Partida Rol por web

1 de Septiembre

El andén nueve y tres cuartos es el andén del tren desde el cual los estudiantes suben al Expreso de Hogwarts, la máquina de vapor escarlata que lleva a los estudiantes hacia y desde Hogwarts. Se puede acceder caminando directamente a través de la barrera aparentemente sólida entre los andenes nueve y diez. Eso es algo que todos los magos y brujas saben, incluso los de primer año, aunque si sus padres son muggles puede que estén algo perdidos. Pero tranquilos hay un guarda parado justo afuera de la entrada, para regular las entradas y salidas del andén, el cual siempre ayuda a los de primer año.

Se encuentran en la estación de King's Cross en Londres, por lo que muchos han tenido que coger aviones u otros vehículos muggles para llegar allí. Un momento, ¿Qué hora es? ¡Quedan cinco minutos para que el tren salga! Al parecer, la emoción ha despistado a varios alumnos pero no importa, solo deben montar en el tren a tiempo. 

Una vez cruzada la entrada oculta, podrán ver una gran oleada de estudiantes emotivos despidiéndose de sus padres y amigos. Es el momento de que ustedes hagan lo mismo y monten al tren. Entre tantas personas es casi imposible distinguir a nadie entre la multitud, quizás haya más suerte dentro del tren.

Hogwarts les espera.

Vagones:

1. Hyun 

2. Dulce 

3. Dakota Tonks

4. Liz Thomas

5. Cielo Lovegood

6. Evan y Alexa 

7. Aristoteles y Alexander  

8. Nina lovegood

9. Hermanos Weasly

Restaurante: - Nathael Malfoy

- Dean Thomas

- Li y Cheryl

¡Artemis, te echamos mucho de menos! Este será mi último año en Hogwarts por lo que quiero exprimir la experiencia al máximo. Mi hermana y yo estaremos en el vagón 9-A, por si te quieres pasar por allí.

C.W.

Ese mensaje llega a tu télefono justo antes de montar al tren.

Ismael llevas todo el verano desaparecido, Alexa y yo te hemos echado mucho de menos. Idiota, más te vale aparecer por el vagón 6-B.

- Tu prefecto 

Ese mensaje llega a tu teléfono justo antes de montar al tren. 

Tu hermano está tan emocionado como tú, parece que cada vez que entráis en ese andén fuese la primera vez. Pendergast te mira sonriente, ilusionado por vuestra nueva aventura. Pero un mensaje te llega al móvil interrumpiendo el momento.

Te invito a una cerveza de mantequilla en el vagón 10. Ven sola.

- N. M.

¡Hoy era el día! Iba a poder ir a Hogwarts, pero la emoción había sido tal que tuve que tocar algo de música para relajarme, y sin querer el tiempo ha pasado un poquito de largo... Ahora era todo el rato corriendo para intentar evitar perder el tren, avanzando rápidamente por los andenes antes de pasar por la pared mágica al parecer, siendo como si fuera a chocarme contra una pared de ladrillos junto a mis padres, pero por suerte solo era una ilusión.

La música cambió, pudiendo ver a la gente y mucha música resonando, bien fuera nerviosismo, tristeza y alegría mezcladas en una música bastante interesante de ver, pero mis padres no me dejaban ver y escuchar ese concierto. Ah cierto, que tenía que entrar en el tren. Mis padres también portaban esa música. - No os preocupéis, estaré bien y será un gran concierto alegre. - Dije con alegría mientras me subía, teniendo la ayuda de mis padres para subir el baúl con mis cosas. Una vez hecho eso, pasé a ir saludando con la mano, hasta que pronto el tren empezó a partir, pasando pronto a dejar de ver ese concierto.

- Uhm... ¿Abi estará por aquí? - Me pregunté, empezando a ir rebuscando entre los vagones en su busca, arrastrando el baúl en sí. La chica me había caído bien, y tenía curiosidad de ver por donde estaba, o si tendría unas nuevas músicas con el ukelele. ¿Habría club de música en Hogwarts? Esperaba que sí. 

