Partida Rol por web

Vale...vale, vale ¡Y una mierda vale! Hay mucha gente aquí...como me pillen, a tomar por culo...tengo que llegar hasta el centro, hasta Mia y el resto.

Entrar por la cubierta, sin ser invisible, descartado. Me quedan dos opciones...la menos arriesgada, a mi parecer, es la que trato de llevar a cabo. Me desplazo por el agua, lentamente para no hacer ruido o llamar la atención, hasta estar bajo una de las troneras y me impulso para subir por ella*.

Una vez dentro, aguardo en silencio a que se me acostumbren los ojos a la oscuridad y...sobre todo...a ver si ha sonado alguna alarma y acude alguien corriendo.

Arrugué la nariz ante el comentario de Severus, y miré a Zoe cuando también había intentado dar con los polvos Flu.

—Bueno, vale— dije, sarcástica, poniendo los ojos en blanco—. Qué listo eres, Severus— aunque esto realmente lo pensaba.

Suspiré, y me volví a rascar la nariz. Me la noté fría, y pensé en lo mucho que echaría de menos mi cama mullida y calentita para dormir cuando nos fuéramos de aquel lugar a hacer la guerra… o a no hacerla, lo mismo daba.

Seguí a Severus y a Zoe, y entrecerré los ojos al sentir en la cara el frío. Me abrigué un poco más con la capa que había hecho transformar Snape, y escuché sus palabras, mientras asimilaba un poco cómo funcionaba aquello de la Red Flu.

En mi casa no se usaba mucho, pues se consideraba algo bastante sucio, y no me imaginaba a mi padre poniéndose dentro de la chimenea del salón, diciendo el lugar al que iba, y rodeándose de llamas. Aunque hubiera sido divertido. No, él se aparecía. Por supuesto. Como el gran mago que era, iba a donde quería y cuando le apetecía. Mi hermano James estaba deseando poder hacerlo también cuando aprobara el examen. A mí me daba bastante igual, ciertamente. Bueno, en realidad, tenía miedo de terminar vomitando cada vez que me hubiera aparecido, por eso no le presté tanta atención. Quizá, debería de haberlo hecho…

Miré las huellas que íbamos dejando en la nieve, mientras Severus seguía hablando, y tragué saliva con dificultad cuando dijo aquello de aparecerse.

—Yo no sé aparecerme, así que tendré que cogerme de ti, Severus— las palabras salieron de mi boca antes de que mi cerebro pudiera pararlas. Parpadeé un par de veces, escandalizada en mi interior por lo que había dicho, y me sentí totalmente estúpida—. O de ti, Zoe, de ti— me apresuré a añadir.

Carraspeé con la garganta, sintiendo mi cara al fuego, y me alegré de encontrar un nuevo tema de conversación.

—Dinero muggle… no creo que sea difícil. Seguro que con él sí que podemos hacer el Accio con éxito— dije, entusiasmada—. Lo suelen tener en los bolsos o dentro de un bolsillo del pantalón. Tienen papel con números y monedas, también— describí de lo que poco que sabía por lo que me había contado mi hermano Charlie un día que había intercambiado dinero muggle con el mágico—. Será divertido. 

Veo como se marchan esos hombres -lo cual podría hacer que sospecharan más- y miro de nuevo al hombre a los ojos. 

- Señor, Hogwarts ha sido atacado por mortífagos... Me envia Jack Darcy a hablar con usted. El director se marchó esta mañana junto a la profesora Mcgonagall y han aprovechado eso para entrar en Hogwarts. Al parecer, hay enemigos dentro de la escuela. Los mortífagos han matado a mucha gente y siguen ahí... No sé... No sé que habrá pasado con mis amigos. He visto a muchos muertos...- Después de decir todo esto, noto lo desgraciada que sonaba y una lágrima me resbala por la mejilla y cae en la barra, en la cual me había apoyado. 

El hombre te mira con seriedad. No parece que le afecte nada de lo que has dicho. Despues te seãnala de arriba a bajo.

