Partida Rol por web

Aquello estaba avanzando demasiado deprisa, aunque, sí, quería divertirme y pasármelo bien, y saber en qué acababa toda aquella aventura, Severus lo quería hacer de inmediato. No era que tuviera objeción alguna, simplemente me dio la sensación de que el muchacho llevaba mucho tiempo esperando aquel momento, y el veneno de la venganza lo había casi consumido.

Podía llegar a entenderlo. Era un auténtico horror vivir siempre a la sombra de alguien que es mediocre, ser eclipsado por habilidades meramente triviales y zalameras. Me sentí identificada con Severus, y empaticé con él mucho más de lo que en un principio creía.

—Lo tienes todo muy bien atado— fue lo único que dije antes de que me diera aquella pulsera.

La examiné con una sonrisa burlona en el rostro, divertida, y enarqué una ceja, alzando la mirada.

—Y, ¿por qué tienes tú algo como esto, Severus?— pregunté, algo ponzoñosa—. ¿Se lo has quitado a alguien, o es que fue tuyo de manera frugal?

Hice un gesto con la mano, quitándole importancia, para ahorrarle la vergüenza de tener que contestarme. Me dijera lo que me dijera, yo ya me había hecho mi historia en la cabeza, y me gustaba pensar, aunque fuera algo triste, que Severus había sido feliz con alguien en algún momento en aquel Colegio. Y que, ahora, todo se había oscurecido en su camino, aunque yo no sabía cuál era el motivo, y ni pensaba preguntarlo. Era curiosa, pero había cosas que tenían una frontera. Yo no la traspasaba.

—En fin— suspiré, fingiendo gran fastidio—. Yo me encargo, amigo— dije, sonriente.

Me levanté de la cama, y me fui directa a la puerta de la habitación.

—Supongo que esto ya está hechizado— comenté, mirando a Severus—. Quiero decir, esto era como una especie de localizador, nos dirán dónde está el que lo lleve, ¿no?— pregunté, desandando mis pasos—. Realmente, eres un mago muy poderoso, Snape— evalué, mirando la pulsera—. Olvídate del dinero. Arregla cosas, pero no otorga el talento— dije, seria. 

Severus no contesté sobre de dónde había sacado la pulsera, siguiendo tu sugerencia.

Se levantó cuándo tú lo hiciste.

- Sí, ya está hechizado. Hazlo cuándo creas más conveniente, aunque si aceptas sugerencias, ninguno de los chicos debería estar ahora en la habitación. Si no siguen en la enfermería, o la tienda de primeros auxilios, estarán en la fiesta. No se pierden nunca una fiesta.

Aparta la mirada cuándo le complimentas, y casi inaudiblemente oyes que dice "gracias".

- Será mejor que salgáis ya de la habitación. No queremos que si alguien os ve piense cosas raras...

Sigues nadando en dirección a dónde las criaturas desaparecieron, aunque con lo rápido que nadan hace rato que no las ves. Te da la sensación de que te estás perdiendo, pues nunca has estado tan hondo en esta zona del lago y no hay nada que te indique que no estás nadando en círculos. Cuando empiezas a creer que tal vez sería una buena idea dar la vuelta o nadar hacia la superficie, notas un tenue brillo en el fondo del lago.

¿Será donde debo ir? Como mínimo es una referencia...

Me encamino a la luz, en guardia pero con ganas de ver que es. Y sigo llamándolos de cuando en cuando. Si resulta que es la casa de alguien mejor que me escuche llegar.

Mientras te acercas te das cuenta de que esa pequeña luz en realidad no era tal: una ciudad entera está a varios (de hecho tal vez un par de cientos) metros bajo tus pies. Nunca habías estado tan cerca de la ciudad de la gente del agua del lago, ya que sabes de sobra que no les gustan los "invasores". Sin embargo por mucho que llamas a diestro y siniestro nadie parece venir a tu encuentro. Raro, tienes entendido (o eso te dijo Elina) que suelen tener siempre patrullas guardando las ciudades.

Llevas tal vez 20 minutos buceando y cada vez a más profundidad, así que empiezas a notar el cansancio.*

No parece abandonada pero no hay nadie...¿Asustados por algo? Quizá por lo del rugido...o eso o están celebrando algo en alguna parte.

