Partida Rol por web

El otro hombre, el que permanece junto al vehículo, se sobresalta cuando Cass le dispara, aunque su disparo va muy desviado.

-Eh, eh! Para mami -  Dice escondiéndose detrás del coche. -Me rindo. No disparen más. ¿ok?- El hombre deja su pistola sobre el techo del coche-  Esto no es necesario. Dejen que me vaya, yo me subo al carro y ustedes no me vuelven a ver ¿Okey? Todos ganamos.

Al escuchar al hombre me veo obligada a dejar a Vincent y me acerco a él arma en mano. No puedo permitir que ese tipo se largue y menos con el chevy. Si tenemos alguna posibilidad de escapar de aquí y volver a Scranton, es con ese coche. No voy a permitir que se lo lleve.

-Una mierda- Le digo poniéndome delante del vehículo para evitar que escape y encañonándolo con el arma – Tengo una oferta mejor. Dame las llaves del coche, pon las manos detrás de la nuca y ponte de rodillas o te pego un tiro en la cabeza. Tú eliges.

Al ver como Sam se hace cargo de la situación suelto un suspiro de alivio "Esta viva" me arrastro fuera de la camioneta, con el arma en mano y aun un poco temblorosa, tengo unos cortes menores pero nada serio. Con la mirada busco a David y al verlo corro hacía el -Perdón- Le diría en un susurro, al llegar junto a el, lo estaba revisando con la mirada en verdad temía intentar ayudarlo, me sentía culpable al haber causado el accidente. -Julia como puedo ayudar, dime que hacer- Apartaría la mirada buscando a Julia y en ese momento vería a Victor, no podía apartar la mirada de su cuerpo o moverme "Esta muerto.. Dios esta muerto..." 

Julia se acerca hacia el siguiente que está más grave; Bryan e intenta detener sus hemorragias. El chico latino aún estaba convaleciente y solo le faltaba esto. Encima está inconsciente.

Pese a su fracaso la mujer no desiste y sigue insistiendo.

Cuando Cass le habla mira su alrededor y viendo que Sam ha hecho un gran trabajo con Vincent y que su vida de momento no corre peligro señala a David. -Trata de entablillarle el brazo roto. Si se ha roto una costilla, inmovilízale todo el brazo y el hombro para que no pueda moverlo.  Con un poco de suerte solo será una fisura en la costilla y acabará soldando sola. Pero tienes que conseguir que se esté quieto.    

Pareciera que lograría mi cometido si no fuera algunos escombros que se deslizaron mientras buscaba la forma de dar vuelta y rodearlos. Me acerco lentamente apuntando con mi arma, para luego detenerme al escuchar la voz que se dirige a mí.

-¿Deckland?, ¿pero qué demonios estás haciendo aquí, podías ser más oportuno?- bajo el AK y me acerco lentamente sin parecer hostil, -casi se ganan un tiro cada uno- digo rascándome la cabeza por encima del gorro. Aunque no pareciera, mis nervios hacían que mi corazón palpitara un tanto acelerado, me encontraba en una situación en la que no tengo idea de cuál sea el resultado final.

-A propósito, siento lo de Vanessa… y como decía, no fuiste lo más oportuno; apenas estamos tratando de seguir el juego de esta gente, o bueno al menos eso creo yo- me acerco al coche y pongo mi espalda contra el metal, luego me deslizo hasta quedar sentada en el suelo exhalando un poco de aire, como si estuviera exhausta; descuelgo mi AK y la pongo en el suelo, delante mío, queriendo mostrar que no tengo ninguna intención fuera de conversar.

-Lo poco que averiguamos es que van hacia New York, necesitan arreglar un camión que tienen varado para ir a una base; del accidente no tuvimos mucha información, más que perdieron algunos de sus hombres y no había nada recuperable- estaba esperando que en cualquier momento tomara su arma y me disparara, así era Deckland impredecible, la verdad ya me estaba haciendo a la idea de que este sería mi final, nada bonito, pero al menos quizá sería rápido.

-Entiendo que quieras matarme ahora, no es mucho lo que pude conseguir- agacho mi rostro mirando hacia el suelo, esperando por mi último momento.

Aprovechando que Sam se hace cargo del sicario que queda vivo me acerco a Cass.

-Gracias a dios – Digo abrazándola con el único brazo bueno e ignorando sus disculpas pues no tiene nada por lo que disculparse. -Temí que hubieras muerto.  

Tras el accidente, en caliente ni el brazo, ni las costillas me dolían tanto, pero creo que poco a poco, cada vez el dolor va a más.

