Partida Rol por web

Horus - II

Convocatoria (Cap. I)

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07/03/2014, 16:47
Mike Yaddow

-Pues no se cuando piensas hacerlo si prefieres ir a Egipto que a Las Vegas, desde luego me parece que vas a estar una temporada sin verlo, pero bueno, supongo que después podéis aprovechar el tiempo perdido, aunque prefiero no saberlo.

Mike miró la foto que su hermana enseñaba. Desde luego estaba guapa y sonriente. Mike se rió. Nunca les diría que cuando estaba a solas con él si que sonreía, pero era cierto que después podía ponerse bastante seria, siempre había sospechado que su hermana y Sam no le caían muy bien pero nunca había abordado el tema esperando que se arreglara, claro que si la habían amenazado de alguna forma no le extrañaba que Jennifer se hubiera enfadado. Siguió riendo de todas formas.

-Mel, ese no es su novio, es su hermano y esa foto fue en la boda de él. Lo se porque lo conocí y teníamos amistad, incluso estuvo a punto de invitarme a su boda a pesar de que ya no salía con Jennifer. Pero me anoto el consejo, a la próxima, si es que hay alguna, intentaré hacerla reír, aunque eso de salir con alguien hasta que vosotras digáis... creo que ya es demasiado, podríais estar vengandoos de mi haciéndome salir durante años con alguien insoportable.

La conversación volvió a girar entorno al posible viaje a Egipto, que su hermana ya daba como totalmente hecho.

-Bueno Sam, si no te cae bien tu jefe siempre puedes dejar que Mel cumpla su amenaza, estoy seguro que no lo volverás a ver. Y Mel... ¿Siempre tienes que ser tan desconfiada conmigo? No se quienes van a ir, pero si estamos hablando del mismo grupo de gente que está en Facebook... Yo diría que sois las más guapas si, no hace falta que me ataques con la Katana, no quiero que te hagas daño, o verme obligado a usar mi hacha de guerra. Y sí, creo que es sutil. Mike intentó aguantarse la risa. Es una pena que no quieras añadir nada más. ¿No ves que nadie responde? Creo que no lo han pillado.

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10/03/2014, 12:06
Estel Highwater

El mensaje era igual de seco, igual de impersonal, y casi igual de vacío. O de demasiado lleno de implicaciones y signos, como si estuviera escrito en un código secreto cargado de obviedad. Aunque lo último, quizás, era sólo su impresión, como un defecto de oficio o un defecto de herencia. Estel deslizó el dedo por la pantalla de su comunicador mirando el mensaje de Fadil y, en la soledad repentinamente forzada, en aquel silencio únicamente roto por el ruido de la ducha sin palabras, apagó la mente. La mente, aquello que le permitía estar de pie aún cuando lo único que quería era estar en el suelo, ovillada, oculta. Silenciosa, abstraída. Olvidada. Pero no podía hacerlo. No, no quería hacerlo. No lo había hecho desde que había despertado en el hospital, ni en ningún momento de los que siguieron. No quería, y no podía. Por ellos. Por sus padres. Por Lottie. Por Omar. Sobre todo, y ante todo, por Omar. Omar…

Estel sintió que las lágrimas le quemaban el cuerpo, una vez más, como lo habían hecho justo antes que llegase Omar de su viaje. Lágrimas que habían permanecido meses reprimidas y ocultas, y que emergían a cuentagotas. Lágrimas que eran emoción y angustia, dolor y risa, silencio, recuerdo. Dolor, pesadilla. El cansancio volvió a golpearla de lleno y le obligó a dejar el comunicador a un lado, sobre el brazo del sillón, para evitar que se cayera cuando se le aflojase el cuerpo. Aquello no tardó en llegar, el temblor en las rodillas, el hormigueo en la punta de los dedos, y Estel se sujetó del respaldo para no caerse al suelo. Sólo a veces, sólo fugazmente, las pastillas hacían bien su trabajo.

Sin embargo, repentinamente se envaró, mirando hacia el baño. La ducha continuaba fluyendo, interrumpida por un cuerpo debajo, como único sonido que lo tapaba todo en el pequeño apartamento. Pero por algún motivo hubiera jurado… juraría… Había percibido algo, o escuchado algo, no sabía exactamente qué. Mas sin poder controlarlo y sin entenderlo, el llanto se hizo profundo y desgarrador, confluencia del dolor de más de una vida, tanto que la obligó a alejarse de allí por si Omar salía de golpe del baño. Para que no la encontrara así. Para que no viera lo que realmente sucedía.

Joder, por Dios. Encerrada en la pequeña cocina, y apoyada en la mesada, Estel se secó furiosamente el rostro con una servilleta. Joder. Abrió el agua fría y se mojó los ojos, para bajar la hinchazón que seguramente comenzaba a emerger. La ducha había parado y, ella sabía, a partir de allí Omar le daría unos quince minutos antes de volver a aparecer. Tiempo suficiente. Joder. El agua ardía, pero hizo el efecto esperado, aunque sólo podía desaparecer los vestigios de la piel y no del alma. Cerró el grifo, y volvió a sentirse agotada, vacía. Joder.

Respirando hondo, volvió al salón, para que Omar la encontrase allí. Recogió su comunicador y se lo dejó en el brazo del sillón, para que lo tuviera al volver. Cogió el suyo propio, pensando en el silencio de Charlotte, y se dio cuenta de que tenía mensajes en Facebook. No sentía curiosidad, como tampoco la había sentido por el sobre, aunque el sello era de la Universidad de Columbia. Sin embargo, tras volver a escribirle a Lottie, les echó un vistazo.

Al volver al salón, Omar la encontró sentada en el sillón, escribiendo una biblioteca con las cejas.

- ¿Recuerdas el grupo aquel de Facebook de los Yaddow? – le dijo, levantando la mirada hacia él. Una mirada llena de cariño, de amor, aunque con un dejo de algo. ¿Evaluación? ¿Comprobación? – Pues se ha convertido en una fiesta en toda la regla, o como dirías tú, un nido de pajas mentales del cual podrían nacer mil niños – le enseñó el comunicador, aunque sabía que se lo rechazaría. Ninguno de los dos tenía ganas de aquello, pero… – Lottie y Sean han estado interviniendo… Sin embargo, lo interesante es que parece que a la mayoría de nosotros nos han invitado, pero a algunos los están llevando allí por trabajo. Una, la amiga de los Yaddow, va a construirles un sistema informático a los del hotel – Estel movió la cabeza, la respuesta inconsciente de la criptóloga, y perfiló una sonrisa – Y otro va a filmar un videoclip, de nadie sabe exactamente qué, con ayuda de otro, que aparentemente es coreógrafo. Incluso nos invitan a “salir de extras”. Y hay gente que ya está hablando de una… tremenda coincidencia, hilos del destino, extraterrestres y otras derivaciones.

Volvió a mover la cabeza, pensando en su padre. Recordaba algunas cosas que le había contado que le habían dicho con lo de los atlantes y la Mastaba… Ah, sus padres. Estel palmeó el sitio a su lado para que Omar llevase su escultural culo hacia allí. Era evidente que había pasado del sobre, y no le culpaba. Ella misma lo había hecho, y planeaba seguir haciéndolo.

