Partida Rol por web

El guardia de rapiña observaba paciente mientras sus pasos caían bajo sus pesadas botas, y su corpulenta y fría templanza flotaba junto a él, como una capa siniestra que esparcía aquella alma desdichada y melancólica, destrozada por la crueldad de su vida. Pero no era tiempo de vacilaciones, ya que pese a ser un examen, la palabra se quedaba corta cuando se implicaban tantos asesinatos y violencia seguida. Ravenant volvió a la realidad, y notó como esta otra vez había cambiado mientras que seguía enclaustrado en su mente. Los demás del grupo planeaban la captura del lobo, pero aquel sonido del arbusto despertó su sentimiento de vigilante, de proteger a toda costa, implantado bajo lo profundo de su cerebro. Inmediatamente tomó una de sus armas, pero recordó la advertencia de Nival de no generar ruido, siendo que no se podía descartar la posibilidad de que fuera una presa. Iba a esperar a que le ordenaran algo, lo que fuese, pero vio como la chica de memoria corta salió disparada queriendo abrazar a lo que fuese que se escondiera tras los arbustos.-Esto...me trae recuerdos, cuando un novato quería creerse dueño de todo plantandole cara al peor de los mafiosos...

Pero sus pensamientos sobre lo remoto fueron rápidamente ofuscados, cuando una bestia gigante de afines a las plantas trataba de destrozar a la olvidadiza por sorpresa.-¡Y el novato vuelve a caer en las garras de un pez gordo!-Pronuncia Ravenant casi que ríendose de su mala fortuna, porque se debía tratar de reír en las peores situaciones. Reacciona lo más pronto que le permite su cuerpo en un intento de salvaguardar a la chica, que a simple vista parecía tan frágil como un pétalo de rosa, o quizá la mente cerrada de Ravenant le hacía pensar eso dado su aspecto. Como fuese, el vigilante trató de abalanzarse con su enorme cuerpo en contra de la bestia, para almenos evitar que la golpease con aquella fuerza que parecía poseer.

-¡Y mira que detesto la ensalada! Siempre la evito, pero ahora hay que golpearla directamente.

Y claro estaba, que el sentido del humor de Ravenant era tan malo como demostraba su ponderada actitud.

La lenta mole se posicionaba para la batalla... Aurora había sido golpeada, pero contrarrestó gran parte del daño saltando en dirección opuesta al golpe, lo que la mandó a volar hasta impactar contra un árbol con sus pies, como si de un gato cayendo al suelo se tratase.

Ravenant por su parte tomó sus armas, pero recordó la orden de Nival y decidió usar sus puños. La mole era lenta, por lo que no supuso problema golpearla, si a su lentitud le agregamos su colosal tamaño. Sin embargo la piel de este era dura, y se sentía como impactar un árbol.

El puño de Ravenant impactó con fuerza sobre el bichajo sin provocarle daño alguno, salvo un ligero "Crack", sonido que salió de su piel al ser golpeado

Garou se había introducido en unos matorrales cercanos al lugar donde estaba la criatura que había atacado a su compañera, no era lo que esperaba pero era mejor de lo que tenía en mente, el que fuera un animal y no otros participantes emboscando grupos consistia en un aspecto de relajación para él.

Debía de cuidar de los suyos por lo cual el ataque de la criatura era algo inminente por lo que no pudo hacer demasiado para ayudar a Aurora, tampoco es que la chica no mereciera aprender las cosas de esa manera ya que el muchacho le había dicho que debía tener más cuidado y ella simplemente le ignoro con total orgullo. El muchacho quien llevaba muñequeras y los antebrazos vendados hasta casi el codo se había escondido apenas pudo escuchar la advertencia de Nival. Sintió el Crack por el golpe de Ravenant, asumió que quizás la piel de la criatura no era totalmente impenetrable, no tenía manera de comunicarle aquello a sus compañeros y tampoco podía hacer demasiado ruido ya que podría provocar que la criatura supiera su posición.

Desde los arbustos cercanos salió una especie de cadena fina de color negro parecía como si fuese un alambre recubierto con algún material oscuro y en el extremo que iba disparado hacia la criatura se encontraba una Daga con la empuñadura agujerada minimamente para que el alambre pasara por allí, aquello daba a entender que Garou se encontraba en alguna parte de esa zona, había lanzado una daga desde la distancia a la zona donde había golpeado Ravenant intentando abrir un hueco en la armadura de madera. El alambre luego de impactar con la criatura rapidamente volvio disparada hacia atrás escondiendose en los arbustos y casi un segundo después salió nuevamente otro alambre con la daga en la punta aunque esta vez un par de metros de diferencia del primer punto en el cual había salido para luego volver después de impactar.

