Partida Rol por web

EL agua empieza a burbujear suavemente alrededor del pelo cuando lo introduces en el frasco. Joni lo cierra y lo observáis.

- Tarda un par de minutos en cojer el color exacto, o eso me ha dicho Saana. - explica mientras deja el frasco en el centro de la mesa. Esuccha tu explicación asintiendo - Vaya, que miedo, noche de declaraciones. - dice poniendo una exagerada mueca de asco. - Y se tiene que bailar y todo? Horripilante, me dan escalofríos. Tú con quién vas a ir?

Asiento mientras masco chicle y vuelvo a sentarme con las piernas cruzadas. Mi vista no se aparta del frasquito, ¡cuánto tarda! Quería saber ya si ese bicho era algo raro o extaño o simplemente una rata... No puedo dejar de mover la pierna derecha arriba y abajo, de forma nerviosa. 

- Uf, es horrible, los tíos piensan que porque aceptes ir al baile con él ya tienes que estar loquita por sus huesos... Luego se les queda una cara de imbéciles...-digo, poniendo los ojos en blanco. No aparto apenas mi mirada del frasquito, que burbujea con el pelo en su interior-. Bailar está bien, no suelo dejar la pista en toda la noche-digo, en una fiesta es el único sitio donde puedes estar continuamente en movimiento, por eso me gusta bailar-, aunque a ti no te imagino bailando... ¿allí en el norte sois capaces de bailar y moveros o estáis demasiado ocupados con no congelaros?-bromeo, lo miro y le saco la lengua, después mi vista vuelve al frasquito-. ¿Yo? Ni idea, aún no me lo ha pedido nadie. Los chicos comienzan a hacerse a la idea de que entrar conmigo al baile no significa salir de este conmigo también,ni siquiera significa pasar el baile juntos...-comento, distraída, aunque me río al final. 

- Si es sólo un baile... No entiendo cómo eso puede romperle el corazón a nadie. Y no, no bailamos mucho en el norte. El suelo se congela y nos resbalamos, ya sabes, y con los abrigos y esas cosas no tenemos mucha libertad de movimientos. - te contesta dándote un empujoncito en el brazo mientras se ríe.

- Supongo que si te digo de ir juntos al baile me dirás que no, por miedo a que te congele o algo. Tendré que... - 

corta la frase cuándo el frasquito se arremolina y se torna de un color morado muy oscuro.

- Mira! corre, abre el libro. Los colores liláceos esán por aquí... - dice señalando los post its... Hasta que de repente el color cambia a blanco nieve. Joni mira extranado el frasco y luego te mira a ti - No sé qué... - no llega a terminar la frase antes de que vuelva a rremolinarse y volver al mismo tono morado de antes. - Qué pasa? Has metido mùas de un pelo distinto?

Arqueé una ceja cuando comienza a hablar sobre invitarme al baile, pero se interrumpe. Seguramente ir al baile con Joni sería divertido, sabe de qué palo voy y lo entiende, incluso lo comparte diría yo. No sería una mala opción. Sin embargo, algo mucho más interesante pasaba delante de nosotros, ¡íbamos a descubrir qué animal era ese! Ningún baile podría captar más mi atención que un misterio así. 

Miré el libro, buscando los tonos morados, pero el contenido cambió a blanco para luego volver al morado... 

- ¡No! Creo que eran iguales, vaya... Miremos ambos tonos-sugiero, comenzando a buscar los tonos exactos en el libro-. Lo mismo son dos varios los animales que están allí... 

Joni, sin comprender muy bien que pasa, igual que tú, asiente y te ayuda a buscar en el libro. Tardís un rato en encontrar los tonos exactos, ya que el frasco no deja de cambiar de color cada vez que lo estís comparando. Al final, encontráis el morado exacto.

- Por fin. - suspira Joni - El blanco debería ser más fácil. - pasa el dedo por el libro buscando la información que necesitáis - Al parecer este tono corresponde a pelo de lobo, razas europeas. Tiene sentido lo de las garras y la sangre. Tal vez el blanco es su víctima. Un conejo tal vez?

El blanco os cuesta menos, mucho menos. Sólo hay un blanco, el resto ya són grisáceos. Joni abre los ojos mucho al leer lo que pone en el libro y le da la uelta ligeramente para que puedas verlo mejor.

HUMANO.

- ¿Pero qué coño...?-digo cuando veo ambos resultados. 

Las opciones no eran demasiadas, a decir verdad. Y no sabía cual me gustaba menos. Miré a Joni, para ver cuál era su reacción. Me levanté de la mesa y comencé a dar vueltas por la habitación, estar en movimiento me ayudaba a concentrarme. 