- En fin… Con eso último, evidentemente el asunto viene de más arriba, no exclusivamente de Fadil y su invitación. ¿No crees? – agregó, pinchando al periodista en su vena – Ah, y he escrito de nuevo a Lottie. Su silencio me preocupa, sobre todo si se lo ha tomado demasiado a pecho. Si no contesta en unos minutos, la llamaré para hablar directamente – le miró, directo a las ojeras gemelas a las suyas, y levantó el dorso de la mano para acariciarle la barba recién recortada - Tú también puedes pasear tu bienhallada cara acicalada en la conversación, por supuesto. Nada de celos.

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10/03/2014, 13:19
Estel Highwater

Lottie, lo anterior era una broma. Si ha sucedido, venga, no pasa nada. Espero que no estés contestando por estar muy ocupada en cosas más placenteras que removiendo cielo y tierra por ello, ¡que nos conocemos, chiquilla!

 

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11/03/2014, 12:10
Isabelle Dunne

Isabelle entró en el piso andando detrás de su hijo mientras hacia un esfuerzo titánico por no alargar la mano y comenzar a organizar toda aquella leonera. Sus hijos eran muy diferentes, pero había algo en lo que se parecían como si fueran gemelos, y es que carecían del don de tener su espacio ordenado. Sean jugaba con la ventaja de que compartía el piso con sus amigos, por lo que solo le correspondía un tercio de todo aquel desorden, lo cual tampoco lo eximía totalmente de culpa, pero ponerse ahora a ordenar aquello no era el motivo de su visita.

Se sentó cuando su hijo la invitó a ello, viendo como recogía lo que quedaba sobre el sillón pero sin fijarse realmente en los detalles. Su mente estaba ocupada en barajar mil y una posibilidades de lo que sus hijos se traían entre manos y, sobre todo, en qué tendría ella que decir en relación a esas posibilidades. El abanico era tan amplio y extenso que solo dejar a su cerebro perderse en las combinaciones le estaba mareando.

-Deja eso ya, no importa. No he venido a montarte una discusión por como tenéis el piso y estoy segura de que las visitas no se iban a quejar –le dijo con una sonrisa mientras el gesto que le iba a hacer para que se sentase a su lado murió en el instante en el que lo pensó, pues su hijo se lanzó a hablar.

La primera frase de su hijo la dejó perpleja, tirándole por tierra el 95% de sus suposiciones.

¿No van a ir? ¿Entonces? Entonces no hay nada que decir, todo lo que tenía pensado... bueno... ¡que sorpresa!

Pero lo siguiente que dijo su hijo la dejó con la boca abierta. Sin saber que decir, sin saber como reaccionar. Solo cuando Sean cogió aire para seguir hablando logró articular dos preguntas.

-¿Quiénes? ¿De qué estás hablando?

Su cara era la viva estampa de la sorpresa, de la estupefacción, del miedo ante lo que le quedaba por escuchar. Sintió un frio seco invadirle el corazón ante lo que su hijo tenía que contarle, sintió su boca seca, como sus pulmones parecían no querer coger aire y tuvo que echar mano de toda su fuerza de voluntad para no perder la compostura delante de su pequeño. Se le pasó por la cabeza que todo aquello no era más que una broma de Sean, pero estaba demasiado serio y, a la vez, tan nervioso, que algo en su interior le dijo que mantuviera la boca cerrada hasta que él terminara de hablar.

Observó en silencio cada una de las fotografías que Sean le mostró, escuchó los comentarios y las suposiciones, lo que él y Charlotte parecían haber descubierto, la relación entre aquel bufet y varios de los hijos de los elegidos. Se bebía la información que estaba recibiendo, sorprendida y asustada a partes iguales, pero intentando que sus emociones no se dejaran percibir desde el exterior. No quería asustar a Sean, no quería que viera la tormenta interior que se había formado dentro de su alma al escuchar aquellas noticias, no quería dejarse llevar por la heridas que ya pensaba cerradas y olvidadas tras tantos años de felicidad junto a Shawn, uno de los regalos que recibió de Egipto.

Percibió, sin saber exactamente cómo, que su hijo había dejado de hablar y que la miraba inquisitivamente. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que él terminara su relato hasta ese momento? Isabelle no sabría decirlo. No estaba preparada para aquello, no de aquella forma, no de aquella manera, no en aquel momento. No sin Shawn.

Alargó la mano hacia la de Sean y la agarró con fuerza, tirando de el suavemente y atrayendo a su hijo hacia ella. Lo abrazó cariñosa y largamente, intentando trasmitirle una seguridad que ella misma no sentía en aquellos momentos y que tardaría bastante en sentir después de aquellas noticias. ¿O era ella quien necesitaba de aquel abrazo para no vacilar? ¿Para mantener los pies en la tierra?- Y no vas a ir Sean, no tienes porque ir, nadie te va a obligar... –le dijo suavemente en su oído mientras lo abrazaba- Tu mismo lo has dicho. Charlotte y tu habéis averiguado todo esto que me has contado y habéis pensado en no ir. No vais a ir, está bien pensado. Escucha, cuando todo aquello pasó, mucha gente murió aquella tarde, Olam entre ellos. Sinceramente pensé que con su muerte y con la promesa que nos hicieron los dioses todo se olvidaría. Ellos prometieron no entrometerse de nuevo en la vida de los seres humanos...y la muerte de Olam cerró la página de la participación de los seres humanos en aquella locura. Nunca había pensado que alguien seguiría los pasos de Olam...-se separó de su hijo, mirándolo a los ojos e intentando averiguar que pensaba realmente Sean de todo aquello- ...pero realmente de eso no hay nada en internet, ese tipo del bufet, ese tal Harun no tiene porque tener nada que ver con Olam y su familia, tal vez lo estés, lo estemos, magnificando todo realmente, intentando ver fantasmas donde no los ahi –dijo pensativa- pero déjame pensarlo un poco más. Todo esto es tan imprevisto que, que realmente no sé qué decirte o hacer –le dijo siendo todo lo sincera que podía en aquellos momento, con él y con ella misma, por supuesto- Pero lo que sé es que es mejor que no vayáis. No estaría tranquila sabiéndoos allí rodeados de gente que no sabemos qué es lo que buscan. ¿Y dices que visteis a ese hombre en Madagascar? –preguntó con un tono de inevitable temor en su voz por lo que podía implicar aquella pregunta- Bueno, Charlotte lo sabe, asi que tendrá cuidado, no tenemos de qué preocuparnos. Y vuelve en pocos días. Así que listo, no tenemos de qué preocuparnos, no tenemos de qué preocuparnos...

Lo estaba consiguiendo ¿verdad? No se estaba dejando llevar por el miedo dejante de Sean.