- Quítate ese ridículo disfraz. Estás malgastando energía. Sígueme. - te dice mientras cierra la puerta de la posada con magia.

El hombre no se detiene o mira atrás a ver si le sigues, asumiendo que no vas a protestar, y no tienes otro remedio que casi correr para alcanzarle en las escaleras.* Subís al piso de arriba dónde imaginas que a veces se deben quedar algunos viajeros, pero no a menudo. Más bien parece la casa del hombre. En una pared hay un retrato de una chica joven con mirada algo triste que os observa.

- Ese estúpido de Albus, le han engañado cómo a un cerdo llevado al matadero. - murmura entre dientes mientras se sienta.  - Y ahora el idiota de Darcy y un puñado de alumnos tienen que arreglarlo. 

Se vuelve a levantar y saca la varita. conjura entonces un patronus, una cabra, y habla con ella.

- Albus eres un idiota y tu colegio está en manos de los mortífagos ahora. No me extrañaía que ya lo supieses e intentasen negociar contigo a cambio de tus queridos estudiantes. Mueve tu pálido culo aquí ahora mismo. - la cabra sale entonces volando por la ventana y se pierde en el paisaje invernal. Te mira entonces. - Sabes hacer patronus, niña?

Aliviada dejo mostrar mi verdadero yo. 

- Ufff...

Sigo confiada a ese hombre, aunque miro a los lados para ver si alguien nos observaba. Lo ocurrido en Hogwarts había hecho que me volviera paranoica. 

Al ver el retrato y la tristeza reflejada en los ojos de la niña pienso que Aberfoth debe ser una persona depresiva o que le gusta ver a la gente pasarlo mal. Eso hace que mi confianza se esfume pero si el hermano de Mia confiaba en aquel hombre de ojos tan familiares para mi, yo no tenía más remedio que intentarlo.

No me gusta lo que dice de Dumbledore pero me sorprende cuando le envía un mensaje por patronus con tanta confianza y grosería. De la sorpresa casi ni me entero que me había preguntado algo a mi. 

- ¿Qué? ¡Ah! Sí... Si que sé hacer un patronus. 

- Bien, bien. - dice acercándose a tí. - Corpóreo? Si sabes hacer patronus corpóreos, apunta bien dentro de tu cabecita lo que acabo de hacer. Usar los patronus cómo mensajeros debo admitir que fue una buena idea por parte de mi hermano. No pueden ser interceptados por ningun tipo de magia oscura. Sólo necesitas conjurarlo, decir lo que quieres que transmita y a quién. Fácil eh? Albus no tardará en aparecer, o más le vale. Cómo te llamas niña?

- Si salimos vivos de esta...-respondo a Donnie-, joder, si salimos de esta, os beso a todos-respondo con una risa nerviosa. No puedo evitar comportarme así ante esta situación, ante el miedo.

- De acuerdo, de acuerdo...-una vez los he soltado a todos, comienzo a dar vueltas por la habitación, nerviosa-. Yo también tengo un hechizo térmico aplicado-contesto-, pero salir nadando de aquí es una locura, ni siquiera estamos en el lago, estamos en el mar, Donnie-le cuento al chico-. Podemos... buscar una red flu de emergencia... tiene que haberla, ¿no? Tenemos que encontrarla y cuando estemos todos, salimos...-comienzo a trazar-. Nos vendrían bien un par de varitas por lo menos, en caso de que necesitemos defendernos... También tenemos que sacar a Joni de aquí. Además, él puede saber cosas y ayudarnos.

