Partida Rol por web

Daenys sabía a qué hora comenzaba el torneo pero la noche anterior le había costado conciliar el sueño. Había muchas cosas que pasaban por su cabeza como para perder tiempo en dormir. El príncipe Maegor le había propuesto matrimonio y quería llevarla a Rocadragon, Pricilla parecía estar embarazada de alguien más y al parecer querían encajarle ese bebe a su hermano, Dhalia podía llegar a ser la legítima heredera de los Baelralys lo que llevaría a la ruina al linaje de sus hermanos, sin contar que podía ser una bastarda ¿La reina permitiría que su hijo se casara con una bastarda? Daenyra sabia esa respuesta y le aterraba que se diere ese escenario. Tantas cosas pasaban por el cerebro de la chica que a la hora del lobo aun se mantenía despierta. Era lógico que a la mañana temprano no llegara a despertarse a tiempo y tuviera que salir con retraso del castillo. Para cuando estuvo cambiada su familia había salido hacia un rato ya que los varones debían competir obligatoriamente, Naerys parecía que también acompañaba a sus hermanos así que Daenyra quedo sola en el castillo acompañada solo por sus doncellas que la arreglaban al máximo de su velocidad. Aun no había desayunado y tenia decidir si hacia eso o si salía directamente al campo de justas. Sabía que si viajaba sola llegaría más rápido pero también tenía en cuenta de que jamás la dejarían ir sin escolta o compañía así que incluso por mas que se apurara no llegaría a ver los primeros cruces del torneo de justas.

Era un día importante y parecía que todo pendía de un hilo. Había esperado que su madre se pronunciara respecto a lo que le había contado sobre el embarazo de Pricilla pero no parecía haber tomado una decisión o no quería contárselo a ella y sin saber qué haría, Daenyra no podía hacer ningún movimiento importante.

Tampoco había quedado resuelto el tema con su padre y la de Lys. La verdad es que temía que decidiera envenenarlos en la boda. Decidió que la pondría vigilancia. Se pasaría por la cocina y sobornaría a un par de chicas del servicio para que vigilaran a Dhalia. Sobre todo si se acercaba a la comida en algún momento.

Luego estaba el torneo. Algo le decía que el amante de Pricilla iba a intentar acabar con su hermano, por eso le había pedido al príncipe Maegor que se encargase del sujeto. No sabía si le haría caso, pero seguro que le pondría sobre aviso y quizás así pudiera proteger al heredero de los Baelralys.

Sabía que la mayor parte de la gente estaría en el torneo y ella lo que más deseaba era ver al príncipe pelear, pero también sabía que alguien debía vigilar el fuerte y parecía que le había tocado a ella.

- ¿Quién se ha quedado en el castillo?- preguntó a sus damas de compañía.

La dama de compañía se vio confundida con la pregunta y tardo un poco en contestar. -La mayoría de las casa están en el torneo o en el campamento.- Comenzó contestando. -Lady Ariadna se quedó ya que no quería asistirá al evento, se que tuvieron una discusión con Lord Andros por eso pero al parecer la chica no se lleva nada bien con su hermana y no quiere participar en nada relacionado al casamiento.- Agregó. -Luego están las diferentes personas del servicio de cada casa que se encargan de tener todo limpio y liso para sus señores.- agregó sin saber si esa era la respuesta que al chica buscaba.

Bueno, eso le ponía un par de deberes antes de poder ir al torneo. Quizás con suerte llegase a ver al ganador.

- Bien pues preparadme el vestido azul para ir a presenciar el torneo, pero antes debo hacer un par de cosas...- Daenyra fue al cofre donde guardaba sus joyas. La mayoría de ellas habáin sido regalos por el día de su nombre a lo largo de los años. Escogió una pareja de pendientes con una esmeralda cada uno y salió camino a las cocinas.

En la puerta estaba Peyton como ella había ordenado. Su madre le había prevenido de que si se metía en líos quizás intentasen silenciarla y la joven consideraba que efectivamente en lios se había metido así que se sentía más segura con el guardián a su lado.