-De acuerdo, mándale un mensaje a tu hermana ahora mismo y pregúntale que día vuelve finalmente y el horario del vuelo. Y le confirmas que no vais a ir a esa quedada en Egipto con los demás hijos…es más…dile que organice esa reunión en su apartamento si quiere. Tiene mi permiso, que me llame si no te cree. Pero solo se invita a los hijos de los demás Elegidos, ¿de acuerdo? –si, buena idea, así los tendría a todos controlados en su misma ciudad, aunque...- si obviarais invitar a esa tal Sam, a Fadil y a Olivier sería aún mejor...-dejó caer, porque si ellos tenían relación con el bufet no los quería en su apartamento, pero iba a ser excesivamente complicado- obviar invitarlos a ellos tres. Puedes decir que es por orden mia, así nadie os podrá poner pega ni os dirá nada. Y si alguien se queja me lo pasáis -Llamaría ella misma a su hija, pero pensó que si era su hermano quien le decía todo aquello tendría más aceptación, porque tenía la idea de que a Charlotte iba a ser complicado convencerla para que no fuera

Era Egipto, el lugar al que siempre había soñado ir.

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11/03/2014, 22:17
Samantha Johnson

Puso los ojos como platos al ver la foto, y por mucho que Mike explicó alzó la ceja en gesto desconfiado.

- ¿Seguro? ¿No será que no quieres reconocer que está con ese tipo por la pasta? Tiene pinta de ricachón estrafalario, y ella de florero. ¿Se dice así, florero?

Había conocido en su vida a unos cuantos que habían cambiado totalmente, ya fuera para mejor o peor. Jennifer no tenía que ser una excepción, un imposible. Se puso a buscar datos sobre la mujer y verificar que Mike no se estaba autoengañando, el pobre podría estar cayendo en un bucle depresivo enmascarado por tanta gracia.

- Ay, chicos... Que no, que Will es majo. No le hagáis nada que me paga bien y puedo hacer muchas cosas interesantes gracias a sus recursos. Si los planes salen como queremos os aseguro que habrá un antes y después a nivel de seguridad informática. Y no me vas a sacar más, Mike -Le sacó la lengua.

Se carcajeó a más no poder cuando se burló de Mel tratándola como un Gremlin, sobretodo después de decir que ambas eran muy guapas.

- Mike, eres único a la hora de girar la moneda. Pasas de la alabanza a la burla en un plis -Continuó riendo-. Después de tal piropo creo que te quedarás soltero toda tu vida. Mel va a ponerte las cosas difíciles con tus nuevas conquistas.

En cuanto le dio el toque para mirar el FB se puso a ello.

- Sí, eso es el súmmum de la sutileza -Rió-. Ya veremos si les hace gracia visitar la Mastaba, pero está claro que terminarán yendo. Cuando se den cuenta Mel los guiará hacia allí, eso si no os perdéis antes en el desierto... Y no seas impaciente, Mike, ya contestarán.

El cambio de conversación, por nimio que fuera, estuvo bien. Sabía que Mel podía molestarse de verdad si continuaban machacándola con tanta burlas.

- No he mirado, pero debería ser el estándar internacional. Aún no me han dicho si llevaré otro equipo, pero como saldré pronto y no han dicho nada supongo que la red está estandarizada. De todas formas echa un vistazo a la web del hotel, tiene que poner en alguna parte ese tipo de datos. 

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11/03/2014, 23:21
Charlotte Dunne

Charlotte guardó un instante de silencio, esperando escuchar alguna señal de que Didier estaba en la caseta, pero tras unos segundos se dio cuenta de que no iba a ser así.

Miró alrededor, a las sombras que escondían la vegetación de la reserva, sombras que magnificaban los sonidos de los animales nocturnos a los que hacia ya tiempo que se había acostumbrado y, más que causarle temor, la acompañaban, pero no escuchó inicialmente señales de vida del nativo. Se iba a quedar con las ganas de hablar con él aquella noche, de despejar una duda con la que poder tranquilizar a su hermano, y a ella misma realmente.

Y entonces sonó de nuevo su comunicador. No pudo evitar sobresaltarse al escuchar el sonido y sentir su muñeca vibrar y, cuando se dio cuenta de lo que era, se avergonzó de sobresaltarse de aquella manera, pero no estaba acostumbrada a llevar el aparatito aquel colgando de su mano mientras trabajaba. Pero algo le había impulsado a ponerselo aquella noche, tal vez simplemente se sentía más segura y más cerca de Paris con aquello apretado en su muñeca.

Leyó el mensaje y contestó enseguida, aunque sabía que, por mucho que Estel dijera, su primer mensaje había ido totalmente en serio y que ese segundo, solo respondía a lo mucho que su amiga la conocía. Y ahora mismo Estel estaria pensando que ella estaría intentando arregla el desaguisado e intentando evitar lo inevitable. Y sería totalmente cierto, si no fuera porque aquella vez, ella no tenía ni idea de lo que sabían o no sus padres.

Tal vez no debería haber dejado que Sean hablara con papá. Conociéndolo los habrá puesto de los nervios con alguna historia de las suyas, o incluso les habrá colgado el teléfono si alguno de los dos ha intentando profundizar más en cualquier cosa relacionada con su viaje a Madagascar o a la invitación a Egipto.

Contestó rápidamente, un mensaje corto y conciso, para no tenerla esperando. Cuando llegara a su cabaña posiblemente la llamaría directamente y les contaría lo que había descubierto.

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11/03/2014, 23:33
Charlotte Dunne

¡Hola guapa! Siento haber tardado en contestarte, he estado un poco liada. Yo no he hablado con ellos, pero Sean tenía que llamarlos, espero que no lie demasiado las cosas. ¿Donde andáis? Cuando esté de vuelta en mi cabaña me gustaría llamaros, una llamada de video, con vosotros dos, os hecho de menos. ¿Como os viene? Si estais fuera de casa o tenéis planes, dime la hora a la que os venga bien.

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12/03/2014, 06:50
Sean Dunne

Era justo lo que Sean necesitaba. El aplomo que su madre demostraba por fuera le tranquilizó. Se abrazó a ella con fuerza, y quedó en sus brazos como un niño asustado. Entendía porqué su madre quería dejar fuera a Sam, una amiga de los Yaddow que nada tenía que ver con todo aquello. También lo de Fadil, que después de todo era egipcio, y pudo ser abducido por esa secta y volverse de los "malos". ¿Pero Oliver Booth? Sean no lo entendía, ni tampoco lo cuestionaba. Y sin Oliver para dar la nota, su coreógrafo tampoco podría venir. Y dejar fuera a Fadil era dejar fuera a Nefissa. Y poco a poco la lista se hacía más corta.

Se separó de los brazos de su madre y reflexionó. Lo enumeró todo buscando la conformidad de Isabelle.

Nos reuniremos en París, antes de la fecha de la quedada en el Hotel de Fadil. Entonces seríamos... Los Mosqueteros de Madagascar y los Yaddow. Total, seis. No hablaré através del muro, les mandaré mensaje privado. Aquí lo hablaremos todo con calma.

Intentó buscar una fecha pasando las hojas de un pequeño calendario que había en una estantería cercana.

Creo que primero preguntaré a Lottie cuando vuelve, y lo organizaré todo en esas fechas. Ah, y nada de vuelos con escala en Egipto. He de recordarle eso a mi hermana.