Entro a la ciudad, para ver si encuentro a alguien dispuesto a hablar. Aunque seré un invasor, estos normalmente no son capaces de hablar sirenio ni llevan regalos. Espero que cuente.

-¿Hola? ¿Hay alguien?

- Estoy bien, decidida a mejorar un poco para la próxima.- Le digo dándole un abrazo. - A vosotros qué tal ¿Muy bien, no?- Digo sonriendo de oreja a oreja, aliviada por estar en un ambiente tan cercano.

- Se te ve muy feliz ¿Alguna novedad?

Ves movimiento tras una pared y te detienes, prudente. ves unpar de cabezas asomar: gente del agua, pero por su tamaño, deben ser niños. Las cabezas comienzan a hablaer entre ellas y reconoces algunas palabras sueltas:

- Es un humano! Mentira! Habla sireno! No puede ser!

Al final una de las cabezas que se asomaban parece ser empujada por el resto de "niños" y no tiene otro remedio que salir a tu encuentr. Hincha el pecho, para no parecer intimidado, o para parecer mayor.

- Qué quieres? Quién eres?

No sonrío, al menos no lo hago enseñando los dientes ¿Y si lo interpretasen como amenaza? Así que solo me quedo tranquilo, con rostro amable.

-¡Hola! Soy Brad. Perdonad si hablo un poco raro pero hace poco que aprendí sireno. Venía buscandoos, bueno no a vosotros vosotros. Sino a calquier sirena o tritón. Quería pediros un favor, aunque no sé si podréis ayudarme o no...pero bueno, he traido regalos también, para demostrar que vengo sin mala intención.- señalo la bolsa, en la que hay varias figuas de cristal y hielo irrompibles -Y, claro, si me ayudáis yo os ayudaré con lo que sea, si puedo.

Miro alrededor.

-Por cierto ¿Dónde están todos? ¿No tendría que haber vigías?

- Jaja, que nombre más raro, "Brat". No sabía que habùia humanos que hablasen sireno... - dice el chico que tienes delante. Entonces sale otro de detrás de la pared, dirùias que es una chica esta vez.

- El director de ese colegio de magos habla, no te acuerdas de cuando vino hace un par de años a la fiesta de la cosecha? - te parece haber entendido "cosecha", pero parece raro en ese contexto.

- Es distinto. Ese es un humano distinto. - estùan discutiendo olvidùandote completamente, cómo si no estuviese ahí. Entonces un tercero sale de detrás del muro. Es más escuálido que los otros dos.

- Dónde llevas los regalos?

La curiosidad me carcomía por dentro, pero no podía preguntar algo tan íntimo como cómo y por qué tenía aquella pulsera. No podía, ni quería meterle en aquel aprieto. Aunque, siendo sincera conmigo misma, me hubiera gustado que tanto a Zoe como a mí nos diera una pequeña explicación o algún tipo de detalle. Como no lo hizo, decidí hacerme yo mi propia historia, y comencé a pensar que Severus tenía a una chica en mente, pero nunca terminó por declararse, fueran las razones que fueran.

Miré la pulsera cuando Severus me confirmó que estaba ya encantado, y lo pesé en mi mano, como si fuera a sentir su hechizo a través de su peso. Sonreí para mis adentros, y fijé mi mirada en el muchacho.

-A ver qué sale de esto- dije, divertida. Me giré para mirar a Zoe y le pregunté-: ¿Vienes, Zoe?

Me guardé la pulsera en el bolsillo del pecho de la camisa, y comencé a dirigirme hacia la salida del dormitorio, cuando Severus dijo aquello. Rompí a reír al tiempo que asentía con la cabeza.

-Sí, sí, evitemos que se hagan ideas raras- bromeé, alzando un pulgar.

Abrí la puerta, y dirigí una última mirada hacia la habitación.

-Si sale mal, Severus- dije, casi advirtiéndolo-, no me responsabilizo. Yo esto lo hago para divertirme. Tú para vengarte. No confundas tu propósito con el mío.

Me despedí por última vez, y salí del dormitorio, atravesé la Sala Común, y salí hacia el corredor frío y húmedo.

Ensanché la sonrisa, y me dirigí hacia la torre de Gryffindor.