- Peyton,-le habló casi en un susurro mientras caminaban por los vacíos pasillos que llevaban al servicio y a las cocinas, callándose si veía alguna sombra o algo sospechoso-. Debes saber un par de cosas importantes que no conoce mucha gente y que espero que lo guardes en secreto o le pediré a mi madre que te ofrezca de desayuno a Arrkax. - Daenyra le echó una mirada amenazante para asegurarse de que había entendido que no solo no tenía escapatoria sino que pensaba cumplir su palabra-. Parece que hubo un atentado contra alguien del grupo de caza. Mi hermano piensa que querían matar al príncipe pero yo creo que lo querían matar a él. Sea como sea me da que tu 'amigo' Etain Smallwood tiene algo que ver con el tema, así que ándate con ojo. Eso por un lado. Luego está el tema de la mujer que se trajo Baelon, no sabemos muy bien las intenciones que tiene pero sí sabemos que es una envenenadora. No tomes nada que veas que haya tocado ella, por si acaso y estate pendiente de sus movimoentos. Y lo más importante... El príncipe Maegor puede que me haya elegido para contraer matrimonio. Quizás haya gente que no esté muy de acuerdo con eso, aunque con suerte solo lo sabemos nosotros y Ser Corlys Velaryon que estaba presente cuando me lo propuso.-

Esperó a que Peyton asimilase todo lo que le había contado. Para él también sería un cambio importante si podía traerle a Rocadragón con ella. Quién sabe hasta podría llegar a ser un Capa Blanca algún día.

- Ahora quiero ir a encargar a un par de chicas del servicio, un par de las 'camareras', para que vigilen si Dhalia se acerca a algún alimento. Sé que estoy paranoica perdida, no me mires con esa cara. Pero prefiero pasarme de precavida que tener un disgusto de ese tipo durante la boda. Aunque claro, ya puestos, todavía no sé si madre ha decidido cancelarla por lo del embarazo de... Bueno eso ya lo sabes tú.

¿Qué opinas? Háblame, dime algo, no te quedes así mirando como un pasmarote.-

Peyton se quedó helado al oír todas las cosas que le contaba Daenyra. Para el ella siempre había sido su persona más importante y en ocasiones fantaseaba con casarse con ella. Pero también quería verla feliz y si se casaba con un príncipe entonces él estaría feliz, posiblemente jamás se casara en toda su vida ya que si no era con Daenyra no sería con nadie así que la posibilidad de ser su escudo juramentado por siempre o incluso un guardia real le comenzó a parecer algo bueno. Al final de cuentas ya había demostrado ser más hábil en combate que Ser Revan Baelralys y eso que recién era un escudero. -Lo siento mi señora son muchas cosas de golpe.- Dijo el muchacho justificando su silencio. -Le prometo que no saldrá una sola palabra de mis labios y si sucede yo mismo me arrojare a las fauces de Arrkax.- Agregó para transmitir tranquilidad con su fidelidad absoluta a la chica. -La escoltare hasta las cocinas para encontrar a dos buenas siervas que se presten a tal tarea.- Agregó finalmente y comenzó a caminar hacia la cocina.

Al abrir las puertas de la cocina un fuerte calor húmedo golpeo la cara de Daenyra y de Peyton. Los cocineros con sus ayudantes estaban cocinando el festín que se serviría aquella noche y mantenían varios fuegos prendidos. Para una persona que no estaba acostumbrada a esas temperaturas su permanencia en el lugar le garantizaba un desmayo en un tiempo corto. Daenyra era de la sangre de dragón y no le significaba un problema grande pero Peyton...
 Por suerte para ambos lograron dar con dos jóvenes dispuestas a ayudar. Recibieron las ordenes de Daenyra y guardaron los pendientes prometiendo cumplir con las órdenes dadas y para incentivarlas Peyton les dio algunas monedas de plata que provenían de la bolsa de dinero del Escudero. Al salir de allí se dispusieron a buscar a Pricilla pero no pudieron dar con ella. Subieron y bajaron escaleras. Preguntaron a cada persona del servicio que vieron y ninguno supo darles una ubicación correcta ya que siempre que iban al lugar al que eran mandados no había nadie.
 Cuando la joven Baelralys comenzó a cansarse y considero ir a ver lo que quedaba del torneo escucho un fuerte ruido que llamo su atención.
Pero no solo la atención de la chica fue la que captura aquel sonido ya que todos los que estuvieran cerca se quedaron helados al escuchar como si una bolsa grande de papas fuera arrojada de una de las almenas de la fortaleza. Inmediatamente luego del sonido de caída comenzaron a escuchar gritos histéricos de mujeres y voces fuertes de hombres pidiendo ayuda.