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12/03/2014, 14:21
Nathan Morrison

- Bueno, no sé como de liberales serán los egipcios con el tema del nudismo... - respondió Nathan siguiendo convenientemente la broma del bañador. Sin embargo, la frase que había quedado colgada al otro lado de la línea y que había concluido con el speech de su amigo Oli parecía necesitar una respuesta. Durante unos instantes flotó en el ambiente esperando ser contestada.

- No eres un patán, Oliver... ya lo sabes. De hecho, si te centraras un poco más en recordártelo a tí mismo y en centrarte en ello estas cosas te pasarían a diario.

Una nueva pausa se hizo entre los amigos. Parecía como que, una vez más, el bailarín podía leer en la mente y el alma del músico aunque no mediasen palabras.

- Y no... estoy convencido de que no la vas a joder. Así que ni lo sugieras... Nos vemos luego en el piso y organizamos maletas. ¿De acuerdo?

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12/03/2014, 19:18
Mike Yaddow

-¿Lo decís en serio? ¿Jennifer la aventurera, la que se fue a la selva del amazonas, casada con un ricachón estrafalario? Le gustaban las flores, pero no tanto como para convertirse en florero chicas. Además también sonreía cuando estaba conmigo...

Mike se quedó pensativo primero y después sonrió ante las palabras de Samantha.

-¿Hacerle algo? ¿Acaso temes represalias por espantarme alguna chica? No tengo nada en su contra Sam, pero tienes que admitir que es muy sospechoso que esté relacionado con todo lo que hemos descubierto últimamente, solo es una comprobación sin más, no creo que vayamos a descubrir que tu jefe es batman por las noches o algo así, seguramente sean muchas casualidades juntas. Además es un hombre que va a cambiar el mundo y su seguridad gracias a la chica más lista que conozco. ¿Estás segura que no quieres compartir nada conmigo? Sabes que no te sienta bien guardártelo todo ahí dentro, eso es muy malo, además así vas a hacer que tenga más ganas de husmear y no seré el único, aunque te aseguro que ningún hacker se enterará del proyecto por mí, eso ya lo sabes, pero siempre hay filtraciones y gente que quiere contribuir a esas cosas, aunque sean probándolas desde afuera con ataques.

Mike se encogió de hombros, era normal que Samantha no pudiera decir nada, aunque en su fuero interno él se moría por la curiosidad, aún así no iba a arrinconarla ni a ponerla en una situación difícil. A diferencia de Mike, ella se tomaba muy en serio su trabajo y él no quería hacer nada que la pudiera perjudicar. Pero para romper esos momentos de trabajo y seriedad siempre tenía a Mel cerca para hacer bromas con ella.

-Oh, pero ninguna de las dos van reñidas, se puede adular, o en este caso, tratándose de vosotras, decir las verdades de todas las buenas cualidades que tenéis y también bromear un poco para que no os convirtáis en unas creídas, siempre hay que tener los pies en la tierra y saber que todos somos buenos, pero nadie es perfecto. Y no te preocupes, Mel lo va a tener muy fácil con esas nuevas conquistas, sabes de sobra que hace meses que no salgo con nadie, porque la chica del fin de semana en los cayos no cuenta, fue solo... un intercambio intercultural con una turista. A estas alturas habrá vuelto a Italia y ya ni se acordará de mí, bueno tan solo cuando comento alguna de las fotos que cuelga en Facebook. Es una pena que no tenga amigas como Mel para hacerle comentarios sutiles ¿No crees? Y si contestarán, cuando hayamos vuelto de Egipto a este paso. ¿Mirarlo en la web? ¿Así sin más? Había pensado colarme en los servidores del hotel antes de que tu les metas mano, puedo dejar un recuerdo y todo, así tu jefe tendrá que pagarte más jajajaja. O Mel puede usar toda su sutileza y preguntarle a su nuevo amigo...

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13/03/2014, 20:11
Melyssa Yaddow

- Es una relación que nos tomamos con calma, Mike. Puede ser el definitivo. Hay que crear una buena base para el futuro. No se sabe dónde acabaremos trabajando y si queremos que dure nuestra relación, no podemos quejarnos por estar separados. Ya veremos que pasará y tranquilo, no te voy a contar como recuperamos el tiempo perdido. En realidad echaba de menos las tardes con Patrick y un ligero suspiro era el testigo silencioso de ello.

- ¿Es su hermano, en serio? Pues no se parecen en nada, tú. ¿Ves? Sam piensa lo mismo. Si el hermano fuera tan guapo como ella, nos alegraría la vista, pero el pobre parece que se quedó con la parte fea de la herencia familiar.

- No, no voy a poner nada más, que no respondan si no les da la gana. Seguro que solo piensan en que uso darles a esas habitaciones de lujo. Yo empiezo a pensarlo también... Hum, veamos... En primer lugar, necesito saber que tiene una buena cerradura, quiero tener la certeza de que Mike se queda fuera. En segundo lugar, que tenga servicio de habitaciones, estaré un día entero metida ahí y viendo pelis, ya sabéis que me da eso de vez en cuando. Y en tercer lugar que la cama sea enorme, así podré poner todo a mi alrededor y aún así tener sitio. No hace falta que me miréis con esas caras, ya sé que eso podría hacerlo aquí, no hace falta irme al desierto, pero, ¿de verdad podría hacerlo? Mike estaría dando golpes sin parar en mi puerta, papá me cortará la luz si no le respondo cada hora y mamá, mamá sería la única que entendería mi situación y lucharía con estos dos monstruos prohibidores del “día cine”.

Mientras Mel contaba su propio drama los otros seguían con sus propios asuntos. Nombrar al jefe de Sam le atrajo de nuevo la atención.
- Hablando de Will, ¿que tal va vuestra relación profesional? ¿Por qué no lo invitas a cenar esta noche y le das el postre en tu cuarto? Le dijo sutilmente a su amiga mientras le guiñaba un ojo segura de que Mike no pillaría la indirecta.

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14/03/2014, 10:16
Oliver Booth

- ¡Oh, venga Nat! No te portes como si fueras mi padre, que para eso ya está él - le dije yo, para cortar de raíz su tono paternalista.- De acuerdo, ya casi he terminado con mis cosas, en cuanto esté voy a tu casa y comprobamos que lo llevamos todo. ¡Te veo en un rato!

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14/03/2014, 17:11
Mike Yaddow

-¿Puede ser el definitivo? Si me dieran un euro por cada vez que yo he dicho eso os podría pagar el viaje... Pero me alegro por ti, ojalá lo sea, aunque no cantes victoria, todavía no lo hemos conocido ni Sam ni yo, Sam podría amenazarlo con liquidar a su mascota o algo así. ¿Verdad Sam? Pero en cuanto pases el trámite y te demos el visto bueno puedes convertirlo en tu amor eterno si así lo quieres. De todas formas una relación a distancia no es lo mejor ni mucho menos, se pierde uno las mejores partes de todo, tarde o temprano tendrás que plantearte volver a Las Vegas o él tendrá que venir a vivir aquí. Y cuando digo aquí no me refiero a esta casa, que se busque un piso para vivir contigo, aquí ya somos demasiados.

Mike se encogió de hombros ante la pregunta, nunca había estudiado biología y genética con mucho interés así que desconocía los caprichos de la naturaleza, pero lo que estaba claro es que dos hermanos podían ser absolutamente distintos entre ellos.

