Partida Rol por web

Horus - II

Zurich: "Ankunft" (Cap. II)

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14/02/2015, 13:56
Enara

-HOOOLAAAAA!!!

Siguió gritando Enara mientras corría hacia ellos, aún riendo y con los ojos brillantes. Por un segundo pareció que se dirigía a Omar, pero su casi imperceptible gesto fue cazado al instante, procesado y comprendido, algo que debería ser posiblemente extraño en una chiquilla de seis años. Y, aunque así fuera, Enara cambió de rumbo una pizca, lo suficiente para que sus pasos la llevaran a enterrarse en los brazos abiertos de Estel, y hundir su cuerpecito menudo y rollizo en el regazo de la mujer.

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14/02/2015, 14:05
Udjat

El contacto con Enara fue como una sacudida eléctrica, una descarga seca, dura y tremenda. No física, o por lo menos, no sólo física. También hubo un relámpago mental que te dejó en blanco.

A tu alrededor el paisaje se esfumó, se disipó en una fracción de segundo, Omar, el Internado, la vegetación. Sólo tú, y tus sensaciones. Y una Enara extraña, adulta. Una fuerza psíquica te arrasó, situándote en un plano fuera del tiempo, y, desde luego, de lugar.

Había un mensaje en todo eso, pero no pudiste entenderlo. Enara no te transmitió angustia, sino una extraña seguridad en sí misma, y fatalidad, en el sentido de una misión aceptada. Un destino, aunque no en la dimensión trascendente de la palabra, sino algo mucho más terrenal, concreto, y a corto plazo. Quizá porque esa Enara no era una niña de seis años.

De pronto sí viste el agua, el lago. O un lago, o algo parecido a un lago. Y en él tú también. En él, en el agua, dentro. ...¿ahogándote...? Una extraña sensación de "déjà vu" te inundó, nunca mejor dicho. Viviste el blanco y la luz, y el negro y la muerte. No fue malo, ni violento. Fue... distinto a todo. Liberador. Era... una respuesta. Una solución...

Y, también de pronto, la sacudida cesó. Y todo regresó. Omar, el internado. Y Enara, y el lago.

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14/02/2015, 17:12
Comunicador

Recibes en ese preciso momento la respuesta a tu mensaje a Lottie:

Claro, ya. No es nada grave y os montáis los dos sobre la marcha en un avión rumbo a Zurich. Os recuerdo que, aunque pelirroja, no soy tonta y, para variar, me preocupo. Omar, si tu hermana está bien realmente como dices, estoy segura de que le vendrán estupendamente bien unas vacaciones. Cógela y traétela a Paris. Pasará con nosotros cuatro estos dias antes de irnos a Egipto, y mis padres estarán ilusionados con una visita de tus padres a Paris para recogerla o... unos dias de vacaciones con tus padres en cualquier lugar. Estáis todos invitados, para que no me pongas excusas. Estel, tu también ¿eh?. Y si no está bien, por favor, llámame y cuéntame que ocurre y como esta la pequeña una vez que estéis con ella. Que no te importe la hora, estaré pendiente del móvil a cada segundo.

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16/02/2015, 15:24
Estel Highwater
Sólo para el director

Notas de juego

Te anticipo lo del otro post, pero te lo pongo antes para que Equis no se dé cuenta tan rápido de hubo algo más: cuando Estel la mira a los ojos a Enara, está buscando descubrir a ver si ella ha sentido algo, o ha visto algo, o recuerda algo de lo que acaba de suceder. Intuye que puede haber sido algo como lo que ella vivió en su estado catatónico, de lo que dicen y repiten que Enara no se acuerda nada, pero Estel sabe que una niña inteligente y criada con aquellos padres (y tíos) sabría callarse determinadas cosas aún cuando las supiera, y contárselas sólo a determinada gente.

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16/02/2015, 15:27
Estel Highwater

Estel se dio cuenta del gesto de Omar y del viraje en la corrida de Enara. No había pasado el estrés traumático de una guerra para no poder observar los más mínimos detalles. No conocía desde su primera respiración a Omar como para no intuir lo que él haría a su espalda. No era hija de una astrónoma para no saber calcular con los ojos la trayectoria, aceleración y ángulo de movimiento de los cuerpos. Pero todo aquello no hizo sino que su sonrisa se volviera aún más marcada, más profunda y más brillante. Agachada, flexionó las manos una vez en el aire, probando la resistencia de su hombro como acto reflejo, y esperó la inevitable colisión de aquel bólido celeste contra su cuerpo.

