Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
Cuando llegas a tu lujosa habitación del Ritz, llenas un vaso de buen bourbon escocés. Le das un trago y lo saboreas. Intentas extraer una conclusión de todo lo que se ha desencadenado a raíz de la conferencia, la marcha apresurada de Smith, la discusión, la sombra de recuerdos que no deseas recordar, pero la verdad, es que el mundo no es como la gran mayoría de personas creen conocer. Existen fuerzas poderosas ocultas a los ojos de los mortales, cultos y razas más ancestras que el hombre, cosas inexplicables capaces de volver loco al más sensato de los seres humanos.
A tu mente vuelve el recuerdo del fin de semana que pasaste en Septiembre de 1921, en la hacienda de Lord Felton, situada en pleno corazón de la Highlands escocesas, muy cerca del Lago Inverness. Esa ocasión, te permitió conocer a los que hoy en día son las únicas personas con las que te relacionas, gracias sea dicho de paso al profesor Julian Smith. Como cambió tu vida los secretos que allá se revelaron de logias capaces de contactar con entes poderosos situados a miles de millones de kilómetros de distancia. Poderosos seres localizados más allá de las estrellas y galaxias, pero por otra parte, lo suficientemente cercanos como para notar su energía y su caos. Todavía parece que fuera ayer el día en que vistes aquella masa informe rezongar en un lago abrupto de formas inimaginables para cualquier ser cabal... ¿Cómo lo llamaron? ¡¿Hastur?!...
Fuerzas tu mente. No deseas recordar, pero ya no la puedes detener. Aquella cosa parecía entender vuestro idioma, y se comunicaba sin emitir sonido, mientras sus caóticas formas se retorcían caótica y enérgicamente...
- Riiiiing.... Riiiing- sonó el teléfono. Ya estabas sobre tu cama a medio vestir. Te habías quedado dormido. Sobre el suelo, una botella de bourbon vacía. En el reloj... las 1:00 am. Llevabas 3 horas durmiendo, o eso creías. - Riiing... Riiiing... Riiiiiiiiing... - proseguía el teléfono.
Esto es un resumen de vuestro primer contacto con los Mitos. Si me he tomado muchas licencias con tu personaje.
Gaston tardó en ser consciente de que el sonido del teléfono era real y no estaba en su cabeza. Mareado y confuso se incorporó ligeramente, tambaleándose debido al cansancio y en especial al alcohol que había ingerido. - Otra amarga pesadilla. - Pensó mientras el teléfono seguía resonando estridentemente en su cabeza. - ¿Quién podrá ser a esta maldita hora? Le dije al recepcionista que no quería que nadie me molestara, ¿Hay operadoras trabajando a esta hora? -. Ofuscado, finalmente cogió el teléfono.
- Sr. Chevrolet, ¿Quién es? - La voz de Gastón denotaba embriaguez, enfado y cansancio.
No me importa que te tomes licencias, por mi todo perfecto. No encontraba este mensaje que leí anoche, pensaba que estaba en la escena principal xD.
La suave y delicada voz de la recepcionista sonó al otro lado de la línea:
- Siento terriblemente importunarle sr. Chevrolet, pero acaba de llegar un muchacho con un mensaje urgente de parte de... ¿Quién?- se oía como la recepcionista intercambiaba palabras con un muchacho joven por el timbre de su voz. Después volvió a dirigirse a Gaston -... me comenta que tiene un mensaje de John W. Ford, señor... ¿Le dejo subir a su habitación?- aguardó la recepcionisat la respuesta del malhumorado francés.
NOTA GUARDIÁN: Marca como destinatario únicamente al director por ahora.
- ¿Qué diantre querrá el Sr. Ford ? Por supuesto señorita, no le haga esperar. - Contesta Gaston con urgencia.
- Debo adecentarme deprisa antes de que suba el muchacho, no puedo recibirle de esta guisa.
El piloto francés se apresura a cambiarse de ropa y asearse lo más decentemente posible para recibir el mensaje. No presagiaba nada bueno.
Editado: Leí mal y pensaba que era Ford quién estaba aquí. Lógico, estaba ebrio xDDD
Al cabo de unos minutos, alguien golpea la puerta de tu suite. Te acercas y miras a través de la mirilla. En el pasillo, aguardan el botones junto a un muchacho de a penas veinte años, salvaguardado del temporal con un recio abrigo de franela gris, una bufanda de lana blanca y una gorra. Abres la puerta, y el botones tras decir que es el mensajero del sr. Ford, se retira a proseguir con sus obligaciones.
Mientra tanto, el muchacho mira el lujo reunido en cada uno de los rincones del hotel Ritz. Parece claro, que es la primera vez que entra en un hotel de este estatus.
- Realmente impresionante...- comenta el muchacho lanzando algún silbido exclamatorio. Tras llamarle la atención, el chaval parece recordar la razón que lo había traido hasta la puerta de tu habitación- ¡Ah, sí!... El sr Ford me ha dicho que debe presentarse lo antes posible en St John's Wood, puesto que ha habido un incendio en la casa del profesor Smith. También me ha sugerido, que avise al sr. Raymond Cobb, puesto que puede ser de ayuda.- explicó finalmente el muchacho.
Gaston queda fuertemente impactado por la noticia que le comunica el muchacho.
- ¿¡Un incendio!? ¡Sacrebleu! Debo darme prisa. Anda muchacho, hazme el favor de avisar al Sr. Cobb lo antes posible para comunicarle la noticia.
