Partida Rol por web

Yu-ri se encarga de responder a Ducan, al llevar más tiempo en Anchorage parece conocer mejor la ubicación y distancia de los distintos lugares.

- Está a apenas quince minutos de aquí, solo hay que seguir la carretera que lleva a la ciudad.

Haciendo memoria todos recordáis un desvío cuyo cartel indicaba que llevaba a la base aérea. Un lugar alejado de la ciudad y bastante cercano a la costa para facilitar el tráfico aéreo, tráfico escaso por otra parte debido a la escasa actividad militar de los últimos meses y a la interferencia con el tráfico comercial del aeropuerto internacional de Anchorage.

Yu-ri mira la hora aprovechando la luz del camión.

- La transmisión decía que llegarían al amanecer, aún quedan cuatro horas. Creo que lo más seguro es que no nos separemos, no sabemos que nos podemos encontrar. Y no me refiero solo a más de esas cosas...

Lo dejé allí porque me retrasaba, se ponía demasiado nervioso y no conseguíamos avanzar a la hora de buscar opciones.

Dicho así sonaba a abandono, en realidad lo era, pero no estaba el asunto como para hacer de niñera constante, así que dejarlo en un lugar aparentemente seguro se le había antojado la mejor opción.

Yo salí a explorar, escuché lo de la supuesta recogida en una radio militar, pero sinceramente, no creo que venga nadie a recogernos no tenía ni idea de que el resto de ciudades había sido también atacadas sobre todo si han atacado otros lugares más importantes que Anchorage las prioridades para el ejército eran claras.

Y gracias dijo dirigiéndose a Yuri pero no estoy herido, de momento he tenido suerte si, era el azar los que los había mantenido libres hasta ahora.

Por mi no hay problema en seguir juntos, aunque yo prefiero la moto al camión, pero puedo quedarme cerca sopesó por unos instantes sus opciones tal vez deberíamos recoger a Danny, ahora que somos más quizás se sienta más seguro y cometa menos estupideces lo dudaba, pero bueno, tampoco era cuestión de dejarlo allí tirado.  

Me mantenía atento a lo que dijeran, algo que al menos diese algo de coherencia a lo que estaba pasando, algo de lo que la lógica se pudiese apoyar… pero no, ese momento no llegó. La ficción se había hecho realidad… de eso no cabía duda. Desvié la mirada hacia un lugar al azar de mi alrededor reflexionando sobre lo que escuchaba. Algo impedía que saliésemos de la ciudad, en cuanto alguien cruzaba un límite establecido por… llamémosle “X”, se encargaban de borrarle del mapa.

— Con fuego… Qué bien… Eso nos lo pone aún más fácil. — comenté a media voz cargada de sarcasmo.

La idea de moverme mucho de aquí no me hacía gracia, no podíamos permitir perder la oportunidad de perder el barco, por mi que le dieran por saco al resto del mundo… ¿Dónde se encontraba el sentido de supervivencia de Duncan? Igualmente no podía negarme, parecía que a Aaron también le interesaba la idea porque por lo que parecía, había otro superviviente allí. Al menos la base militar se encontraba a unos 15m de distancia.

— Bien, pues movámonos, pero no se nos puede pasar que antes de esas cuatro horas tenemos que estar de vuelta, si es así, posiblemente perdamos la mejor oportunidad para sobrevivir de esta mierda.

Sonreí para mis adentros al escuchar como Aaron reconocía que se separó de aquel tipo porque le retrasaba. ¿Qué, Duncan? ¿Qué piensas de nuestro nuevo amigo? Conmigo ha ganado puntos.

—Hiciste bien. — no dudé de darle mi aprobación a lo que hizo, no fuera que se sintiese mal y terminase por modular su forma de actuación más adelante. — Yo no estoy cien por cien seguro de que nos vengan a recoger, pero de momento no tenemos otra opción. No perdemos nada. — no dije nada respecto a la recogida de aquella “carga humana” llamada Danny, no me gustaba la idea, pero esperaba que se espabilara si quería continuar con nosotros. Al menos yo trataría presionar para que así fuese.

