Partida Rol por web

Jack traga saliva, sin duda pensando en su hermana. 

- Por lo que habéis dicho, se los llevaban, pero no les atacaban. Verdad? Tenemos que contar entonces con que los tienen captivos por algun motivo. Si quisiesen...- matarlos - hacerles daño, lo habrían hecho ahí mismo. - razona cómo el Ravenclaw que fue. 

Mira a su alredeor. Tiene a su cargo a una panda de adolescentes, algunos casi más fácil de llamar críos, y tiene que protegerlos. Por otro lado, es posible que sean los únicos estudiantes libres para hacer algo respecto a lo ocurrido.

- Tenemos que organizarnos. Hay que hacer saber al director y al Ministerio lo que ha ocurrido. Tal vez no sea demasiado tarde. - tiene una idea, una idea que cómo el adulto responsable que es no debería proponer, pero cómo el Ravenclaw lógico que fue... - Irina. Eres metamorfomaga, igual que mi hermana. Hasta qué punto puedes hacerte pasar por otra persona? Puedes parecer más mayor? Es peligrosos y sospechoso mandar a un estudiante o a un profesor a hogsmade. Por lo que sabemos podrían haber atacado o tenerlo vigilado. Pero una turista o una bruja que pasaba por casualidad...

- No puedes estar proponiendo eso... - dice Remus enfurecido... Está pidiéndole a Irina que se juegue el pellejo por todos ellos? Y una mierda!

Te acercas al barco con cuidado. hay varias personas en la cubierta, pero ninguan parece estar realmente vigilando. Seguramente dan por sentado que nadie puede hacerles nada en medio del mar. Eso y tu conjuro hacen que te acerques a los ventanucos sin problemas. Ahí es cuándo tienes que concentrarte de verdad.

Los ventanucos son pequeños, pero confías en que siendo delgada y flexible cabrías por ellos. Sin embargo colarse por ahí será mucho más sencillo si no estuvieses volando en una escoba mientras el barco se balancea en el mar.

En una gala de habilidad y piruetas que te habría conseguido un trabajo estable en cualquier circo de piruetas, te cuelgas por las rodillas de tu escoba mientras te agarras al ventanuco. Te asomas para ver, aliviada, que no hay nadie a la vista. Por suerte para ti los cañones están en posición de descanso (es decir, alejados de la ventana), así que puedes empujar tu cuerpo hacia dentro. Con cuidado y acrobacia, metes tu cuerpo hasta quedarte sentada el el ventanal. Con cuidado coges tu escoba con una mano y la metes contigo, para despues dejarte caer de espaldas.

Estás dentro.

Y ahora... qué?

Escuché las palabras de Zoe, y me gustó ver la determinación en su mirada. Cuánto había cambiado. La conocí como una muchacha silenciosa, con talento, pero sumida en la sombra, prefiriendo pasar desapercibida, que demostrar lo gran bruja que era. Y, ahora… confiaba en ella más que en nadie. Tanto en Zoe como en Severus.

—Yo tampoco sé qué haríamos— respondí, calentándome las manos al fuego—. De hecho, no sé si habrá final para nosotros una vez nos encuentren.

Temía que nos llegaran a liquidar, tanto los de un bando como los de otro, por no haber ayudado. En aquel momento, no tener bando era peor que tenerlo. Al menos, una podía contar con amigos en algún sitio. Pero tal y como habíamos decidido posicionarnos en aquella contienda, no éramos amigos de nadie. Formábamos como un tercer bando casi neutral, y algo egoísta.

Miré a Severus en cuanto comenzó a hablar, y me encogí de hombros ante sus primeras palabras. No le iba a llevar la contraria. Yo no conocía a ese tal Señor Tenebroso más que lo había oído de pasada por algún sitio. Nunca despertó mi interés, y esperaba que no lo hiciera jamás.

Bufé por la nariz en cuanto comenzó a hablar de las familias, y miré a Severus con la ceja alzada y una sonrisa burlona.

—Mi padre ha tenido siempre la habilidad de ponerse bajo el árbol que más sombra daba— dije con veneno—. Y mi hermano mediano ha aprendido de ese don. Mi hermano mayor ha pasado bastante de eso, pero no sé qué estará pasando en el Ministerio, por lo que es lo que más me preocupa. Pero, ¿quedarme sin familia? Severus, por favor, he estado toda mi vida sin familia.

Lo dije sin tapujos y sin miramientos. Éramos casi ya adultos, y aquella situación nos convertía ya en tales. No iba a dejar que los sentimentalismos me debilitaran o pudieran llegar a hacerlo. Mi familia, ahora, eran ellos dos. Si me dejaban ellos, sí que no sabría qué hacer.

—¿Y tú, Snape? ¿Y tu familia? ¿Por qué bando tirará?— pregunté, curiosa. 

No creo que los magos monten un campamento submarino...cerca de uno para los tritones si. Pero estarán arriba. Supongo.

Subo a la superficie, para ojear el lugar a ver si algo me orienta. Procuro que no se vean los Gryndillows y solo salir yo, ya que soy invisible.

Por unos instantes crees que has perdido el rastro por completo, puesto que no ves nada. Sin embargo, justo antes de darte por vencido, ves algo en el horizonte, en mar abierto. Es pequeño, minúsculo, apenas un triangulo oscuro entre la línea que separa mar y aire... No sabes muy bien lo que es aunque puedas hacer conjeturas, pero es lo único que no te concuerda en el paisaje aparentemente vacío de cualquier otra presencia.

