Partida Rol por web

De las columnas empieza a brotar humo, un humo que antes que Mei siga hablando ha llenado zonas del templo, haciendo imposible ver lo que hay dentro de la niebla. 

- ¿Entonces por qué luchas? - Digo completamente oculta en la niebla. 

Desde otro punto de la sala, repito. - ¿No puede haber una alternativa a todo este sufrimiento? - 

- ¡La había, pero es tarde para eso!

https://youtu.be/y2RBXt2PQvI

El samurái da varios golpes a la nada, provocando bocanadas de aire que poco a poco dispersan el denso gas que Lylia y la niebla dejan.

- Podíais haber seguido viniendo al templo... podíais haberme hecho compañía. Compartir conmigo vuestras inquietudes y confiar un poco más en mis capacidades como la sacerdotisa.

Con tantos golpes que daba al aire, os habéis tenido que separar de ella para que no os dé de casualidad. Puesto que había terminado en medio del grupo, habéis acabado divididos en dos partes:

En la banda izquierda quedáis Lylia, Akito, Kyoya y Natsuko. En la banda derecha quedáis Dairiseki, Saki, Atsuko y Watanabe.

Cojo aire y me preparo para gritar

- Podrías haber hecho que quisieramos venir. La amistad no se fundamenta en que la otra persona te necesite ¿sabes? - miro a Kyoya un momento y sigo - Hacer amigos no es fácil, y hacerte la víctima no va a hacer que te queramos más. 

- ¿La víctima? ¿Que me hago la víctima? AAAARGHHH

De un grito, Mei sale a toda velocidad deslizándose sobre el suelo hacia Akito.

- ¿Creéis que haría esto si hubierais tenido la mínima intención de ser mis amigos?

Cuando el samurái iba a golpear con ambas espadas, Kyoya se interpone. Llevaba a Kladenet en alto y bloqueaba ambas espadas, aunque parecía que le costaba muchísimo.

- No te atrevas a tocar a Shuujin, bruja amargada.

Kyoya hacía presión hacia Mei, pero el samurái parecía tener más fuerza. Si no hubiera sido una situación tan extrema, la cara de Kyoya hubiera sido hasta cómica.

- Solamente nos has llevado por un mal camino. No nos has dicho nunca la verdad y aún así esperas que te respetemos.

Kyoya se impulsa una última vez y desestabiliza levemente a Mei, que de un salto enorme se vuelve a colocar entre los dos grupos.

- No... os dije todo lo que sabía. He aprendido sobre los Arcanos junto a vosotros. Mi maestra me dejó una información mínima sobre ellos. Siempre dijo que era algo que cada uno tenía que aprender por si mismo, pero aún así ella ayudaba a todo el mundo. ¡Si por mi fuera, ni sabríais que tenéis un Arcano!

Saki se acerca disimuladamente a Watanabe y le susurra: 

- Watanabe, ¿Que control tienes sobre la oscuridad? ¿Crees que podrías cegar a Mei durante algunos segundos? 

-yo...yo quiero hacerte compañía!

-N-no en ese sentido pero... no llevo bien las cosas nuevas pero mei estuvo ahí para ayudarme a aclarar las cosas, no es mala persona, no se que sería de mí ahora mismo si ella no hubiera aparecido, no se si yo puedo ayudarla pero parece que vosotros sí, pensé que seríais más valientes cuando os ví

Mei parece dubitativa.

- No deberías haber venido, Dairiseki. Esto no va contigo, igual que tampoco va con...

Pero en ese momento, un grito se oye al lado de Dairiseki, y le hace pegar un bote.

Watanabe, que hasta hace un momento parecía atender a Saki, estaba fuera de control.

Hubieras jurado que Watanabe estaba atento a lo que le decías al oído, que estaba callado y quieto porque escuchaba lo que le decías, pero no era así. Simplemente estaba en shock.

- ¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHH!!!

Hasta Mei estaba sorprendida por el grito de Watanabe. Esto solo podía ser una cosa.

- ¡LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO, NO QUERÍA CAUSAR PROBLEMAS A NADIE, DE VERDAD! ¡YO NO...

Un aura negra rodea a Watanabe, y se expande a una velocidad increíble, rodeándoos a todos e impidiéndoos ver nada a un palmo de distancia. Podíais oír a Watanabe llorar durante unos instantes antes de que la oscuridad os rodeara por completo.

No sabéis si han pasado segundos, minutos u horas, pero os levantáis algo aturdidos. Watanabe ya no está.

Mei aún está en el suelo, levantándose, y el samurái parece inmovilizado. Quizá era el momento.

QUIZÁ NO LO ERA

"Supongo que eso es un no..." Piensa Saki una vez que se ha recuperado de su aturdimiento. "Lo más posible es que haya salido corriendo... Ya habrá tiempo de preocuparse por él más tarde. Quizás no tengamos otra oportunidad." 

