Has hablado con alguna gente y te han dicho como llegar al campamento, pero no has conseguido un escolta, tienes el nº de un mercenario que vaga por la zona, un tal DeathStroke, aún no has contactado con él, se aleja por la calle caminando alguien que te ha dado un nº de contacto y en tus manos está una tarjeta de visita negra con letras rojas.
Tras unas horas de descanso despiertas a medio día en el campamento hay una gran cantidad de ajetreo, ruido de camiones y en general un murmullo de expectación en el campamento. La luz se filtra por las rendijas de las ventanas de tu caravana
Parece una opción tan buena como la de los pandilleros, aunque no estoy seguro del precio que podría pagar por los servicios de un mercenario, de todas maneras no tenía nada que perder por hablar con él. Seguridad sólo por acompañar un rato para hablar con gente, ni parecía peligroso ni debería ser caro, pero en esta ciudad nunca podía darse nada por sentado.
Mientras sostengo la tarjeta con una mano, marco en el móvil con la otra, comienzan a dar tonos.
- Señor Deathstroke, no me conoce, me llamo Felipe, necesito seguridad para hacer una visita por el campamento. Nada complicado, pero más vale prevenir. Me gustaría que nos conociésemos y discutir las condiciones que nos puedan llevar a un acuerdo.
Tarde unos instantes en responder, hasta crispar los nervios, hasta finalmente decir, con voz seca y metálica:
- ¿Cuando y donde?
¿El campamento. Dónde se encuentra, o mejor, dónde estamos exactamente nosotros?, para quedar en algún sitio
Me levante de la cama con calma. Hoy era día de cosecha y tenia unas cuantas cosas en mente. Me preparé un café mientras organizaba mis ideas. Tenia que conseguir hardware para llevar mejor la moto, quería aprovechas para comprarme una moto propia, también me vendría bien un arma y quería hacerle un regalo bonito a Silk o invitarla a cenar. Tenía dinero de sobra, así que aprovecharía para dar parte de mis beneficios a la familia (que siempre les viene bien algo de dinero).
Una vez con mis ideas organizadas decidí que lo primero era el hardware, así que me fui a buscar a alguien de la familia (no dejaría que me abriera nadie de fuera) para hablar con él.
aún estas en la ciudad y él a saber puedes encontrarte donde quieras, aunque no se si él pondrá pegas o no :P
- Podemos quedar en Taco Hut, en el distrito norte, una hora creo que sería razonable para ambos.
Ha tardado mucho en responder, casi parecía que no funcionaba el teléfono móvil, aunque lo más probable que sea un intento de ponerme nervioso u otra razón por el estilo.
Espero que podamos llegar a un acuerdo y contar con algo de protección para el viaje.
- ¿Como le reconoceré?. - Fue mi escueta respuesta.
- Camisa negra, pantalones vaqueros a la moda y beberé un refresco, no es tan común en el local que pueda haber más de una persona así, de todas maneras, si lleva algo característico puedo reconocerlo yo al llegar. En todo caso, volveré a llamar pasada la hora.
- No se preocupe, me reconocerá... - Respondí de manera enigmática. - ... ¿Debo entender que vendrá solo?.
- Estaré solo, nos vemos en el local. Respondo al mercenario dudando acerca de las palabras que ha dicho, casi da miedo pensar en lo que puede aparecer. Aunque una pinta amenazadora puede ahuyentar a los pandilleros como pretendo.
Sin añadir nada más, cuelgo, dispuesto a aparecer antes de la cita, para inspeccionar el terreno y preveer posibles emboscadas...
¿Y donde hacemos la cita?. ¿Es este tema o en otro?.
Imagino que en este, no llevará mucho tiempo el acuerdo, o no. Luego seguirá en esta escena.
¿Entonces estamos esperando a que nos lo diga el director?.