Con aparente tiempo de sobra para ir y volver optáis por acudir a la base aérea próxima. El breve viaje no es más que otro paseo entre coches abandonados, en este caso mucho más espaciados debido al menor tráfico de la carretera.

La entrada de la base presenta un aspecto poco tranquilizador, en el carril de entrada hay un coche detenido junto a la garita. La barrera está bajada y el vehículo acribillado desde la parte delantera, esto es, desde el interior de la base.
En sentido contrario la barrera está subida dando total acceso al recinto.

No se observa actividad alguna dentro de la base, desde la entrada no veis movimiento ni nada que indique que, para bien o para mal, haya algo vivo dentro de las instalaciones. Si hubiese una persona sola en todo el lugar sería difícil encontrarlo a simple vista.
Podéis ver tres hangares enormes, una torre de control y un par de edificios con aspecto de oficinas y residencias.
Hay muchos coches aparcados, lo cual indica que seguramente sus propietarios estaban en la base cuando todo empezó.
Aaron no ve el vehículo de Danny, al menos no estaba en el lugar donde se detuvo la última vez.

La puerta de la torre de control está abierta, seguramente antes del caos estaría custodiada por al menos un soldado.

Había permanecido todo el camino en silencio, pensativo. Mi gesto había dejado muy claro que no compartía los comentarios que estaban haciendo sobre ese chico, fuera quien fuera, pero me había abstenido de hacer ningún comentario al respecto. En vez de eso, activé la cuenta atrás del móvil para que nos avisase una hora antes del amanecer, media hora más tarde y una tercera alarma a la hora estimada de llegada del barco. Luego puse el teléfono en modo vibración para que sólo yo notase esas alarmas; si nos encontrábamos cerca de criaturas como las que acabamos de atropellar, no será una buena idea llamar su atención con el sonido del teléfono.

Conducimos hasta el aeródromo de la base militar y me fijo en el acceso a la torre de control. Luego miro a mi alrededor antes de parar el camión junto a la moto de Aaron.

- ¿Dónde teníais esas radios de las que hablaste? - Pregunto. - Y, ¿dónde estaba tu compañero?

Probablemente en la torre de control disponga de todo el material que necesito para las comunicaciones, pero si no es así, prefiero contar de entrada con la radio militar con la que Aaron escuchó la señal, porque seguro que tendrá mucha más potencia que mis walkies, por mucho que pueda ampliar la ganancia de la antena en una dirección.

Mientras espero que me conteste me vuelvo hacia Yu-ri para comprobar que sigue con la escopeta de la tienda de caza que le dejé cuando hice el puente al camión.

No tenía ninguna duda de que había hecho lo correcto abandonando a Danny, aún así, era bueno saber que había alguien más de acuerdo a la hora de soltar lastre si llegaba el caso. Las cosas eran como eran, adaptarse a las circunstancias era la regla número uno en su profesión, y siempre se le había dado bien seguir esa norma, así que no veía el motivo para cambiar ahora, por muy jodidamente surrealista que fuera la situación.

Los guió hasta la base militar, y se detuvo cuando los del camión le preguntaron.

El mensaje lo escuché en la radio que estaba en el despacho del mandamás, intenté comunicar, pero nada negó con la cabeza sin demasiada esperanza a ese respecto también intenté entrar al arsenal en busca de algo más pesado, pero me fui imposible acceder no había olvidado que quizás allí encontrarán algo con lo que hacer frente a las mierdas voladoras que los habían atacado en la comisaria.

El otro tío está en la torre de control, es un buen sitio, con sistemas de comunicación y una buena visión perimetral por si algo se acercaba, aunque sin muchas vías de escape llegado el caso.

Siempre se podían preparar algunas alternativas si finalmente era una opción a elegir en caso de atrincherarse.

Oye, ¿qué coño es eso que decías antes de que habían alcanzado el Pentágono y la Casa Blanca?

Le preguntó frunciendo el ceño. 

