Partida Rol por web

- ¡Espera, guardia! Dime cómo puedo encontrar la Legión, y a los cazarrecompensas.

En alguno de ellos tiene que haber un explorador con experiencia... Cuando pueda iré a buscar alguno.

El Maestro de Ceremonia Pínfalo llega a la Arena y os informa de que Muñón ha sido elegido para representar a los Capas Rojas en Malatea, junto con Champiñón.

Os dice que hay que elegir ya en qué competición participáis para el siguiente día de la Sangre.

Petaculos se apunta a la Competición por Arco. Y Angel a la Competición por Mangual.

El Guardia informa a Petaculos de lo que quiere saber.

TRANSCURREN DOS DIAS:

PRIMERA SANGRE DE TIAMAT 4480:

POR LA MAÑANA.

El Eladrín acarició la ruda madera del enorme portón mientras disfrutaba en soledad de aquella espera. Así se debia de haber sentido el mediano.
Mientras esperaba repasaba mentalmente los conjuros que tanto tiempo hacía que no usaba... demasiado tiempo cambiando el arte de la mágia por aquella aparatosa Gladius.

La ténue rejilla vertical de luz, poco más que un hilo -un corte que separaba en dos la oscuridad de aquella antecámara a la arena- empezó a crecer a medida que los enormes portones se abrían bajo el chirriar de las enormes visagras.

Angel salió caminando hacia adelante, aún no había dado sus primeros pasos cuando vió que en el extremo opuesto de la arena no solo habían aparecido los otros luchadores -los enanos babosa y bella, el elfo follaniños y el gnomo Soplador- sino que ya habían empezado las hostilidades.

El Eladrín no forzó su paso al ver la pelea y eso le valió los primeros abucheos de la plebe. Él les respondió con una gentil reverencia y una burlona sonrisa de medio lado. Si tuviera el suficiente poder crearía una lluvia de grada sobre las gradas, siendo este el amor que sentía sobre aquella chusma, sus silvidos y abucheos eran acogidos como auténticos cantos de sirena.

La enana -a la que había intentado retar pero parecía que todo había caido en saco roto- se encontraba enzarzada con follaniños "Una parejita ideal" pensó para sí mismo el Eladrín. La otra pareja de combatientes la conformaban Babosa y Soplador.
A este segundo fué a quién el Eladrín lanzó su mal de ojos.

Mientras la batalla transcurría Angel permanecía alejado, incluso en la lejanía cuando caminaba parecía medioocultarse en unas sombras que parecían crecer a su alrededor. Esto le valió aún más encarnizados abucheos y gritos de la podredumbre, a la cual el Eladrín dedico otra reverencia.
Solo cuando vió realmente herido a Soplador Angel se internó en el combate aunque cuando llegó a la zona pero cuando iba a realizar su ataque sobre Soplador babosa lo dejó KO.

Estando ya al alcance de las cargas de los guerreros estuvo tentando de atacar a Follaniños, pero esto le dejaría luchando contra los dos enanos que seguro estaban acostumbrados a trabajar en equipo.
No podría permitirse eso, y al momento Angel levantó la mano hacia Babosa y un tremendo estallido de poder imactó contra el enano lanzándolo contra la valla de madera la cual pareció ceder bajo el impacto, dejandolo medio enterrado en la misma.
En ese momento Angel aprobechó para lanzarle el mal de ojo mientras le dedicaba una macabra mueca al enano.
Nisiquiera había acabado de formarse su sonrisa cuando el enano, con una rapidez asombrosa para su estatura, le devolvió el golpe lanzándolo al suelo donde rodó varios metros por el impacto.

Angel se levantó justo para ver como el enano lo retaba. No pensaba caer en su juego pero algo en la manera en que lo había retado hizo dudar al Eladrín mermando su concentración, no pudo lanzar su segundo ataque mágico y apenas pudo retroceder entre estocadas y golpes del enano.
La escena se repitió cuando el enano volvió a impactarlo y posteriormente a retarlo, era estúpido que un guerrero desafiara en armas a un mago. Aún así la estupidez del asunto le sacaba de sus casillas y lo desconcentraba. Esto unido a la falta de práctica con la mágia izo que el Eladrín olvidara sus conjuros.

El siguiente ataque del enano fué lo último que vió antes de que la oscuridad lo envolviera.

