Partida Rol por web

Diane y Ellen llegan justo a tiempo a la clase, corriendo y exhaustas, apenas un minuto antes de que la profesora haga acto de presencia.

Donnie tiene mejor cara que esta mañana, seguramente se ha echado una siesta esta tarde (cosa también deducible por las marcas de la almohada en su cara, seguramente no hace más de un par de minutos que se ha levantado). 

La profesora llega, puntual cómo un reloj, y cierra la puerta tras de sí. Podéis ver que es la subdirectora, quién se encargo de dirigir la selección.

- Soy la profesora MgGonagall y soy vuestra tutora en transformaciones,  y cómo ya sabréis, subdirectora del colegio. Mi clase no es el patio de la escuela. Es una clase seria e importante y no quiero distracciones o chiquilladas. Eso supondrá una pérdida de puntos. Ahora, no perdamos más el tiempo. Página 6. 

La profesora hace unas filigranas con la varita y las palabras empiezan a aparecer en la pizarra.

- Las transformaciones no son hechizos que creen o destruyan, sino que cambian las propiedades del objeto hechizado. Éste no es necesariamente un objeto inanimado, pues puede ser un ser vivo, por ejemplo. Por supuesto, cuánto mayor el cambio más complicado. Por eso mismo comenzamos la clase con las transformaciones básicas: Engorgio y Reduccio. 

La profesora hace volar desde una estanterías lateral unas copas que se sitúan delante vuestro. 

- Engorgio. - dice con un movimiento fluído y voz clara mientras apunta a una de las copas, haciéndola crecer hasta el doble de su tamaño. Después apunta a una segunda copa. - Reduccio. - el movimiento es más seco que el anterior pero sigue más o menos la misma dinámica. La copa se encoge hasta la mitad de su tamaño. 

Justo después la profesora hace volar el resto de copas hacia las mesas dobles. 

- Os toca.

- Qué bien te orientas, Diane. - susurra Ellen a Diane casi sin aliento mientras saca sus cosas - Creía que nos perderíamos en el bosque... Pobrecito el gnomo que hemos visto, ¿eh? Deberíamos pedirle algo a la enfermera, pero tal vez sabrá que hemos estado en el Bosque... Uy qué mal.

Te parece que Ellen y Diane susurran algo de un gnomo y el bosque prohibido...

Mi mayor preocupación ahora era que nos habían visto un gran número de personas en los jardines, y entre ellas estaban Aelia, Dharma y el chico malo... Agité la cabeza intentando alejar ese pensamiento ¿Por qué debía preocuparme? ¡Ellos ni siquiera eran mis amigos! O quizás sí, pero de una forma tan diferente, cómo que me veía incapaz de compartir ciertas cosas con ellos, por lo que evitaría el tema y sonreiría.

Corriendo entré detrás de Elle en clase, mis ojos viajaron hacia la profesora y segudo de eso mostré una cariñosa sonrisita. Sin dudarlo me senté en el pupitre mientras atendía a cada una de las explicaciones de la profesora, cuando ella acabó dándonos paso a la práctica miré con una sonrisa a mi compañera.-¿Lo dudabas? ¡Soy una completa exploradora! Aunque confieso.. Que no estaba segura.-Susurré mientras tomaba mi varita, jugando con ella al principio.-Yo iré, no te preocupes, soy experta en... Confundir a la gente, tendrá tantas cosas en la cabeza, que no sabrá para que necesito las cosas.--Asomé la lengua divertida.

Tras eso busqué el hechizo en la hoja marcada y tras leerlo un millar de veces, me separé un poco de la mesa y haciendo los mismos movimientos que la profesora, con la misma  elegancia y gracia, pronuncié de forma clara.- Engorgio .-Vi cómo el objeto cambiaba y mis ojos chispearon llenos de ilusión, sacándome la más sincera de las sonrisas en toda la mañana. Miré a la Subdirectora buscando la aprobación. Tras eso volví a agitar la varita, pero esta vez no sé que pasó, creo que mi pronunciación no fue la correcta.- Reduccio ~-Mis ojos se abrieron completamente, estaba asustada pues algo raro pasaba.

La profesora asiente a Diane con satisfacción con su primer intento.

- ¡Wow! ¡Genial Diane! Y decías que eras una patosa... ¡Ahora lo intento yo!

Sin embargo Ellen no consigue ninguno de los dos hechizos. Y se rasca la barbilla pensando en qué hacer para mejorarlo.