El silencio durante el trayecto hasta la dichosa base fue un tanto rara, no incómoda porque no me solía molestar el silencio, de hecho me gustaba, pero era extraño porque Duncan estaba demasiado callado. Casi echaba de menos sus teorías de sabiondo y sus explicaciones explícitas sobre ingeniería. Yuri seguía como siempre, callada y sin aportar nada al grupo, que tampoco era poco ya que era bueno tener a una enfermera entre nosotros. Y Aaron, de momento el que más afinidad tenía referente a modos de ver la situación.

Les oigo conversar acerca de la radio por la que Aaron trató de comunicarse y con lo que Duncan podría hacer maravillas, pero lo que más me interesó fue el arsenal. — Ya que vamos a estar un rato aquí por la seguridad que nos ofrece este complejo, tal vez con ayuda extra puedas acceder a ese arsenal que mencionas. — su siguiente pregunta va dirigida al cerebrito y yo también me intereso ligeramente hacia él, pero es fácil deducir de que va todo esto.

— Es lo que tiene si estamos viviendo una invasión alielígena ¿no? Aunque yo no me enteré de nada de eso en la prisión. Todos los sistemas de comunicación y de seguridad se fueron a la mierda, así que Duncan, anda… por favor… detalles.  — cada vez que lo decía en alto eso de alielígenas y su invasión me lo iba creyendo más aunque tenía todavía esa extraña sensación de estar diciendo una gilipollez.

Me encojo de hombros porque, después de todo, tampoco es que tenga demasiada información sobre lo que les dije antes.

- Es lo que estaban diciendo en las noticias justo antes de que se cortase la comunicación... - explico. - Empezaron hablando de la tormenta solar. Esa es la razón por la que yo estoy en Alaska, porque tenía que definir unos procedimientos operacionales con la gente de Fairbanks... - me doy cuenta de que me estoy yendo por las ramas y resumo. - El caso es que interrumpieron la noticia porque algo había alcanzado varias torres en Chicago. Comentaron algo sobre meteoritos, pero en ese momento no tuve tiempo para pensar que eso no tenía demasiado sentido. Justo antes de que se cortase la señal dijeron que NORAD cerraba el espacio aéreo al haber sido alcanzados el Pentágono y la Casa Blanca... Demasiada precisión para una lluvia de meteoritos; por no decir nada de que el efecto de un impacto de un cuerpo celeste que pudiera atravesar nuestra atmósfera sería mucho mayor que un solo edificio...

Me ahorro los cálculos, porque Steve pone palabras a lo que todos estamos pensando a pesar de que no lo habíamos dicho hasta ahora. "Invasión alienígena". Inmediatamente, decenas de películas de ciencia ficción acuden a mi imaginación. Sin embargo, recordar la distancia que me separa de mi mujer me hace pensar en una serie que veíamos juntos.

- Invasión alienígena - repito. Ni siquiera sabíamos que existía otra especie inteligente en el universo, ¿por qué, si es cierto que se trata de extraterrestres, ha resultado ser hostil? Casi parece un cliché de las películas en que acabo de recordar. - Corte de comunicaciones, una enfermedad que nos vuelve unos contra otros... - digo esperando que Yu-ri confirme o desmienta esas palabras. - Todo parece preparado para llegar hasta aquí sin bajas y sin opción a organizar una resistencia. - Hablar de "bajas" me hace preguntarme una vez más qué eran esas criaturas del puerto. ¿Humanos transformados? ¿O algún tipo de alienígena?

Decido no seguir pensando en eso, sino centrarme en los problemas más actuales. - Incluso si nos están invadiendo, me temo que hay poco que podamos hacer al respecto ahora mismo. Propongo que subamos todos a la torre a ver si tu compañero sigue allí o ha dejado alguna nota. Luego podemos ir al edificio y asegurar el despacho con la radio para intentar mejorar las comunicaciones mientras vosotros vais por esas armas - comento. No tenemos demasiado tiempo, así que, igual que en mi trabajo me centro estableciendo prioridades, ahora es momento de afrontar las cosas de una en una.

