Partida Rol por web

"Venga, entremos"

SHAUN MICHAELS enfunda la espada y saca la ballesta, la carga, y conjura LUZ sobre un virote. En cuanto está en la entrada lo dispara al interior.

"Asi veremos lo que hay al fondo ANTES de que nos pueda ver a nosotros"

En la antesala, antes del vestíbulo largo, en plena oscuridad, tenéis algo de luz del exterior. La flecha de Shaun, lanzada en el vestíbulo, recorreo el mismo a gran velocidad, alumbrando a su paso toda la estancia, que, a todas luces, está vacía. Al final de su camino, golpea contra, lo que parece, una pared ya bastante alejada como para ver algo más.

Entráis en la siguiente sala, el vestíbulo. Un par de columnas de granito, esculpidas y de gran colorido, soportan el techo de esta lóbrega cámara vagamente triangular. Al este, a ambos lados de la cámara, se alzan dos estatuas de
piedra de un hombre regio sosteniendo un cetro y un mayal, y vistiendo un tocado de tela a rayas, aunque la cabeza de una de ellas yace ahora rota y agrietada en el suelo de alabastro.

Más allá hay otras dos estatuas de piedra representando criaturas aladas con cuerpo de león y cabeza de halcón. Las lisas paredes de granito están decoradas con jeroglíficos y murales descoloridos, que retratan a súbitos leales y esclavos presentando ofrendas a un faraón sentado en un trono dorado, a quien flanquean leones alados con cabeza de halcón. Un corredor al oeste se interna en la oscuridad.

El druida se fijo en el edificio a la vez que caminaba con cuidado. Habia visto ruinas en su jungla natal, pero estaban echas trizas. Este edificio ha sido salvado por la arena del desgaste, no se si eso es bueno o malo.

- Continuemos, ¿no?

Logras identificar al faraón representado en las tallas y las estatuas como Sekh-pa-Mefer III, el Faraón de las Esfinges. Bien por la información de la mujer osiriana o por tus estudios. Desgraciadamente, no logras averiguar nada más.

- ¡Cuidado, Grundar! Esa placa del suelo está suelta, pero parece algo más. - Por fortuna, la pícara se había dado cuenta de algo extraño en la sala.

Sheela se acerca y se agacha cerca de la placa suelta para examinarla de cerca.

- ¡Lo sabía! Es una trampa. Por poco no caemos en ella. Es demasiado grande para saltarla y se activará por la presión, más bien al levantar el pie. ¿Queréis que pruebe a desactivarla o pasamos corriendo?

"Dale caña, pues"

Siempre viene bien tener una picara con el grupo y esto es prueba de ello. Igual que llevar un feroz compañero semiorco. O un clerigo que se las sepa todas.

"¿Todos bien?"

Empezaron a pasar unos tensos segundos, mientras la pícara trataba con sus herramientas de desactivar aquella trampa extraña en el suelo. De pronto, escuchásteis todos un sonido hueco, un "clanc", y todos os paralizásteis. Después, Sheela os miró con cara de preocupación y os habló.

- Esto.... Se ha soltado el resorte... Corred al otro lado, yo lo sostendré y luego os seguiré. ¡Rápido, no aguantaré mucho! - Os dijo preocupada.

Anacteia asintió. Tragó saliva y confiando en la pícara corrió hacia el otro lado. Allí se paró y sacó con rapidez una cuerda lanzándola y dejando el extremo cerca de Sheela. Por si acaso.

El semiorco bufó del susto. - Por Gorum mil gracias pequeña.

A la señal de Sheela corrió por las mismas baldosas que habia usado Anacteia hasta que llego al final de la sala.

- Listo !

Q diisgusto, SHAUN MICHAELS pasa al otro lado

"¿No hay nada que podamos hacer? Como dejar un peso sobre la baldosa?" SHAUN MICHAELS se fija en los enormes jamones que sacó de Lord Calabozo

"Esto deberia de bastar. Digo yo"

Sheela no puede soportar por más tiempo el resorte, motivo por el que recomendába que corríeseis al otro lado. Mientras tanto, Shaun, que ha pasado al otro lado sin muchas prisas, se pone a rebuscar en su mochila y saca dos jamones, preguntando absurdamente que hacer con ellos, a lo que no obtiene respuesta. De pronto, se oye un sonoro "clanc" y la pícara sale por piernas del lugar. La placa de presión cede y activa una cascada de rocas que se desploman del techo en mitad de la sala. Al mismo tiempo, un rastrillo de piedra cae en la arcada entre la confluencia de las otras dos habitaciones cerrando la salida al exterior. Por fortuna, la joven se libra de las piedras gracias al tirón de la cuerda que le tendieron sus camaradas. No así el clérigo, que recibe el impacto de una de las rocas en su estómago, lanzándolo hacía atrás, dando con sus huesos contra el semiorco. Sus jamones, quedán aplastados bajo las piedras.

Ahora os encontráis al otro lado, sin salida, en lo que es la calzada que se dirigía a todas luces hacía la pirámide. Rayos de luz solar caen desde las ranuras que hay en el techo de este largo y recto pasillo, iluminando los montones de arena que se han acumulado bajo cada una de ellas. Elaborados relieves esculpidos, con la pintura ya desgastada por el paso del tiempo, cubren las paredes a ambos lados del pasillo, representando las legendarias hazañas de un gran faraón. Recordáis por lo que vísteis desde fuera, que aquella calzada debía tener alrededor de 200 metros o más de largo, hasta la base de la pirámide.

Me reincorpore del suelo tras ser salvada en ultimo momento por mis compañeros. Las trampas podian ser bien traicioneras, y aun siendo mi especialidad, no las tenia siempre conmigo. Me quede mirando la sala asombrada por las pinturas que habia alrededor.

Parecen relatar alguna historia sobre un faraón. Comentaba al verlas e iba señalando cada escena diferente. Alguien entiende si sugieren algun mensaje?

Al ver como acaban de caer los cascotes el semiorco gruñe

- Grñe, por Gorum de nuevo atrapados. Solo hay un camino, y es hacia adelante. Señala a su espalda.

Estas bien Shaun, una pena lo de los jamones, pero ha sido peor el coscorron en la cabeza, ¿no?
 

Reconoces que las tallas representan a Sekh-pa-Mefer III, el Faraón de las Esfinges.

Seguís caminando por la calzada, en la única dirección que lleva a la pirámide cuando, a más o menos medio camino, veis una extraña pirámide de piedra en medio del corredor de unos 10' de lado (unos 3 metos). Estáis a unos 60' de ella.
 

El semiorco se rasca la cabeza. - No me digais como pero creo que puedo leer un poco la inscripcion. Esto lo construyo Sekh-pa-Mefer III, el Faraón de las Esfinges.

- No tengo ni idea de quien es, pero igual alguno os suena el nombre

Anacteia observó la curiosa construcción a mitad del corredor, no sabiendo si se trataba de un elemento decorativo, una efigie votiva, una maqueta que mostraba la gran piramide del final u otra edificación mortuoria.

¿Tal vez un hipogeo, tumba o mástaba?, se preguntó la hechicera, apuntando a la idea de que tal vez era un elemento arquitectónico.

Avanzáis unos pasos más y ahora estáis a unos 50' de la extaña pirámide en miniatura. Tras observarla un rato, no solo os da la sensación de movimiento, sino que véis que, de alguna forma, está algo elevada del suelo, como con unos rodillos, y se mueve, aunque levemente, hacía vosotros.