Sonreí contenta a la profesora, para después mirar a Elle sin poder evitar reírme al ver que le pasaba cómo a mí en el segundo hechizo. Mi copa había hecho algo así, cómo un intento de llegar a más, pero se había quedado en eso, vaya si se había quedado en eso, tanto que solo tintineó dejándome cómo una tonta.- Creo que... Sola presencia te distrae, Elle... ¡Soy magnífica! Una diosa de ébano ~-Bromeé divertida mientras tomaba de nuevo mi varita, antes de volver a realizar el hechizo leí el mismo y recordé los movimientos de la profesora."Reduccio, Reduccio. De manera clara y segura..." me repetí mentalmente antes de llevarlo a la práctica. Estirando el brazo apunté con la varita la copa y pronuncié lo mejor posible la palabra, moviendo la muñeca.-Reduccio-¿Lo había conseguido? ¡Era toda una genia! ¡Una super genia! Di un saltito ilusionada. No es que me saliese de diez, yo era sabedora de eso, pero al menos había funcionado. Miré a Elle sonriendo, asomando la lengua entre los labios.-Funcionó, eso genial... ¡Es super genial! Se lo contaré a mamá cuando le escriba.-Comenté riendo. Tras eso tomé aire, volviendo a hacer mover la varita, pero esta vez cambiando la palabra.- Engorgio.-¡Vaya timo! ¡Qué engaño más grande! Inflé los mofletes y crucé mis brazos sobre el pecho ¿Qué era aquello? ¡Ni siquiera se había dignado a brillar un poquito o a tambalearse! En su lugar, se quedó estática tal cual roca. Negué con la cabeza.- Conocí piedras que se movían más que tú..-Musité a la copa, para después mirar a mi amiga indignada.

- Tiene que ser eso, sino no lo entiendo... ¡Que no me sale esto! Aver, intentémoslo de nuevo...

Su Reduccio es completamente inefectivo, cómo el tuyo, y Elle te sonríe con esa complicidad de dos personas estancadas en el mismo problema. Sin embargo conigue que con el Engorgio su copa se haga el doble de grande.

- ¡Yuhuuuu! ¿Has visto? ¡Qué guay!

Se fija entonces en que Donnie no ha hecho nada aún y le da unos toquecitos con la varita.

- Yo que tú no me dormiría en esta clase, que esta profe se ve estricta....

Me apunté mentalmente preguntarle a Diane y Ellen sobre ese gnomo en el bosque prohibido, tal vez... sí.
Me centré en la clase

-Vale, adelante... -Imité los gestos de la profesora- Engorgio!
Y se hizo la magia! La copa empezó a crecer, no tanto como la de la profesora, pero se podía ver que era más grande
-Bien... -sonreí levemente, aún estaba un poco... cansado, pero esto me estaba alegrando -Allá vamos otra vez -volví a imitar a la profesora recordando lo que había hecho- Reduccio!
Y volvió a funcionar, disminuyendo el tamaño hasta como estaba originalmente
-Vaya vaya... se me da mejor de lo que pensaba... -miré a Diane y a Ellen, parecía que aun se les resistia- Venga chicas, si lo he podido hacer yo... -y les sonreí esperando que les animara.

Me sentí bastante ofuscada cuando a Donnie le salieron directamente ¿Cómo lo había hecho? Quizás es que no tenía afinidad con mi varita ¿Y si el hombre se había equivocado y mi varita me odiaba? Abrí los ojos completamente, pero después me relajé, soltando un suspiro.-Veamos... Energía positiva, energía positiva. Donnie me da energía positiva ~-Canturreé divertida. 

Me separé de nuevo, mirando mi varita.-Yo sé que no nos llevamos demasiado bien, pero debes entender... Que juntas pasemos muchas aventuras. Por una vez... Podrías hacerme caso ¿Si? Solo por esta vez.-Sí, yo hablaba con mi varita ¿Loca? Tal vez, pero... ¡Era mi mundo! Coloqué la copa en su lugar.- Concéntrate, Diane.-Tardó varios minutos, pero cuando se consiguió evadir de todo lo que la rodeaba, movió la varita con un grácil y elegante aivén a la par que pronunciaba el primero de los hechizos.-Engorgio.-Las palabras salieron claras y suaves. No había sido un grito, más bien un susurro. El objeto empezó a cambiar de manera casi perfecta, mis ojos brillaron con gran ilusión, sin poder evitarlo di un saltito y busqué la mirada de la profesora para ver si estaba bien. La verdad es que... Quizás no era idéntica a la de la profesora, pero tenía su gran parecido, sí sí. ¡Un poquito más y sería realmente perfecta! 