Hay tanta gente que en principio te cuesta encontrar a alguien, hasta que una persona te golpea sin querer con su hombro. Es un chico mayor, rubio con los ojos azules. Este al ver que te ha dado para en el acto.

- Lo siento, voy con tanta prisa que no te he visto.- Una enorme sonrisa está impresa en su rostro.- Joder, llego tarde a mi cita.- Murmura mirando su reloj de muñeca, su rostro te suena ¿De qué? ¿De donde?- Ya nos veremos pequeño.

Tras decir eso se va deprisa, golpeando a más gente por el camino, parece que va rumbo al vagón 10. Las personas murmuran a su paso mientras lo observan de reojo, un apellido suena en bocas de todos: Malfoy.

El verano ha sido realmente intenso, si algo especial tiene mi familia es que todos los días tienen algo distinto y especial pero en el fondo debo reconocer que echo de menos volver a clase.

Llevo mis maletas listas para volver a clase, Hugo mi hurón está junto a mi en mi hombro sujeto con un lazo para que no se aleje mucho y no sufra un accidente en caso de que le de por alejarse y jugar, hay muchos peligros que el pobre animal no es consciente de ellos por muy adiestrado que esté porque es un animal un poco bastante inquieto y juguetón.

Con mis maletas paseo por la estación recto y orgulloso entre la gente mirando mi móvil en un par de ocasiones que me paro, saludando amablemente a todo el que veo de mi casa, con una gran sonrisa subiendo en el Vagón 6-B.

Entre mi paseo por la estación paso activamente cerca de los dos hermanos y en uno de los momentos que le dedico mi "atención" a Hugo le guiño el ojo a mi querida mascota, justo para que para el mundo sea a mi mascota pero que los hermanos puedan verlo y saludarlos.

Con un mensaje al móvil poco después en uno de los parones mientras me exhibo, nos vemos pronto.

El vagón 6 está repleto de personas, a tal punto que apenas se puede pasar tranquilamente. Nathael Malfoy pasa tan deprisa por tu lado que apenas has podido pararte a verle, lo único que te ha llamado la atención es que va directo hacia los vagones de números más altos. Quizás al vagón restaurante. Pero eso no importa, lo importante es que cuando entras al vagón Evan Miller se abalanza sobre tí pasando su brazo por tus hombros y te despeina.

- ¡Mira Alexa, quién ha venido por fin!- Ríe escandaloso, puedes sentir como realmente se alegra de verte.

Alexa está más calmada que él pero aún así te mira con esa sonrisa cariñosa que solo os dedica a los dos. Despacio, se levanta y deposita un suave beso en tu mejilla.

- Me alegra mucho que hayas venido, Ismael. Te echábamos de menos...- Comenta la chica sin dejar de sonreír.

Cuando llego hasta el vagón de Evan y Alexa tras dejar mis maletas abrazo a Evan primero, Siento la tardanza prefecto, te lo compensaré con una buena pinta. Le comento divertido guiñando el ojo a mi prefecto.

Después abrazo Alexa, después de un verano sin verte estas mucho mas guapa, lastima que pase un verano sin verte.

Evan se ríe complacido, su lado narcicista sale a la luz cada vez que alguien lo llama por su título. Alexa te corresponde el abrazo complacida, aceptando gustosa tu alabanza. Desde luego, no son los amigos más humildes, pero aún así un fuerte vínculo os une.

- Lo sé.- Añade, para alejarse de ti y sentarse en uno de los asientos de terciopelo verde. Hace un gesto para que te sientes a su lado.

- Prefecto... este es mi último año. Casi parece que hace nada estaba con ustedes haciendo el tonto en los primeros años.- Evan comienza a mirar por la ventana algo distraído, parece que su reflexión es más para si mismo.