-Bueno, yo es que salí guapo porque estuve junto a ti nueve meses y algo se me tenía que pegar, pero hay hermanos que uno es feo y otro guapo, los dos guapos, los dos feos... Pero lo de la herencia familiar si que acertaste, lleva todas las empresas de su padre, Jennifer no quería saber nada de eso, así que si que se le puede considerar un hombre con éxito, incluso ha estado ampliando el negocio, parece que las cosas le van bien. Me alegro por él, es un tio muy majo.

La falta de respuestas en Facebook había acabado por desilusionar a la misma Mel, y eso no estaba bien porque así no seguiría poniendo sus perlas y Mike se divertiría menos.

-Bueno, ten en cuenta que hasta hoy habían tardado mucho en contestar, debe ser gente que no está muy pendiente de estas cosas. Y para tu información, los hoteles modernos tienen cerraduras electrónicas con tarjetas magnéticas, son fácilmente clonables, así que por tu seguridad haré una copia de la tuya no vayas a perderla y no poder entrar. Supongo que Sam vaya a encargarse de que eso no se pueda hacer o que sea muy difícil así que lo haré antes de que ella llegue, o quizás vaya a probar su proyecto supersecreto de ultrasonidos en ese hotel de Egipto y estemos asistiendo a uno de los grandes logros de la humanidad. Ya lo estoy viendo. Abrió la palma de las manos e hizo como que marcaba un cartel imaginario. Samantha Jonhsons, si quieres su pelo usa nuestro champú. ¡Ah no! Eso era otra cosa jajajajajaja. No, no. Samanta Jonhson, ella hizo el mundo más seguro, las hermanas podrán tener su día de cine sin interrupciones gracias a ella.

Miró con suspicacia a su hermana y sobre todo a su amiga tras la última pregunta de Mel, hecha, como siempre, con gran sutileza.

-¿Me he perdido algo? Quizás queráis contarme algo que se os haya olvidado comentarme...

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18/03/2014, 20:31
Sean Dunne

Sean alejó el portatil para que la webcam tuviese más ángulo. Lo que se veía era un sofá en el centro de un mar de desorden, ropa esparcida, paredes amarilleadas por la humedad... una isla de decencia reciente y apresuradamente limpiada para la ocasión. Sentados en aquel sofá, tan solo dos personas.

En un rincón de su pantalla, el gráfico del audio no dibujaba ni una sola onda. Desenchufó los cascos (como si tuviese algo que ver con aquel problema) y trasteó un poco en las opciones. Las otras imágenes en el ordenador llegaban por multiconferencia.

Probando... probando... Ya.

Se alejó de nuevo para sentarse en el sofá y empezó su exhortación.

Buenas... Algunos de vosotros no me conocéis... ¿Me oís? Probando, probando... Sí. Decía que alguno de vosotros no me conocéis, y os estoy mirando a vosotros, hermanos Yaddow. Me he puesto la misma sudadera con la que aparezco en el perfil de facebook para que veáis el parecido. Soy Sean Dunne.

Lo primero de todo, comprobad las ventanas. Deberíais tener seis ventanas webcam, incluyendo la vuestra. Revisadlo. Tenemos la imagen de Mike Yaddow. Saluda, Mike. Melyssa... Estás guapísima a pesar de los píxeles de la imagen. Desde el continente negro, mi hermana Charlotte... El continente negro es África. Y por último las cámaras de Omar Echenique... ¿Qué tal, Omar? Y Estel Highwater. ¿Qué tal lo tuyo? ¿Mejor? Me alegro.

Me gustaría resaltar que Estel y Omar se han tomado las molestias de coger cada uno su portátil, para disimular como si no estuviesen en cuartos adyacentes. Sois una pareja encantadora. ¡OS QUIERO! ¡UN ABRAZO!

Y por último, esta jovencita tan arrebatadora que tengo a mi lado es mi madre... Saluda, mamá. Mi hermana Lottie parece que tiene algunos problemas técnicos. Nunca se le dió muy bien la tecnología...

Empiezo.

Hace poco recibimos la interesante oferta de una estancia en un hotel rodeado de desierto. Por cierto, ¿alguien se ha visto la película Diez Negritos, de 1974? No la encuentro para descargar en ningún lado, y por lo que leí de la sinopsis parece que se inspiraron en esa película para organizar todo este viaje. ¿No? Es igual.

Sobre el hotel: es una trampa. Atención, repito: es una trampa. Hay un tipo supersiniestro que se llama...-Sean hace una pausa para leerse algo apuntado a boli en la palma de su mano-William Stevenson. Este hombre está moviendo hilos para juntarnos a todos en el hotel de Fadil sin que nosotros sepamos de su existencia. Su bufete de abogados ha tramitado la contratación de Sam, organizado el videoclip de Oliver y Nathan, financiado la reconstrucción del hotel de Fadil y Nefissa... Ha estado espiando a mi hermana en Madagascar... Madagascar está en África... que como lo vuelva a pillar rondando a Lottie lo reviento.

Conclusión: prohibidísimo ir a Egipto. ¡Por favor! ¡No habléis todos a la vez! Que con el lag nos llega el sonido antes que la imagen, y nos atropellamos las palabras.

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20/03/2014, 17:19
Mike Yaddow

La conversación se vio interrumpida por la entrada de la vídeo conferencia iniciada por Sean y pronto la pantalla de su portátil se llenó de pequeñas ventanas que comenzaban a mostrar rostros más o menos familiares de los últimos días.

-Hola Sean, hola Señora Dunne, encantado de hablar con vosotros, aquí se oye y se ve perfectamente, espero que vosotros a mi también. Creo que las otras ventanas van bien, alguna parece que tarda algo más en conectarse pero igual es problema de mi conexión. Y hola al resto, espero que también me podáis ver y oír. Mike saludó con su mano sonriente.

Dejó que Sean siguiera hablando y escuchó muy atentamente cual era el motivo de la videoconferencia. No se mostró sorprendido en ningún momento, salvo cuando dudó si en el año 1974 ya había cine y por supuesto no había escuchado nunca hablar de aquella película, y mientras tanto hacía algún movimiento afirmativo de cabeza mientras intercambiaba miradas entre su portátil y su hermana.

-¡Lo sabía! ¡Sabía que algo estaba pasando! ¡Os lo dije! Dijo mirando a su hermana mientras se acordaba de todas las dudas que había tenido y que tanto Sam como ella estaban empeñadas en ignorar para seguir adelante con el viaje. Sean, yo también sospechaba. Había conseguido averiguar que el jefe de Sam tenía que ver con ella, con Oliver y también con el hotel pero nada más, no he conseguido saber porqué hace todo esto, ni con que motivo. Sospeché de Fadil también, pero parece que su invitación es cosa suya personal, claro, que tampoco hay pruebas de lo contrario. ¿Ha estado espiando a tu hermana? ¡Será cabrón! No tenía muchas ganas de ir a Egipto y ahora no me queda ninguna. Dejó de mirar a la pantalla y miró directamente a su hermana. Lo siento Mel, ese viaje es demasiado peligroso, será mejor que te conformes con ir a Las Vegas como habíamos pensado, está visto que este viaje tiene motivos ocultos y no creo que sea buena idea ir. Sean, gracias por la información. ¿Como has averiguado todo eso?

