Partida Rol por web

Al igual que Migue, caminaba en silencio y encogido de hombros tras el profesor, no quería empeorar la situación con Snape para los Gryffindor, que Chris me mataría, además no podía pensar en una escusa para defenderme, lo que era extraño ya que el buscar excusas era una de mis especialidades. También había escuchado el grito de auxilio proveniente del bosque pero le había ignorado a primera instancia pensando que solo había sido mi imaginación. Sólo le tome interés cuando mi compañero advirtió del par de alumnos que se había adentrado al bosque prohibido y, en una actitud osada e irresponsable, quise seguir el juego y fui tras ellos.

Atravesamos la penumbra del bosque, liderados por Snape, hasta estar nuevamente bajo la luminosidad parpadeante de los faroles. Los carros, que en los últimos años habian sido mi transporte desde Hogsmeade hasta Hogwarts, y viceversa, y que eran movidos por algunas extrañas criaturas invisibles, yacían ahí pacientes y a la espera del grupo de estudiantes. Me dirijo uno de los carros a la par de Migue, no sin antes dirigirles a Christian y Sophie una mirada de arrepentida culpabilidad.

Poco antes de entrar al carruaje el Slytherin me detiene, pidiendo de vuelta la extraña pócima que había puesto en mi manto en el bosque hace rato. Ahora que veía mejor al chico, bajo la luz de los faroles, podía denotar algo diferente en el, no podría decir que era en ese momento, pero ciertamente tenía algo fuera de lugar. 

-Ah claro, toma, habia olvidado que la tenía- Saque el frasco del bolsillo de mi pantalón y se lo aviento con un ligero movimiento de mi mano. 

Ignore eso, igual no quería preocuparme de nada más por esa noche. Ahora mismo solo pensaba en llegar al castillo, anhelaba por la buena fe que le tenia Cristian a Dumbledores y que esté, tan comprensible y sabio como solo él, se apiadara de nosotros. Además, esperaba llegar alfín a nuestra sala común, esperar la reprimenda de Cristian por mi mal juicio, para luego ser recibido por mis compañeros de casa y al final todos reírnos de lo sucedido mientras nos tomamos unas tibias cervezas de mantequilla junto a la chimenea.

Si había una palabra para describir a Sophie en aquel momento era, sin lugar a dudas, enfado. Sophie estaba completamente callada, con la vista fija en la nada, como si estuviera en otro mundo completamente distinto. Apenas le dirigió una mirada de reojo a Chris, pero sin llegar a decir nada. Sólo cuando llegó al carro guardó la varita en el interior de su túnica, y cuando su mano pasó a estar libre, sus nudillos se notaban blancos por la tensión a la que habían sido sometidos los segundos anteriores.

El panorama me parece dantesco, por el conjunto de situaciones, unos enfadados, otros preocupados por las consecuencias y parece que no veo a muchos de los presentes con la madurez de aceptar sus propias decisiones. Ya sea por preocupación o porque escuchan voces no veo un exceso de dignidad en general en el ambiente eso o esconden muy bien sus emociones igual que yo y si me tengo que preocupar.

Subo al segundo carruaje tranquilo y sin alterarme lo mas mínimo aunque por dentro estoy demasiado expectante y no me permito el lujo de mostrar ningún tipo de emoción que no sea calma.

Entrando en el segundo carro me siento en el primer asiento a mi alcance.

No importa en el carruaje que se sentaran, Snape estuvo todo el viaje observando a cada uno con una mezcla de decepción y molestia. Aunque la poción que preparó el Señor Auditore, el cual había consumido, captó brevemente su atención. En otras circunstancias le hubiese dado 15 puntos a su casa por preparar una pócima similar.

Pronto, el carruaje se detiene frente a Hogwarts, al parecer no estaban tan lejos como creían de la escuela. Antes de entrar en el Gran Salón, Snape os detiene en su antecámara.

- Espero que esto no vuelva a pasar, os estaré observando a todos.- Su advertencia también recae en los prefectos, para acto seguido abrir las grandes puertas.

El Gran Salón es una sala enorme que con un hechizo consigue que su techo muestre el cielo que haya en el exterior en ese momento. Se divide en cinco mesas: cada casa tiene una, más la de los profesores tambien le adornan velas que levitan por todas partes, un espectáculo único sobre todo para los de primer año.

Más cerca de las puertas del Hall de entrada está Slytherin, luego Ravenclaw, Hufflepuff y, junto a la pared más alejada, Gryffindor. Los maestros se sientan en la Mesa Alta, una mesa en una plataforma elevada al frente de la sala.

Evan Miller está de pie frente a la mesa de Slytherin y Pendergast F. Mason frente a la mesa de Hufflepuff. El sombrero seleccionador está ahora mismo sobre la cabeza de la pequeña Alice. Los ojos de todos se clavan en ustedes.