Me disponía a dejar que Cass me atendiera siguiendo las instrucciones de Julia, pero cuando veo a la doctora intentando salvar a Bryan sin conseguirlo cambio de opinión. -Ayúdale a él. -Le pido. – Yo estoy bien, puedo aguantar.      

 Vincent quedó de rodillas apretandose el costado con la ropa de Samantha. Su voz y sus actos le habían llevado a sostenerse por sí mismo, no se sentía bien, sin embargo, ya no se sentía morir. Había estado cerca del adiós. Sus manos temblaban sosteniendo la ropa, y la debilidad de su cuerpo sólo estaba excluida en su profunda mirada.

 Reconoció la voz de Tuco. Como para olvidarla. Y tal vez, sólo tal vez, sentía cierta pena por el indeseable que había muerto a su lado. Pero esa no era la forma de actuar de un buen ciudadano. Aquella no era la forma de sobrevivir, no era la forma de seguir adelante con una vida digna. Cerré mis ojos para tomar fuerzas mientras ponía mi peso en una sola rodilla y me levantaba. El dolor de la herida era una nimiedad comparado con el dolor espiritual que sentía. Sin haberselo propuesto había llegado a matar o a herir a un hombre. ¿Estaba realmente justificada aquella acción? ¿Había hecho lo correcto arrebatandole la libertad a un hombre? ¿arrebatando su vida? Aquello era tan impropio de él que se sentía en alguna especie de pesadilla en la que había tomado elecciones sin pensar.

 Aquella no era la naturaleza humana, aquellos no eran, en último término, los principios de Vincent.

 Ahora, se sentía roto por dentro, no sólo por sus heridas, que ayudaban a paliar con justificaciones lo acaecido, su mente estaba partida, al menos, en lo que refería a lo que uno Debe hacer.

 Aquellos hombres y mujeres disparaban sin pensar. A su alrededor, todo el mundo estaba dispuesto a matar. ¿Me había contagiado de esa sensación de empoderamiento y había fallado al controlar el poder de todo ser humano? ¿O tenía que aceptar que en una situación de supervivencia el hombre es egoísta y por eso matar es una de las opciones más sencillas y reconocibles?

 Muchos ejemplos en las clases. Muchas conversaciones profundas sobre lo que es la realidad.

 Y allí estaban.

 - Llamadme escéptico. Después, cerrad mis ojos y dejad que cruce al otro lado de la carretera. - Recordó musitando una de esas anecdotas que el mismo contaba hace no tanto tiempo. Llámame escéptico, pero después, no pretendas que crea que no puedo morir atropellado.

 Negué, dejando mis propias crisis de valores a parte para devolverle parte del favor a Sam. A tirones dolorosos me quité el fuerte abrigo, iba bien abrigado debajo, siempre iba así. Podía prescindir de él. Y ella estaba empapada. Me acerqué a su espalda y lo colgué de sus hombros con la sutileza que el temblor de una sola mano me permitió mientras con la otra seguía apretando sus propias ropas contra mi herida. Acaricié los hombros del abrigo, y noté con firmeza los de aquella ¿desconocida?

 Luego me giré hacia Julia apesadumbrado y terminé de cuclillas frente a Bryan.

- ¿Crees que puedo ayudar en algo? - le pregunté, intentando echarle una mano taponando alguna herida. No tenía ni idea de que aquello pudiese servir, de hecho, no paraba de pensar en que tocarle con las manos ensangrentadas podía ser peor incluso que no ayudarle.

 Estaba claro que allí no estaba logrando nada. Pero me resistía a que David no fuese atendido por la adorable Cassandra. Le daba la oportunidad de seguir juntos, aunque no sabía si eso realmente ponía en riesgo al pobre Bryan.

 Le coloqué la diestra en la frente mientras seguía sujetando mi propia herida con la siniestra. Lo miré, con la firmeza de un tutor.

 Había tenido chicos como él a mi cargo. Jamás lo había visto en situaciones similares. Él ni siquiera lloraba. Había visto a personas mayores llorar y desmayarse por una mala nota. Era un chico fuerte, era evidente. Sólo tenía mala suerte.

 - Te pondrás bien. - le dije a sabiendas de que estaba inconsciente.

 Ya fuese porque mis actos valían poco para salvar una vida, ahora que había aprendido lo que era arrebatarlas, o por responsabilidad moral, volvería a ponerme en pie, algo inclinado hacia la herida, para mirar a Sam apuntando a Tuco.

 No le debía nada a ese hombre.