Cuando llegó, y la golpeó con toda aquella intensidad, le quitó el aire de los pulmones y fue como una sacudida eléctrica. Electricidad y calor extendiéndose por cada músculo, cada sitio en contacto, curvando hacia adentro todos sus músculos. Los brazos de Estel se cerraron instintivamente alrededor de Enara, trayéndola a su cuerpo como si la escudara o si no quisiera que se alejase nunca, y apoyó su cabeza contra los cabellos negros de la niña.

No supo cuántos segundos o minutos permaneció así, inmóvil. Quizás más que los que debería, quizás más de los que había pasado nunca. Parpadeó, finalmente, y no se movió aún mientras sus ojos escrutaban sus alrededores, por encima del hombro de Enara, acudiendo sin descanso al filo del césped y la silenciosa superficie del lago. Sus dedos se movieron apenas sobre la tela, escrutando la textura bajo las yemas, el calor a través de las fibras y el latido de la sangre que había debajo. Exhaló de pronto una respiración que no se había dado cuenta que estaba reteniendo, y acarició con la mano izquierda el cabello de la niña que aún estaba en sus brazos.

- Hola, querida niñasusurró, como si no pudiera levantar la voz – Qué bueno verte de nuevo.

Comenzó a deshacer el nudo de sus brazos, para cogerle del rostro y mirarle a los ojos, ojos claros como dos prismas contra ojos oscuros como dos espacios. Estel buceó en las pupilas de la Echenique buscando algo, probablemente confirmando por sí misma que Enara realmente estaba bien, antes inclinarse y besarla en la frente con profundo afecto. De inmediato, se inclinó a susurrar en su oído y comenzó a erguirse sobre sus pies.

-  Ve con él, vamos, que tu hermano se muere por abrazarte – agregó, con cierta travesura, al tiempo que la empujaba suavemente hacia él.

Pero cuando Estel se irguió, y miró a Omar, no había travesura en sus ojos. Su mirada era afectuosa y cálida como siempre, observando con atención que los hermanos se encontraran de nuevo, pero había tras ella algo más. Algo agudo, abstraído y lógico, filoso y analítico, como el que ella traía siempre frente a una ecuación de mil incógnitas, un nudo de información periodística no claro, o un código de criptografía difícil de resolver. 

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16/02/2015, 19:06
Omar Echenique

Omar dividió su atención entre el mensaje entrante y su hermana y Estel. Sonrió una vez pero era era fruto de ambas situaciones. Economía de gestos lo hubiera definido su analítica amiga. Y con igual economía rebotó el mensaje a Estel para que ésta pudiera leerlo íntegramente y sin los comentarios intercalados del propio Omar. Acabado aquello, su atención se centró en las dos, y fue testigo de la marea de afecto de Estel, de su necesidad de dar y recibir, algo que muy pocos habrían visto o llegarían a ver de la mano de aquella mujer.

Cuando llegó su turno, se acuclilló, esperando a que Enara acudiera a él. Y así lo hizo. La tomó entre sus brazos, levantándola en volandas a continuación, haciéndola reír mientras giraba sobre sí mismo antes de detenerse y caer al suelo, sobre el césped, jadeando y con Enara sobre él.

-Uff, pesas ya mucho, gordita -dijo haciéndole cosquillas-. No sé si podré hacer esto muchas veces más. Pero esto si puedooooo. Soy el monstruo de los besos. GRRRRRRRR -Omar se giró y Enara acabó en el suelo, prisionera entre sus brazos y piernas, sufriendo el aluvión de besos y carantoñas de su hermano-. Jajajajaja -acabó riendo, echado al lado y despatarrado-. Echaba de menos esto. Tendré que visitarte más a menudo, Enara -se volvió, tumabdo en el suelo y apoyó el rostro en la mano, el brazo acodado-. Dime, ¿qué tal los estudios? ¿Van bien? Y tus amigos, ¿son majos?

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18/02/2015, 13:29
Udjat

Cuando Estel fijó su mirada escrutadora en los ojos de Enara, buscando asomarse a su alma a través de ellos, no encontró esa comunión que esperaba. No hubo frialdad, cierto, pero sí... distancia. Había algo nuevo en la pequeña, algo distinto. Y ninguna respuesta, ninguna palabra.