- No te pongas melancólico, no te pega nada.- Alexa golpea con el pie a su amigo con una sonrisa traviesa.- Quiero que me contéis vuestro verano, o mejor, ¿Algún cotilleo? Seguro que el señor prefecto sabe algo que nosotros no...

- Bueno, hay algo pero... He prometido no contarlo hasta esta noche.- Añade algo dudoso si debería hablar o no.

- ¡Venga dí algo! Somos de tu misma casa, no vamos a contarlo...

- No puedo decir qué es, pero el prefecto de Gryffindor y yo hemos llegado a una "tregua" y hemos planeado algo...

- Ohmf. - Dije al sentir el choque con el hombro de alguien, que me sonaba pero no mucho. El chico se paró, pasando a disculparse, y podía escuchar una música refinada alegre de él, con toques de violines. Estaba contento, bastante al parecer. Sin embargo, antes de poder decir nada, se fue, y pronto escuché las palabras del resto y fruncí el ceño. Malfoy... mi padre me habló de ellos, pero su música no era cruel ni dañina. Ni siquiera orgullosa en ese momento, y se había disculpado. 

- Bueno... Donde la música me lleve. - Dije, pasando a seguir en parte mi camino, buscando a Abi. No quería llegar a fastidiar a Malfoy después de que se parase a ver como estaba después de chocar conmigo. Quizás luego me pasara por ese vagón en busca de algo de beber y comer, pero primero era encontrar a Abi, y tratar luego de encontrar un vagón donde pasar el tiempo de viaje hasta Hogwarts.

Judith, la vieja que acompañó a la niña rechoncha hasta la entrada-pared del andén se mostró tan inexpresiva como siempre, pero Abi igualmente le dio las gracias, y un abrazo muy cariñoso. Sonrió mucho mucho, tomó carrerilla, y...

¡Hahahaha! ¡Lo conseguí! Se sentía absolutamente intrusa, perdida, ya echaba un poco de menos a su madre y a su abuela, ¡y estaba muy muy emocionada! ¡Acababa de atravesar una pared! Su aventura había comenzado definitivamente, oficialmente, y había dado su primer paso en el camino de la magia, literal y metafóricamente. Se agarró a las tiras de su mochila para sentirse segura entre el gentío, y lo observó todo con admiración. Cierto que una vez atravesada la pared era una estación de tren bastante normal... ¡solo que no lo era! ¡Era mágica! ¡Abi era mágica!

Los cinco minutos se hacían exquisitamente interminables para ella. Se fue paseando de un lado a otro bien agarrada a su mochila, impaciente, expectante, y todo lo demás. Y además aquí no habrá niños malos, pensó la muy ilusa mientras se paseaba con esto en la espalda:

 ¡Y además sobresalía el clavijero de un ukelele por encima!

Subió al tren con un saltito de... de... ¡de muggle! Primero iba a sentarse en el primer asiento al lado de la ventana que encontrara, pero luego pensó en los siguientes alumnos, no tendrán que caminar tanto si me pongo yo al final. Pero tampoco tuvo tanta paciencia como para llegar al último vagón, y llena de prisas cosquilleantes se sentó por el medio, abrió la mochila-hamburguesa, sacó una libreta llena de purpurina y pegatinas de Steven Universe, lápices, cerró la mochila, la dejó a sus pies, y se puso a dibujar. Verla era todo un espectáculo rítmico: levantaba la cabeza, la luz chocaba contra sus gafas de abuela, contenía la respiración un momento, bajaba la cabeza, dibujaba unas cuantas líneas firmes mientras dejaba escapar el aire, y repetía el proceso.

Una versión caricaturizada en 2D del tren iba apareciendo pacientemente en el folio, llenando de juguetes nuevos al rostro de Abi. Y de repente levantó la cabeza, ¡y Marcus había aparecido! ¿Habrá aparecido con magia? Lo saludó con la mano del lápiz, ¡Hola, Marcus! Sonreía mucho. ¡Ya estamos en el tren!

El cuanto leyó el mensaje, se giró hacia su hermano con una sonrisa.

