y lo que decía no estaba rebajando su cabreo.

-Si guerra quieren, guerra tendrán.- Dijo muy seria. Seguramente no era consciente de lo que decía, era aún pequeña cuando ocurrió el segundo advenimiento de Voldemort. Pero su familia tenía una historia de lucha contra aquellos que querían perturbar la paz de los magos. Lo llevaba en la sangre.-No existe motivo para el terrorismo indiscriminado, ni la sangre, ni nada.- Se estaba dejando llevar un poco, aún conservaba la frialdad pero se notaba que se estaba exaltando. Y lo siguiente que iba a decir era lo que más le cabreaba, se le notaba en la nariz.- Pero cuando ocurra otro ataque, cuando aparezca el primer muerto, lamentaremos la inacción de Hogwarts y del Ministerio. Y no sería la primera vez.-  La familia Rhys, que siempre se había puesto del lado del Ministerio en las dos guerras mágicas, aún a pesar de su posición, había sido muy beligerante ante la tibieza de la Justicia con los mortífagos. Y el tiempo les dio la razón cuando algunos supervivientes de la Primera Guerra tomaron parte en la Segunda. Habría que haberlos perseguido, atrapado y aplastado.-¿Qué es lo que se ha hecho con Aengus si puedo preguntar? Era mi compañero...-Aunque que quisiera saberlo no era porque fuera su compañero precisamente.

Fue entonces cuando el profesor le comentó lo del veritaserum-¿En serio?- Aquella frase le salió demasiado animada.-¿Quién fue? ¿Cómo lo ha encontrado?

A pesar de que seguía estando seria, las palabras de Bella le arrancaron una expresión de sorpresa, bastante descolocada a decir verdad porque no había nada en aquella frase que no fuera extraño. Primero, que Beth le hubiera contado algo así a Bella. Segundo, que sus palabras la hubieran hecho replantearse cosas. ¿Cómo? Estaba segura de que Emily le habría dicho mil cosas más muchas veces sin obtener resultado alguno. Y por último, ¿Beth? ¿Pedírselo a un chico? Le parecía surrealista. Además, ¿a quién? ¿A Will?

Dejó pasar unos segundos de meditación profunda que llegaron al minuto y lo sobrepasaron con creces hasta que finalmente se dio por vencida.

- Ni idea, tía. ¿Tú sabes algo?

Terminado el trabajo de papeleo se centró nuevamente en Anwen, acercándose a ella para continuar con el diálogo. 

- Entiendo cómo te sientes, pero las cosas, para bien o para mal, funcionan así.- comprendía el afán de Anwen de participar y hacer las cosas como ella creía que debían ser. Además, supuso que el hecho de ser Sangre Limpia y estar bajo el punto de mira le provocaba urgencia en todo. Quiso tranquilizarla- De todas maneras no te preocupes. No te pasará nada mientras yo esté en este castillo- era jefe de la casa Slytherin y auror. Jamás permitiría que el miedo se instalara en el castillo y mucho menos en su casa. Después se centró en el tema de Aengus.- Se encuentra en San Mungo. Está... herido y ha perdido la memoria de lo que sucedió en el momento en que le descubrieron. Pasará meses allí.

Ante la pregunta del veritaserum Pullap levantó ambas manos en afán por excusarse:

- Me temo que todo eso lo dejaré secreto. En cuanto lo recupere te lo devolveré.

Katherine arrugó la frente ante las palabras de Vilma. No entendía a qué venía aquella acusación directa, pero Vilma parecía muy segura de lo que estaba diciendo:

- ¿Eileen y Emily? No las veo capaces de... hacerle explotar los testículos a nadie, Vilma. ¿Por qué pareces tan segura de ello? El profesor Pullap fue quien encontró a Aengus así y lo llevó a la enfermería. No nombró a nadie...

Quería cambiar de tema pues veía a Vilma algo afectada:

- Seguro que en Navidad podríamos ir a visitar a Aengus.

Se encogió de hombros ante la pregunta. Se llevaba bien con Beth pero la chica no era mucho de hablar y menos de cosas personales. El hecho de que le hubiera comentado sus intenciones era porque estaba nerviosa y quería comunicarse.

- No quise ahondar en el tema por si se echaba atrás. Supongo que ya nos enteraremos.- ¡Quería saberlo ya! Bella era una persona curiosa por naturaleza- O siempre podemos buscarla y pillarla en medio del momento. Es broma, es broma...

Cuando Williams llegó a la enfermería se encontró a Marian tumbada en una cama, llorando. Alrededor de ella había varios compañeros de clase, sobretodo Ravenclaws y Gryffindors. Entre ellos estaba Ian que se giró sin percatarse en un principio que se trataba de Williams. Cuando su cerebro asimiló la información recibida volvió a girarse con más rapidez y con cara de preocupación se acercó a él al mismo tiempo que Rosemary:

- ¿Qué te ha pasado? ¡Tienes una pinta horrible! De heridas, quiero decir... tú siempre... ¡da igual! ¿Qué te ha pasado?