Si lo que había sentido, visto, Estel a su contacto había sido compartido, no lo supo. Quedó en su interior, en su piel, en su mente. Enara simplemente rió, se deshizo de su abrazo, y se volvió hacia Omar, aceptando entre risas y gorjeos las cosquillas y el revolcón.

Mientras, a Estel le llegó el aviso de un mensaje entrante en su comunicador.

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18/02/2015, 13:35
Comunicador

Mensaje reenviado por Omar, de Lottie:

Claro, ya. No es nada grave y os montáis los dos sobre la marcha en un avión rumbo a Zurich. Os recuerdo que, aunque pelirroja, no soy tonta y, para variar, me preocupo. Omar, si tu hermana está bien realmente como dices, estoy segura de que le vendrán estupendamente bien unas vacaciones. Cógela y traétela a Paris. Pasará con nosotros cuatro estos dias antes de irnos a Egipto, y mis padres estarán ilusionados con una visita de tus padres a Paris para recogerla o... unos dias de vacaciones con tus padres en cualquier lugar. Estáis todos invitados, para que no me pongas excusas. Estel, tu también ¿eh?. Y si no está bien, por favor, llámame y cuéntame que ocurre y como esta la pequeña una vez que estéis con ella. Que no te importe la hora, estaré pendiente del móvil a cada segundo.

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18/02/2015, 13:37
Enara

No se hizo rogar. A la invitación de Estel la pequeña no respondió con palabras, pero sí con acción. Riéndose se lanzó sobre Omar, quien la recibió levantándola en volandas, y luego acabaron los dos en el césped entre cosquillas en un ovillo enmarañado de cariño y reencuentro.

-Jajajaja!! -intentó centrarse para responder las preguntas de Omar, pero estaba aún muy sorprendida.- ¿Como ez que habéiz venido? ¡No lo zabía! ¡Nadie me ha dicho nada de que vinieraiz!

Por fin, sentada en el suelo, se frotó los ojos y luego la nariz, ladeó la cabeza, y asintió con vehemencia.

-Miz amigoz zon muuuuuy guayz! Y he empezado a tocar el violín! Y me han zacado zangre! Y me han dado un paztelito de limón! Todo ezta mañana!

Sentenció, sonriente, contando cada cosa con los dedos.

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18/02/2015, 13:47
Udjat

Te das cuenta de que Enara cecea más que de costumbre. No es que te preocupe, pero no deja de ser extraño. Y notas algo, algo que no sabrías definir. Es como si estuviera... distinta. Es una niña, claro, como corresponde. Pero, quizá comparado con la última vez que la viste, la notas menos infantil, menos... cría. Indefinible, sí, la sensación. Y sin demasiada, o ninguna, razón de ser, u objetividad por tu parte que la respalde.

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23/02/2015, 17:47
Omar Echenique

-Así que te han sacado sangre, ¿eh? -acarició la cabeza de su hermana-. Eres una chica valiente que no se asusta con las agujas. Me gusta eso. Te has ganado un abrazo -cuando la tuvo entre sus brazos, la cabeza contra la cintura, miró a Estel con preocupación en sus ojos. Algo no cuadraba-. Y dime, Enara -dijo soltándola-, ¿estás jugando al ceceo? A mí no me importa pero deberías no hacerlo. Te acostumbrarás y luego te va a costar quitarte eso de la boca -hizo el gesto de escupir y sionrió encantador-. Sabes que a papá no le va a gustar. Ya sabes lo pesado que se pone con eso. ¿Te acuerdas de sus ejercicios de dicción para que dejaras de cecear hace unos meses antes de venir a Suiza? Al menos estando aquí te has librado de eso. ¿Sangre? ¿Te han sacado sangre? -puso cara de escandalizado como si no hubiera caído en la cuenta de algo importante-. ¿Por qué? ¿Quieren comprobar que no eres un monstruito?

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24/02/2015, 11:21
Enara

La pequeña se revolvió presta, soltándose de Omar, y poniéndose a saltar como un muelle. Sólo se paró ante el comentario de su hermano acerca del ceceo. Le miró con una mirada áspera, que hasta Estel pudo captar. Había... ¿ira...? en ella.

-¿Ceceo máz? Vaya.