 - ¡Sabes que mientes, Tuco! - le grité con la fuerza que pude reunir, reprendiéndole. sierasAunque quieras, Deckland te obligaría.

 Y sino, te mataría.

 Su argumento era inválido, no podían pactar.

 - Te matarán.

 Le anuncié.

 - No queremos nada de ti. Y si el coche funciona vale más que tu vida para un intercambio. - expliqué friamente. - - A menos que puedas ofrecernos algo que el coche no pueda hacer.

 El coche nos ofrece un buen método para salir de aquí, un lugar donde descansar, e incluso una posible moneda de cambio con cualquiera que encontremos en el camino.

 ¿Puedes ofrecer algo más que un coche, Tuco?

 Hablaba con cierta sinceridad, tendría que convencerles.

 - Esta gente es exigente. - aseguré vehemente - A mi me gustaría ofrecerte un buen trato. Pero creo que lo que ahora importa es únicamente lo práctico.

 Y lo más práctico es matarte.

 Era la cruda realidad y ese no era el discurso de Vincent, era el discurso de Sam y de Bryan. Todo era diálogo, amenazas veladas y directas, todo era diplomacia. Vincent jugaba con el lenguaje. Le gustaba.

 - Tienes una oportunidad.

 No la cagues. - Le animó a hablar  y a no jugársela a pegar un tiro.

Sin apartar la mirada del cuerpo de Victor "Esta muerto, y es mi maldita culpa"  -Yo.. Yo no se como ayudarlo... No crees que esta mejor en manos de Julia...- Me esforzaría en cada palabra palabra porque no se me quebrara la voz y en no largarme a llorar "Primero ayuda, luego llora" -Pero lo intentare... No te muevas- Iría hasta Julia y Bryan para tratar de ayudarla, en realidad sin saber mucho que hacer pero al menos intentándolo.

-Bryan no se te ocurra morir, no vallas hacia ninguna cálida luz, ni a ningún sonido angelical, tienes que vivir... Por favor- Le diría sabiendo que estaba inconsciente, pero rezando que en verdad me escuchara

Deckland escucha todo lo que le dices paseando nerviosamente, como siempre. -Esa información no me sirve ni para limpiarme el culo.  Bah, si quieres que algo se haga bien tengo que hacerlo en persona.

¿Matarte?-Pregunta divertido - Jajaja- Se ríe como si fuera lo más gracioso del mundo. Se acerca a ti y te invita levantarte tirando de tu brazo- Sería una salida demasiado fácil y sería una pena matar a una chica tan mona.

Deckland señala con la cabeza el coche, invitándote a entrar en su interior.

Ahora vamos a buscar a tu amigo el profesor. Si descubro que me has mentido, cuando volvamos al talego me divertiré contigo, luego dejaré que los muchachos se diviertan contigo, seguro que muchos hacen cola para violarte todos los días. Esa será tú vida hasta que me supliques que te mate. – Te dice sacando su pistola para “pedirte” que subas al coche. -Sube. 

Julia no consigue estabilizar a Bryan, Cass incluso Vincent tratan también de ayudar para salvarle la vida, aunque nada de lo que hacéis parece tener efecto. La vida se le va escapando al chico latino que se va apagando ante vosotros con la impotencia de no poder ayudarle.

Su pulso cada vez más débil se apaga y acaba expirando en medio de un charco de sangre. El único consuelo que os queda, es que al quedar inconsciente no ha sufrido.

Tuco levanta las manos aún más cuando Sam le apunta con su arma. -Hey, hey, calma.- Pide haciendo lo que le pide Sam dejando las llaves del coche también sobre el techo.

¡Profesor!- Exclama al ver a Vincent ponerse en pie.– Él me conoce, es mi amigo- Le dice a Sam para evitar recibir un tiro. ¿Verdad profesor? Dígaselo. Yo siempre le he apreciado.

Mira carnal, Deckland estará al caer.- Comenta- Ha ido a inspeccionar ese lugar que abandonasteis, esa especie de taller o la chingada que fuera, pero si tardamos en volver. Si ve que no regresamos, vendrá a ver qué pasa y compadre, nosotros sabemos que Deckland está loco y ustedes...- Señala a los muertos y a las heridas de los que quedáis con vida-  … no están en condisiones de pelear. 

La mujer tarda un poco en reaccionar, ajena a la escena entre Cass, VIncent y el tal Tuco,  pero finalmente reacciona, le baja los párpados al cadáver y se dirige hacia David.