Subís las escaleras hasta llegar a la parte mas alta, allí encontráis múltiples monitores y consolas desde las que controlar el trafico militar de la zona. Como era de esperar no hay nadie en la sala de control, la mayoría de ordenadores están apagados y el resto están en reposo y solicitan usuario y clave en cuanto se activan.

Las pantallas de radar no muestran nada, aunque no estáis seguros de interpretarlas sabéis perfectamente que tras el barrido cualquier punto o rastro indica un objeto volador. No hay nada, todas las anotaciones de los controladores terminan la noche del día anterior y muchas indican perdida de comunicaciones o incluso de contacto con diversas aeronaves.

La torre de control se ha convertido en un privilegiado mirador desde el que controlar gran parte del norte de la ciudad, el espacio aéreo y sobretodo el puerto y el mar que lo rodea. La falta de luz no obstante limita mucho una observación más detallada.

No hay presencia humana y no hay rastro del compañero de Aaron.

Regresáis al exterior y cruzáis al otro edificio, siguiendo las indicaciones de Aaron llegáis un pasillo con varios despachos. Os detenéis al oír una voz pero no tardáis en identificar el ruido de la estática y descubrir que proviene de un pequeño altavoz. Al fondo hay una sala con servidores, un en anexo se encuentra lo que parece la sala de comunicaciones de la base. Un potente equipo de radio está encendido y de ahí proviene la voz de un hombre.

- Eh, amigo, estoy escuchando ruidos ahí fuera. Si todavía estás ahí responde, espero que seas tú. Han pasado cosas muy extrañas en la calle...

El equipo de radio es militar, tiene varios módulos y una gran cantidad de botones. A su lado podéis ver el manual, todo indica a que alguien lo ha estado usando recientemente.

No terminaba de aceptar lo de la invasión a pesar de todas las señales que había visto desde que todo comenzó como aquella extraña lluvia. Sus nuevos compañeros parecían aceptarlo, o por lo menos eran capaces de plantear aquella locura sin más. Aaron, sin embargo, todavía mantenía la esperanza de que se tratara de algún tipo de experimento del gobierno o un ataque terrorista.

Igualmente ahora sólo importaba sobrevivir, ya fuera contra putos terroristas o contra marcianos.

Sinceramente no le sorprendió que Danny no estuviera, él había hecho todo lo posible, si el gilipollas no le había hecho caso, era cosa suya. No sentía ningún tipo de preocupación a ese respecto, así que simplemente se limitó a encogerse de hombros ante la ausencia de aquel tipo.

No es la voz de Danny.

Estaba casi seguro de que no lo era, claro que estaba ligeramente distorsionada, pero aún así...

Dejó que fuera Duncan quien se encargara de la radio, al parecer sabía más del tema. Aaron estaba mucho más interesado en el tema del arsenal que en el de seguir encontrando supervivientes, sobre todo si estos no aportaban demasiado. 

Cuando Duncan dio detalles de lo que había vivido, supe que sí estábamos viviendo de verdad una invasión alielígena, no quedaba otra posibilidad. Nunca creí en las casualidades… Esos ataques hacia dos puntos importantes de nuestro país no se debían a eso sino que fueron ataques muy premeditados. Me quedé un buen rato en silencio, sopesando como podría asimilar todo eso sin que me volviera loco, sin que entrara en pánico pues teníamos las de perder en vista de que sus recursos bélicos eran totalmente desconocidos y muy poderosos si lo comparábamos con los nuestros. Solo había que recordar esas extrañas medusas… Pero no me dejé llevar por el terror, total… de no haber ocurrido esto no estaría aquí.

Todos juntos subimos a la torre hasta la sala de control. Yo me dedico a ojear las anotaciones que los controladores hicieron antes de que sucediese todo, pero mis compañeros me llaman la atención para dirigirnos al otro edificio pues el “coleguilla” de Aaron no se encontraba allí. En medio de uno de sus pasillos me detengo al escuchar una voz desconocida, giro mi rostro hacia el rubio a la espera de que confirme que se trate del tal Danny pero no lo hace ya que no se trata de él. ¿Quién es entonces? Frunzo el ceño  y no dudo en avanzar hacia la sala de comunicaciones con la intención de responder, sin embargo me doy cuenta que el que domina estas cosas es Duncan, aparte de que yo, a diferencia de él, no iba a responder tan suave.