Saki suspira y se gira hacia Atsuko. Y le susurra. 

- Atsuko, no se si estás de mi lado o no, pero supongo que te interesa tanto cómo a mi que Mei deje de llevar la ventaja en esta batalla. En clase te teletransportaste, haz lo mismo otra vez y pídele la espada prestada a tu novio. Yo intentaré inmovilizar a Mei, tu asegúrate que el filo este en su cuello para que no haga ninguna tontería. 

Saki parece comentar algo en susurros con Atsuko y acto seguido da un salto en dirección a la posición dónde esta Mei. 

Un poco aturdida aún por el arcano de Watanabe me dirijo al samurai para detenerlo en caso de que intente atacar a Saki. 

Saki, fusionada con su Arcano, corre hacia Mei, que aún se está levantando. Lylia, desde una posición algo menos arriesgada, espera un momento para actuar si fuera necesario.

Saki consigue agarrar a Mei sin ser atacada por el samurái.

- Arghh. ¡Suéltame! ¿Sabes acaso como me siento? Soy una puta herramienta. Soy un medio de ayuda a la gente, mi existencia solo sirve como servicio social. Nadie me quiere para nada más. ¿Sabes como me puedo sentir? ¿Tienes una mínima idea?

Entre la confusión Atsuko se os ha acercado.

Bastante nerviosa le dice a Kyoya.

- Kyoya, aprovecha ahora. ¡Utiliza tu espada y ataca!

Kyoya agarra fuerte la espada, pero no se mueve del sitio. Se gira hacia ti y te mira, esperando una respuesta a una pregunta que no ha hecho.

- ¡No! ¡No tengo ni idea, Mei! Sólo tu sabes perfectamente cómo te sientes. - Pequeña pausa. - ¡Pero tuviste la oportunidad de contarnoslo, Mei! Si sólo hubieras ignorado tu papel en la sociedad y hubieras sido sincera con nosotros y contigo misma... Si hubiéramos podido llegar a conocerte realmente... Estoy segura de que no hubiéramos tenido que llegar hasta estos extremos. - Pequeña pausa. - ¿Es que acaso no te das cuenta? ¡No eres ninguna herramienta! ¡Ahora mismo lo estás demostrando, revelándote contra tu misión original! Si al menos lo hubieras hecho antes...

Mei deja de forcejear tras oir las palabras de Saki.

- Pero si yo os pedía mi ayuda... ¿quién iba ayudaros a vosotros?

Mei estaba... ¿llorando?

- ¿Quién iba a guiaros? Tener un Arcano no es fácil, y siempre es necesaria la ayuda. Pero la ayuda entre gente con Arcanos es siempre confusa. Los diferentes tormentos de cada uno condicionan enormemente la forma en que se ve la vida y... jamás pensé que yo tenía mi propio Arcano... jamás... he sido un fracaso.

Mei hace fuerza para zafarse de Saki, y lo consigue.

Todo el grupo da un paso adelante para detenerla en caso de hacer daño a Saki, pero Mei solo retrocede, de espaldas a todos, con el samurái en alto. Se dirige al altar.

- Soy la peor sacerdotisa que ha pisado esta ciudad.

Saki se levanta, decidida. 

- ¡Te equivocas! - Dice rotundamente mirando hacía Mei. - Si todas las sacerdotisas que han pisado la ciudad eran tal y cómo tu has pretendido ser estás muy equivocada, Mei. - Pequeña pausa. - En todo caso, yo creo que eres la mejor al demostrar que eres mucho más de lo que ellas han demostrado jamás... ¡Un ser humano! - Saki baja un poco el tono, avergonzada. - No podía entenderte Mei... No podía entender todo lo que hacías, que era lo que te motivaba, que tramabas.... Y al final el desconocimiento me llevo al miedo, y el miedo al odio. - Las palabras estaban cargadas de pesar. - Pero hoy... Al verte con un arcano, algo en mí que se estaba reprimiendo me lo ha dicho. Que tú, igual que todas las personas que nos rodean tienen problemas, algo que todos tenemos en común, algo que nos hace más humanos... - Pequeña pausa. - Si hay algo que he aprendido durante las últimas semanas es que no puedes intentar ayudar a los demás con sus problemas ignorando los tuyos propios. Esa forma de reprimirte te puede llevar a cometer locuras... - Saki mira de reojo a Natsuko, arrepentida. - La única forma de ayudarnos entre nosotros realmente es comprendiendo a los demás al mismo tiempo que dejamos que los demás nos comprendan. - Niega con la cabeza. - No necesitamos a nadie que nos guíe Mei, sólo necesitamos estar rodeados de personas que nos ayuden a ser nuestros propios guías. 

- Lo que dice es cierto, Mei. Sé que la gente con Arcano podemos ser difíciles de comprender, y podemos hacer cosas súbitas y extremas. Por eso comprendo lo que has podido hacer... y estoy dispuesta a ayudarte junto con Saki.