Partida Rol por web

"Pues a dormir, amigo"

SHAUN MICHAELS no está a gusto con una maza, prefieriendo siempre su espada. Prefiere estocar en los puntos más débiles que tener que hacer un peligroso y largo recorrido con una maza para poder hacer daño. Pero mejor esto que nada ¿No? Y que demonios. Que en su juventud tuvo que defenderse con una cachiporra.

El golpe es violento. No es de su gusto. Pero tambien parece bien letal

Sheela falla en su ataque debido a que el cuchillo de cocina es más difícil de usar como arma que las dagas a las que está acostumbrada. Por otro lado, Grundar machaca la cabeza del guardia más cercano, provocando otro borbotón de sangre de la cabeza del mismo. Justo al momento de impactar, provoca un último movimiento espasmódico en el "ya" cadáver, que dispara un virote de ballesta, entrando entre los barrotes de la celda donde se encuentra Unbrazo. El otro guardia también es brutalmente destrozado. El hechizo de la maga provoca que quede a merced del poderosísimo golpe del clérigo, que le parte el cuello del golpe, mordiendo el polvo del suelo y muriendo junto a los otros tres guardias.

SHAUN MICHAELS no puede ni creerse la soberana hostia que ha soltado. Y sin usar habilidades de ningún tipo ¡Sólo un mamporro fuerte, con ambas manos! Este semiorco me debe estar pegando cosas.

La idea de tener por fin algo que le proteja, un justillo de cuero, 8 pó, y aparte una ballesta por si es necesario, le es un buen alivio. Al fin y al cabo, es Anreip a quien nos enfrentamos. Echa un vistazo a la situación, y sobre todo, temiendo lo peor, se fija en UnBrazo

El druida coge una segunda maza del suelo, mientras se dirige a la celda del semiorco.

Echa un vistazo rapido a la celda, mientras se acerca a la pared - Si no rompo la cadena, romperé el aro que lo sujeta a la pared, le dice a su compañero de prisión

Bien hecho, ahora podemos aprovecharnos de sus cosas. Me llevaré un par de dagas y una cuota de cuero. El resto os lo podeis quedar.

Me alegraba de poder llevar alguna proteccion encima. No era mucho, pero ya tendría oportunidad de coger mis cosas. El cuchillo no era realmente un arma que pudiera usar realmente. Era b ien dificil acertar con ella.

Anacteia observó el destrozo que el semiorco y el hombre hacían con los segundos guardias, dándoles igual destino que a los primeros.

Ugh. Lo han puesto todo perdido. Aunque el color carmesí le da más vida a esta lúgubre mazmorra, pensó.

Desde su posición había advertido que un virote había pasado algo desviado, a su derecha. Entrando en la celda del semiorco manco, a escasos tres metros de ella. Giró el rostro y observó si se encontraba bien.

El virote que pudo lanzar el guardia antes de morir atravesó el aire zumbando. No encontró oposición a su paso y al llegar a la celda de Unbrazo, atravezó la sién del mestizo, acabando con su sufrimiento. No obstante, ya tenía varias heridas obra de los guaridas y los castigos a los que lo sometieron.

Todo queda en un sepulcral silencio. Frente a vosotros, por la puerta abierta que han llegado los guardias se distingue una escalera que asciende y por donde se ve algo de luz.

La joven observó con lástima al desdichado mediorco. Finalmente suspiró y asintió ante lo ocurrido.

- Al menos fue rápido. Él ya no sufre - murmuró, mientras se encaminó ante los guardias caídos y buscó entre sus pertenencias. Sin decir palabra y tras ojear unos instantes, tomó una de las ballestas y 10 de los virotes, cargando uno en el arma. Después se asomó con discreción por la puerta abierta por donde aparecieran los guardias y se mantuvo alerta, tratando de ver o escuchar algo, escaleras arriba.

Bueno, sino te quedas con la otra ballesta. Le dije a Anectecia Anacteia. Creo que me haré con ella y los 10 virotes que restan. Sería malo desperciar este pequeño regalo.