Sus heridas son bastante más sencillas de tratar.- Muerde esto- Le dice dándole un palo. Antes de que David pueda preguntar ¿Para qué? hace un movimiento brusco para colocar el hueso roto del brazo, lo que hace que David grite de dolor.

Lo que ha hecho ha sido doloroso, pero puede que le salve la vida al hombre. La mujer le quita la camisa a Bryan, sin ningún miramiento, y tras entablillarle el brazo a David con un palo usa la camisa del fallecido para inmovilizarle brazo y hombro. Julia hace un gran trabajo, David aún tardará en sanar del todo, pero al menos ya no seguirá empeorando.  

Lentamente apartaría las manos de Bryan cerrando los puños, quería golpear algo o gritar pero si lo que estaba escuchando era cierto, no teníamos tiempo que perder, ellos iban a tener una tumba-En mi bolso hay unas esposas... ¿Creen que entre en la cajuela?- Pensaba llevarlo con nosotros o matarlo, pero la información que pudiera darnos seria útil. Cerraría los ojos y respiraría hondo- Yo les haré una tumba a nuestros amigos.. Merecen.. descansar en paz...-  

Apenas tengo tiempo de valorar la muerte de Bryan. Aún en estado de shock y sin acabar de sumir la muerte de Víctor presencio cómo Julia y los demás intentan en vano salvarle la vida al joven. -Demasiado joven para morir así.

Absorto en mis pensamientos, antes siquiera de darme cuenta de lo que ocurre tengo a Julia ante mí.  ¿Qué….   ¿Qué?- La miro confundido sin entender lo que dice hasta que me coloca el hueso.  AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAh – Grito de dolor y estoy a punto de desmayarme, pero el dolor me permite volver a la realidad. Cuando finaliza la doctora la verdad es que me siento algo mejor.

Cass trata de enterrar a los otros, no tenemos palas, pero podríamos poner piedras sobre ellos. Dejo que Vincent y Sam se encarguen del tipo ese, no parece peligroso y me preocupa el estado de Cass. Está rara, se debe de estar martirizando por el accidente y las muertes de Victor y Bryan.

Voy hacia ella y trato de ayudar como pueda con una sola mano. No quiero agobiarla con palabras y no sé si puedo decir algo que la ayude a sentirse mejor pero me sabe mal verla así.

Cass…  lo de Víctor y Bryan,  no ha sido culpa tuya. Teníamos que escapar, sin ti no habríamos llegado tan lejos. -Le digo mirándola a la cara-  Si llego a ser yo el que conduzco, habríamos tenido el accidente mucho antes.

Negaría con la cabeza en respuesta a las palabras de David, en verdad, no tenia tiempo de desmoronarme- Ahora no, por favor... No puedo lidiar con eso, no ahora.-  Sabia que estaba intentando ayudar pero si me ponía a hablar, empezaría a llorar, así que intentaría mantener la mente ocupada hasta que estuviéramos a salvo "A salvo... Como si eso fuera posible"

Cuando Vincent me pone su abrigo sobre los hombros me ruborizo levemente al caer en la cuenta en el aspecto tan ridículo que debía de estar ofreciendo.

Agarro las llaves del coche que deja el tal Tuco y me quedo esperando a ver que dice Vincent. Por una parte entiendo que quiera ir a rescatar a la italiana, pero si lo que el tipo este nos dice es cierto…  cómo vengan más y vengan armados, estamos jodidos.

Visto lo visto, quizás hubiera sido mejor quedarse allí y luchar, el resultado difícilmente podría ser peor que el actual- Pienso mirando los cadáveres de Víctor y Bryan. Deberíamos haber luchado allí, pero ahora de poco sirve lamentarse. Ahora mismo no estamos en condiciones de luchar. Ahora no.

La idea de Cass me parece una idea genial. – “Pa” dentro Romerales -Le digo abriendo el maletero y haciéndole señales a Tuco para que entre. -Métete ahí.  Tras asegurarme de que se meta dentro y el maletero quede cerrado ayudaría a Cass a hacer un túmulo improvisado antes de rescatar lo que se pueda de sus cadáveres.

-Vamos Cass-Le digo poniendo una mano sobre su hombro- Debemos irnos. -Le digo mientras le entrego la escopeta que hasta hace nada pertenecía a Bryan. Yo me tiro al hombro el rifle de flancotirador de Víctor. Pesa horrores y seguramente no seré capaz de usarlo, pero pienso tirar semejante arma.

