Partida Rol por web

Junto cuando Saki se estaba planteando que echaría de menos aquella tranquilidad de la biblioteca, aparece D-Five por la puerta. 

"Aunque no echaré en falta frecuentar menos los sitios abiertos al público..." 

Saki lo ve llegar y apenas tiene tiempo para pensar, por lo que se queda algunos segundos callada. 

"¿En serio? ¿Hasta que nivel va a llegar su mundo personal? ¿No me guarda ningún rencor por lo que pasó ayer?" 

En el fondo no se sorprendía... Pero el día anterior había visto a D-Five realmente preocupado, actuando como actuaría una persona real y no su personaje... ¿Prefería olvidar lo que había ocurrido? O quizás... ¿Tendría alguna otra forma de castigo preparada? ¿Algo mucho más teatral? 

Bueno, en todo caso Saki se negaba a aceptar que había ensayado en vano. Dejando un lado a Natsuko, a D-Five era a quien le debía la mayor disculpa. 

- Hola... - Dice, dejando traslucir su tristeza. - Yo... De verdad que siento mucho lo que ocurrió ayer. Me comporté como una imbécil.

Estaba preparada para levantar la cabeza y mirar fijamente a D-Five, viendo si sus ojos mostraban compasión o no... Pero mantuvo la cabeza baja, no se merecía dicha compasión después de lo que podría haber pasado por su culpa. 

D-Five se pone la mano en la cara de forma teatral.

- Mi sierva se encuentra bien ahora mismo. Se encuentra en un viaje para combatir contra un siervo de la luz. Pero me pidió, como sierva que es, que quiere hablar con mi aprendiza. ¿Es posible programar un encuentro para mañana?

"Ojala ella sea más seria que este sujeto..." 

A pesar de esa rápido pensamiento Saki realmente estaba sorprendida. No esperaba tener que reunirse con ella... En el fondo le hubiera gustado evitarlo. Pero era lo menos que le debía. 

- C-claro. - Dice Saki, nerviosa. - Me gustaría disculparme con ella en persona y ver como se encuentra... ¿Cuando está libre? 

- Cualquier día irá bien. Mañana es el día en que el sol brillará con menos fuerza, puede que no tengamos otra oportunidad así en milenios.

Sí, el del tiempo dijo que estaría nublado. Lo de "milenios" era algo exagerado.

Saki se aguanta las ganas de levantarse y pegarle un tortazo a D-Five por su falta de seriedad. ¿Estaba intentando suavizar la situación o realmente se creía lo que salía por su boca? 

- Mañana mismo puedo quedar, sobre las [Introduce aquí el espacio entre la hora de comer y mi turno en la biblioteca] estaré en el parque de aquí enfrente. Si no tiene problemas para venir hasta aquí allí la esperaré. 

Saki no abandonaba el tono serio y decidido, pero le costaba una brutalidad viendo a D-Five haciendo su espectáculo. 

D-Five asiente, y se gira hacia la salida mientras se coloca una capucha negra.

Cuando está en la puerta, gira levemente la cabeza hacia Saki, hace una leve inclinación y a continuación sale de la biblioteca.

5 minutos más tarde, aparece Watanabe, que va a despejarse un poco de nuevo. Sale de la biblioteca. Cuando vuelve a entrar, se dirige al mostrador.

- Mira lo que he encontrado fuera.

Te muestra un brazalete negro, que parece de piel.

- Parece algo que llevaría D-Five.

Saki se pone la mano en la cara, en gesto de cansancio (Facepalm). 

- Es que debe de ser de D-Five, ha salido hace nada de la biblioteca... Dámelo, tengo un cajón para objetos perdidos, si vuelve D-Five será mejor saber donde lo he dejado. 

Watanabe le da el brazalete a Saki (Supongo) y Saki lo guarda en un cajón que tiene cerca del mostrador. Hecho esto se vuelve a poner en posición. 

- ¿Que tal el estudio? - "Se le ve algo nervioso... Normalmente no entra y sale de está forma mientras que estudia..." 

- Bien, bien. Al fin he terminado el ejercicio. Aunque me sorprende no haber escuchado a D-Five en este rato. No suele ser especialmente sigiloso. Supongo que hasta él conoce los límites de su mundo.

Cierto es que había controlado su voz, consciente de estar en una biblioteca. ¿Por qué el resto era pura actuación?

- Supongo que por mucho que nos sorprenda a ambos, él también tiene sus límites... Aunque debería limitarse también en otros aspectos... 

Saki para de hablar, ya que se da cuenta de que estaba hablando más de lo que quería. Por su cabeza aún rondaba la idea de lo poco serio que había sido D-Five con el tema de Natsuko. 