De pronto la ira se esfumó, si es que había estado allí, y apareció otra cosa. ¿Astucia? Joder, ¡qué difícil era ver a través de las pupilas de una niña de seis años! Podría ser sólo el enfado a que le hubiera sacado el defecto a la luz. O no, o era realmente un juego. O una reacción ya no tan infantil. O muy infantil. Se echó a reír. A carcajadas.

-¡Ya no ceceo! ¡Sí que jugaba! Mira hermanito, ya sé hablar como tú. Sé decir "sangre", y "pastelito". Y "monstruito". Y no soy un monstruo, ¿vale? Me han sacado sangre para la revisión. ¡Soy una niña! ¡sooooy unaaaa niñaaaaa!

Canturreó girando alrededor de sí misma, sin parar de reír.

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24/02/2015, 14:02
Estel Highwater
Sólo para el director

Mensaje vía comunicador para Charlotte:

Estel, aquí reportándose. No es nada grave, en verdad, sólo ha sido algo fuera de lo esperado. Si no confías en la labia de este conquistador nato, confía en mí, que soy menos versada en palabras, jejeje. Y no te preocupes de más, Lottie, ¿vale?

Estamos aquí con Enara, que está enorme, y estoy dejándoles un poco de privacidad. Te hablamos cuando termine el round de amor Echenique-Echenique y estemos asentados en algún sitio.

Besos, querida.

PS: Sabemos que siempre nos quedará París.

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24/02/2015, 14:10
Estel Highwater

Un paso apartada, en segundo plano Estel observaba con expresión analítica recubierta de afecto la interacción entre los hermanos Echenique mientras rodaban por el césped. Sus ojos los seguían a ambos pero su atención, sin embargo, estaba puesta casi exclusivamente en Omar. Apretó los labios en una línea pensativa, abstraída, mientras maniobraba en piloto automático para sacar la cámara de la mochila y echar unas fotos casi sin ser consciente de estar haciéndolo. Luego, leyó el mensaje de Lottie rápidamente mientras seguía de reojo lo que hacían los otros que reían sin ella. Aún más abstraída, tecleó un mensaje en respuesta al de la pelirroja mientras levantaba la mirada por un instante hacia el sol.

Algo le dijo que tenía que volver a mirar. Quizás la voz de Omar hablando de un abrazo, uno que ambos sabían que podía ser usado para trasmitir cariño a la vez que ocultar de la otra persona la propia expresión del rostro. Estel giró, y cruzó una mirada analítica con la mirada de preocupación de Omar. Asintió, ligeramente, más con el semblante que con el cuerpo. Había algo que no cuadraba, sí, y no sabía exactamente si era lo que ella había percibido o lo que él habría percibido, aunque no parecían ser lo mismo.

Una punzada le recorrió el pecho y la espalda, suspendiendo el tiempo. Esa mirada de Enara, recubierta de aspereza e ira, una que no parecía suya…

Estel se rio, con una sorna casi malintencionada, suficiente para que Omar la mirase.

- Te dije que era más inteligente que nosotros dos juntos, Omar – dijo, mientras se adelantaba un paso y cogía a Enara por los hombros – Y si es un monstruo, al menos será uno que tocará el violín como los dioses o los demonios. Tú elegirás, Enara – agregó, traviesa, inclinándose para besarle el cabello.

Sobre la línea del pelo de la niña, los ojos de Estel buscaron los de Omar. Él podía leer su mirada como si fuera un libro abierto. Había preocupación allí, cierta confusión, y una profunda suspicacia. Eran ojos que habían dejado de sonreír, pues habían visto algo que le era motivo de alarma. Tras uno o dos segundos, la expresión de Estel se cerró herméticamente de nuevo, tras algo que pareció un sigamos la corriente, y volvió la sorna y la sonrisa.

- Espero que elijas lo de los demonios. Me muero por ver la cara de tu padre cuando le rompas el oído de madrugada – susurró a la niña, como si fuera otra niña complotando para una travesura – Pero, cuidado, te advierto: si se lo haces a mi madre, es capaz de comerte. Como un verdadero monstruo.

Se irguió en sus pies, sonriéndole a Omar en un chiste privado, y se inclinó para coger su mochila.

- Te trajimos algo, por cierto, además de revolcadas en la tierra – se agachó, revolviendo en el interior, y extrajo algo en el hueco de su mano derecha – Me recordó a ti cuando lo vi, y no pude decirle que no. Tampoco me resistí mucho. ¿Estás preparada? – Estel la miró a los ojos, desafiante, antes de sonreír y abrir los dedos.