Las órdenes para las sirvientas fueron claras; no apartar la vista de Dhalia mientras esta estuviera cerca de la comida o la bebida. Ser discretas y avisar a Daenyra si la de Lys se acercaba a algún plato de comida o bebida que luego no fuera a tomar ella misma o su hijo. En el caso de no poder hacerlo, debían sustituir ese alimento por otro con rapidez y sin que se notase.

Les amenazó con hacerlas arder si contaban algo de esto a alguien que no fuera Peyton o a ella misma y con premiarlas con oro y un futuro brillante si alguna conseguía evitar un posible envenenamiento.

Les previno sobre los métodos, como el del anillo, que le había mostrado su supuesta hermana para que estuvieran atentas.

Cuando pareció que lo habían entendido, les dio un pendiente a cada una que podrían quedarse pasase algo o no, simplemente por las molestias y en pago a su silencio y se marchó de ahí antes de que a guardián le diera un jamacuco.

Recorrer los pasillos parecía que se había vuelto una costumbre en aquellos días, pero su humor se iba agriando pensado en que se estaba perdiendo los combates y quizás algo más. Pero no quería desperdiciar la oportunidad de hablar con la hermana de Pricilla a solas, sin miradas curiosas.

Los gritos alertaron a la joven Baelralys que no dudó ni un instante en ponerse a correr de nuevo hacia donde surgían los gritos para ver qué pasaba.

Una chica estaba tirada en el piso sobre un pequeño charco de sangre, la cadera y las piernas de la joven estaban en varios ángulos anormales e imposibles de realizar lo que significaba que se había roto cadera y piernas. En algunos casos el hueso asomaba por la piel dando una escena un poco fuerte para los débiles de estomago.

 Pese aquellas fuertes lesiones lo que llenaba el piso con sangre era una herida en el vientre de la joven que emanaba sangre de un tono muy oscuro y con un olor muy feo y penetrante. Aquellos cabellos de color plateado le daban a Daenyra la certeza de la que yacía en el piso agonizando no era otra persona que la hermana de Pricilla, Lady Ariadna.

Daenyra no era de estómago fino pero hasta para ella ver a la mujer en esa tesitura la dejó sin aliento por un momento. Pero... ¡Pero seguía viva!

La Baelralys se giró rápidamente a su hombre de confianza;- Peyton sube rápido hacia al habitación desde donde ha caído, y quédate con la cara de cualquiera que veas correr en dirección contraria por el camino ¡Rápido!- urgió al joven. Si alguien huía de la habitación quizás él pudiera verlo.

Ella, por su parte corrió hacia la Celtigar: -¡Avisad a un Maestre de inmediato!- gritó a la multitud mientras ella se agachaba a atender a la mujer.

Daenyra no era muy experta en temas médicos pero sangraba cada mes y sabía que ese no era el color y el olor que debe tener la sangre de una mujer. Algo raro había en todo aquello que le decía que era de todo menos un accidente.

Cayó de rodillas junto a Lady Ariadna:- Lady Ariadna- le habló con afecto mientras acariciaba su rostro para que supiera que ella estaba allí-, los maestres están de camino, debéis aguantar un poco. No os mováis ni cerréis los ojos. ¿Qué ha ocurrido mi señora? Habladme, os lo ruego.-

Lady Ariadna se aferró con fuerza a la mano de Daenys. Era tanta la presión que a la chica le comenzó a doler la mano al poco rato. -¡Me tiraron! alcanzo a decir entre sollozos histéricos. El dolor de las piernas y el de la herida del vientre no dejaban centrarse a la chica que atinaba a lamentarse del dolor y aferrarse a cualquier mano amiga que le sea ofrecida ¿me voy a morir? ¿Me voy a morir? preguntaba entre sollozos mientras se tocaba la herida del vientre que aun sangraba con fuerza mientras teñía todo su vestido de aquel tono oscuro que emanaba de la herida.
 Pero pese a la escena Daenyra sintió la mano de Ariadna algo raro como si tuviera algo en la misma pero la chica no dejaba de apretarle la mano y se le hacía muy difícil liberarse del agarre sin utilizar mucha fuerza.
 