- A ver, a ver... no flipemos...-comienzo a hablar-. Lo mismo es un lobo que ha ido allí... y un humano que ha ido en cualquier otro momento... tal vez es uno de nuestros pelos... cosa que no creo, porque no entramos en esa habitación, y mi pelo es fácil distinguirlo, quizás es un pelo de Donnie, que parece que ha ido por allí...-comienzo a intentar buscar una explicación... ¿lógica? Bueno, tal vez la que menos miedo de-. Eso, o... bueno, hay... ¿hombres lobo?-susurro al final. 

Joni mira el frasco con una expresón muy seria, dónde el pelo se había disuelto pero la poción sigue cambiando de color cada varios segundos.

- O un lobo ha atacado a alguien. Si fuese un estudiante nos habríamos enterado. No se esconde facilmente a alguien malherido, o muerto. Si es alguien de fuera, no sería complicado que los rumores no llegasen. Pero me parece una teoría demasiado rebuscada. Un lobo, solitario, y en una casa humana... No estamos enuna región de lobos, y los lobos atacan en manada... - agita el frasco pensativo.  - Si es un hombre lobo... - no termina la frase, aprece estar pensando al respecto, y algo serio a juzgar por su expresión. - Sea cómo sea, Donnie sabe algo.

Miré confusa a mi compañero, de normal no se acercaba nadie a pedirme nada. Más que nada porque era yo la que solía tener problemas con su material ¡Pero esta vez no! Estaba orgullosa de mi misma. "Caracolas de mar, esta vez no soy yo" Miré de reojo a Ryan, por qué se le veía frustrado ¿Qué pasaba?.- He... Claro, ¡Es tu día de suerte! .-Exclamé despreocupada. Mientras buscaba en mi maletín la otra pluma que tenía por su perdía la que estaba usando, dí un pisotón a mi compañera para que dejase de fulminarlo con la mirada, hasta yo tenía la sensación de que estaba rebuscando sus más íntimos secretos.- Aquí tienes, Michael..-Le tendí una pluma en perfecto en estado, y esperé a que la tomase.- No te preocupes, ya me la darás cuando encuentres la tuya.

Ellen deja escapar un sonoro "Auuu3 ante el pisot´n y se aparta, precavida, antes de que puedas darle un segundo. Murmura algo sobre "ir a buscar algo que se le ha caído muy lejos" y os deja a solas en la mesa. Ryan, al ver eso, tose ruidosamente mirando a Michael, quien acepta tu pluma.

- Esto...gracias, sí. Muchas gracias. - se gira, pero la dura mirada de Ryan hace que vuelva a darse la vuelta. Respira hondo antes de vovler a mirarte - Seguro que ya te lo han preguntado otros, y ya tendrás a alguien, pero... Te gustaría ir al baile conmigo? - dice de carrerilla antes de sonrojarse.

Doy vueltas por la habitación, no se muy bien cómo sentirme en ese momento. La posibilidad de que hubiese un hombre lobo daba miedo, pero a la vez era tan... ¡emocionante! 

- Claro, un lobo no puede ser, ¿cómo entra un lobo ahí? ¿solo? sería muy raro, no, no lo veo, y tampoco creo que se haya comido a nadie, hubiésemos encontrado restos humanos o algo así, ¿no? Por lo tanto, la opción más... real puede que fuese la de los hombres lobo, ¡hombres lobo! ¡Aquí! Qué fuerte, joder, licántropos... ¡qué miedo! ¿no? Bueno, no es miedo, miedo, sino miedo de guay, de cosquilleo en el estómago y nervios... ¡ay! ¿Te imaginas? ¡Ahora tenemos que averiguar quién es el licántropo! O al menos ver quién lo sabe, o ver qué sabe quien lo sabe, ¿no? Así que tenemos que hablar con Donnie, pero no sé si él dirá algo... ¡hay que sacárselo!

Comienzo a hablar de forma acelerada y atropellada, de un solo tirón.

- Y cómo pretendes abarcar el tema? tú le conoces mejor que yo, pero por lo que he visto y por la manera en la que se te acercó la otra vez, no creo que esté dispuesto a hablar.

