- Tendremos mucho tiempo para ello durante las vacaciones. Yo no tengo planeado nada en especial para el verano. ¿Y tú? - te pregunta mientras el dependiente te devuelve el cambio. Natsuko empieza a comerse su helado.
Antes de que Akito conteste, Natsuko dice:
- Hace mucho que no voy a la playa. ¿Crees que podríamos ir?
- Mmmmm - lamo un par de veces el helado - no me gusta demasiado la playa... Pero si llevas bikini supongo que podré hacer el esfuerzo...
Lo digo claramente en broma.
Parece que Natsuko piensa en algo y parece concentrada, deja de comer unos momentos y debido al calor, el helado comienza a derretirse. Cuando una gota le toca el dedo, reacciona y lame las partes que se están derritiendo.
- Sería un desperdicio ir en abrigo, así que tendrás que hacer el esfuerzo.
Sonríe, y comienza a caminar por la calle para que la sigas.
Sonrío al pensar cómo debe ser su cuerpo en bikini, pero por suerte no me ve. La sigo y pregunto
- ¿A dónde nos dirigimos Natsukihime-sama?
- A donde nos lleven los píes, príncipe Akito. Mientras caminemos uno al lado del otro con nuestros helados en nuestras manos, el viaje habrá sido un éxito.
Mientras camináis se para súbitamente, y se queda mirando a una librería.
- Pero bien pensado... no estaría mal entrar aquí. Hace bastante que no me paso. Aunque al dueño no le hará gracia que entremos con helados.
Os sentáis en un banco frente a la librería mientras los termináis.
- Cuéntame, ¿cómo conociste a Kyoya? Parece que estéis siempre juntos.
Paro de lamer el helado un momento y pienso.
- Si te soy sincero. Creo que no me acuerdo. Somos vecinos y hemos ido siempre juntos a clase. Así que realmente se podría decir que sí que estamos juntos siempre. Lo más atrás es en el tiempo que recuerdo es una fiesta de cumpleaños en su casa, a los cinco años, que me quedé a dormir, y al día siguiente al volver a casa mis padres me dijeron que mi madre estaba muy enferma y tendría que ir al hospital. Aunque realmente eso no lo recuerdo tanto por Kyoya como por la hospitalización de mi madre claro...
Trato de que no suene como que quiero dar pena ni nada así, es un hecho, a mi madre la hospitalizaron y murió un par de años después, y de eso ya hace 10, lo tengo más que superado...
- Vaya, la cosa viene de bastante atrás. A mi me hubiera gustado tener un amigo o amiga así durante mi infancia. Llevo toda mi vida en esta ciudad y no he sido capaz de hacer amigos. A excepción de Daichi, claro. Aunque no estoy segura si contarlo...
- ¿Por qué no? - pregunto con sincera curiosidad
- Digamos que he sido una chica problemática. Yo no lo recuerdo, pero mi madre insiste en que cuando pequeña pegaba a los niños y niñas mayores que yo. Sería por eso que no tenía amigos entonces... ¡y que no tengo amigos ahora!
Y cierra su mano libre y comienza a darte ligeros golpes en el hombro.
- Supongo que algo así. Y también les jode que sea directa. Digo lo que pienso, y eso no es lo que quiere oír la gente. Se espera de mi que diga lo que quieren oír, pero digo lo que pienso. Y entonces soy la mala. Son todos unos falsos.
Y sigue lamiendo su helado.
- Tampoco es como si tener amigos fuera tan importante... Y menos si se molestan cuando dices la verdad.
- Eeexacto. Y por eso no tengo casi amigos. Pero yo sí que lo considero importante. No tener amigos cualquiera, eso no lo quiere nadie. Quiero gente que también pueda decirme lo que piensa a la cara, ¿sabes? Quizá si esa gente que no soporta que diga la verdad a la cara tuvieran el valor de decirme que les molesta, podría intentar controlar un poco la lengua.
Natsuko se termina de comer la galleta del helado.
- ¡Ajá! Por eso les pegaba de pequeña. Estaba harta de ellos.