"Si sobrevivo te mataré, maldito enano" Fué su último pensamiento.

Mientras esperaba el comienzo de los combates, dejé al frío Eladrin en sus pensamientos y busqué al vocinglero de las apuestas.

- Apunta 20 monedas por mí.

La Competición por el Mangual no fue nada bien para mí.

Intenté vencer a la enana, pues al ser sacerdotisa me pareció la más peligrosa, aunque ella no atendió a razones incluso aunque le pedí perdón y actué honorablemente con ella. ¡Aprovechó mi inconsciencia cuando el malvado enano Babosa me derribó para robarme la gladius!

¡Pero qué deshonra de enanos! ¡Mi gladius! ¡La única arma que tengo para defenderme en Detritus! Y todo alegando que el combate no tenía reglas... ¡Prrrr! ¡Qué infamia!

Tal y como pensaba estos luchadores detritianos son unos fantoches.

La mayor vergüenza la de Soplador, caer así ante una simple enana. Es indigno de pertenecer al Halcón Negro.

El eladrin de los Capas Rojas tuvo un papel meramente decorativo, pues inicialmente no hizo más que moverse por la Arena, para después atacar tontamente al enano Babosa y ser limpiamente derrotado por éste. Su actuación probablemente me favoreció y todo, sin pretenderlo.

Me centré en la clériga enana. No soporto a los clérigos, todo el tiempo curándose y lanzando conjuros. Costó tumbarla, pero lo logré.

El enano se enfadó, al parecer son una parejita... sucios enanos repugnantes. Le ofrecí ayudar a su amada, pero pasó del tema. Es obviamente un mal bicho este Babosa. Sin embargo, no pudo nada contra la furia del Halcón Negro.

Pese a todo... nadie había estado tan cerca de vencerme en mucho tiempo. ¿Estos enanos podrían llegar a ser miembros potenciales del Halcón Negro? No... no puede ser. Si son escoria, los últimos de la tabla.

Si esto es lo peor de lo peor... Me pregunto cómo les irá a mis compañeros en Malatea contra el lagarto y los suyos...

¡La Competición por el Arco fue un desastre! ¡Todo por culpa de ese maldito Humos!

Quisé acabar con la maldita semielfa Comepollas, o como se llame, pero Humos me arrebató la presa.

Después el elfo se me echó encima y tuve que retirarme del combate para salvaguardar mi honor intacto.

Total para que al final Humos, ese maldito mago del tres al cuarto, se quedara con el mérito congelando al estúpido elfo.

¡Qué injusticia, él ya ha anotado dos victorias en Detritus y yo ninguna!

Por fin salía a combatir, tanto tiempo esperando volver a luchar por arco, tenía que conseguirlo, pero nada salió bien.

Avancé hacia ellos, con cautela. Sabía que debía tumbar primero a su mago, pero no sabía cuánto... Qué estúpido fui por entretenerme con la otra humana... Y maldita sea Zampatrancas por entretenerme y hacerme luchar contra ella... Mis golpes no tuvieron la efectividad que debían... El mago se me escapó cuando lo tenía entre las manos... "¡Maldita sea esta espada! ¿Por qué no salí con mis dagas?"

Pero la magia del humano era poderosa. A pesar de haber vivido tantos inviernos en los bosques y tierras bárbaras no pude resistir sus ataques de frío. Y así me cogió. Cuando me quise dar cuenta estaba tirado en el suelo cubierto por una capa de escarcha y sin poder moverme.

Desperté horas después, en el mismo lugar donde antes habían traído a Ángel. Comprendí.

- No... no... no... no... - Repetí varias veces con las manos en la cabeza hasta que volví a quedarme inconsciente.

De nuevo en la Arena. Si pudiera pedirle a Moradin un deseo para que lo hiciese realidad, solo uno, tal vez le pediría que borrara el dia de la Sangre y sus consecuencias de la faz del planeta y de la memoria de todo ser viviente. Ya es malo ser esclava, pero tener que vivir dias como hoy para seguir viviendo un poco mas…todo esto no debería existir, no debería estar permitido por ningún dios.

Pero hoy voy a salir a la Arena para intentar que Varian consiga ese mangual, y con suerte nadie tiene que morir, ni resultar especialmente herido.