A Mike le podía la curiosidad de como alguien había podido encontrar esa información, había cosas que no eran fáciles de encontrar y unir. Sean debía de entender de informática bastante para haber averiguado tantas cosas. Mike se puso a pensar en lo que podía hacer para investigar más profundamente lo que estaba pasando.

-Supongo que habrá que avisar a Nathan y a Oliver, ellos seguramente tampoco saben nada... No incluyó a Fadil y Nefissa porque para él todavía seguían siendo sospechosos de aquella conspiración o lo que fuera. Y hablaremos con Sam, ella puede ayudarnos a averiguar más cosas sobre este asunto.

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20/03/2014, 22:38
Samantha Johnson

- Vamos, chicos... Reconozco que es muy sospechoso, todo tan relacionado y eventos que juntan a los descendientes. Te doy un punto, Mike, pero de ahí a husmear en serio a mi jefe hay un trecho. Me gusta lo que estoy haciendo y por majo que sea Will no dudo que me echaría a la calle si se entera.

Fue bueno no insistir sobre el asunto.

- Reservad los billetes en abierto, así a la mínima de cosas raras os vais a casa. Yo tendré que hacerme la fuerte por los tres, me toca quedarme -Se encogió de hombros imitando una actitud conformista-. Y tranquilo, Mike, por tentador que sea convertirme en el postre de Will mejor mantener el coqueteo fuera de la línea profesional. Hablando de postres... ¡me muero por un coulant de chocolate con salsa de vainilla!

La expresión de Sam era de puro éxtasis, como si estuviera saboreando el delicioso postre.

- Os amo, con locura, pero os voy a dejar por el coulant. En serio, se me ha entojado de verdad -Sonrió- Y por cierto, querida -Miró a Mel-, ya puedes ir preparando a Patrick porque a la vuelta lo vamos a someter al tercer grado.

Se carcajeó a gusto pensando en las posibles situaciones en las que iba a poner en apuros a Patrick.

- Ciao, amores. Sed buenos, o malos. Lo que sea mientras lo paséis bien -Les guiñó un ojo con picardía.

Un par de besitos al aire y cerró la sesión. Tenía mucho en lo que pensar, pero lo haría después de comer el coulant de chocolate.

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21/03/2014, 20:11
Sean Dunne

¿Que cómo lo averigüé? Buah... Supongo que se podría decir que tengo la perspicacia típica de los Dunne-había que aprovechar a decir esto mientras los Yaddow no conocían al atolondrado de Shawn-. Mi hermana me ayudó un poco en la investigación. Como también es Dunne...

Los audios casi se superponían, y a Sean le costaba mucho entender las partes en las que atropellaba las frases de Mike. Pero cuando mencionó a Sam, Sean dió un salto en el sitio.

¡¿Qué?! ¡¿Avisar a Sam?! Nononono... A ver, la cosa es así... Sam no es una descendiente del Clan de la Mastaba-cada vez acuñaba más este término, y esta vez le vino muy bien para no decir delante de su madre algo así como "los viejunos de nuestros padres que viajaron a Egipto y se fliparon todo"-. Sam es el cebo. Es la manera que tenía Willy el Malo para haceros ir a Egipto: que vayáis de parranda con una amiga.

Y es muy probable que esa rubiaca también fuese el cebo para hacerme ir a mí, pero eso no viene ahora a cuento...

Ignorad a Sam. Willy el Malo no le hará daño porque si lo hace habrá destapado sus cartas, pero si espera siempre puede utilizarla de cebo para atraeros en otra ocasión. Mientras Sam no sepa nada de nuestras sospechas, estará a salvo. Porque si lo averiguase, podría tratar de jugar a los espías. Y si la pillan, Willy el Malo ya sabría que nosotros lo sabemos.

Otra cosa muy distinta es el tema de Oliver y Nathan... Pero a ellos tampoco podéis avisarles. Su grupo-consultó las notas escritas en su mano, pero la tinta se le había corrido un poco-"Pizarra Usada" ha progresado mucho con la discográfica. Ellos tienen un éxito y un estatus que se lo deben todo a Willy el Malo. Corremos el riesgo de que alguno de ellos esté colaborando a sabiendas con Willy el Malo por motivos económicos.

¿Confiaríais en Fadil y Nefissa, cuyas voluntades pueden estar compradas por ese pedazo de hotel que les ha venido caído del cielo? Pues lo mismo con Oliver y Nathan. Lo diré más superlativamente: si Willy el Malo sabe que nosotros lo sabemos, ya no tiene porqué guardar las composturas y puede hacer daño a Sam. ¿Confiáis lo suficiente en Oliver y Nathan como para arriesgar la vida de vuestra amiga Sam?

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22/03/2014, 00:23
Charlotte Dunne

Charlotte llamó un par de veces más a Didier, pero el silencio fue lo único que resonó en la oscuridad de la noche.

Habrá salido a hacer la ronda. No importa, si alguien hubiera venido a buscarme me lo hubiera dicho, él o la persona con la que hubiera hablado y, desde que he vuelto del hotel en la playa, nadie me ha comentado nada sentenció mientras volvía tranquilamente a su cabaña. Había sido una reacción de niña pequeña, pensar que había un tipo en la isla intentando espiarlos. Era una solemne tontería. Habría ido a la isla a cerrar algún negocio o algo así, todo había sido pura casualidad y no había de qué preocuparse.

Llegó a su cabaña pero, aún a pesar de todo, cerró la puerta con el cerrojo para poder dormir tranquila. Se estaba preparando para irse a la cama, cuando escuchó la llamada entrante en su ordenador. Su reacción fue mirar la hora ¿Qué hora era en Francia? ¿Su jefe a aquellas alturas? Cogió su ordenador y lo colocó en la mesa, se sentó bien en la mesa de trabajo y lo abrió. La llamada era de su hermano.

Sonrió, sabía que la volvería a llamar después de pensarlo todo tranquilamente y ver que se habían hecho... ummm ¿como le había dicho él en alguna que otra ocasión? Ah, sí, pajas mentales. Pues eso, que ya habría visto que todo había sido una paja mental en toda regla.

Aceptó la llamada de conferencia entrante, dispuesta a reírse con él un buen rato de todo aquello. Pero no estaba preparada para lo que apareció en pantalla.

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22/03/2014, 17:35
Charlotte Dunne

Charlotte miró sorprendida las imágenes que fueron apareciendo unidas a la conferencia. Porque era eso, una conferencia a varias partes, y no una simple llamada de teléfono como ella había esperado.

Una chica morena salía la primera en un recuadro en la parte superior izquierda de su pantalla. La reconoció enseguida, Melyssa Yaddow. ¿Qué ha pasado desde que Sean me colgó el teléfono hace un par de horas para que organice una conferencia con ella? ¿Cuántas veces la ha llamado ya? ¿Y qué pinto yo en esta llamada?