Sobre su palma, descansaba una cadena blanca con un dije pequeño en forma de golondrina con las alas a medio extender, como a medio comenzar a volar. Estaba hecho de pequeños filamentos de metal y cristales, en un patrón caótico que recordaba a un fractal, en diferentes tonos de azul. Estel llevó la mano a su propio cuello, enredando su dije del ankh-y-la-estrella en sus dedos, uno que le habían regalado cuando era igual o más niña, poniéndolo frente a los ojos de Enara.

- Espero que te guste – sonrió, sin dejar de mirarla.

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25/02/2015, 15:31
Omar Echenique

Palideció levemente, algo inapreciable casi bajo su moreno natural y su mirada adquirió aquel extraño vacío que lo acompañó durante la guerra. Enara, su Enara, su hermana, ¿qué le ocurría? En ella se había obrado un cambio, sutil, vago, indistinguible salvo para quien la conociera, para quien tuviera un invisible cordón umbilical emocional uniéndolo a ella.

Observó los rápidos cambios, su extraño comprotamiento, más similar a un reseteo de información y acompasación adecuada a la nueva información recibida. como si de una IA se tratara. Ira, astucia, reafirmación... rápidos fotogramas que circularon ante sus retinas componiendo un corto cinematográfico.

Guardó silencio mientras Estel entraba en acción, su lenguaje corporal, sus palabras no dichas componiendo el diálogo y argumento de una historia no contada y a su mente volvieron las extrañas reflexiones de Estel en el avión. Ambos habían crecido con la historia de sus padres, eran los cuentos con los que se dormían, habían constituido una y cien veces la trama de sus juegos infantiles. Pero aquella era una historia obsoleta, caduca, que había finalizado. Así lo habían aprendido. Y sin embargo... Negó para sí, mirando el colgante que su amiga ofrecía a su hermana. Una golondrina, la representación física de su nombre, Enara.

Calló, aguardando el siguiente movimiento de lo que siendo nada se había transformado en una estrategia de ajedrez. Y observó.

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21/03/2015, 12:52
Comunicador

De Lottie a Estel:

"Hola guapa. No me preocuparé más de lo debido, por que sé que si ocurre algo me tendréis informada. Es raro lo que decís que le ha pasado a la pequeña, que yo sepa es la primera vez que le pasa algo parecido, pero lo importante es que fuese solo algo anecdótico. Te diría que me pasaras a la pequeña para hablar con ella, pero no sé si será posible. Odio esos internados y sus normas. Y si posiblemente les decís de hacer una conferencia con Madagascar os miren con ojos raros. Ya me dirás si es posible o me contarás donde habéis plantado el trasero. ¿Necesitáis que os reserve algún hotelito desde aqui cerca de la residencia o cualquier otra cosa? Es más fácil hacerlo desde la tranquilidad del día a día que estando tirados en las calles de esa ciudad gris."

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21/03/2015, 12:53
Enara

La pequeña volvía a reír y a gorjear, saltando de nuevo como un muelle, ahora sobre una pierna, ahora sobre la otra, ahora sobre las dos a la vez. Sus ojos almendrados formaban una línea estrecha, dejando ver apenas una diminuta fracción del iris negro como el carbón y brillante como el azabache. Se dejó abrazar, palmeando con manos y brazos el cuerpo de Estel mientras ésta la tomaba por los hombros y le besaba el cabello.

-¡Como un demonio! ¡Siiiii! ¡Toco como un demonio! Ñiiiiiic.... ñic ñic ñiiiiiiiic.... Ñeeeeeec....

Soltándose ya del abrazo, imitaba el gesto de tocar y los sonidos que emitía eran estridentes y agudos.

Paró de golpe cuando Estel sacó su regalo de la mochila. Muy quieta miraba con avidez el puño cerrado, esperando que lo abriera y revelara el hueco de la mano con su contenido. Y murmuraba contenida apenas.

-¿Qué es , eh, qué es? ¿Qué es?

El dije quedó al descubierto, y su rostro fue un suceso de sensaciones reveladas.

Admiración, absoluta. Un "Ohhhhh..." sincero, pleno, mientras tomaba la cadenita blanca y levantaba la forma alada a la luz del sol, que brilló en mil destellos de azul, como un fractal hecho joya. Reconocimiento, y con espontaneidad e inmediatez, la sonrisa embobada dibujada de oreja a oreja: "¡Un pajarito!". Y, enseguida, el parpadeo fugaz en los ojos aún entrecerrados, y la rectificación. "Una golondrina". Y la comprensión. "¿Sí...? ¡Sí!" Asintió, satisfecha, la sonrisa esta vez suave, con un trazo endurecido. La mirada seguía oculta entre las pestañas, apenas perfilada. "Enara".