-Otra vez.. Venga, Diane, un poco más.-Sin mirar a mis compañeros, porque si no me distraería, volví a sacudir la varita. Usando los mismos suaves movimientos, cuidándolos y mimándolos.-Reduccio.- Apunté la copa y tras eso vi como esta se encogía de manera casi perfecta, cómo el anterior. Una sonrisa reinó mis labios, mientras dejaba que la profesora calificase mi último intento. Yo creía que estaban bastante bien ¡Y ante todo! Había hecho las paces con mi varita.

Mia, ¿Y si hacemos los deberes mientras esperamos? Eso que nos podemos quitar de encima y luego ya tenemos el resto de dia libre.

Nos despedimos de Irina y comienzo a andar junto a Dean.

-¡Ah, sí! Los deberes... vale, podemos ir a la biblioteca a hacerlos, ¿qué te parece?-pregunto con una sonrisa.

La profesora sigue alrededor de la clase viendo a todos practicar. 

- Tenéis 15 minutos más para practicarlo y después quiero haceros un test. Si el resultado es satisfactorio conseguiréis puntos para vuestra casa.

Me parece bien Mia, es más, a lo mejor conseguimos aprender algún conjuro nuevo para que Irina vea lo que se ha perdido - digo guiñando un ojo.

Motivado por el buen resultado del principio, decido continuar.
-Concentración... Engorgio!
Volví a conseguir agrandarlo, y con la emoción lo hice otra vez, y cuando iba a hacerlo una tercera, se quedó igual. Me hice creer a mi mismo que cuanto más grande fuera más me costaba aumentarlo... más.
-Vamos a devolverte a tu tamaño normal copita... Reduccio!
Fue genial, tres veces seguidas y la dejé más pequeña que al inicio. Parecía ser que no se me daba tan mal esto como pensaba...
Entonces me vino a la cabeza mis entrenamientos con Ira... tal vez habían tenido algo que ver... o tal vez eso nos ayudaría a avanzar más rápido!

A Donnie parece dársele de maravilla, atanto que la profesora toma nota de sus últimos Reduccio en un pergamino mientras asiente satisfecha.

En ese momento Diane hace un Engorgio que se le va de las manos y la copa empieza a crecer de manera irregular e inestable. Ellen mira la copa con miedo y le grita a Diane.

- ¡Hazle un Reduccio, rápido!

Miré la copa asustada, soltando un gritito. Di un paso atrás, cómo queriendo escapar, aquello me recordaba a cuando había intentado hacer crecer un poquito las plantas y se habían vuelto del tamaño de gigantes. Sujetando la varita con fuerza -Pero muy temblorosa.- Volví a mover la varita.-Re...Reduccio-Al ver que no servía mi rostro empalideció. "¡¡Dios mío, dios mío" Miré a la profesora, después a la copa e imité el gesto nuevamente, pero otra vez pasó igual. Ahora sí estaba asustada, hice un puchero decepcionada y enfadada, di unos pasos atrás. Quería alejarme, estaba asustada y en ese estado era incapaz de hacer bien el hechizo.

La profesora interviene justo antes de que la copa parezca llegar a su cúspide de inestabilidad y la devuelve a su tamaño original.

- Vaya con cuidado... 5 minutos.

-Lo siento profesora, McGonagall. Estoy nerviosa.. Y no puedo hacer el hechizo correctamente.-Me encontraba triste, muy triste. Aún así volví a tomar mi varita con decisión, dos veces intenté lanzar el dichoso hechizo, pero parecía que estaba destinada a fallarlo, al menos por hoy.-¡Repámpanos! Pero qué pasa... No sé cómo hacerlo, siempre fallo.-Froté mi nariz un par de veces, en un gesto de nerviosismo, para después volver a repetir el hechizo.-¡Engorgio!-Esta vez el movimiento fue suave y seguro.-¡Ahora sí! Esta vez sí ~ -Di un salto, sonriendo a mi grupo -Elle y Donnie.-

Vi que a Diane finalmente pareció salirle bien y le devolví la sonrisa.
-Bien hecho Di.