— Averigua quién es y si es de fiar. Ah, y a quién busca, parece que no ha estado solo aquí. Tenemos que tener cuidado. 

Miro a mis compañeros que parecen esperar a que tome la iniciativa. Claro, como si un ingeniero fuera el más indicado para establecer relaciones sociales... pienso. Pese a todo me acerco a la radio y, antes de contestar nada, apunto la frecuencia en la que se están comunicando. Luego me vuelvo hacia mis compañeros para indicarles que vigilen la entrada y las ventanas.

Cojo el transmisor de la radio militar y lo miro un momento con indecisión. Finalmente pulso el botón que abre la comunicación y contesto.

- ¿Hola? Me temo que no soy la persona con la que estabas hablando, pero efectivamente están pasando cosas muy extrañas en la calle... - le digo a mi remoto interlocutor. - Ahora mismo, es mejor mantenerse alejado de los espacios abiertos y de cualquiera que no sea capaz de articular dos palabras seguidas - advierto, aún recordando la gente que se volvió loca con la lluvia azul. Gente que, ahora que lo pienso, parece haber desaparecido de la ciudad. - ¿Con quién hablo? - pregunto finalmente.

Tras la estática vuelve a sonar la voz del hombre.

- Estoy en un refugio, bajo mi casa, todos mis vecinos se han matado entre ellos. Tengo sitio para más gente, he hablado con algunos pero por el momento nadie ha llegado. Vivo en el parque Margaret Eagan Sullivan, mi casa está en el extremo Oeste, tiene una enorme antena en el jardín. Si eres capaz de llegar hasta aquí estarás seguro.

Va a decir algo más pero parece darse cuenta de que si mantiene el canal ocupado no puede obtener respuesta, un breve ruido confirma que dejado de transmitir y ahora es el turno de Duncan para responder.

Antes de que pueda hacerlo una luz llama vuestra atención, un extraño resplandor comienza a ganar intensidad en el horizonte. Si no fuese porque proviene del Oeste diríais que está amaneciendo incluso horas antes de tiempo.
Lentamente comienza a formarse una línea similar a una aurora boreal pero completamente recta. En mitad de la noche es totalmente visible aunque no sois capaces de calcular la distancia a la que se encuentra ni su tamaño, pero atraviesa el horizonte de norte a sur.

No es que me fie mucho de lo que dice este tío, pero creo que tampoco perdemos nada por ir a echar un vista...

El resplandor interrumpe la respuesta de Aaron, que se queda mirándolo fijamente durante unos segundos que a él le parecen horas. Nunca había visto la aurora boreal, ni siquiera tenía claro lo que era, pero si sabía que no podía ser natural.

¿Qué coño es eso?

Preguntó de manera un poco estúpida señalando la luz.

Yo no sé vosotros, pero la idea de un refugio me parece cada vez más atractiva, por no decir que si es una trampa, prefiero mil veces enfrentarme a ese tipo, o a esos, que a cualquiera de esas mierdas imposibles que he visto por la ciudad.

¿Serán naves? ¿En serio te crees la mierda esa de los aliens?

Desvió la mirada de la ventana y la fijó en un punto vacío de la pared, no quería volver a perder el control, no ahora, tenía que recordar que la única forma de seguir adelante era adaptándose, y si de verdad había extraterrestres, tenía que empezar a asumirlo como algo real.

Aaron no es el único que interrumpe los pensamientos y cualquier tipo de acto cuando ve esa proyección extraña de luz en el cielo. Se lo queda mirando fijamente y su misma pregunta se hace presente en su mente cuando la impresión ha menguado.  — Joder, ni puta idea… ¿Eso también es cosa de los peces voladores?.