El piloto francés entra en un estado de nerviosismo que rara vez sacaba a la luz.
- Aquí tienes dos chelines muchacho, gracias por venir. Ahora date prista, no hay tiempo que perder.
Tras despedir al muchacho, Gaston se arregló lo más rápidamente posible y tras cerrar la puerta de su habitación de un sonoro portazo, se dirigió a St. James.
- No se preocupe señor. Yo me encargo de llevar el mensaje.- saliendo rápidamente de la habitación de Gaston con una sonrisa de oreja a oreja, tras recibir las monedas del francés.
Si vas a la casa de Smith, ya puedes postear en la escena principal, puesto que allí están John, Paddy y Lea.
La noche se mantenía fría, pero por algún tipo de razón divina, había dejado de nevar. En la silenciosa noche de Londres, los ruidos de las campanas y las sirenas de coches de bomberos y policia sacaron a Raymond de frágil sueño. Cuando se levantó y se asomó al cristal de la ventana de su habitación, pudo ver que una columna de humo negruzco se levantaba en la zona noroeste de la ciudad.
- Algún incendio- pensó sin darle mucha más importancia, pero luego cayó en la cuenta... - ¿La casa del profesor?... ¿Me estaré volviendo loco?- casi sin poderse responder, el timbre de su casa sonó en mitad de la noche. Elizabeth se despertó mientras con alboroto exclamaba: - ¡¡Por el amor de dios!! ¡¡Son casi la una de la madrugada!!... No abras mi amor... Vuelve a la cama...- y su bella mujer se volvía a arrebujar entre las sábanas canteando su cuerpo hacia el otro costado.
Usted decide.... XDDDD
Un poco adormilado me pongo el batin, las zapatillas y el pequeño revolver que guardo en la mesilla de la habitación y me dirijo hacia la puerta de la casa - espero que no sea nada, aunque cierto es que no creo en las casualidades - y al llegar a la puerta miro por la mirilla mientras pregunto - ¿Si? ¿Quien llama a estas horas? -
El muchacho cubierto por una larga bufanda y un abrigo algo calado por la nieve, se acercó todo lo que pudo hasta la mirilla. De su boca salía un blanquecino y vaporoso hálito blanco, lanzado sobre sus manoplas contra sus manosplas como un ejercicio inútil de hallar algo de calor.
- ¿¿Sr Cobb??... Me envía el sr Ford para que le diga que la casa del profesor ha sido presa de un terible incendio...- comentó el muchacho mientras se agitaba de un lado para el otro intentando entrar en calor...
Abro rapidamente la puerta - Entra en la casa chico y calientate un poco que debes de estar helado, y cuentame todo lo que te han dicho - y tras cerrar la puerta cojo una de las gabardinas del ropero, se la paso por encima de los hombros y aprovecho para respirar hondo y calmarme - Entonces te envia el Sr. Ford para avisarme de un incendio ¿y te han dicho donde puedo encontrarlos? -
El muchacho se arrebuja en el interior de su gabardina, mientras intenta calentarse de la fría noche londinense. Luego mira con unos ojos abiertos de par en par a Raymond. - Señor, primero fui al Hotel Ritz a avisar a un tal Gaston Chevrolet, y luego, me dijeron que viniera hacia aquí a darle la noticia. La casa del profesor Julian Smith ha sido presa de un salvaje incendio. El señor Ford, me comentó que estaban allí, intentando averiguar qué ha sucedido. Si desea encontrarse con ellos, lo esperan en St John's Wood, pero abríguese porque hace un frío de mil demonios.- explicó de forma dificultosa debido al temblor ocasionado por la gélida temperatura de la noche.
- Esperame aqui entonces que te dare una propina por tu eficiencia muchacho - y me dirijo a mi habitación rapidamente a cambiarme y abrigarme - Cariño he de irme, la casa del profesor Smith ha sido presa de un incendio y han mandado a un muchacho para darme el recado - y cuando acabo de preparame le daoy un casto beso en la frente y salgo de la casa con el chico - Vayamos hasta alli que seguro que conoces todos los atajos para llegar lo más rapido posible -
El muchacho asintió y salió presto de la casa de los Cobb. Sin perder un segundo, comenzó a guiar al corresponsal por las nevadas calles de Londres. Por suerte, hacía ya un buen rato, que el temporal había amainado, y aunque la noche seguía siendo fría, no tenrer que bregar con la nieve, era toda una bendición.
Finalmente, tras una dura marcha a través de calles de dudosa transitación, el dúo llegó al lugar donde el desastre se había desatado. Lo que días atrás fuera el hogar del profesor Smith, un lugar de sapiencia donde toda mente intelectual era bien recibida, yacía como un macabro monumento de amasijos calcinados.
Casi sin poder dar crédito a lo que tus ojos están viendo, intentas llegar hasta las primeras líneas donde un equipo de bomberos empiezan a recoger sus cosas. Llegar a posiciones avanzadas no te cuesta demasiado puesto que la calle, a pesar de cuatro curiosos entrometidos, se halla bastante desocupada - Antes había mucha más gente.- comenta el muchacho, aunque tú no das mucha importancia a sus palabras.
Cuando llegas hasta el perímetro de seguridad, la voz de tus compañeros te extrae de tu absorta y desagradable sorpresa.
Ya puedes pasarte a la escena principal.
Espera a que alguien te salude... quedará mejor.