- ¿Crees que de verdad se cree todo lo que dice? Porque si no es así, podría llegar a convertirse en un gran actor. 

- Si es cosa de su Arcano tiene razón para creérselo. Y no sé si en ese caso podríamos decir si es real o no.

Youta se para a pensar unos segundos, y luego dice:

- A ti te sigue las 24 horas del día una chica lobo, y a mi una especie de mundo de oscuridad. Y no hablemos del Jabalí gigante. ¿Por qué no Dragones? O todo eso es falso, o todo eso es real. ¿Qué nos diferenciaría de D-Five si nada de esto fuera real?

- Entiendo por donde vas... - Se encoge de hombros. - Pero yo si veo una diferencia. Y es que mientras que nosotros estamos aprendiendo a coexistir dentro del mundo real y el mundo "mágico" que solo la gente como nosotros puede ver... D-Five se ha encerrado por completo en el segundo. Quizás nuestra situación sea la misma que la suya pero... No creo que su cabeza vaya a acabar bien. Quiero decir, tarde o temprano se tendrá que desengañar, por mucho que los arcanos existan, no nos van a solucionar todo lo que ocurra en el mundo real. Yo creo que debemos aprender a vivir en ambos. 

Youta asiente, pensativo.

- Tienes razón. No podrá acabar bien. Aunque no parece muy dispuesto a salir de ese mundo. Parece que tú le conoces más, ¿sabes por qué es así?

- Ni idea. - Se encoge de hombros. - Estoy segura de que Mei debe saber algo... Y supongo que Natsuko también lo conoce bien. Pero no tengo ni idea de si intentan ayudarlo o no. Tampoco confío en que me hiciera mucho caso a mi, no tenemos tanta confianza... O al menos eso creo. 

D-Five la había estado llamando "aprendiza". Ese ya era el colmo, ¿Que le había hecho pensar que aceptaría eso sin rechistar? Solo le había seguido el rollo una vez... Y en el fondo no había sido ella misma, le había controlado el cuerpo Tsukihime. 

- Bueno, quizá les pregunte si encuentro la oportunidad. Pero por ahora no me preocuparé más por él.

Poco rato después, a media hora de terminar tu turno, Watanabe se despide y se marcha de la biblioteca.

- Saki.

Cuando tiene la atención de Saki, pregunta:

- ¿Nunca te has planteado que tienes una vida realmeeeente aburrida?

Era irónico que Tsukihime dijera eso, siendo las dos últimas semanas las más "divertidas" que había tenido en mucho tiempo.

"Dime algo que no sepa." Piensa Saki, con desanimo, y entonces se gira hacía Tsukihime. "¿A donde quieres llegar?" 

- Nada en especial, mi querida Saki. Con que me tengas entretenida me basta. Por ejemplo, la próxima vez que te encuentres con Atsuko, estírale de los pelos o algo. Si la cosa se pone fea, te ayudaré a arañarla.

Tsukihime hace entonces una de sus características medias sonrisas.

- No sé, Saki. Sorpréndeme. Es lo único que pido. Sal de tu rutina por una vez. De forma voluntaria, me refiero.

"Es eso, ¿Verdad? Estás picada porque antes pensé que la única vez que le seguí al rollo a D-Five fue por tu culpa, ¿No?" Saki se ríe para sí. "No es que hayas tenido pocas sorpresas últimamente, no se de que te quejas..." Se encoge de hombros. 

- ¿Picada? Te lo pasaste pipa, y lo sabes. No, a lo que me refiero es que salgas a por aventuras en vez de que vengan ellas a ti. Si vas a cambiar de aires, que sea por propia voluntad.

"Oh, claro, como no había pensado antes en esa oportunidad." Piensa Saki en tono sarcástico. "¿Por que no nos vamos a las montañas a buscar un tesoro oculto? O mejor aún, a combatir el crimen en la ciudad. Seré Wolf-Woman, ¿Te gusta la idea?"

Saki espera varios segundos antes de continuar, ahora en tono serio. "Tengo cosas más importantes de las que preocuparme que irme de 'aventuras'..." Y ahora algo más cabreada. "No se a que vienen tantas quejas de todas formas, sabes tan bien como yo que hoy he decidido que quiero abandonar este lugar y comenzar a hacer prácticas, si eso no es un cambio de rutina, dime tu que es." 

Saki estaba convencido en ese momento de que quería seguir adelante con esa idea. Quizás no estuviera segura de cuando iba a hacer la llamada, cuando iba a ser la entrevista, cuando iba a comenzar a trabajar... Pero estaba segura de que no quería dejarlo correr.