No quería pecar de mártir, pero si tenían una distracción (como por ejemplo yo misma ante los mortífagos) sus posibilidades de escapar crecían exponencialmente. Y no tenía ningún interés en que murieran por mi culpa, por lo que la opción más óptima era ir yo a por la varita mientras ellos escapaban. Y Mia... Mia se había metido en un atolladero impresionante. ¿Cómo, de todos ellos, la “sangre sucia” era la única que se había preocupado por salvarnos? Si bien Mia era realmente valiente, la acción llevada a cabo por ella en esa situación podría, perfectamente, calificarse de temeraria. —Mia, te tomo la palabra. Tengo una idea, que podría funcionar... Si usas un hechizo desilusionador sobre alguien ágil o sobre ti misma podemos robar una varita o dos sin que los mortífagos se den cuenta... Y si nos hacemos con dos varitas o más ya no estaremos en tanta desigualdad si “escapamos” y ellos no se dan cuenta de que les faltan las varitas... Sin embargo —continué hablando, tomando mi barbilla entre el índice y el pulgar—, podemos pasarnos la varita y tratar de realizarnos un hechizo desilusionador cada uno con la varita. No creo que suceda nada extraño si tomamos la varita prestada unos segundos... Otra alternativa es que os sirva de distracción. Será más fácil que escapéis si el foco de atención está en otro lugar, y os recuerdo que mi varita está doblemente asegurada. Además, no creo que buscar a Joni sea buena idea... Quizá sea uno de ellos.

- Me... Me llamo Irina Arkho, señor.- Le responde boquiabierta a Aberforth. No me esperaba para nada una lección de clase mientras todos mis compañeros estaban en peligro mortal. Cuando menciona a Dumbledore la esperanza y el entendimiento vuelven a mi.- Sí, corpóreo. Su hermano debe ser muy inteligente, a mi no se me había pasado ni por la cabeza.- Le digo, intentando alagarle familiarmente. La verdad es que no tenía ni idea de quién sería su hermano y no creía que fuera un buen momento para hablar sobre árboles genealógicos.

- ¿Entonces dices que Dumbledore no tardará? - No me salía llamar por su nombre de pila al director del colegio, como hacía Aberforth.- Yo necesito hacer algo, no puedo quedarme de brazos cruzados mientras mis amigos están en plena batalla en Hogwarts. Ojalá estén todos bien... ¿Vendrá el director aquí directamente?

Inspiro profudamente, intentando pensar:

-Vale, Mia, tienes razón, estamos en el mar... ¿Pero has venido volando no? Sólo necesitariamos kedarnos en algún lugar que no se mueva para que puedas ir a buscar ayuda con tu escoba -Entonces pensé en quien podría ayudarnos, en este estado e imaginándome lo que podría haber pasado en el colegio no tenía ni idea -O tal vez no haya ayuda que buscar...

Entonces el plan de Aelia me pareció más sensato, aunque peligroso igual:

-... Yo... Yo podría ir contigo Mia. O con quien fuera. Si vamos dos personas será mejor que sólo una, y se me da bien hacer que no me vean... -Apreté fuerte las manos detrás de mi espalda. Estaba temblando de miedo. Nunca nos habíamos enfrentado a un peligro tan... "real". Las pruebas eran una cosa, pero esto era algo distinto, no iba a haber luces de peligro, ni una enfermera esperando al final. Podíamos morir... Joder Irina... ¿Estarás bien? ¿Y que hay de Ellen? Había sido muy buena conmigo...

Al parecer no se "accionaban" ningunos polvos flu. Puse una cara de decepción y miré a Snap. Asentí a todo lo que dijo.
Salí de esa granja con la cara de pena. Se estaba bastante bien ahí dentro, pero era momento de salir. Fijándome en mis pisadas sobre la nieve dije -Hacia el Caldero Chorreante, pues.- mientras me tapaba bien.
Me presionaba un poco la idea de tenerme que "aparecer" con London, ¿Y si no me salía bien? Buenos, debía empezar a creer más en mí misma, así que sonreí a London. Ella siempre me ayudaba y era muy buena amiga.
-¿robar a muggles? Sí. Suena divertido.- dije sonriente, a pesar del que no me sentía nada positiva.