Sorprendentemente, al final el eladrin no me ha desafiado, pensaba que sí vendría a la Escuela un sobre con mi nombre, que la sonrisa que me dedico cuando le dije que aceptaba su reto era de satisfacción por haberme hecho picar su anzuelo, pero ahora se que eran ciertas sus palabras y que no me ve como una rival. No lo culpo, realmente...¿quien diria que yo soy una gladiadora? Realmente el llevaba razón, soy una sacerdotisa, y nadie ni nada cambiara eso. Aunque hoy tenga que salir ahí fuera, aunque pertenezca ahora a una Escuela de gladiadores...

Con desconfianza miro junto a mi a nuestros compañeros de Malatea, el gnomo verde y el elfo de la cara pintada. Este ultimo...no me da buena espina...pero no te hagas ideas equivocadas enana tonta, no juzgues a nadie antes de conocerlo...

Salimos a la Arena y nos dan la señal de empezar. Y un segundo mas tarde, sin esperarlo, recibo el primer golpe que parte justo de mi lado. Incrédula al principio veo como los dos malateanos se empeñan en ir a por mi ¿Qué les he hecho yo?¿Porque? pienso mientras el elfo y el gnomo me inflingen sus mejores golpes.

Inmediatamente mi Guardian hace presencia intentando defenderme y Varian en ningún momento se aleja de mi.

Golpe tras golpe, intento pararlos, pero vienen rápidos y cargados de odio. La cara del elfo, su seguridad...es el peor, lo presiento, esa sonrisa...

Golpes, heridas, sangre y una y otra vez tengo que recurrir a mis curaciones cuando veo que las necesito para no caer de bruces en el suelo y no levantarme mas. Impotente veo como estoy retrasando a Varian. No es eso lo que tenia en mente, pero no me dejan otra opción y Varian no me va a dejar sola. Mas golpes, algunos de ellos brutales, intentan tumbarme, pero tras cada uno de ellos mi Guardian responde con otro igual. Y Varian a mi lado, nunca lo he visto luchar con tanta fuerza y animo.

De pronto veo como el gnomo cae por un golpe de Varian y alli en la Arena, descansa su gladius. Le sonrio a Varian, ha eliminado uno de los problemas, ahora el tiene que ir a por el mangual, no puedo retrasarlo mas, !tiene que conseguirlo! Yo detendré al elfo, intentare que no sea un problema para el.

El elfo me sonrie y me golpea, cada vez mas fuerte, cada vez con mas rabia al ver que sigo pudiendo curarme, pero el tiempo se acaba. Es ahora o nunca. En un segundo que el elfo me da libre, miro al enano y le hablo en voz baja, pero se que el me escucha "Ve a por el mangual, no te preocupes por mi, puedo parar al elfo !VE!" Sin darle lugar a que me proteste me vuelvo a encarar al elfo, lo tengo encima mia de nuevo, y un nuevo golpe hace mella en mi. Al recibirlo, mi mirada ve relucir algo en el suelo...la gladius del gnomo. En mi mente unas palabras resuenan "El combate es un combate sin reglas, todo esta permitido" El gnomo inconsciente, tal vez muerto ya no necesitara el arma, no será un robo, la gladius esta abandonada en la Arena y si no ahí reglas no ahí problema en que la coja.

Por el rabillo del ojo veo como Varian esta luchando con el Angel. Pienso rápidamente, estoy cansada, muy cansada, no me queda mucho tiempo. El elfo me mira y me sonrie lleno de rabia. En ningún momento del combate me he dirigido a el y no va a ser ahora cuando lo haga. En una fracción de segundo me vuelvo rápidamente, agachándome y cerrando mis pequeños dedos en torno a la gladius que descansa en la Arena.

Siento detrás de mi los ojos del elfo y espero su golpe en mi espalda, se que lo hará, que me golpeara por la espalda, su sonrisa y su forma de actuar no me dejan duda de ello. Una vez agarrada el arma me vuelvo todo lo rápido que mi pequeño cuerpo me lo permite y veo pasar a escasos centímetros de mi el ataque del elfo !Ha fallado! Sorprendida por ello y con el impulso tomado para darme la vuelta, el costado del elfo se me aparece delante de los ojos Esta desequilibrado...!ahora es mio! Mientras mi mano conduce el filo de la gladius hasta el cuerpo del elfo, una pequeña oración a Moradin se forma en mi mente Moradin, perdóname por usar un arma contra este ser infame, pero tengo que conseguir tiempo para mi enano…ayúdame...