-Te veo luego, ¿vale? -comentó- Me ha surgido un pequeño problemilla y es mejor que lo solucione cuanto antes... ¡ve buscándonos un hueco en el 4 o el 5! -aconsejó, alejándose con una pequeña risa.

Tan rápido como pudo, se dirigió al vagón 10.

La sección 5-B está vacía, pueden sentarse libremente. Una mujer, de aproximadamente 40 años, empuja un carro lleno de golosina y chucherías mágicas: Ranas de chocolate, tarta de melaza, gragea de sabores, Rock cakes, caramelos de limón, zumo de calabaza, galletas de cario y varitas de regaliz.

¡Un verdadero banquete, al alcance de sus pequeñas manos!

- ¿Quieren algo niños?- Pregunta la mujer amable.

Tu hermano asiente confundido, pero no te detiene.

- ¡Pero nos vemos al bajar del tren!- Te grita antes de que desaparezcas.

Nada más entrar en el vagón restaurante te sientes algo agobiada, ¡Está lleno de estudiantes de Sexto y Séptimo! Li y Cheryl de la casa Slytherin están sentadas al fondo, pero no te han visto. Dean Thomas intenta pedir desesperadamente algo en la barra pero está tan atestada de personas que le llevará un rato. Por sorpresa una cerveza aparece frente a tu rostro. Nathael Malfoy está justamente frente a tí con esa sonrisa de lado que tantas veces has visto.

- Ten, está fría.- Dice extendiéndola para que la cojas mientras camina hacia una mesa libre.- ¿Qué tal tu verano Sophie? Imagino que bastante ocupado, debido a que no me has escrito ni un solo día...

"Al fin! de regreso a Hogwarts" Era en lo único que pensaba en el momento que entre al andén y observe al gran tren que se alzaba en frente de mi cual gigante, rojo y humeante. Llegue al lugar solamente acompañado de mi equipaje, como había sido los últimos 3 años.

Tras facilitarle el equipaje al encargado de estos, echo una mirada a los alrededores del andén y me adentro entre la abarrotada multitud y la humeante atmósfera que era producida por la vieja locomotora. Quería intentar encontrar a alguno de mis amigos, como a Hyun, el asiático cuatro ojos y uno de mis mejores amigos, o a Aristoteles mi compañero de curso, que a veces se le podía encontrar junto a su hermano menor, e incluso a Artemis con quien tenía ciertos intereses en común aunque de formas diferentes, además de compartir casa.

Bueno, pues al fin llegó el día. La verdad es que no me hace mucha gracia tener que volver a clase, pero no me queda más remedio. Podría haberse retrasado un par de semanas más. En fin, al menos podré volver a ver a Sol y Luna, si es que me los han cuidado bien en Hogwarts. Bueno, deberían estar bien, todavía deberían quedarles por lo menos un par de años más de vida, y si han estado bien alimentados, supongo que me los encontraré un poco más grandes...

Ensimismado en mis pensamientos. Cuando quiero darme cuenta acabo de entrar en el tren sin prestar atención a la gente.

Me acuerdo de Ismael y Migue. Voy recorriendo los vagones, buscándoles, con la intención de pillar un sitio con ellos. Si no los encuentro, me sentaré en algún sitio vacío cualquiera de un vagón al azar. Bueno, mejor un vagón que no esté próximo al del restaurante, que no quiero empezar el curso con jaleo.

Mientras caminas no dejas de escuchar a la gente murmurar: 

- Sophie Mason y Nathael están tomando algo juntos en el restaurante, ¿Serán novios?

- ¿Qué dices? No pegan nada, seguro que están hablando de otro tema, quizás una estrategia para la copa de las casas. Son ambos de Ravenclaw ¿No?

- Por cierto, oí hace unos días que vieron a Evan Miller y Christian Weasly hablando pacíficamente ¡Sin gritar!

Miles de comentarios sobre otros alumnos inundan el pasillo, mientras la gente camina dando empujones y pisotones.