Mientras han estado discutiendo unos con otros, has podido analizarles un poco y recobrar de tu memoria las cosas que sabes.

Las sirenas del lago negro de Hogwarts pertenecen a la familia de los Selkies. Su pies es verdosa y su pelo tambié, y tienne más facciones de pez qe otros. Suelen medir hasta 2 metros incluyendo la cola. Alcanzan la madurez a los 25 años, y viven aproximadamente 150 años. Por el tamaño de los que tienes delante, dirías que tienen entre 15 y 18 años, pre adolescentes en sus estandares, el equivalente a unos 12-14 años en humano. 

Por lo que sabes de las clases, libros y lo que te ha enseñado Elina, son estudiantes y tal vez sólo el más mayor ha salido ya de la colonía para aprender a cazar o alguna otra profesión, en caso de haber elegido una de estas. Puedes deducir entonces que no han visto demasiado fuera de la ciudad, así que tal vez su curiosidad sea buena para ti.

Zoe te alcanza y se coloca a tu lado. PArece nerviosa, con miedo pero a la vez ganas de hacer algo "peligroso".

- Tienes alguna idea ya, de cómo entrar? Planeas hacerlo ahora cómo ha sugerido Sev?

-Los regalos los tengo aquí en la bolsa. Son decorativos. No se me ocurría que otra cosa traer así que hice estos.- se los enseño. -Y no todos los humanos hablan sireno. Pero yo si lo he aprendido. En el colegio creo que solo hay tres que lo hablemos.

Vuelvo a mirar a los lados.

-¿Dónde está todo el mundo? Quería preguntar unas cosas...aunque puede que vosotros las sepáis ¿Me echaríais una mano?

Todos se acercan y se asoman a la bolsa viendo que has traido. Ves que son un grupo de 5 chicos y chicas en toal. Una de las chicas mete la mano y saca una de las flores.

 - Qué es esto? Es bonito.

Todos parecen bastante sorprendidos con los rgalos y los sacan de la bolsa sin pregntzr, observandolos entre "oooh" y "aaaah". No sabes si eso es normal o es que son unos maleducados.

- Es como hielo, pero no es hielo, el hielo se deshace. De donde has sacado esto? Lo has hecho tu?

Parecen muy distraidos, no estas seguro si han escuchado tu pregunta.

-Y es para nosotros? - no de los chicos observa una de las formas con detenimiento y asiente. - Está bien, me gusta. Pero no se que puedo darte yo a ti...  Tenias una pregunta, no? Pues mi regalo a cambio será un favor y me quedo este regalo tuyo.

-Sí, los he hecho yo. Bueno, la mayoría. Alguno es obra de una amiga. Y me parece bien, es un trato. ¿Sabéis algo sobre una competición que hay en el castillo? Una de las pruebas tendrá lugar en el lago ¿Habéis escuchado algo? Bueno, lo que yo venía a pedir es si me podéis echar una mano ese día en la prueba, porque no sé que será. Y no hay nadie mejor que vosotros debajo del agua.- asiento, convencido. -Os lo agradecería mucho. Pero si no podéis, lo entiendo.

- Una competición? Guay! Podemos participar?? Qué se tiene que hacer? Cuándo es?

Una de las chicas le da una colleja al chico que estaba diciendo todo eso.

- No te acuerdas, tonto? El director vino a preguntar y Murcus le dijo que ayudariamos. Bueno, no nosotros, pero otros. Era algo de un tesoro. A que sí, "Brat"? Qué tienes que hacer? Para qué nos necesitas?

-Eso no lo sé, no nos lo han dicho todavía. Supongo que tendré que encontrar el tesoro. Es por eso, porque no sé que tendré que hacer, que se me ocurrió pediros ayuda. Veréis, la competición trata de superar pruebas usando las habilidades y conocimientos que tienen los participantes ¿Sabéis? Por ejemplo, en una carrera el más rápido suele ganar. Así que pensé que si es en el lago, mi mejor habilidad es que yo sé hablar sirenio y los demás no. Aunque mi acento sea muy raro.- río y me encojo de hombros.

-Si puedo convenceros de que me echéis una mano ¿Por qué no intentarlo? Os deberé un favor, claro. No sé, guiarme al tesoro o chivarme si hay trampas y cosas así.