Pero la segunda ventana la dejó aún más sorprendida. Mike Yaddow. Imposible confundirse de chico con esa sonrisa. Charlotte comenzó a sospechar que aquella llamada no tenía nada que ver con la que estaba esperando, porque en esa llamada no tenía sentido tener invitados.

Omar. Su querido Omar. Era la tercera ventana que se le abría. Serio e impasible mirando a la pantalla con una expresión indescifrable. Charlotte pestañeó desconcertada. ¿Los hermanos Yaddow y Omar? ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué ha estado haciendo Sean a mis espaldas? Charlotte arrugó un poco el ceño, temiendo mirar la siguiente ventana, sabiendo quien estaría allí.

Dios mío. Estel. La sangre le abandonó el rostro, porque una idea le vino repentinamente a su cabeza. El contenido de un mensaje de texto enviado unas horas antes que ella no había podido responder porque no sabía la respuesta, respuesta que tenía su hermano. Y algo le decía, algo le estaba gritando en su mente, al mismo volumen que una sirena de evacuación, que aquella llamada iba a tener que ver con lo que Estel le había preguntado en su mensaje.

-¿¡Mamá!? –exclamó con voz ahogada cuando vio a su madre sentada junto a su hermano en... ¡No puede ser! ¿Se ha plantado mamá en el piso de alquiler de Sean? ¿Por...? ¿Para...? ¡Oh, oh! Estel y Omar me van a matar...

Y el rostro de su madre, cuando sus miradas se cruzaron, fue un poema para ella. Y Estel y Omar estaban conectados en la llamada, y su hermano se lo había largado todo a su madre... Sintió como le faltaba el aire un instante. Justo el instante en que su hermano comenzó a hablar como si la comunicación se fuera a cortar en el siguiente segundo.

Todos lo hemos pensado alguna vez. Siempre hemos pensado que en esa situación en la que tu jefe, en la que la persona que peor te caer del universo, o el chulo de turno, están delante tuya pavoneándose, metiéndose contigo o cualquier cosa similar, uno podía convertirse en superhéroe, lanzar una llamarada por los ojos y achicharrar a aquel tipejo, o darle un puñetazo y dejarle sin aliento, estamparlo en la pared, hacerlo desaparecer o cualquier cosa similar y quedarse uno en la gloria. ¿A que sí? Y si tu respuesta es que no, no hay problema, seguro que algún día esa sensación te sorprenderá mientras miras a alguien con ojos de incredulidad y te acuerdas de esto que estás leyendo ahora.

Cuando su hermano comenzó a contar todo aquello, Charlotte hubiera deseado tener el don de poder manejar el tiempo a su antojo. Detenerlo, retroceder hasta el momento en el que había pensado llamar a su hermano para contarle todo lo que había averiguado desde que había recibido el mensaje de Fadil...y decidir no hacer la llamada.

Pero no tenia superpoderes. Y estaba a miles de kilómetros de su hermano.

Escuchó estoica la exposición de los hechos que estaba dando su hermano sin evitar abrir los ojos desmesuradamente cuando lo escuchó amenazar a William, y se quedó completamente pálida cuando lo escuchó prohibir el viaje a Egipto. Miró a su madre intentando ver su reacción, pero por la expresión que mantenía, nada de aquello era nuevo para ella. Sean terminó de hablar y enseguida entró a la zaga Mike dejando claramente ver que también los hermanos Yaddow habían averiguado algo y también habían sumado dos más dos. Quiso sacar de su error a Mike en un arrebato de defensa del no presente, pero era como su hermano, imposible de callar. Y cuando lo hizo, Sean volvió a replicar sin dejar tiempo a nadie más y haciendo que el gesto de intervenir de Charlotte se perdiera en sus exclamaciones y sus gestos. Charlotte miraba a una y a otra de las ventanas, se sentía peor con cada palabra que se decía, y con cada cosa que Sean estaba soltando ¿De donde había sacado todo aquello? ¿Se lo estaba inventando a raíz de todo lo que ella le había contado o es que había averiguado algo más que, evidentemente, no le había contado?

Cuando el silencio invadió por un momento la conversación, Charlotte levantó las manos en un gesto de atención, o de súplica, para que la dejaran hablar. Estaba totalmente pálida, los ojos abiertos por la sorpresa y la incredulidad y por un poco de indignación, sí. No sabía a quién mirar exactamente, así que se centró en Sean, ese que si no fuera su hermano ahora estaría en serio peligro de muerte de mil y una maneras diferentes...

-Hola a todos... -dijo despacio y controlándose visiblemente para no subir el tono de voz y liarse a discutir con su hermano- Melyssa, Mike, encantada de conoceros por aquí... Estel, Omar... -hizo un gesto que ellos conocían muy bien. “Sin palabras, sin comentarios”- Mamá. A ver, esta conferencia es una sorpresa para mi no tenía la menor idea de que Sean la iba a organizar con todos vosotros...eh... a ver... como explicar lo que siento tras haberos escuchado... -miró a todas y cada una de las miradas que sentía fijas en ella en aquellos momentos, que poco le gustaba sentirse el foco de atención- Sé que todo lo que hemos podido averiguar por internet nos ha llenado de dudas. A mí la primera. Lo que parecía inicialmente una proposición maravillosa y genial, ha dado un giro de ciento ochenta grados, pero... a ver... nadie me ha estado espiando, eso lo primero. Simplemente William Stevenson ha estado aquí en Madagascar, pero eso no ha implicado nada más, habrá estado de vacaciones o cerrando algún negocio. Su contacto conmigo fue un breve tropiezo en el aeropuerto y él siguió su camino. Nada más. ¡No me ha estado espiando! ¡Sean, no amenaces así a alguien sin saber! ¡Y sé cuidarme sola! No vuelvas a decir algo así... -había levantado la voz porque no le había gustado el cariz que había tomado la conversación en aquel tema ni lo protector que podía llegar a ser su hermano cuando se tomaba en serio un tema de aquella índole con ella. Intentó devolver a su voz su tono normal- Lo que quiero decir es que no saquemos las cosas de contexto. El no tiene por que estar detrás de ninguna conspiración egipcia para llevarnos a todos a Egipto y hacernos daño, lo único que sabemos de él es lo que viene en la wikipedia y todos podéis leer. El resto son fantasías que nos montamos nosotros solos.

