Partida Rol por web

La mañana se presentaba como de costumbre.

Saki se levantaba cada vez más cansada, producto de los días tan moviditos que estaba teniendo desde que conoció a Tsukihime. Quizá debería comenzar a dormir algo más.

Tras salir de casa preparada para un día de universidad, bajo el ardiente sol, Saki se percata de que queda bien poco para las vacaciones de verano.

Durante ese tiempo no tendría clase, y lo más seguro que tampoco tenga que ir a la biblioteca. Habrá tiempo de sobras para relajarse. Y para estudiar más, claro.

A lo lejos, está Chika. Pero... está sentada en un banco, mirando hacia la carretera, algo seria. No era propio de Chika. No era propio de Chika en absoluto. De hecho, ni se entera de la llegada de Saki.

Saki se para en frente de Chika. 

- Hola, Chika-nee~ - Suelta Saki, con un ligero tono de broma y una sonrisa. Si la que estaba ahí sentada era Chika, seguramente el comentario de Saki le arrancaría por lo menos una sonrisa, cosa que parecía necesitar hoy. Si era Chikane, seguramente se picaría un poco con que Saki la llamara de esa forma, y eso a Saki le encantaba. 

Chika da un respingo antes de darse cuenta de que tiene a Saki enfrente.

- ¡Sakiiii!

Chika se levanta rápidamente y se lanza, estando inicialmente a menos de 1 metro de distancia, hacia Saki para abrazarla.

Era Chika, y la de siempre.

- Siento no haberme dado cuenta antes Saki. No sueles ser tú la primera en darse cuenta. - sonreía - ¿Qué tal el día? - y se coloca al lado de Saki para caminar junto a ella como de costumbre.

Saki se alegra de que su intervención haya animado a chica, aunque también se siente culpable porque quizás Chika se está obligando a actuar así... En todo caso no tenía sentido darle vueltas ahora sin estar segura. 

- Ya sabes... Seguro que se me presenta uno de mis días aburridos, como cualquier otro. ¿Cómo ves tu el tuyo? 

- Ya sabes... seguro que se me presenta un día lleno de aventuras, como siempre. - dice Chika, bromeando - Si te aburres, un día podemos quedar juntas. ¡Tengo las tardes libres!

Su intención era buena, pero estaba la universidad, la biblioteca...

- Ya verás, lo pasaremos super bien. Hace calor, ¡podemos ir un día a la playa! O incluso a la piscina. ¡Tengo cupones de descuento!

- No me acaba de convencer la playa, pero quizás algún día podríamos ir a la piscina. - Saki deja la idea flotando en el aire, y después añade. - Quizás podría invitar a unos amigos, tengo ganas de que los conozcas, ellos también están siendo ayudados por seres como Tsukihime y Chikane. 

Quizás Chika consiguiera darle un poco de vida al pesimismo general del grupo. Aunque tampoco era del todo acertado considerarse un "grupo"... Quizás eso era parte de sus problemas. 

- Dentro de nada será verano, tendremos tiempo para lo que sea. Pero de momento habrá que esperar. 

Chika tenía los ojos como platos.

- ¿Hay más gente como nosotros? Es decir, ¿con la ayuda de los Arcanos?

¿Arcanos? ¿Había mencionado Saki ese nombre alguna vez?

- Pensaba que seríamos las únicas...

Por alguna razón, su voz sonaba a decepción, aunque te parece extraño dada la naturaleza de la conversación.

- Tranquila, somos únicas a nuestra manera. Nuestro arcanos son los más... - Saki busca una palabra correcta, pero tarda unos segundos. - Civilizados. - Después espera a que Chika asimile esa idea y continua. - Y te aseguro que no desearías tener los arcanos que tienen mis amigos. Hay uno chico que tiene uno que es una espada encima de su cabeza y otra amiga es perseguida por la niebla. Creeme si te digo que hemos tenido mucha suerte nosotras dos. 

Saki le dedica una sonrisa, intentando animarla. 

Chika inclina la cabeza, cierra sus ojos fuertemente y se pone la mano tapando la boca, en pose pensativa.

Tras dos segundos, vuelve a su pose habitual y pregunta:

- ¿Consideras que nuestros Arcanos no son peligrosos, Saki? Creo que cualquier cosa que pueda pensar por si sola es peligrosa. Y por lo que veo, nuestros Arcanos son los que más piensan.

Costaba pensar que esas palabras salieran de Chika. Pero tenía razón. Y en lo más profundo de Saki, esas palabras producían miedo.

Tsukihime, que había estado oculta todo este tiempo, aparece al lado de Saki, quedando Saki entre Chika y Tsukihime.

Con una sonrisa de suficiencia, dice:

- La chica es lista. ¿Te resulto poco preocupate, Saki? ¿Debería darle más emoción a tu vida?

Las palabras de Tsukihime eran burlonas y desafiantes. Tsukihime no le haría nada a traición. O eso creía Saki. Pero había algo en las palabras de Tsukihime... Como si realmente lo deseara.

- ¿Merece la pena que me niegue? Mi vida esta cargada de "emoción" desde que apareciste. - Le dedica Saki en tono burlón. - Tienes razón, Chika. - Continua Saki, mirandola. - Pero un arcano como los nuestros es tan peligroso como podría ser cualquier persona que conozcamos. Y de la misma forma que cualquier persona tienen una gran debilidad, y es que acaban siendo predecibles.

"Y por favor, no me hagas ahora el numeríto de que no eres tan predecible..." Piensa Saki, dirigiendose a Tsukihime. 