Siento como el filo corta la carne y penetra dentro del elfo. Un asco enorme me invade ante esa sensación, pero es sustituida por otra de miedo y certeza ante lo que va a pasar cuando veo la forma en la que el elfo reacciona ante mi golpe y me mira, revolviéndose hacia mi.

El tiempo se ralentiza a mi alrededor y todo pasa muy lentamente, demasiado. El elfo carga sobre mi como no lo ha hecho en todo el combate. Lo rodea un aura tan grande de odio hacia mi por haberle causado esa herida, que sé conscientemente que no podre hacer nada contra el golpe que me va a infligir. Es arrollador, solo siento un golpe tremendo y un dolor que me impide siquiera proferir un grito. Siento como la fuerza y la vida se me escapan por la nueva herida. Quiero ver a Varian, decirle que siga y no se preocupe...pero solo puedo ver delante mia la sonrisa satisfecha del elfo, la sonrisa de su victoria.

La imagen se vuelve borrosa y veo como se eleva en el cielo. Siento un golpe en mi cabeza y la arena caer sobre mi cara, ahora solo veo cielo azul delante de mis ojos. No puedo moverme, ningún musculo me responde y siento algo caliente derramarse desde mi pecho siguiendo el ritmo de los latidos de mi corazón. Se que es mi sangre, se que ahora Varian esta solo frente al Angel y el elfo Moradin...no lo dejes solo...por favor...

El azul del cielo se vuelve negro. Ya no escucho nada, solo tengo frio….mucho frio...

Pss, joder,  que quieres que te diga, esto es puro expectaculo, expectaculo para aquellos idiotas, que con sus mierdas de vida necesitan ver algo de diversion, y  alguien que lo pasa peor que ellos, por eso vienen a vernos, a nosotros, pero te aseguro que se uno de ellos estuviese  en la arena, lo mataria sin dudarlo, bueno a lo mejor me seria util, pero te aseguro que acabaria muerto, tu tambien si no me matasen despues.

Bueno, que quieres saber. ¿por que digo que estan amañados?, hay siempre grandes apuestas en juego, asi que los organizadores de las arenas, se encargan de que gane el favorito, o aquel que les trae mayores beneficios, y yo no soy uno de ellos, solo me consideran un aperitivo.

Me colocaron en el peor sitio posible, para morir pronto, los oponentes ya empiezan compinchados para matar a los demas, y por si fuera poco me dieron una espada oxidada, que  parecida romperse en cualquier momento, a ellos les daban espadas nuevas y relucientes. Aparte que  entre tu y yo, las enfermedades que he tenido hasta hace poco creo  que no fueron casuales, si no que me envenenaron, las anteriores veces se pasaron con el veneno, y no podía  mantenerme en pie, pero creo que esta vez me han echado menos.

Respecto al combate, esos idiotas de Veleta y el maldito Humus, me engañaron me hicieron  creer que   postergariamos  nuestra lucha para acabar con el otro oponente de enfrente, odio a aquellos que se aprovechan de la situacion. La proxima vez matare al mas cercano, ya lo veras. Deberia haber matado a ese humus, primero, encima gano, por no matarle yo mismo.

Bueno por otro lado al principio intente ir al maximo desde el principio, sin preocuparme de ahorrar energias, y  cuidar de  mi misma. Siempre trate de acabar rapidamente con los demas, pero me fue imposible. Al no tener suficiente tiempo me acorralaron entre  los dos grupos y me hicieron mierda. Aun medio muerta, seguia luchando, seguia levantandome otra vez, sin embargo estaba demasiado mal para continuar, y cai rendida, medio muerta. Incluso quede insconsciente durante unos minutos. Pero, te lo he dicho todo es por culpa del veneno, que me hechan, de lo contrario les habria ganado. Te lo aseguro.

Espero que esos bastardos de las gradas esten contentos.

El Mangual... un alto precio para nada.

Salimos a la arena, Grumcha y yo, a nuestro lado dos contrincantes de Malatea que eran Follaniños y Soplador mientras que en el otro lado estaba Ángel.

Nada más abrirse el rastrillo se derramó la sangre, ambos Malateanos se cebaron con Grumcha y mi decisión estaba clara, no iba a separarme de ella. El guardián y yo estábamos para protegerla... el mangual había dejado de importarme desde ese momento.

