Partida Rol por web

- "De acuerdo, Petaculos. Angel, durante esta semana me ayudarás en el entrenamiento de este elfo. Toma este palo, es largo y pesado, usarlo fortalecerá también tus músculos. Debes de esforzarte al máximo por romper el asta contra el cuerpo de Petaculos. No te preocupes si destrozas el palo, tengo otros igual de fuertes. Son de los que usamos para mantener a raya a las fieras." -

Golpes, golpes y más golpes... Como el entrenamiento de Gorgojo. Intento soportarlos como puedo, pero no soy un enano. A menudo se me escapa una maldición o un grito de dolor. Pero no puedo permitirme bajar la intensidad, la vida aún me va en los combates de gladiador. Jadeando, les increpo...

- Si grito... es porque no me dais con suficiente fuerza...

- "Así vas bien, Petaculos. Creo que se nota como cada vez aguantas mejor los golpes. Tienes que entrenarte para resistir mejor el dolor y el sufrimiento." -

El Eladrín observaba en silencio el duro entrenamiento al que estaban sometiendo a aquel elfo, estudiaba las reacciones de su "compañero" como quién estudia a un insecto mientras le arranca las patas una a una.
Tras la derrota sufrida con anterioridad Angel aún se había obsesionado más con aprender del entorno, maestros y demás luchadores pues el Eladrín sabía que tenía el poder suficiente para vencer -pues lo notaba palpitante y furioso en su pecho- pero le faltaba experiencia en aquel extraño mundo en que todo se reducía a pelear por pelear.

- "No luchaste mal en el último combate Angel, tu conjuro casi tumba al enano. Pero quizá fuera un error de cálculo atacarle a él, ya que eso permitió que un Malateano ganase la prueba. Como también ganaron la Competición por Arco, resulta que los luchadores de Malatea nos han humillado y el honor de todos los luchadores de Detritus está en juego." -

El Eladrín no contestó a las palabras del Azuzabestias, aunque lo miró a los ojos mientras este le hablaba. En aquel momento hizo lo que creýó oportuno, en caso de haber atacado al luchador de Malatea las cosas se hubiesen vuelto contra él en proporción de dos enanos (uno de ellos curandero para más inri)contra uno. Por mucho que también fueran luchadores de Detritus, siendo de la escuela amarilla los consideraba tan enemigos como a los propios Malatenses.
Ese no podía ser el error, el error fue no tumbar a aquel enano de un golpe y además, no conocer aquella extraña técnica de Desafío.

Sí, realmente a Angel le quedaba mucho por aprender.

DIA SIGUIENTE:

El eladrín se levantó notando que la derrota le pesaba más aún que el día anterior.
Sabía que había sido vencido por alguien mucho inferior, un apestoso enano. Aunque lo que más lo estaba hundiendo es que se sentía estancado, notando un poder inmenso en su pecho pero que no era capaz de explotar ni de pulir. Sin posibilidad de practicar su magia Angel se sentía mucho más privado de libertad que cuando estuvo encerrado.

Bajo de ánimo salió de su celda abierta para ver si un poco de entrenamiento le alegraba el ánimo.

- "¡Venga, Angel gandul! ¡En pie y arriba esos ánimos, que tienes que partirle la crisma al elfo con este estaco!" -

Parece que el duro entrenamiento diario de Petaculos acaba de dar comienzo.

La idea de machacar a uno de esos elfos domesticados por este mundo en el que la magia era la excepción y no la regla le levantó los ánimos y de buen gusto tomo el cacho madera que le ofrecía el Azuzabestias.

Una enorme y retorcida sonrisa iluminó su cara mientras se concentraba en llevar a cabo dicha orden.

Le observo mientras viene, no intenta ocultar su soberbia y su desprecio hacia el resto del mundo.

"No creo que pueda contar con él como aliado en la Arena."

- ¡No me mires así e intenta aprender algo que buena falta te hace! - Le increpo duramente.

¡No me mires así e intenta aprender algo que buena falta te hace!

Angel asintió Así lo haré dijo secamente. La fisionomía de los elfos y los eladrín era muy similar, así que estaba dispuento a averiguar cuantos golpes podría aguantar usando al elfo de conejillo de indias.

Sería algo realmente instructivo.

- Durante el resto del día continúa un duro entrenamiento.

- Petaculos es sin duda más rápido y ágil que Angel, lo que le permite esquivar la mayor parte de sus ataques. El Eladrin, sin embargo, es orgulloso y perseverante, y continúa atacando más allá del agotamiento, por lo que finalmente logra su objetivo de propinar una brutal paliza al elfo.

Angel está sentado en la cama, la paliza del dia anterior al elfo le había levantado el ánimo pero dicha alegría ya había desaparecido.
Necesitaba practicar su mágia, fuera como fuera pero en aquel lugar le era imposible.

Abatido salió de su celda y se hechó un poco de agua a la cara. El Eladrin no pensaba seguir compadeciéndose, seguiría haciendo ejercicio y prácticas de combate para alejar aquellos funestos pensamientos de su cabeza aunque estos permanecían ahú.
¿Como iba a ganar algún combate si era un mago que solo practicaba con armas de mano?

Desperté, aún dolorido por los golpes. Pero sabía que no podía hacer otra cosa más que sufrirlos, de momento, hasta que quizá algún día terminaran...

Vi al Eladrin. Le observé unos segundos, sabía que él nunca diría nada, era demasiado orgulloso. "Seguramente no quiera mi simpatía tampoco".

- No pierdas la cabeza y llegará tu momento. Yo pasé por lo mismo, soy un arquero. Así que ponte a entrenar. - No sonó como si intentara hacerme amiguito de él, más bien como si le diera una orden a un novato molesto.

SEGUNDO OCASO DE TIAMAT:

HORA DE COMER.

- "Bueno chicos, hora de comer. ¿Qué tal si hacemos un descanso?

Al final no habéis desafiado a nadie y el plazo casi ya ha expirado. Supongo que no pasa nada, ya que en teoría no estáis obligados a desafiar. Y quién sabe, tal vez os desafíen ellos a vosotros..." -

"Aún no habéis desafiado..."

Me preguntaba por los desafíos de Bilis y del elfo Follaniños. Eran prácticamente los únicos que podían desafiarme, pero no era impensable que se desafiaran mutuamente. En cualquier caso, prefería un combate más fácil.

- Pularr, lanza mi desafío contra Veleta y el otro gnomo de la otra escuela.