Y se echa a reír.
Sonrío un poco. Y sigo lamiendo lo que me queda de helado.
- Y ¿ por qué dices que Daichi no cuenta?
- Porque no vivimos en el mismo mundo. Él está en un mundo de dragones y oscuridad, y yo en el mundo real. Todo lo que me diga será sobre ese mundo. Le tengo mucha estima, ha intentado ayudarme... a su manera. Es buena persona. Pero simplemente no puede tomarse nada en serio.
Se sacude un poco las manos y te hace una señal para ir a la librería.
- Lo que quiero decir es que si hubiera podido hablar de algunas cosas en serio con Daichi quizá no hubiera llegado a lo que llegué. A la hora de hablar de tus problemas, ser amigo de Daichi y no tener amigo es lo mismo.
- Jajajajaja pobre Daichi, pero creo que entiendo a qué te refieres.
Me levanto yo también y camino hacia la librería.
Entráis a la librería y miráis libros. Natsuko no se fija en ningún género en completo, simplemente ojea varios sin ningún orden en especial.
Una vez termináis, salís sin haber comprado ningún libro.
Al salir de la librería, te topas casi de frente con Kyoya, que comiéndose un croissant al lado de una chica, que supones que será su novia.
Es una chica de la altura de Kyoya, con el pelo rojo y largo, con una nariz fina y un maquillaje perfectamente aplicado. Tiene un cuerpo esbelto y viste con una camisa y una falda. Realmente era una chica muy guapa, había que reconocerlo. Aunque a Akito le hubiera impresionado mucho más si él mismo no hubiera ido con Natsuko. Ella también iba con un croissant en la mano.
- ¡Shuujin! ¿Al final habéis venido por aquí? Mira, te presento a Atsuko. Atsuko, él es Akito. Y ella es Natsuko, una amiga.
https://www.youtube.com/watch?v=jvgJlIaeqmU
Con una sonrisa, Atsuko se adelanta hacia Akito y sin que dé tiempo a reaccionar, le planta un beso en cada mejilla.
- ¡Es un placer conocer al gran amigo de Kyoya!
Sonríe dulcemente.
Entonces se gira hacia Natsuko.
Cuando se va a acercar, Natsuko extiende su mano. Podías verle en la cara que no quería recibir los besos de Atsuko.
Con otra sonrisa, Atsuko tiende la mano y se saludan así, sin siquiera apretar las manos.
- Hemos dado un par de vueltas sí - digo respondiendo a Kyoya.
- Un placer Atsuko. ¿Qué tal todo?
Digo tratando de evitar algún comentario extraño por la rigidez de Natsuki.
- Muy bien, siempre y cuando esté con mi queridísimo príncipe Kyoya.
Atsuko abraza un brazo de Kyoya fuertemente, como si no quisiera despegarse de él jamás, y Kyoya se sonroja.
Pese a llamar a Kyoya igual que Akito llamó a Natsuko hace un rato, la manera de decirlo lo hacía totalmente diferente. No sabrías decir en qué, pero era diferente.
Sientes un suave pellizco en un brazo, de Natsuko. No parecía estar muy a gusto.
Miro a Natsuko de reojo, y decido dar por terminada la conversación.
- Bueno, tampoco queremos interrumpir vuestra cita entonces - sonrío con mi sonrisa de falsa amabilidad - Nos vemos en clase Kyoya...
- No, Akito, ¡mira!
Natsuko se lo susurra, pero señala con el dedo al lugar de donde vienen.
Kyoya y Atsuko se giran también.
Por toda la zona residencial, una gran nube negra de tormenta ha aparecido como de la nada. De ella aparecen montones de relámpagos. No os da muy buen rollo a ninguno de los 4.
Por otra parte, la gente de la calle no parece darse cuenta. Algunas personas miran en esa dirección, pero no a la tormenta. Era casi seguro que no la podían ver. Y por la cara que ponían los 4 estaba prácticamente confirmado: era obra de algún Arcano.