Grumcha era mucho más dura de lo que ella pensaba y aguantó como una verdadera campeona mientras yo me deshacía del gnomo Soplador el cual no me causó demasiados problemas. Una vez en el suelo, el elfo sería pan comido pero Ángel que no había hecho nada salvo pasearse por la Arena mientras nosotros nos desgastábamos decidió que era el momento de atacarme, justo cuando iba a ayudar a Grumcha. El valiente caparoja Eladrin me lanzó un terrible conjuro que me empotró contra la pared pero yo ya había luchado contra Bilis y la última vez le había cogido la medida a la Bruja, este Eladrin o era distinto. Maldiciéndome por tener que dejar a Grumcha a solas con el Elfo que la estaba superando, me lancé contra Ángel mucho más rápido y recuperado del golpe de lo que él se esperaría, dos golpes potentes fueron suficientes para dejarlo al borde de la inconsciencia, se trató de defender pero mis desafíos y su creencia en ser un ser superior le hicieron picar el anzuelo. Un golpe más y terminó en el suelo.

Ya habían caído dos bajo mi gladius pero un grito me hizo girarme - ¡GRUMCHA! - la enana en el suelo y el guardián desapareciendo... ella había caído - "Maldito seas elfo de mierda" - él estaba en pie y se acercaba renqueante, yo estaba más o menos en condiciones. Nos acercamos con lentitud el uno al otro, el se creía superior, yo estaba concentrado aunque ver ahí a Grumcha desangrarse me hacía perder la concentración, el elfo se dio cuenta..

Empezaron los golpes potentes por mi parte pero el elfo no se quedó atrás. La sangre volaba por el aire al igual que los gritos del público pero estos no eran quienes me importaban, sino la enana que llevaba en mi corazón y que ahora estaba acercándose a la muerte.

Derribé al elfo y estaba malherido, yo andaba en las mismas condiciones.. era cuestión de aguante. Un golpe, respuesta, otro, respuesta, insultos de por medio, prepotencia, amenazas, proposiciones de rendición.. el hijo de puta jugó con mi amor hacia Grumcha y llegó a proponerme salvarla a cambio de mi rendición, estaba dispuesto a machacarlo y salvarla pero me hizo perder la concentración y fallar mis dos siguientes golpes lo que le dio el tiempo justo para recuperarse y usar su as que tenía guardado en la manga.. ya era mio pero su último golpe me pudo.

No gané el mangual a pesar de ser el mejor combate que había realizado desde que llegué, no salvé a Grumcha, no me había rendido para ayudarla pero ella no lo habría querido. A pesar de eso tampoco la salvé y caí derrotado.. ¿nos encontraríamos en el otro mundo?. Esperaba que sí.

Mi primer combate fuera de Malatea y, debo reconocerlo, no las tenía todas conmigo. Inicialmente pensé que serían nuestros mejores combatientes los que tendrían que viajar, mientras que los de menor nivel nos quedaríamos en casa como “comité de recepción”. Al final fue del revés, y todo muy precipitado. A penas me dio tiempo de conocer a mis nuevos colegas y rivales detritianos cuando ya estaba a punto de entrar en la arena para combatir contra ellos. 

Si quería hacer relaciones públicas, estaba claro que no iba a ser nada fácil. 

Mi principal deber, por otra parte, era esforzarme para que Malatea quedase en buen lugar. Los luchadores malateanos no podemos dejar que la gente de Detritus nos hicieran quedar en ridículo. El prestigio de nuestra arena está en juego, y a mayor prestigio, más dinero se mueve en las apuestas, más caras se venden las apuestas, y mayor es el sueldo de los gladiadores. Ya que uno se juega la vida, al menos que le paguen bien. 

Tengo que reconocerlo, saber que todo lo que gane en Detritus va a ser para mí, es un incentivo tan importante o más que el honor de mi ciudad o mi escuela. En realidad, yo lucho por dinero, nada más. 

Al comenzar la lucha, Veleta y yo salimos desde la misma puerta que la luchadora de la Escuela Amarilla. Zampatrancas la llaman, y es semielfa. Desde la puerta del norte sale el luchador de los Capas Rojas, un elfo llamado Petaculos, que es el único de entre todos nosotros que no es “escupitajo”, sino “gorgojo”. Eso lo convierte en el rival más peligroso. 