El rubio había dado su ubicación con esos ataques pero pareció mantenerse en el lugar, la mejor estrategia que podía tener era causar distracción y ataques desde la distancia para que la criatura se enfocara en él o por el bien de todos al menos se confundiera y no supiera con que presa atacar.

¡Estupida niña, estupida niña, estupida niña! Me lance a un lado, y vi el desarrollo de los hechos. Ravenant lo golpeo sin daño alguno. Salvo el crack. Debia tener una piel muy dura. 

-¡Intenten con una piedra! -digo mientras cojo una piedra del tamaño de mi puño desde el suelo y me acerco al bicho.  

Wabi estaba memorizando a su grupo, cuando observó tranquila al arbusto que se transformaba en un animal felino extravagante. Eso sí, observar tranquila y estar tranquila eran dos cosas muy distintas. A pesar de sus experiencias, los depredadores gordos seguían poniendo nerviosa y miedosa a Wabi, solo que se había acostumbrado. Su miedo quería decir que tenía que estar todavía más calmada y relajada, así que tosió un poco para hacerse notar ante el felino, bostezó, estiró los brazos, movió la cabeza hacia los lados para descontracturarse el cuello, y unos sonidos roncos, agudos, y desafinados, salieron de su garganta dolorida, junto con unas expresiones faciales más aceleradas y exageradas que de normal. Como cansan los depredadores... Oye, oye, si quieres comida, solo tenías que pedirla. La chica amable a la que acabas de hacer daño tiene, eso debe ser lo rico que has olido. El felino-arbusto pudo ver como los ojos febriles de Wabi cambiaron, y se volvieron fríos como las perlitas de sudor frío en su frente. Justo cuando pasaba un escalofrío caliente pasó por su columna vertebral, la enferma añadió lo necesario. No queremos hacerte daño. Sacó su honda, convencida de que aquel era el objeto más peligrosos del mundo, se hizo una buena base para el cuerpo con las piernas firmes y separadas, y se dio cuenta de que a todo esto, todavía no había pensado en qué especie era aquella. Es lo primero en lo que tendría que haber pensado, jodida cobarde... a ver que repaso... hahaha... 

La enorme bestia parecía demasiado torpe como para esquivar, y todos los golpes eran fáciles de dar en el blanco. El primer cuchillazo de Garou simplemente rebotó en la criatura, el segundo en cambio penetró su piel, dejando incluso un líquido extraño, similar a la miel, en el cuchillo del niño rubio

Nival por su parte recibió el mismo efecto rebote que Garou recibió en un inicio, por lo que parecía que la piel de esta criatura era más dura de lo que se pensó desde el principio.

La bestia levantó su pata con lentitud mientras los golpes le impactaban, dispuesta a devolver el golpe cuando pudiera terminar el movimiento ascendente, no era muy rápida que digamos...

Mientras los eventos se desarrollaban con velocidad (a excepción de la pata ascendente del felino musgoso) Wabi se lanzó a la batalla a hablar con aquella bestia... La bestia frenó su movimiento por un instante y clavó la mirada en Wabi con su pata levantada... Gruñía como si estuviera a punto de tragársela viva...

Wade no sabia si en verdad aquella chica era capaz de comunicarse con esas cosas, todos intentanban golpearla pero casi ninguno parecía que le hiciese daño, según lo que indicase wabi atacaría al bicho ese o no, parecía que ella no quería hacerle daño y wade tampoco estaba por la labor de ir atacando a cualquier cosa por le camino...

Entonces lo recordaste, son una especie llamada "el tigre árbol", pues, tienen una piel dura y escamosa con un color similar a los troncos de los árboles, al ser lentas, se disfrazan de algún elemento de la naturaleza para cazar a los desprevenidos que se asoman demasiado. Su sangre es de una textura similar a la savia de los árboles, pero su sabor es muy dulce. Sin embargo carecen en absoluto de algún valor nutritivo. Todas estas extrañas similitudes hacen que la gente crea que no son más que árboles que tienen forma y se mueven, nada más lejos de la verdad..

Te acercaste un poco y comenzaste a hablar con el animal, el cual se frenó ante tus palabras. 