Así que me volví a acercar a los cuerpos para coger la mercancía.

- Maldicion, espero que Gorum te acoja rapido en su seno, murmuro el semiorco. Se acercó y cogió una armadura de un guardia y una daga.

- Salgamos de esta ratonera cuanto antes, me intentaré poner la armadura en cuanto estemos en un sitio seguro, dijo a sus compañeros mientras esperaba en la puerta a que acabasen de registrar a los guardias

SHAUN MICHAELS tambien se apodera de una de las corazas de cuero, de una daga -si Sheela no la ha tomado las dos, eso es- y de los saquillos con oro descartados. Siempre puede venir bien ¿No? Mas que nada, ¡Es una cosa con la que guardar el equipo!

"Atranquemos la puerta con estos barriles, y vayamos al sur"

Ante las indicaciones del rubiales, Grundar pregunta - ¿ Está la puerta del sur abierta ?, no quiero encerrarme aqui.

Cuando alguien hace la prueba y esta es afirmativa, le ayuda a mover los barriles y atrancar la puerta, usando las patas de las sillas como tope para que esta no se abra junto a los barriles

Cuando la joven extranjera escuchó la proposición del hombre, enarcó una ceja con cierta extrañeza y habló.

- Si mal no entendí, hacia el norte se sube y se sale de este agujero. Previo encuentro con guardias, claro está. Abajo solo hay un pozo lleno de cadáveres de esclavos recién ejecutados, si los guardias y nuestro malogrado vecino dijeron la verdad - comentó dirigiéndose directamente al hombre -. Ahora bien, si como los topos eres un experto cavador, tal vez tenga sentido echar un vistazo allá abajo, perdiendo tiempo precioso antes de que echen en falta a esta escoria - dijo haciendo un gesto con la barbilla a los cadáveres de los guardias.

No sabía lo que podía haber allá abajo, pero entendía de estructuras y edificios lo suficiente como para intuir que por abajo no había salidas convencionales. Solo oscuridad, mugre y muerte.

El clérigo con la ayuda inestimable de Grundar, consiguen colocar unos barriles y las patas de la destrozada silla en la puerta, tratando de atrancarla. No resulta fácil, sabiendo que se abre hacía fuera, pero son obstinados y aún tórpemente consiguen que no se abra con el viento.

Ante la mirada atónita de Anacteia y Sheela, que se mantienen al margen con respecto a esa tarea, ambos se aproximan a la puerta del otro lado de la estancia. Para su asombro, Grundar la abre sin mayor resistencia pues no estaba cerrada. Otras escaleras bajan a una nueva planta, que se adivina similar a la vuestra, al menos eso es lo que percibís desde vuestra posición. Algo que si distinguís con claridad es el hedor a muerte que procede de esa planta inferior, como bien aventuró la maga del grupo.

"Que se haga la luz..."

Con un leve grsti, SHAUN MICHAELS toca su maza y esta empieza a dar luz, como una antorcha pero sin riesgo de quemarse

"Mejor ver, que ser sorprendidos ¿no?"

Bien hecho monje, eso nos permitirá ver lo que hay ahi abajo. Las escaleras no sé adonde nos llevaran, pero tengo una mala espina. Si van hacia abajo, quiere decir que nos metemos bajo tierra.

Realmente no sabía si ya estaban bajo tierra o hacia donde se dirigían, pero era el unico camino posible. Con la puerta abierta me decido a empezar a bajar escaleras hacia abajo.

 Anacteia pudo ver como sus consideraciones entraban por un oído y salían por el otro, en  el  caso de sus "compañeros de habitación".

 - Una lástima que el más receptivo no pueda hablar - dijo en voz queda, mirando el  cadáver del semiorco manco. Observó con qué energía Grundar y el hombre se dedicaron a  atrancar la puerta norte, preguntándose si más tarde sería necesario que tuvieran que  emplear el mismo esfuerzo para desatrancarla.

 La joven cerró los ojos y suspiró. No había vuelta de hoja: explorarían el pozo sur en busca de  algo que pudiera sacarles de allí. Si es que lo había.