Las puertas de roble del Gran Salón se abren, atrayendo la mirada de todos los presentes. Severus Snape camina seguido de los jóvenes valientes que decidieron adentrarse en el bosque prohibido. Dumbledore se levanta de su asiento interrumpiendo el proceso de selección. Con pasos lentos pero firme, se pone ante el atril y comienza a hablar.

- Buenas noches, alumnos. Me alegro ver que todos estáis a salvo. Me siento profundamente decepcionado con la idea de que alguno de mis estudiantes hayan entrando aún sabiendo las normas.- Un carraspeo se escapa de su garganta dañada.- Todos, salvo los prefectos, serán castigados y sus casas pagarán por ellos. Menos veinte puntos para cada uno. Deberían ser más, o incluso ser expulsados, pero no lo haré. Agradezcan que hoy es un día tan importante. Por favor, tomen asientos en sus respectivos bancos y coman. Deben de estar hambrientos. A los prefectos, por su valentía les concedo quince puntos a cada uno. Por cierto, no he pasado por alto su situación señorita Baudelaire. Ha llegado a tiempo a pasar por el sombrero seleccionador. Adelante.

Christian asiente mientras se acerca a Tate y camina junto a él hacia la mesa de los Gryffindor, más concreto al lado de su hermana Iris y Artemis. 

- Venid aquí, ahora mismo.- Murmura Evans hacia Migue e Ismael, parece bastante furioso por haber perdido tantos puntos.

Pendesgast saluda a su hermana con un abrazo, ha estado muy preocupado por Sophie. En el oído le susurra algo.

- Nathael Malfoy ha dado un discurso improvisado para proteger tu imagen y la de Ravenclaw.- Te murmura en oído para que nadie más lo escuche.- Me alegro que estes bien hermanita.

Observar a que Snape y los otros estudiantes desaparecidos entran en el Gran salón, ese escándalo te permite seguir a Nathael. Él no ha esperado a la prefecta, como había asegurado, sino que se dirigió a uno de los baños de la primera planta. Justo en el que cambiaste tu túnica mojada.

No entras pero puedes escuchar susurros procedentes de su interior. Es pársel.

Christian interrumpe la conversación entre su hermana y Artemis. Un suspiro se escapa de sus labios al sentarse, junto a Tate. 

- ¡Chris!- Iris se echa a sus abrazos apretándolo con fuerza.- Estaba tan preocupada...

El mayor le devuelve a su hermana el abrazo, disfrutando de su calidez cierra los ojos. Estaba bastante preocupado de que algo malo le pasase a Iris o a cualquiera de sus compañeros de casa.

- Sólo ha sido un paseo por el bosque, ¿Verdad, Tate? Bastante tranquilo.

- ¿De verdad?

- Te lo prometo, pequeña.- Asegura abriendo los ojos y volviéndolos hacia Artemis.- Gracias por cuidar de mi hermana, estaba tan preocupado. Siento lo que pasó con Sophie, he hablado con ella muy seriamente. No volverá a ocurrir. Y tú...- Sus ojos se vuelven hacia Tate, esperando una explicación de su parte.- Tuve miedo por tí, ¿Sabes? No te preocupes por los puntos, esos son recuperables pero tu vida no lo es. Si te hubiese pasado algo, pesaría sobre mi conciencia, ¿Lo entiendes?

Puedes pertenecer a Gryffindor, Donde habitan los valientes.

Su osadía, temple y caballerosidad
Ponen aparte a los de Gryffindor.
 

Puedes pertenecer a Hufflepuff,
Donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
De verdad no temen el trabajo pesado.
 

O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
Si tienes una mente dispuesta,
Porque los de inteligencia y erudición
Siempre encontrarán allí a sus semejantes.

O tal vez en Slytherin
Harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
Para lograr sus fines.

- ¡Hola, Alice! Mi nombre es Pendergast, aunque todo el mundo me llama Gast.- Se presenta el prefecto de tu nueva casa.- Te prometo que aquí te sentirás una más, ¡Voy a presentarte a los más importantes! Mira ves ese chico atlético de allí.- Con su dedo señala a un chico mayor, casi de último año.- Es nuestro jugador estrella en Quidditch, se llama Dean. Ganamos todos los años la copa de Quidditch. Aquellos dos...- De nuevo, señala a dos chicos asiáticos sentados juntos que charlan sin parar.- ¡Son unos terremotos! Alexander no se parece en nada a su hermano Evan, te lo aseguro. 

- Tienes suerte pequeña, estás en la mejor casa para ir aprendiendo a tu ritmo.- Comenta el chico del cabello rosa.

- Hola, soy Hyun. A veces doy clases de ayuda a los alumnos de primero que se encuentren perdidos. Si me necesitas, no dudes en preguntar.

El prefecto se marcha de tu lado raudo, su hermana acaba de llegar.

Tranquilo Chris, no ha sido nada, no es como si me hubiera... ¡Oh diablos! ¡Lo hizo! - cayendo recién en cuenta de lo ocurrido.