Siguió un silencio breve y cargado de empatía por parte de todos, midiéndose, calándose unos a otros, una orgía de ondas y vibraciones, emitidas, recibidas.

-Soy yo, ¿verdad...? -Y luego, mirando el símbolo con el que Estel había empezado a juguetear en su cuello -¿...Tú eres... la estrella de la vida...?

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26/03/2015, 14:09
Omar Echenique

Omar rió con una carcajada límpida.

-Sin duda, Enara, hermanita mía. Estel es la estrella de nuestras vidas. Un regalo precioso, amiga. Demasiado, porque yo tenía reservada otra sorpresa para Enara aunque esperaba desvelarla más tarde. Pero Estel como siempre se ha adelantado y diría que se ha llevado el premio gordo. A veces te odio -fingió una cara mezcla de pena y enfado que pronto se rompió con una sonrisa y una nueva carcajada-. Había pensado pedir permiso al director de tu escuela y que nos fuéramos los tres a cenar pronto y así regresar a tiempo para que te acuestes con el resto de tus compañeros. En la revista del avión vi la publicidad de un restaurante japonés y con lo que te gusta el sashimi y los nigiris de pez mantequilla pensé que sería una buena idea. ¿Qué te parece, peque?

Por qué Omar dijo lo que dijo, ni él mismo sabría explicarlo. Había sido del todo improvisado. No había hecho plan alguno ni tenía previsto irse de cena con su hermana. Su única preocupación había sido el estado de la misma y aquello había cerrado su estómago y cualquier previsión de eventuales orgasmos gastronómicos. Pero algo le había impulsado a ello. A la cena y a la trampa tendida, porque Enara era alérgica al pez mantequilla y odiaba el pescado crudo, algo que Estel sabía perfectamente y desde siempre.

Pero nada se traslució en su cara, donde bailaba una sonrisa bajo unas cejas enarcadas interrogativamente, a la espera de la respuesta de su hermana pequeña.

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02/04/2015, 18:13
Enara

Enara reaccionó lentamente a tu propuesta. Parecía ensimismada contemplando el dije de Estel. Por un segundo estuvo ausente, en otra parte quizá, en otro mundo. Pero cuando captó lo que le estabas diciendo parpadeó, y te miró.

Y esa mirada, en su rostro infantil, fue otra cosa.

La fachada era la de ella, su cara, su voz.

Pero allí dentro, en el fondo, junto a la esencia de Enara, apareció aquello que buscabas. Un saber antiguo, viejo. Un cerebro y una experiencia. Y la mirada que te llegó solapada con la de tu hermana fue inquietante.

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02/04/2015, 18:38
Enara

Seguía mirando a Estel, al símbolo que pendía de su cuello, la pregunta bailando entre ellas, suspendida en el aire como un copo de nieve enorme y brillante. Pero no obtuvo respuesta de ella, sino de su hermano.

Apartó los ojos del ankh con dificultad, como si estuviera de algún modo atrapada por su significado, o su magia, o simplemente su forma. Y los posó en Omar, que reía y hablaba, hablaba con ella, y tardó aún unos momentos en centrarse en lo que él le estaba diciendo, en entenderle.

Cuando lo consiguió parpadeó pensativa, y entonces sí que sus ojos se avivaron de nuevo, encastados en la piel tersa, y sus pupilas fulguraron.

Estel vio esa mirada, la de una Enara ágil y lista a sus pocos años, inteligente sin duda. Una Enara de pocos años, sí,  que, sin embargo, habló como lo habría hecho un adulto. Por lo menos.

-Oh, hermanito. ¿Quieres librarte de mi...? Sabes perfectamente que no puedo tomar eso. Me hincharía hasta ahogarme en mi propia carne, mis pulmones ansiando el aire que no dejaría pasar mi propia garganta. ¿Eso quieres...? No, claro que no. Ni yo quiero tampoco nada que no haya pasado por el fuego purificador. Y... ¡estamos en Suiza! ¡No voy a comer otra cosa que no sea una divertida y jugosa raclette, o un buen estofado de ternera!