- Por eso mismo yo no me preocuparía tanto, al fin y al cabo es algo de lo que no nos podemos librar por muchas vueltas que le demos. 

Ahora Chika parecía extrañada.

- Pero sí que podemos librarnos. Chikane dice que pronto me dejará. Es triste, porque le he cogido cariño. Pero tarde o temprano tendría que pasar.

Tras un silencio momentáneo, vuelve a hablar:

- Y Tsukihime también se irá algún día. Pero no puedes saber cuando. Ella lo sabrá cuando esté llegando el momento.

"Supongo que tiene razón... Pero no comparto del todo su optimismo. Hay problemas que nunca te dejan atrás..." - Entonces piensa en Tsukihime - "Y si tu misión es solucionarlos, me temo que tenemos un gran camino por delante." 

- Lo se, pero... Bueno, pensar en ellos como algo peligroso no es una cosa que vaya a acortar el proceso. Y de todas formas no creo que nunca se vayan completamente, al fin y al cabo son partes de nosotras mismas. 

En ese momento Saki se da cuenta de que nunca había compartido sus teorías con Chika. Pero no se sentía extraña al hacerlo, sobretodo después de descubrir que no tenía la edad que aparentaba... 

Os sentáis en la parada del autobús: llega tarde.

- ¿Nunca ha habido algo de ti, de tu pasado, que has dejado atrás? - Chika hablaba seriamente. Hasta se parecía a Chikane mientras hablaba - No sé... algo que te gustara mucho de pequeña y que ahora te aburra. O un grupo de música que te gustara antes y ahora no quieras ni oir hablar de él. Esas son partes de nosotras que dejamos atrás, caen en el olvido, y no vuelven a despertar. Puede que sean parte de nosotros, sí. Pero nosotros cambiamos. Cada día que pasa, tenemos algo diferente. Sea conocimiento, o sea una opinión.

Silencio de nuevo.

- Pero tienes razón cuando dices que no deberíamos pensar en ellos como algo peligroso. De hecho, deberíamos preocuparnos más de nosotros mismos que de nuestros Arcanos.

A cada nueva palabra, Chika se parecía más a Chikane. Su manera de hablar comenzaba a ser la misma.

- Me cuesta olvidar algo importante que haya dejado atrás... Y si lo olvidara que, ¿Que más da? Sería una cosa menos de la que preocuparse. A veces es mejor saber menos de lo que sabes... 

Saki había hablado sin pensar y se sonroja un poco al pensar en lo que ha dicho. Se queda en silencio, pensativa... Saki no quería profundizar más en el tema, quizás por que en parte se negaba a aceptar la madurez de Chika. En su propio mundo personal Chika era solo una chica jovial que le alegraba el día por las mañanas. 

"Ojalá pudiera seguir siendo así... Pero supongo que esto es mejor para ella." 

Chika únicamente sonrie ante las palabras de Saki antes de anunciar, como era habitual:

- Eh, viene el bus.

Efectivamente, al fin se acercaba el bus.

Tras una corta despedida, Saki se sube al autobús.

Por la ventana, podía ver claramente como Chikane se despedía de ella con la mano.

Esa mañana, Saki saludó a Chika. Ahora, se despedía de Chikane.

"Yo también la echaré de menos, Saki." - dice Tsukihime en el interior de Saki, cuando el bus arranca.

"Las dos caras de la misma moneda..." Piensa, Saki, decepcionada. "Ojala pueda encontrar el equilibrio, cuando da estos cambios puede llegar a ser terrorífica." 

Saki decide despejarse un poco del tema y saca un libro para leer. De todas formas, después de la universidad la esperaba una prueba mucho mayor que asumir el problema de Chika. 

La esperaba una vez más la verdadera Hana. 

Saki casi no lee en el trayecto de autobús pensando en Chika(ne), y cuando llega a la universidad casi no se había dado cuenta del rato que había pasado.

Al entrar a la clase, se encuentra con Watanabe en su sitio, como era habitual, pero leyendo.

La inclinación del libro no permite a Saki ver la portada adecuadamente, aunque no parece un libro muy grande. Watanabe está tan absorto, que no se da cuenta de que Saki ha llegado.

Saki no puede evitar recordar la vergüenza que paso el día anterior al ver a Watanabe. Por tal de no crear una escena demasiado forzada decide dejarlo absorto en su lectura. Ya tenía la cabeza llena de líos como para complicarse aún más ahora. 

Se dirige a su sitio lo más silenciosa que puede y se sienta a continuar leyendo, o al menos a intentarlo. 

Al poco rato comienza a llegar la gente, y Watanabe se da cuenta de que Saki está cerca, con lo que hace un saludo rápido y sigue leyendo, cosa que Saki agradece.

Cuando llega la hora y el profesor está en el aula, la clase empieza.

Una cosa de la que se percata Saki, es de que Atsuko no está ahí al empezar la clase. De hecho, llega alrededor de en la segunda mitad de la clase. Como no se toma asistencia, nadie le dice nada, y ella, callada, y tan furcia como siempre, se sienta en su sitio.

Al terminar la clase, Saki baja a comer como de costumbre.

Como todo no podía salir perfecto, Saki ve a Atsuko asomar la cabeza en la cafetería. Cuando la ve, hace una sonrisa y se dirige a su sitio. Tal como el día anterior.

Se sienta, y sin sacar ni un tupper ni utensilios para comer, le dice a Saki:

- ¿Qué tal todo guapetona? - su cara, con una sonrisa de suficiencia, era tan repulsiva para Saki como siempre.