Ver que Ellen se alejaba me hizo sonreír levemente, esta chica era rarita... ¿Pero yo era la más indicada para decirlo? Negué y sonreí a mi compañero- De nada, esta vez tuviste suerte... Normalmente suelo perderlas -Comenté a la par que asentía. Al ver que se iba a ir, hice un amago de volver a mi trabajo, pero se quedó en eso. Un amago.
Michael me habló con la velocidad del rayo, pero conseguí entender todo- Por Merlín... Pues veamos, dejame pensar...-Había conseguido ponerme nerviosa, pero intentaba ocultarlo- Menos mal que me lo dices... Me veía yendo con mi gato.- Reí con nerviosismo y retiré la mirada hacia mi pergamino-Claro... Estaré encantada de ir contigo.-Lo miré y Sonreí. Pese a mi color de piel, se podía notar en las mejillas una leve sonrojez.

La expresión de Thomas es de clara sorpresa, y rápidamente cambia a una sonrisa que le ocupa toda la cara.

- En serio? O sea, quiero decir... gracias...por querer ir conmigo...  - dice apartando la mirada y rascandose la nuca nervioso - Te esperaré en la entrada del gran comedor, vale? - 

Se aleja y Ryan le suelta una colleja y discuten en voz baja. Al final Ryan se rie y le hace una presa con el brazo mientras le da un capón con la otra mano. Ellen vuelve y se coloca a tu lado, apoyando los codos en la mesa y mirándote con una sonrísa pícara.

Unos días antes del baile...

Recorro con un dedo la linea de los hombros y la clavícula de Susana hasta llegar a su cuello. Allí topan con una cadenita dorada. La sigo lentamente hasta llegar a lo que sujeta, una pequeña medalla casi en la unión de sus pechos.

Se trata de la imagen de un ángel, aunque sé que no es cristiana. Puede que lo lleve simplemente porque le guste. La parte de detrás es ancha y lisa.

-Siempre llevas esta medallita.- en estos momentos es lo único que cubre su cuerpo desnudo. -¿Me la dejarías unos días? He escuchado sobre algo llamado "encantamiento protéico". Si la encanto correctamente aparecerá en ella escrito lo que yo escriba en otro lugar. Y al revés...lo que escribas tú, aparecerá allí. Así nos podremos comunicar sin que nadie lo sepa. Solo se calentará, y como la llevas pegada a la piel, notarás el mensaje de inmediato.

Suelto la medalla y me coloco sobre ella, llevando mis labios a sus rosados pezones. Dejo pasar unos momentos en silencio mientras juego con ellos.

-Así nos podríamos ver mucho más. Hoy, por ejemplo, si no me arriesgo a venir...no tenías manera de decirme que tu marido estaba de viaje otra vez.- subo a su cuello, mera parada antes de llegar a sus labios de nuevo -Sería genial poder estar contigo a diario. Y no solo por la maravilla sexual que eres. Si vengo más podremos hacer más cosas que solo follar. Aunque folalr es maravilloso.

Lentamente la penetro de nuevo. Muy lentamente esta vez. Ahora no es sexo salvaje, es "hacer el amor". O asi llaman. Es follar lento, el amor no tiene porque hacerse mediante el sexo, es otra cosa...a veces unida.

Ver una foto suya con su marido, en la que a ella se la ve contenta al principio pero molesta casi al momento porque él le hace más caso al periódico que a la cámara, me molesta. Ese idiota...lo que desperdicia. Ella sería muy feliz conmigo. Y lo será.

-¿En qué piensas cuando tu marido te lo hace?- siempre que vuelve de viaje, casi como un trámite más, practica sexo a su esposa. Una hora en la que, al menos mi ego lo dice así, la somete a un aburrimiento mortal duarante el que debe fingir. -¿Logra excitarte? ¿Te gusta lo que te hace? ¿finges con él? ¿Y conmigo?

Mantengo el ritmo, lento, profundo, desesperante.

Tras unos días de estudio y una relajante sesión de "modulación fonética" con Flavia, especial incapié en las letras "A", "O" y "M", saco el colgante mientras ella duerme en mi cama, desnuda a mi lado.

Me concentro, es la parte más importante, y golpeo con la varita.

-Geminio.

Y logro una copia absolutamente perfecta del mismo.

-Así se hace.

Me alivia no haberlo estropeado. La siguiente parte, más compleja pero sin peligro, me sale correctamente. No tan brillante, pero bien. Compruebo que funcionan y sonrío, guardándolos en mi mesilla.

Despierto a Flavia con el round 2. Solo imaginar que ahora podré comunicarme sin problemas con susana me ha puesto a tope. Suerte que Flavia está ahí.

Aunque me vaya a quedar sin almohada a base de mordiscos.

La noche siguiente, salgo del colegio para ir a su casa. Invisible y desilusionado, claro.

¿Estará sola?