 Poco después de lo sucedido un maestre llegó corriendo con un bolso de cuero en el que guardaba sus cosas. Se abrió paso entre la multitud de curiosos entre gritos y empujones.  A pesar de su edad, se arrojo de rodillas al lado de la chica para comenzar a inspeccionarle la herida. No se concentro en la cadera y las piernas ya que parecía no considerarlas de primera importancia pero si lo hizo en la herida del estomago. Con una rápida inspección supo qué hacer y metí la mano en su bolso para buscar un tipo de hoja de un verde muy oscuro. La trabajo de una forma rara y le dio forma como para que pudiera tapar la herida, luego vendo la herido con gran velocidad y procedió a darle a la chica leche de amapolas para reducir su dolor, lo único malo de todo esto era que si se dormía no podría hablar.
 Con forme la leche fue surtiendo efecto la mano comenzó a aflojar y Daenyra noto que había un papel en su mano, el mismo estaba manchado de sangre y tenía una nota escrita

"Sé que guardas un secreto, confía en mí y te ayudare a que cuentes la verdad y te crean. Veámonos en las almenas que dan al patio principal en el horario del torneo"

El maestre comenzó a dar instrucciones para que le trajeran maderas y vendajes. Con los mismos entablillo las piernas de la joven y le acomodo de la mejor manera posible la cadera. Luego ordenó que quitaran los caballetes de una de las mesas en las que el herrero exhibía mercancía para ser usada de camilla y de esta forma poder llevar a la chica a un lugar más tranquilo.
-¿Alguien sabe quién es esta chica? ¿Esta su padre o su madre aquí?.- pregunto al grupo de curiosos tomando el control de la situación

En cuanto tuvo oportunidad se guardó la nota en el escote.

- Es, es Lady Aridna, de la casa Celtigar- se oyó decir a sí misma, impresionada por todo lo que estaba viendo.

Daenyra siguió acariciando el rostro de la joven para calmarla.- No te preocupes te curarán, ya verás- No creía que pudieran arreglar ese estropicio, pero mejor que tuviera algo de esperanza.

Se acercó a su rostro antes de que se la llevaran para darle un beso en la mejilla y susurrar- ¿Quién ha sido?- Se quedó un momento con el oído pegado casi a su boca esperando que la muchacha tuviera la fuerza suficiente para delatar a su asesino.

El maestre resoplo por las fosas nasales mostrando su enojo ante esta situación. -Entonces esto es algo grave, nadie resbala de un techo y se clava un puñal invisible.- Sentencio importándole muy poco el decoro y que algún señor fuera a ofenderse por lo que decía. -Esto es un claro intento de asesinato así que les pido que vuelvan a sus habitaciones y no se muevan de allí.- Agregó tomando el liderazgo temporal y esperando que respetaran sus palabras. -Tú también niña.- dijo tocándole el hombro a Daenyra. -Busca un lugar para resguardarte y quédate allí. No sabemos quién ataco y si el atacante sigue por aquí.- Agrego mirando todo el lugar en busca de cualquier cosa que pudiera servirle para investigar que había pasado.

 Aunque Daenyra le hablo a Ariadna la chica no le contestó, estaba sedada por la leche de amapolas y no podría hablar con ella hasta que se despertara

 El Maestre se quedo unos segundos en silencio pensativo y chasqueo la lengua. -Necesito a alguien que proteja a esa chica, si el atacante se entera de que no completo la tarea puede volver pero al mismo tiempo no confió en nadie para esa tarea. Tendré que cuidarla yo.- Se dijo resignado a si mismo, sabía que el mejor momento para investigar era ahora ya que alguien podía alterar cualquier prueba que pudiera serle de utilidad pero si no protegía a Ariadna o la dejaba bajo la protección de un atacante entonces podrían dar a la chica por muerta.

- Podría quedarme yo con ella, mi señor- sugirió la joven.- Soy la hija de Lord Baelralys y que esta mujer fallezca en nuestras tierras siendo nuestra invitada no es algo que favorezca a mi casa. Créame que voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que eso no ocurra. Podría llamar a mi guardia personal para que nos custodie.-

Aunque el maestre se percato de que la chica era una doncella noble del castillo en el que él era huésped no se inmuto. Borges era una persona practica y de rápida resolución. -Aunque me sirve no tener que cuidar a la chica no puedo dejarla a tu cargo. ¿Qué harás si vuelve el agresor? no quiero tener que lidiar con dos niñas apuñaladas. Salvo que me garantices que eres buena con la espada entonces no te dejare al cuidado de la chica.

La cabecita de Daenyra se puso a trabajar rápido. Había tenido la esperanza de sacarle algo más a la Celtigar, pero no lo iba a conseguir, estando bajo los efectos de la droga.

¿Y qué había sido de Peyton? ¿Y si se había encontrado con el asesino? Una cierta congoja le recorrió el vientre cuando pensó que podría haberle pasado algo grave. Tenía que ir a buscarle.