Miraría la escopeta unos segundos antes de colgarla en mi hombro-¿Revisaste que no tenga ningún tipo de arma o navaja antes de encerrarlo?-Le preguntaría a Sam- Sam... ¿puedes manejar tu? El resto están bastante mal y necesitan descansar pero quizás si tengo suerte, tu puedas hacerlo, si no puedes... Lo haré yo. Pero tenemos que irnos ya-No era buena idea quedarnos mas de lo necesario, teníamos que imponer tanta distancia como fuera posible cuanto antes.

- Puede que la sociedad no estuviese muy a tu favor, pero yo no tengo nada personal contra ti. - me apreté la herida, no muy seguro de que aquello hubiese bastado para detener la hemorragia, no obstante, no me encontraba peor, y era buen síntoma, porque si lo hiciera, entonces debía sentirse casi muerto. 

 Aún estaba un poco mareado.

 Se sostuvo las sienes con la mano libre y cerró los ojos para intentar pensar. A su alrededor, los demás, tomaban decisiones. Eran impulsivos. Muchas veces no meditaban ni un instante. Era algo bueno en determinados momentos, en otros, si lo sopesaban bien, tenían varios cadáveres en contra de sus elecciones. Vincent quiso quedarse con Lucianna, pero sabía que tenía pocas probabilidades sin el grupo. Era tan responsable como el resto. Les había fallado al no tener el carisma o la fuerza argumental necesaria para convencerlos y protegerlos.

 - Parece que ya han decidido. - le diría mientras le acompañaban al interior, y nunca mejor dicho, del automóvil.

 - Estes o no de nuestra parte para Deckland ya no eres más que una fuente de problemas. O bien no has conseguido lo que ha pedido y eres prescindible o eres sospechoso de hacer lo mismo que yo.

 A mi modo de ver, tienes dos opciones. 

 Negarte ahora y que te peguen un tiro. - su mueca era de cansancio y dolor - o meterte ahí dentro y decidir si Deckland es lo suficientemente comprensivo como para confiar de nuevo en tí, a pesar de cualquier recompensa, si eres capaz de traicionarnos desde dentro.

 Cuando llegues a la conclusión de que somos tu mejor alternativa, tal vez ellos estén dispuestos a hablar.

 Estaba ante los dos Deckland de una misma moneda. O bien se ponía en manos de un psicópata ávido de poder que no dudaría en cargárselo, o trataba de sobrevivir en una pequeña (cada vez más) sociedad en la que aunque casi imposible, podía pretender cierta inocencia y protección de grupo. 

 La tercera opción es que lo dejasen libre más tarde. Pero eso sólo lo radicalizaría.

 Hablé para el resto.

 - Deckland conoce el ejercicio del poder en una sociedad desestructurada. Aporta su propio orden al mundo.

 Puede parecer un loco. Pero es mucho más.

 Por eso es peligroso para nosotros. Para cualquiera que nos siga los pasos.

Y por eso nosotros somos peligrosos para él.

 Contar con él contra los aliens - señaló al cielo hacia Nueva York - sería un acierto.

 Pero mientras mantenga su superioridad nos matará. - explicó consciente de que un acuerdo con Deckland era poco problable con lo que tenían, sangre, cadáveres y a tuco. El coche podía ser una golosina interesante para cualquier superviviente, pero era insuficiente a todas luces.

 - Me resisto a dejar a su suerte a Lucianna. Aunque esa fuese su decisión. - revelé sincero - No creo que tenga mucho tiempo hasta que se vea obligada a hacer lo necesario, o muere o será una persona más en nuestra contra.

 Quisiera intentar ofrecerle otra oportunidad llegado el momento.

 Pero creo, que ahora tenemos las manos atadas.

 Lamenté la visión de los caidos. Todos ellos. Era tan duro, que incluso teniendo la prueba delante, sólo podía negar lo que veían sus propios ojos. Su cuerpo se encontraba mal, por las heridas pero también por la sensación de muerte inevitable, ese vacio amenazaba con hacerle vomitar.

 - No podemos limitarnos a sobrevivir. - les pidió, asumiendo su propia visión del apocalipsis - tenemos que ser mejores.

 Y ser mejores significaba no detenerse a pesar de todo el dolor. Significaba no rendirse a actos como los de Deckland, a moralidades como la de Tuco. Debían convertirse en faros de esperanza. Sobrevivir era una necesidad, pero no era lo propio de la naturaleza humana, era una necesidad común de todos los seres vivos, nada más. Debían despuntar, debían convertirse en lo que se necesitaba de ellos.

 A pesar de que esa sensación, esa exigencia, se transformase en vértigos y ácido en la garganta.