-Tú...- Se escuchó una voz profunda y poderosa que rebotaba entre todos los árboles -Tú eres la que nos llamó antes...??- Preguntó... Se refería al pan?? pero si estabas lejos... -Me has traído comida??- Preguntó con calma finalmente

Wabi sonrió plácidamente mientras los mocos acuosos resbalaban por su nariz y manchaban sus labios. El interior de sus ojos se llenaron de agua de playa sucia por el agradecimiento y comprensión del animal. Se lo limpió todo con el interior de la honda, en la parte en la que iban las piedras, pensó que sería mala idea que se le quedara una piedra pegada en mocos en el peor momento, se rió de ella misma, y limpió su honda en el pantalón. Gracias por escuchar. Gracias, gracias, gracias. Tenemos comida, y podemos compartirla. Ahora necesito que me escuches atentamente. Nosotros no queremos haceros daño, como habrás comprobado por la ingenuidad de mi amiga - señaló a Aurora apuntando hacia atrás con el pulgar -, pero no podemos decir lo mismo de los otros humanos. Vamos en grupos de - Wabi contó cuanta gente había en su grupo - 6, nuestros alfas nos ordenaron traerles lobos de dos colas, algunos humanos matarán a todo lo que puedan por el camino. Por favor, difunde esta información, en nombre de este olor. Wabi se sacó la chaquetilla de lana, y la dejó ante el tigre-árbol. Déjame un momento para pensar si me dejo algo, tengo graves problemas de memoria... Wabi olió el aire, y se preguntó que lo diferenciaba del olor de...

El Tigre parecía complacido por la información. -Ya veo... Entonces... Eso explica por qué tanto alboroto últimamente...- Dijo entonces. -Avisaré a cuantos pueda... Qué podemos hacer??-

Entre gruñidos, movimientos de cabeza combinados con pestañeos y demás, Wabi dejó salir algo de rabia hacia la parte violenta de su grupo, cambiando a su otro idioma. ¡Respetad el bosque, que no me dejáis pensar!

Tras unos pocos segundos, Wabi y el monstruo comenzaron a gruñirse mutuamente. La pata seguía en alto, pero no representaba amenaza alguna, había guardado sus garras y la tenía allí porque se había olvidado de bajarla... Wabi se sacó la chaqueta y la dejó en el piso, sus mangas estaban visiblemente llenas de mocos ya endurecidos envueltos en otros recientes...

Se limpió las lágrimas con la honda para luego limpiar la honda con su pantalón... Pronto toda su ropa sería un enorme pañuelo.

Aún así, parecía que la comunicación con la criatura surtía efecto.

Wabi volvió a su compañía preferida, contenta de haber recordado más cosas.

He recordado más: tenemos tres soles, así que eso es lo que tendréis que resistir. Hay un humano que su pelaje está hecho de rayas blancas. Wabi se puso las manos en el pecho, dejándole ver al tigre como le temblaban al recordar lo que había pasado. Con ese que tenéis que ir con mucho cuidado, es muy fuerte y maligno, no os acerquéis a él si queréis vivir. Hay otro muy musculoso y alto, incluso con menos pelaje que los otros humanos, solo tiene como una cola de cerdo en la frente - imitó la forma con un dedo -, que también es muy peligroso. Lo que podéis hacer es formar grupos vosotros también. 6 pueden rodear a uno con facilidad, pero no a otros 6. Como mínimo, te iría bien moverte con otro tigre-árbol, para vigilaros las espaldas mútuamente. Wabi volvió a su sonrisa estúpida y calma habituales. Gracias por todo. Ahora te traemos algo de comida.

Wabi giró la cabeza hacia los de su especie, tosió, y habló en su idioma humano. Sonreía estúpidamente. ¿A quien le apetece darle de comer al tigre-árbol? 

Aurora estuvo a punto de aprovechar el envión que le facilito el animal para saltar a su lomo cuando vio a Wabi, en ese momento cambio la dirección del salto hacia una rama gruesa sobre ella, pero su reacción no fue lo sufientemente rápida haciéndola caer al suelo - ototoooo!!! Waaa!!! - la caída no era tan alta pero fue lo suficiente para generarle un buen golpe - eso me pasa por no prestar atención!!! - se maldijo internamente,  por la tontera que acababa de hacer, aún así, al escuchar que alguien podría darle de comer a aquella criatura, se paro de un solo salto y busco en su mochila uno de sus bentos - YOYOOO!! - no pudo contener la alegría e ilusión que le generaba aquello y se acerco a este con la comida en sus manos - ten, espero te sirva!! Y ten cuidado en el bosque!! - realmente el golpe que le dio no fue la gran cosa y ya lo había olvidado 

Cada vez que lo veía, a wade le parecía más increíble la capacidad de comunicación de aquella chica que parecía enferma con esas bestias -¿​que come el señor tigre árbol? -pregunto wade inocente -yo solo tengo hojas de mi diario...-