A pie de calle a través de una cristalera enrome se podía ver entre los carteles con las ofertas de la semana el Taco Hut, una franquicia del mismo holding empresarial que pizza hut, el local estaba decorado con los colores de la bandera de mejico por doquier que se depositara la vista. Además de los enseres decorativos proporcionados por los dirigentes de las franquicias que hacían parecer al local como una especie de cosa prefabricada carente de cualquier tipo de gusto.
En una de las mesas baratas de un polimero que pretendía emular a la madera estaba sentado Felipe, rodeado de niñatos que vociferaban y se gritaban los unos a los otros intercambiando bromas(era muy pronto), amenazas e insultos. Nada que escandalizara a nadie, pero Felipe hacía tiempo que había dejado atras los años en que malgastaba la energía de ese modo.
es la 2º vez que lo escribo, no se que ha pasado.
Mientras te vestías encontraste la pistola que habías cogido del suelo la noche anterior, enconrtarla te recordo a los matones rodeándote mientras estabas en el suelo, sus siluetas a contraluz, arrojando sombras al circulo que formaban en medio del cual te encontrabas tu y ese tio con la cresta punk.
Tras vestirte y comer algo que tienes por la caravana, ensimismado en tus pesnamientos sales al campamento entusiasmado, mucho dinero y la promesa de más siempre podían alejar los malos pensamientos. Cuando saliste viste un camión atestado de cosas, chatarra para la mayoría, pero en el campamento aquello eran re-cambios, recuperar cosas que habían dejado de funcionar y quizá la posibilidad de mejorar un poco la vida de todos aquellos que componían la comunidad.
Varios hombres supervisaban a tus compañeros que revolvían en el camión en busca de algo que le valiera.
Antes de que reaccionaras un silbido atrajo tu atención, uno de los ancianos, un veterano de la guerra de venezuela en particular llamado Sam( a secas) bastante taciturno y reservado te hace una seña para que te acerques. A su lado hay dos personas, una mujer y un hombre, desde tan lejos no podrías decirlo pero ambos los dos tienen porte marcial y parecen llevar armas.
Miro el follón y al ver que Sam me llama, me acerco sin dudarlo. No conviene hacer esperar a los ancianos...
En esta familia no hay secretos, así que era más que probable que supiera lo de la carrera, o podía tener algún encargo de la familia... todo se vería.
Al acercarme a el le salude levantando la mano -Buenos días Sam- dije sabiendo que no le gustaban mucho las palabras.
Sam se adelanto a ti dejando atrás a sus dos compañeros.
Chico ¿Que tal? Pareces cansado dijo dándote una palmada en el brazo, un gesto muy suyo desde que te conoció siendo niño, conseguía hacerte sentir como si tuvieras 15 otra vez Espero que no te andes metiendo en lios.
Para Sam aquello era un derroche de palabras, pero por otro lado eran las palabras que esperases de él, era como el padre de todos los niños del campamento, incluso de los adultos, todo el mundo sabía que su peculiar forma de tratar con los demás se debía a toda la mierda de metal que le habían metido bajo la piel en su periodo de servicio, aún así pese a la sequedad de su carácter era alguien bastante afable.
Luego se fijo en que los otros dos hubieran perdido interes mientras caminó contigo en otra dirección
Esos dos buscan algo que vendiste hará unos días según me han dicho Un carburador de moto. dijo en un susurro
para sam aun no he encontrado dibujo apropiado
Desde un callejón oscuro, situado enfrente del restaurante, podía ver por el escaparate a mi supuesto cliente. Yo mantenía mi cabeza cubierta con la capucha de mi chaqueta, con el objetivo de ocultar mi casco y llamar la atención lo menos posible. Observé atento alrededor, por si hubiera alguien vigilando... Esperándome a mí...
Motivo: Advertir/Notar
Tirada: 1d10
Resultado: 8(+11)=19
Director, dime si veo a alguien que esté vigilando o espiando por los alrededores o dentro del establecimiento. Una vez que me lo digas, diré lo que hago...