Hizo una pausa y vio como todo el mundo la miraba y nadie decía nada, así que continuó- He sido la primera que he leído todo lo del bufet y me he asustado, no os voy a decir que no. Son demasiadas casualidades para no estar organizado. ¿Qué tenemos? Un bufet que gestiona la casa de Olam, que se lo da a Fadil para que lo dirija, que también es el propietario de la discográfica para la que trabaja Olivier, el mismo bufet que ha podido contratar a Sam y a Natham. Y Fadil que invita al resto de los hijos de los herederos para ir a la casa de Olam reconvertida en hotel para su inauguración. El resultado sería, que si todos vamos, estaríamos todos los hijos de los Herederos en el mismo lugar en el que todo ocurrió hace treinta años. ¿Casualidad? Realmente no lo creo. ¿El motivo? No lo sé. Mike, tu mismo nos contactaste para conocernos. Tal vez la idea de Fadil era la misma, pero poniendo el lugar adecuado, ese hotel. Tal vez ese bufet solo pretenda crear un golpe de efecto teniéndonos a todos allí, una buena propaganda para el hotel, el mundo publicitario juega con esas cosas aunque haga treinta años del suceso de la Mastaba. Es un gran trabajo, pero no me extrañaría. Intento ser un poco objetiva, porque reconozco que la que ha provocado que mi hermano haga esta llamada he sido yo. Leí todo lo que encontré por internet y, y me pareció todo tan sorprendente que... vale, reconozco que me asusté un poco y creo que asusté a Sean con mi llamada, pero al escucharlo ahora a él y a ti también Mike, me he planteado muchas cosas, entre ellas si no estemos exagerando demasiado. No creo que nadie quiera hacerle daño a nadie, si lo quisieran ya saben dónde estamos y quienes somos, es más fácil y discreto hacerlo uno a uno que juntarnos a todos en Egipto. Y además, ¿por qué? ¿por qué buscarían hacernos daño? No consigo encontrar una respuesta.

En aquel momento, una pequeña mancha borrosa se vio moverse tras Charlotte como caída del cielo, la francesa dio un bote poniéndose rápidamente de pie, asustada, se escuchó su pequeño grito y se la vio girar bruscamente a su derecha para tirarse al suelo y desaparecer de la pantalla que mostró la imagen de una pequeña cabaña de madera con una enorme ventana en uno de los laterales abierta a la negra noche de Madagascar. Y el silencio.

Segundos más tarde, la pelirroja cabeza de Charlotte apareció en la pantalla a juego con su rostro totalmente rojo y una sonrisa avergonzada en sus labios- Disculpad. Sam ha saltado sobre mi espalda, no me lo esperaba, pensé que estaba dormido... Lo he tirado al suelo de mala manera.. espero no haberle hecho daño...–dos enormes ojos en un rostro diminuto, aparecieron entonces encima del hombro de la muchacha, entre su pelo. Charlotte puso un mechón de pelo tras su oreja, la contraria a donde estaba el pequeño lémur e intentó pausar su respiración que se había acelerado a causa del pequeño susto.

-Ejem..sigamos. En fin, que lo que quería decir y ver que opináis es que he pasado de la ilusión al recibir la invitación, a la ansiedad de que me dieran vacaciones, a la sorpresa al ir leyendo todo lo que hay en internet, a la sospecha más intensa de un plan realizado a nuestras espaldas, a sentir que nos están usando como marionetas para algo que desconocemos y al temor a ir a Egipto... para derivar ahora mismo en curiosidad. Bastante curiosidad, para ser sinceros. ¿A qué viene todo esto realmente? ¿Quién está o no dentro del ajo? ¿Saben Sam, Olivier, Natham, Fadil y Nefissa de que va ese bufet? Tal vez sí, pero tal vez no. Aunque inicialmente, como ha dicho Sean, yo prefiero dejarlos al margen de nuestras sospechas, por prevención. Pero, ¿tiene todo esto relación directa con lo que les pasó a nuestros padres hace treinta años? O, realmente no, me refiero a...

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22/03/2014, 17:48
Isabelle Dunne

Isabelle sonrió a la pantalla y saludó a todos los presentes- Hola chicos. A los que conozco y llevo tiempo sin ver–dijo mirando a las imágenes de sus queridos Estel y Omar- y a los que estaba deseando conocer –terminó mirando las imágenes de los hermanos Yaddow. No se parecían demasiado a su padre, saltaba a la vista, pero eran una pareja llamativa, de eso no había duda. En último lugar miró la imagen de su hija, que poco a poco se estabilizaba en la pantalla, con una ligera sombra de preocupación en la mirada que intentaba disimular- Pensaba que ya estarías acostada, Lottie, allí debe ser muy tarde y seguro que mañana tienes que madrugar.

Pareció darse cuenta de que no estaba sola, porque pareció que iba a añadir algo más, antes de desistir y volverse a mirar a su hijo, esperando a ver cómo iba a enfocar lo que él tenía que contar a los demás.

Su hijo le había soltado tan rápidamente que iba a hacer aquella llamada que no había dado tiempo a nada, ni a organizar decentemente todo lo que ahora estaba viendo que salía por la cámara, ni a saber exactamente qué iba a contarles a los demás. Y tampoco ahora le dejó tiempo para añadir ni comentar demasiadas cosas más antes de que se lanzara a la descripción de todo lo que le había contado a ella.

Escuchó a Sean, al retoño Yaddow y de nuevo a Sean. No quería dejar que ninguno de sus sentimientos afloraran y fueran percibidos por los jóvenes, pero su corazón ardía en sentimientos encontrados por lo que se estaba diciendo en aquella conversación y su mente estaba al mismo tiempo allí y de vuelta al calor de Egipto.

Cuando habló Lottie la sintió más que escucharla. Sabía lo que ella sabía de su aventura en Egipto, sabía lo que la intrigaba, lo que le producía y se imaginaba sus reservas, su miedo. Sobre todo por Sean. Sabía que si algo no le cuadraba no pondría a su hermano en peligro por nada del mundo. Y vio el esfuerzo que hacía por no decirle nada a él, por no regañarle delante de todos. ¿Así que ella ha sido la que le ha dicho a Sean todo esto? Estoy segura de que se está arrepintiendo, por eso su cara del comienzo de la conversación, no sabía nada de esto y Sean no le ha avisado antes. Sean, sabes que a tu hermana esas cosas no le gustan... en fin, ya hablaréis los dos.

-O, realmente no, me refiero a... -dijo Charlotte en aquel momento.

-...a si realmente tiene algo que ver con Olam y compañía o solo es una, ¿cómo has dicho?, ¿estratagema publicitaria? -preguntó, sorprendida por la idea de su hija. Pensó en eso unos instantes. Ella también se había dejado llevar por la historia que le había contado su hijo y no había visto más allá de lo evidente, de lo que su corazón le trasmitía. Pero ahora estaba confusa. Suspiró. Aquello era difícil, y mucho más teniendo tantos espectadores. Una cosa era hablar delante de sus hijos y otra, mucho más diferente, hacerlo delante de dos muchachos a los que hacia escasos minutos que había conocido- Para mí y, creo que para el resto de Elegidos, aquello terminó hace treinta años –elegía sus palabras cuidadosamente. ¿Hasta dónde sabían los hermanos Yaddow de todo lo que sucedió?- Se nos prometió que nunca más se mezclarían ambos mundos, por decirlo de alguna forma, por lo que nunca hemos pensado en aquello más que como algo que sucedió y terminó, sin ninguna implicación para el futuro aparte de la que llevamos en nuestro interior todos los que estuvimos allí –su mirada se posó suavemente en Estel y le sonrió cariñosamente- Todo esto me ha pillado por sorpresa, como a vosotros. No sé qué pensar de todo lo que he leído después de lo que estamos hablando aquí. Es todo tan... evidente y tan fácil de encontrar usando internet que... -desvió su mirada a Sean y suspiró de nuevo- ...que me hacen dudar. ¿Qué opináis el resto? ¿Habéis encontrado algo que nos ayude entender más qué está pasando realmente?