Dubitativo, cambio mi expresión a una de desagrado cuando están empezando a cambiar los planes por lo que han escuchado en la radio. El refugio está bien, claro, pero hasta que se acaben los víveres… ¿qué se hará después? Teníamos un plan mejor, el de embarcar en aquel barco para tener una posibilidad de supervivencia a largo plazo.

— Eso del refugio está bien a corto plazo, ¿pero después qué? A mí no me convence… Joder tíos, vinimos a esta zona para embarcar a ese barco… ¿Se os ha olvidado?

Miro a Steve y asiento. Yo tambien prefiero largarme de aquí en un barco de rescate que nos lleve hacia el Sur, a cualquier punto más próximo a mi hogar que la maldita capital de Alaska. Si al menos me acercasen hasta Washington, tan sólo tendría que cruzar el país para llegar a mi casa, paradójicamente en la ciudad homónima al estado más próximo a Alaska.

- Sí, no tengo demasiadas ganas de encerrarme en un ref... - interrumpo mi frase al mirar por la ventana. La sorprendente luz me deja anodadado durante un momento. - ¡Joder! No sé qué demonios era eso pero no conozco ningún fenómeno natural similar... - digo transmitiendo mi última frase por radio incluso sin darme cuenta.

Al escuchar el ruido de la estática, me doy cuenta de que he abierto las comunicaciones.

- Copy, - confirmo en relación a lo que nos ha dicho de su casa. - Pero aún no hemos decidido si escondernos hasta que todo esto pase o tratar de esperar a que alguien evacúe definitivamente la ciudad - comento. Seguramente él haya debido captar también la señal del barco. - Es posible que irse de aquí sea la mejor opción. ¿Has visto esa luz por la ventana? - le pregunto a nuestro interlocutor al otro lado de la línea.

Justo antes de cederle la transmisión me doy cuenta de una cosa.  - Por cierto, al llegar preguntabas que si seguía aquí... ¿A quién te referías? Aquí no hay nadie más, aunque hemos venido a buscar a un compañero nuestro.  ¿Con quién estabas hablando?

Le cedo de nuevo la palabra con el habiutal "cambio" para intercambiar las comunicaciones por radio, costumbre adquirida en el centro de control.

Mientras las luces en el cielo siguen su curso en la sala solo suena la estática de la radio y la voz del hombre al otro lado.

- Dijo que se llamaba Danny y que tenía provisiones y armas para aguantar. Le dije mi ubicación y después dejó de hablar. No se si decidió venir pero llevo media hora intentando obtener respuesta. Si no está allí... un momento... creo que alguien ha entrado.

La comunicación se corta sin que haya nuevas respuestas, la pregunta sobre la luz queda en el aire aunque si realmente estaba bajo su casa posiblemente no pudiese verlo.
La linea ocupa por completo el horizonte mientras lentamente se forma otra similar en paralelo a la primera. No necesitáis referencia alguna para saber que cada una mide miles de kilómetros.

Yu-ri, que permanece pegada la ventana observando la formación en el cielo niega con la cabeza y os habla sin apartar la vista del exterior.

- Si eso sigue así nos alcanzará antes que el amanecer, pero no sabemos de qué se trata. ¿Qué es más seguro? ¿El barco o un refugio bajo una casa? Puede que ninguno de los dos lugares sea seguro, incluso es posible que no existan o no sean lo que creemos...

El capullo de Danny había ignorado sus sugerencias, que le den, ya le había salvado el culo en dos ocasiones, y es que odiaba a aquellos que se creían mucho mejor de lo que eran. Sinceramente, le importaba una mierda lo que le hubiera sucedido.

Aaron se había colocado en la ventana junto a la asiática, observando con atención aquellas líneas. Un refugio, un barco, cualquier posibilidad pintaba mal.