El mayor peligro para mi es que Zampatrancas decida atacarme cuerpo a cuerpo, pero en lugar de eso, decide que lo más prudente es tratar de alejarse. El elfo está todavía muy lejos, así que no puedo alcanzarle. 

Veleta también se da cuenta, así que decide centrarse en Zampatrancas. Yo, por mi parte, en cuanto el elfo está dentro del alcance de mis conjuros, me centro en él por completo. Sin embargo debo tener en cuenta que los elfos tienen buenos reflejos, de modo que es posible que esquive con facilidad muchos de mis conjuros. Es algo que debo tener en cuenta. 

El combate entre Zampatrancas y Veleta es encarnizado, y justo cuando mi compañera malateana está a punto de caer, Petaculos elfo se acerca a ella con la sana intención de darle el golpe de gracia y arrebatarle el trofeo a la semielfa. Pero no lo consigue, y lo único que logra es enfurecer a la guerrera, que comienza a luchar contra él. De repente las tornas han cambiado, y las dos mujeres se centran en el recién llegado. 

Yo aprovecho la confusión para atacarle también a él. Con toda tranquilidad, me muevo a izquierda y derecha para obtener un mejor ángulo de visión. Es una pena que Veleta esté en medio y tan mal herida: con un conjuro de área podría atacarlos a los tres a la vez, pero no quiero dañar a mi aliada, de modo que tengo que reprimirme. 

Por un momento parece que Zampatrancas va a caer, pero no… resiste. Veleta, que también está en muy malas condiciones, no será suficientemente rápida como para terminar la faena antes de que lo haga Petaculos. Y… a nadie le amarga un dulce. Este tanto me lo marco yo, y así al menos aseguraré una derrota para Malatea, y para Humos. Un rayo de escarcha es suficiente para hacerla caer inconsciente antes de que el elfo pueda darle la puntilla.

 A continuación las cosas se precipitan. Veleta se retira del combate, mientras que el elfo enfurecido me alcanza con su arma y con un solo golpe casi me parte en dos. No tengo tiempo para seguir jugando, así que invoco uno de mis conjuros más poderosos y formo una nube helada frente a mi, envolviendo a mi contrincante. Petaculos acusa el frío, pero aún así levanta su arma para darme el golpe final, aunque en realidad no lo necesita, ya que noto que me estoy desangrando rápidamente). Levanto el bastón para tratar de protegerme de lo que se me viene encima, pero el ataque nunca llega. Aterido por el frío, el elfo se desmaya y cae al suelo. 

No puedo creer mi propia suerte. Uso el bastón para lo que se supone que sirve, es decir, para apoyarme en él. Mientras el público aplaude y vitorea, noto que me voy a desmayar ahí mismo, delante de todo el mundo, pues la sangre aún sale a borbotones de la herida. 

Pero he ganado. Gracias a los dioses, Zampatrancas y Veleta habían dejado al elfo muy cerca del límite de sus fuerzas. Gracias a los dioses logré que el conjuro fuese suficientemente frío. No puedo creer mi suerte… Dos combatientes derrotados, uno de ellos gorgojo. 

Veleta me va a odiar, pero nunca fue muy simpática.

- Tras las luchas, todos los luchadores se retiran (o son llevados) a la Escuela Amarilla, excepto los Capas Rojas, que permanecen en las instalaciones de la Arena.

- El resto del día y el día siguiente (el del Sol) son de absoluto descanso y recuperación de las heridas.

SEGUNDA LUNA DE TIAMAT:

POR LA MAÑANA.

Petaculos se pasa el día de descanso reflexionando, bastante abatido.

"He vuelto a perder el arco... Al menos, el maldito mago y su amigo el del mangual se volverán a Malatea algún día y habrá otra competición por ellos".

Cuando recupera las fuerzas se va a buscar a Pularr.

- Pularr, soy demasiado débil como para dedicarme a luchar en el cuerpo a cuerpo, pero de momento no tengo otra opción. Quiero que me entrenes para soportar mejor los golpes y tener más vitalidad.

- "Pues que sepas que mi forma de entrenarte en eso es moliéndote a palos. ¿Podrás soportarlo durante una semana?" -

- No tengo más opción... Empezamos cuando quieras.