Bueno al menos nadie resultó herido y eso es lo importante, igual hubiera regresado al carro si tu me lo hubieras pedido. En cuanto a cuidar a Iris y a los demás miembros de la casa, eso no es molestia, sino todo lo contrario. - le respondona Chris pensativo. 

Luego miro a Tate y algo confundido decido hacer la pregunta que tenía en mente.

¿Y tu cuando bajaste no te vi allí? - pienso mientras hago un esfuerzo por aclarar mi mente, pero con el encantamiento sobre mi me resulto imposible ordenar mis ideas al menos de momento.

Por cierto Chris hay algo de lo que quiero hablar contigo, algo muy importante y puede que te enfades, pero prefiero hacerlo ahora antes de que la cena termine.

¿Te importaría acompañarme un momento al hall para poder hablar en privado? - pregunto un tanto nervioso.

¿Pársel? ¿Nathael sabe pársel? ¿Y por qué lo habla en un cuarto de baño? No lo sabía, pero eso no iba a impedirme el pasar a tratar de animarle. Quizás fuera bueno que me marchase o algo así... El pársel era algo malo en sí, sobre todo cuando no sabía para que lo iba a usar... ¿Debería comentárselo a alguien? No lo sabía, pero... En esa situación, si iba a realizar algo peligroso, tenía que intentar convencerlo.

- Nathael... ¿Estás bien? Tu música me preocupa... Háblame por favor. - Dije, llamando a la puerta, pero estaba con temor... ¿Qué haría con el pársel? ¿Estaría haciendo algo malo? ¿O sólo deseaba que nadie le entendiera? Esperaba que solo fuera esto último... 

Jaure estuvo viendo como iba transcurriendo la selección de las casas de sus compañeros con atención, no tenía claro donde quería estar y realmente tampoco le importaba mucho. - Creo que con estar en Hufflepuff o Ravenclaw para coincidir al menos con Marcus, Abi o Alice me valdría, al menos para no estar solo en una casa sin ningún amigo. Pensaba mientras esperaba ansioso su turno.

De pronto las puertas se abrieron de par en par interrumpiendo la selección y dando paso a una entrada de un profesor con unos alumnos a su espalda. No entendía que había pasado, alguno de esos alumnos le sonaba de haberles visto en la estación pero no pintaba bien la cosa, Dumbledore se puso de pie con cara de pocos amigos, empezó a dar un discurso y a quitar puntos a las casa de los alumnos que al parecer se habían adentrado en el bosque prohibido. Cuando terminó dio paso de nuevo a la continuación de los alumnos que faltaban por asignar casa. - Mi turno!

- Veamos que tenemos aquí... Comenzó diciendo el sombrero. Podría colocarte en Ravenclaw, no eres ni el más inteligente y por descontado tampoco el más sabio pero pareces dispuesto a aprender cuanto puedas... Otra opción sería Gryfindor... pareces osado y valiente pero descuidado y precipitado diria yo... Que tal en Slytherin? No, creo que no cumples ninguna característica de esta casa. Pero por el contrario eres leal y solidario con tus compañeros y amable por lo que observo. Te voy a poner en... Hufflepuff!!!!!!!!!

Me levante feliz por la decisión del sombrero sobre mi casa, me dio pena no poder estar con Marcus en Ravenclaw pero al menos había tenido suerte de coincidir en la misma casa que Abi y Alice. Asi qué me levante de un salto de la silla, y baje las escaleras en dirección a mi mesa para unirme a los que iban a ser mis nuevos compañeros en la escuela. 

Migue estaba angustiado, si, angustiado era la palabra idónea. Su amigo siempre había tenido esa clase de actitud ante la vida, pero ahora se había puesto en un terrible peligro y no parecía tomar consciencia de aquello. No le gustaba en lo más mínimo, además algo había allí de inusual.

Entró al gran salón rojo como un pimiento, mezcla de rabia y vergüenza. Para colmo de males el director les quitó cuarenta puntos, realmente no era nada con respecto a la falta pero en cantidad era algo enorme. Normalmente no dan la mitad de eso a un buen discurso de apertura y como agravante habían enfadado a su jefe de casa, por no hablar de Miller.
Migue se decidió a mentir al prefecto, hacerse el idiota. Al menos así se quitaría el estorbo de encima lo suficiente como para poder recuperar los puntos y que no le hiciesen imposible la vida.

Lo peor, lo más terrible, era que al muchacho la copa de las casas jamás le había importado demasiado. Claro, como a todo estudiante le gusta la idea de ser reconocido y "ganar" algo pero nunca le había sido tan importante como ahora. Sabía que los fundamentalistas e idiotas obsesivos le harían saber a cada instante que aquello había sido su culpa.
Afortunadamente ya se encontraba en quinto año, un año ideal para ganar puntos.

Se acercó a la mesa con la mirada clavada en el suelo, haciendo cálculos mentales para estimar cuanto tardaría en solucionar el agravio.