Severus no parecía tan entusiasmado con la idea cómolas chicas, pero la verdad era que rara vez se le veía entusiasmado con algo. Recordábais el día que os pidió colar aquella pulsera en el dormitorio de los chicos Gryffindor cómo la única, o una de las pocas, que parecía emocionado con algo.

Hogsmade tiene un aspecto tranquilo, ajeno a lo que acaba de ocurrir en Hogwarts seguramente. No veis gente por la calle probablemente por el mal tiempo, pero si luces en muchas casas.

Al entrar en Hogsmade intentáis buscar una casa con polvos flu junto a la chimenea sin acercaros demasiado, pues no queréis que haya huellas sospechosas por todo el pueblo. Resulta una tarea complicada entre la distancia, el tiempo y las cortinas, pero London no tarda en dar con una casa perfecta: Hay un saco de polvos flu colgado junto a la chimenea, indiscutiblemente, y por el aspecto de la casa sus habitantes deben estar fuera. No hay luz en ninguna habitación y parece que la chimenea se utilizó ayer, pero no hoy.

Pero no es lo único de lo que os habéis dado cuenta. También véis a dos figuras encapuchadas salir del oscuro pub Cabeza de Puerco. No parecen demasiado contentos cuándo la puerta se cierra detrás de ellos. Parecen discutir unos segundos en voz baja. Uno de ellos parece haber propuesto algo que al otro no le ha gstado nada, pero al primero le da igual. Empieza a caminar hacia Las Tres Escobas, el único otro lugar en Hogsmade dónde tomar algo, a pesar de que su compañero intenta detenerle. Al final, el segundo hombre desiste y ambos entrar en el otro pub del pueblo.

- La Red Flu está controlada por el departamento de Transporte mágico. No creo que un barco con esas velas se molesten en registrar nada en el ministerio... - dice Anne sin demasiadas esperanzas.

- ¿Qué clase de distracción tienes en mente, Aelia?

- No creo que seamos capaces de hacer eso, Aelia. Que una varita responda a un mago que no es su dueño ya tiene complicación. Que responda a 6 mientras nos la intercambiamos no parece demasiado prometedor. Probablemente los hechizos se rompan o descontrolen si empezamos a pasar la varita de mano a mano. Cuándo alguien consiga una varita, que la pruebe, y si le responde, que se la quede. No queremos una explosión de magia de una varita confusa...

Deberíamos darnos prisa. Podía aparecer alguien en cualquier momento. O llegar a neustro destino.  ¿Entonces cuál es el plan? ¿Mia y Donnie van en busca de Joni y algunas varitas, Aelia crea una distracción cuándo estén, y huimos mientras tanto? Aunque aún no hemos decidido cómo huiremos... - A Ryan se le ocurrió algo absurdo, algo que era mejor que nada, pero esperaría a ver si alguien salía con una dea mejor.

Aberforth suelta una carcajada.

- Sí, muy listo es Albus, sí. Y más le vale aparecer pronto. El colegio es su responsabilidad, no la mía. - Aberforth te mira unos segundos. Finalmente se levanta y se va de la habitación sin decir nada. Unos segundos después vuelve con una jarra de galletas. - Toma. Estás paliducha, niña. Come algo.

No creo que Mia debiera andar por el barco, es un blanco al que no dudarían de deshacerse si la vieran, es más, no se ni como nosotros seguimos aquí.

Hablamos de distracciones, tal vez deberíamos quitar las varitas a varios de ellos, eso sí, tal vez cuando vengan a ver como estabas podamos sorprender al que aparezca o aparezcan, pero lo de usar a alguno de nosotros de distracción creo que no sería lo correcto. Es más, si al final le pasara algo a alguien no me lo perdonaría si yo me encontrara huyendo mientras el resto lucha.

Cuando hablamos de distracción, ¿No sería más fácil hacer algo de fuego? Si conseguimos que el barco comienze a arder desde varios puntos distintos, creo que puede ser la distracción segura para poder escapar, ya que incluso ellos se tendrán que dividir si no quieren perderlo. ¿Qué os parece?