En el mar...va a ser un marrón pero no puedo obligarlos a ir por ahí. Eso sería cruel...

Les hablo en sirenio.

-Chicos...llevadme al final del río, nada más. Después os volvéis ¿Ok? intentad esperar donde el agua sea más dulce.

No sé si me entienden...o si me harán caso...pero no cuesta nada intentarlo.

Ya en el mar, toca nadar hasta llegar allí o que me canse*.

Los Grindylows te llevan en la dirección en la que quieres ir. Notas el agua tornarse salada cuándo te salpica en la boca y sabes que es hora de soltar a las criaturas antes de que se enfaden.

Tienes una condición física muy buena, pero no tanto. Tras unos minutos te das cuenta de que el punto del horizonte se mueve, con lo que no puede ser algo estático cómo una isla. Y se mueve más rápido que tú.

Severus suelta una corta carcajada, despectiva a la vez que resignada.

- Mi familia... Supongo que estoy en la misma situación que tú, London. Lo más parecido a una familia es lo que tengo en Hogwarts. 

Sigo anonadada por lo de Peter... Quién lo iba a decir, tan pegado al culo de James y Sirius y acaba sirviendo a los mortífagos... 

Escucho al hermano de Mia y noto como la adrenalina me sube ¡Sin lugar era una misión importante! Siempre me gustaba ser útil y correr riesgos, a no ser que se tratara de lagos y seres acuáticos. Al ver la reacción de Remus me pongo detrás de él y le abrazo por la cintura, apoyando mi cabeza sobre su hombro. 

- Si que puedo transformarme en persona mayor, descuida.- Contesto. -Lo haré, Remus... Quizás sea nuestra única esperanza de hacer llegar la noticia al director y al ministro.- Pienso unos segundos en lo que esto conlleva, era mucha responsabilidad. Si fallaba no me lo perdonaría. Aunque quizás Dumbledore, con lo listo que es, se percate pronto de que algo no cuadra en su marcha. - ¿A quién le hago llegar el mensaje en Hogsmade?- Pregunto, decidida. 

Vale, vale... estoy dentro... estoy dentro...

No sabía cómo lo había hecho exactamente, pero estaba dentro del barco... Joder, desde luego que había nacido para el quidditch... 

Si salgo de esta, me planto delante de todos los equipos del mundo y hasta que no me cojan por lo menos en uno no paro...

No sabía cuanto me quedaba del hechizo de invisibilidad, la escoba por lo menos se podía camuflar, el hechizo era más reciente. Me coloqué al lado de la puerta y pegué la oreja a esta para ver si podía escuchar si había alguien al otro lado o si alguien se movía. 

Suspiro al ver que al menos Anne ha entendido la intención con la que había dicho mis palabras.

-Aquí hay cajas viejas con tornillos... Tal vez un buen golpe entre todos hiciera que se rompieran y podamos raspar estas cuerdas hasta romperlas. Sí, salir de aquí sería un tema aparte pero... Si vamos con cuidado podríamos conseguirlo...

Doy un par de patadas a una vieja caja:

-Qué me decís? No se me ocurre nada mejor. Siempre que les cojamos de uno en uno tendremos ventaja...

Escuchas el crujir de la madera del barco, pero ya está. No parece haber nadie alotro lado. O si lo hay, no habla o se mueve.

Remus parece ir a protestar, pero Jack se acerca mientras todos miran a Irina con cierta admiración.

- Irina, lo más importante es tu seguridad. Si alguein descubre o sospecha algo, vuelves lo más rápido posible. Necesitarás parecer más mayor, que no crean que eres estudiante. Diría que te pongas el pelo rubio oscuro o castaño claro, algo común. Intenta parecer lo más común que se te ocurra, que si alguna vez te describan no tengan rasgos reconocibles. Entiendes a lo que me refiero?

- Ve al Cabeza de Puerco. El dueño es un hombre mayor y hosco, se llama Abberforth. Dile que yo te envío, y explícale todo lo que ha ocurrido. que no te ogia nadie más, no sabemos en quién podemos confiar, y sobretodo en un local cómo el suyo... Podrás hacerlo?

Parece que no hay nadie... Por lo que me decido a salir, abriendo la puerta muy lentamente. Mi objetivo es encontrar a mis compañeros y a partir de ahí... ya iríamos viendo. 

Voy andando pegada a la pared, en silencio en la medida de lo posible, buscando dónde pueden estar encerrados.

Tal y como lo dice, lo hago; me transformo en una señora de unos 37 años, con el pelo rubio oscuro y algo canoso, arrugas treintañeras y párpados caídos, como si de una mujer cansara se tratara. Me hago algo más bajita y cambio mis ojos a unos color miel a la vez que me hago los labios más finos y un hoyuelo en la barbilla. 

- Entendido, sé donde esta cabeza de puerco. Pero, por favor... Cuidad de Inuix.- Digo mirando a Jack y después a Remus. 

Al salir ves al instante que estás en un pasillo muy largo, demasiado largo para que no hayan encantado el interior del barco. Está bien ilumado y ves que hay una intersección más lejos. A tu derecha hay tal vez media docena de puertas, a tu izquierda ninguna. No ves a nadie en los pasillos.