¿En serio creéis que va a venir un barco? no quería asumir lo que estaba pasando, pero tenía que hacerlo, sino no duraría ni un puto segundo más ¿ahora mismo eres capaz de pensar más allá del corto plazo? Se giró encarándose con Steve no sé tío, esto tiene mala pinta, no funciona nada, y es posible que todas las ciudades del país estén más o menos como nosotros negó con la cabeza, no tenía ni idea de cuál era la mejor opción no parecía posible escapar por carretera, en el mar no tiene porqué ser distinto empezaba a pensar que había que ir sobreviviendo minuto a minuto, y en eso si podía concentrarse.  

¿Tú qué crees que es?

Le preguntó al supuesto experto del grupo.

A mi no me gustaría que me pillase.

Con eso dejaba clara su elección, el refugio le parecía la mejor manera de sobrevivir, al menos momentáneamente. 

Me vuelvo hacia Aaron y me encojo de hombros. Demasiado regular para ser un fenómeno atmosférico, parece evidente que es algo artificial, pero en estos momentos estoy demasiado preocupado como para ponerme a pensar posibles explicaciones y cualquier cosa que diga será una mera hipótesis sin datos reales con los que poder contrastar.

Pero no es la pregunta que Aaron me dirige la que realmente me descoloca, sino su reflexión inicial sobre el barco. Hasta ahora había depositado mi esperanza de salir de aquí en ese mensaje de radio, pero sé que el hombre tiene razón al dudar de la verosimilitud de tal rescate, sobre todo dadas las circunstancias. Frunzo el ceño y sé que mi barba oculta el hecho de que esté apretando la mandíbula.

Tras mantenerme en silencio un momento, cojo finalmente la radio.

- Buscaremos a Danny y te confirmaremos si vamos para allá en un momento. Si no podemos contactar de nuevo y decidimos ir, llamaremos a la puerta con un SOS en Morse - le digo a mi interlocutor. - Corto.

Con determinación, apunto la frecuencia en la que nos estamos comunicando y la pongo en uno de los walkies, esperando que tenga potencia suficiente para mantener esa comunicación. - Va siendo hora de comprobarlo, Aaron - le digo casi crípticamente en respuesta a su primera pregunta mientras resintonizo la radio en busca de la señal del barco. En cuanto llego a la frecuencia que tenía apuntada, cojo el transmisor.

- USS Triton, aquí Anchorage, cambio. - Suelto el botón que establece la comunicación y aguanto la respiración un segundo. - USS Triton, por favor, responda... - insisto mientras escucho cómo los latidos de mi corazón retumban en mis oidos a causa de los nervios.

No me estaba haciendo puta gracia el rumbo que tomaban los acontecimientos. Habíamos tomado ciertas decisiones que nos llevaron allí donde nos encontrábamos, en esa torre y comunicándonos con un tío al que no conocíamos y que… por esa extraña e intimidante aurora boreal, Aaron sembró la semilla de la duda frente a la idea principal que tenía junto a Duncan y Yuri de tomar ese maldito barco.

Escuchaba de fondo a Duncan conversando con el chico mientras yo me enfrentaba a la determinación del rubio que se había posicionado frente a mí para darme un poderoso argumento que sopesar…

De verdad creo que ese barco vendrá pero ya no estoy tan seguro de si es lo mejor en vista a lo que está por caer desde el cielo. No le di ninguna respuesta de momento. Desvié la mirada hacia la ventana observando ese fenómeno escalofriante cuyo influjo estaba decidiendo qué coño íbamos hacer, ¿dónde íbamos a refugiarnos? Cuando pregunta a Duncan me giro hacia él para conocer su opinión. Normalmente me importa una mierda lo que pueda pensar el resto cuando yo ya tengo claro qué hacer, pero esa vez no. La duda me tenía preso.

Me deja boquiabierto que diga al tío de la radio que buscaremos a Danny, como si él tomara las riendas del grupo y decidiera. Aguanto un poco la respuesta hasta que trata de comunicarse con el barco antes de hablar. — Maldita sea, ese amigo suyo se ha ido de aquí, es su problema. Si lo encontramos de camino, está bien, pero no pienso desviarme de la zona segura por un tipo que ni siquiera conozco. — dejo claro mi postura.