Kegan continuó caminando con Emily, y aunque a esta se la veía cada vez más nerviosa, el por dentro se había quedado más tranquilo. Emily parecía haberle entendido y solo faltaba aclararle lo último.

- No te preocupes, no se lo contaré a nadie - esperó unos segundos, y cuando parecía que la chica no sabía muy bien cómo explicar su relación con el profesor Pullap, agregó - Por la foto, supuse que estabas saliendo con él, no sé si será o no eso… pero yo no veo nada de malo en ello - dijo lo último añadiendo una sonrisa, para intentar tranquilizar a la muchacha - Y cómo te he dicho, no voy a decirle nada a nadie, tienes mi palabra. - Esto último lo dijo bien serio.

-¿No me pasará nada? ¿Igual que no le pasó nada a Stana?- Las palabras le habían salido atropelladamente, alzando la voz, sin pensar, cosa que a Anwen no solía pasarle a menudo. La frustración había podido con ella. En seguida se dio cuenta de lo que había dicho y, más importante aún, de a quien se lo había dicho.-Lo siento profesor. No era mi intención decir eso ni creo que tenga la culpa.- Tras ese error volvía a estar algo cohibida en presencia de Pullap.-Avíseme en cuanto tenga la poción.

Se dio la vuelta para irse. Intento pensar en otra cosa...aún tenía que pedirle a alguien para ir al baile...

Respiré con algo más de tranquilidad cuándo Kegan dijo que no se lo contaría a nadie, y que además no pensaba cosas que no eran. Sin embargo me extrañó que le diese tan poca importancia, o que no se escandalizase o me juzgase. Dudaba que la mayoría reaccionasen así si se enterasen.

- Gracias. De verdad. Y si sabes de la existencia del registro ya no tengo que hablarte de él. Te iba a a dar las páginas sobre tu madre y su foto. - Pues ya estaba. La conversación con Kegan había terminado. Ahora tenía aún más cosas de las que hablar y arreglar. No iba a sobrevivir a este día. - Cuídate esas heridas. - le dije entonces. Quedaba poco para llegar a la enfermería, pero no me apetecía acompañarle hasta allí. Sólo iba a estar pensando en otras cosas y sería un silencio incómodo que él tampoco apreciaría.

Me despedí con un gesto de la mano y me di la vuelta, caminando en la dirección contraria e inconscientemente cada vez más deprisa. 

Tabatha y Max llegaron justo casi cuando Anwen salía del despacho del profesor Pullap, que se había quedado totalmente paralizado ante lo sucedido momentos atrás. Le costó reaccionar ante la llegada de los últimos. El profesor Pullap, a pesar de no haberse pegado la paliza que los alumnos, tenía aspecto cansado:

- Lamento deciros que sois los últimos. Sé que os ha costado y que lo habéis dado todo. El no rendirse también es importante en cualquier tipo de situación. Es por eso que os pongo un cinco, chicos. Pero solo por esta vez. A la próxima quiero que seáis los primeros.- Emily apareció entonces, con la respiración agitada. El profesor frunció el ceño, achicando los ojos. Estaba claro a lo que venía.- Eso es todo. Cerrad la puerta al salir.- les dijo a los otros dos e invitándoles a salir.- Van Dyck. Espero que no venga a protestar por la nota. Es la que es.

Me sorprendí un segundo cuándo Sean dijo eso, pero sólo un segundo: habíamos jugado mucho tiempo con excusas y disimulo. Así que cambié mi expresión a una de indignación hasta que Tabatha y Max abandonaron el aula y la puerta se cerró tras ellos.

En otra ocasión habría sonreído y dicho algo cómo "¿Seguro que no hay manera en la que me subas un par de puntos?" o algo más arrogante cómo "No sabía que ahora había notas por encima del 10." Sin embargo no ese día.

- Sean... - ¿por dónde empezar? Había tantas cosas que tenía que contarle, o que hablar con él. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado? ¿No podía apagar el mundo y quedarme a solas con Sean, sin hacer nada que no fuese disfrutar con el otro? Solté un suspiro mientras me acercaba a él, metiendo la mano en el bolsillo. De él saqué la foto y con ella, sin pretenderlo, su nota. Sonreí al verla. - Muchas gracias. Sin esto no habría sido capaz de moverme del sitio. - le dije levantando la nota un instante antes de guardarla de nuevo. Entonces desdoblé la foto y se la di. - Kegan la ha sacado del registro. - no era necesario que dijese más para que Sean entendiese todo lo que eso implicaba: que Kegan sabía lo nuestro, que cualquiera que viese el registro podía saberlo (potencialmente) y que fuera cómo fuese quien fuera que la había puesto ahí lo sabía también. Y eso era tal vez lo más peligroso, pues no sabíamos quién era ese alguien.