- Tiene razón Maestre, además, en el estado en el que está Lady Aridna será mejor que alguien con sus conocimientos se quede a custodiarla. Yo iré a cambiarme y a reunirme con mi familia.-

Se iba a marchar ya cuando se giró un momento hacia el anciano.- Perdonad, ¿de qué casa sois y cuál es vuestro nombre? Y ¿Puedo hacerle una pregunta más? ¿Es normal que la sangre de esa herida tenga ese color y huela tan mal?- podría estar envenenada, pensó.

-Mi señora puede llamarme Maestre Borges si lo prefiere y desempeño mi tarea para la casa Stark.- dijo a modo de presentación. -Como usted no es la madre de la chica o su familiar directo puedo hablar con sinceridad del asunto. No, no es normal. Una herida de ese tipo nos habla de que se perforo el intestino y que no hay nada que hacer. Podre saturar el corte, entablillar las piernas, enderezar la cadera pero la chica morirá de una infección.- Dijo. -Puedo mantenerla unos días con vida, tal vez una semana pero no tengo forma de parar una infección allí, si fuera un brazo lo amputaría pero no puedo hacer eso con el intestino. Por eso su protección es vital, necesitamos cuidarla y devolverle la conciencia lo suficiente como para que diga que fue lo que paso y podamos hacer justicia, es lo único que puedo hacer por esa niña.- La voz del maestre era dura pero cargada de dolor por lo que le ocurría a Ariadna.
 El posible embarazo de Pricilla, el ataque a Maegor y ahora el intento de asesinato de Ariadna debían estar conectados. Era de gran importancia saber que estaba pasando y al parecer solo a ella le preocupaba.

Cuando el maestre y Daenyra se separaron la chica vio como Peyton volvía corriendo a su encuentro. -Vi el lugar en el que apuñalaron a la chica.- Dijo en voz baja al llegan ante su señora. -Hay manchas de sangre fresca y encontré algo que puede ser de utilidad.- Conto mientras desdoblaba un pañuelo. Dentro del mismo había un pequeño pedazo de uña que estaba algo manchado con sangre, era una uña larga por lo que debía ser de una mujer. -Puede que la chica se haya defendido, si logro arañar a su agresor tendremos que buscar a alguien con heridas recientes, espero que lo haya dañado en un lugar visible.

La pequeña de los Baelralys no había tenido ningún contacto con Aridna, así que su horrible muerte no la afectaba demasiado, hasta se diría que mucho menos de lo que debería afectarla. Algo dentro de ella era frío como el acero y su capacidad de sentir empatía era limitada.

Pero lo que sí la preocupaba eran las consecuencias, o en este caso ¿Oportunidades? Todo apuntaba a una misma persona, alguien que parecía odiar a esa mujer y que tenía una buena razón para matarla; su hermana. Por supuesto habría usado su mejor arma, su escudo juramentado.

-¿Estas seguro que no has visto a nadie sospechoso en lo que subías a la habitación?- preguntó a Peyton.

Ahora tenían dos pruebas importantes, la nota, que parecía de puño y letra del asesino, y la uña. También se podría añadir que aquel que tuviese la marca hecha por la Celtigar habría estado ausente del torneo justo en el momento del asesinato.

Si la intuición no le fallaba, el asesino estaría de camino hacia el lugar donde ahora se concentraban todos los nobles del lugar, para pasar desapercibido. También había la posibilidad de que acudiera a rematar a la mujer, aunque sería arriesgado.

Daenyra guardó la uña en el pañuelo y se la puso en el mismo lugar que la carta, en su corpiño. Luego fue a decirle a un par de guardias que escoltasen al Maestre Borges y a la moribunda y que no se separasen de ellos hasta que les llegasen órdenes del príncipe, la Reina o sus padres.

Poco más pensó que pudiera hacer en la fortaleza, había que buscar a alguien que tuviera un arañazo reciente y profundo en algún lugar visible como manos o cara. Sabía por dónde empezar; Ser Etain Smallwood.

- Vayamos al lugar de los torneos, busquemos a tu "amigo" a ver si ha sido él. Luego tendremos que contarselo a Lady Elaena -.

-No mi señora pero si el atacante quiso huir no puede estar muy lejos de aquí, salvo que lo haya hecho a caballo y de será así tuvo que pasar si o si por la puerta.- Dijo Peyton. -Preguntar si vieron salir a alguien seria de gran ayuda, supongo.-