Partida Rol por web

La calidad de la radio y la potencia de la antena facilitan la recepción de la respuesta U.S.S. Tritón.

- Aquí U.S.S Tritón, a quién pueda escucharnos, nos encontramos a cuatro millas de Anchorage y aproximándonos. Llegaremos al amanecer a la costa y enviaremos una lancha. Todos los supervivientes reúnanse en el puerto para ser evacuados.

El mensaje se repite una y otra vez con la similitud que solo puede ofrecer una grabación. Tras unos minutos continúa el bucle, nada lo interrumpe y nadie responde.

En el cielo se siguen dibujando lineas, mientras la segunda se traza de lado a lado la primera se ha ido definiendo más y ahora parece una gigantesca luz de neón.
De repente algo pasa por delante de la ventana interrumpiendo brevemente la visión. Al estar en un segundo piso y cruzar horizontalmente no puede ser nada que vaya a píe.
Nuevamente cruza, esta vez de arriba a abajo, y podéis ver parte de su cuerpo. O más bien sois capaces de ver a través de su cuerpo, lo cual indica que, sea lo que sea, es parcialmente transparente.

Estoy de acuerdo con Steve, nada de buscar a Danny, le dije que esperara, pero si ha decidido probar suerte por su cuenta…

Ni de coña pensaba ir a por aquel hombre, el muy gilipollas no había soportado ni un momento de presión, ¿y ahora se piraba en plan héroe? Allá él, ya le había salvado en un par de ocasiones y no pensaba arriesgarse lo más mínimo.

Cuando escuchó la grabación del barco negó con la cabeza en ese barco no hay nadie, joder, es sólo un puto mensaje de voz estaba totalmente convencido de ello, no tenía sentido que quienes hubieran hecho esto controlaran las carreteras y no la vía marítima si queréis ir al puerto, encontraros con lo que sea eso... señaló la venta y al hacerlo, su rostro cambió a una expresión de terror.

¡SU PUTA MADRE!

Se alejó de la ventana, ni siquiera se molestó en echar mano de su arma, sabía que era inútil contra esas cosas.

¡Una medusa joder! ¡Hora de largarse!

No dudó ni un instante en ir hacia la puerta, aunque antes de salir por la misma, se asomó con precaución al pasillo, por si acaso hubiera más de esos bichos de mierda. 

La radio parece de poca utilidad. El U.S.S. Tritón no deja de repetir el mismo mensaje y el otro tipo parece ocupado como para responder.
En cuanto esa cosa se cruza por la ventana Aaron tiene claro de qué se trata y parece saber lo que hay que hacer.

- ¿No estamos más seguros aquí dentro? - pregunta Yu-ri con poca esperanza de una respuesta afirmativa.

En cuando Aaron abandona la sala la enfermera corre tras él. En la ventana se produce otra pasada, es como si os acechase.

En el exterior la noche sigue despejada, las lineas se siguen dibujando lentamente en el cielo y no parece que haya más criaturas voladoras. O al menos no se ven desde la puerta del edificio principal de la base aérea.
Los vehículos, el camión y la moto, se encuentran junto a la torre de control. Eso os separa casi cien metros de ellos, cien metros sin cobertura alguna y casi a ciegas.

Frunzo el ceño, sin tener muy clara la afirmación de si el barco está o no tripulado, porque carezco de los datos necesarios para evaluarla. Pero no tengo tiempo para responder a Aaron porque una de las criaturas de las que nos ha hablado aparece por la ventana.

Tras el sobresalto inicial, cientos de preguntas acuden a mi mente. Esa cosa, ¿es algo vivo o artificial? ¿Cómo nos ha localizado? ¿Se está comunicando de alguna forma?

Aaron no tarda en abandonar la sala y, tras dudar un momento, Yu-ri le sigue. Yo me lanzo rápidamente hacia la radio y empiezo a hacer un nuevo barrido de frecuencias. No podemos correr constantemente para evitar a esas criaturas y resulta suficientemente complicado localizarlas a simple vista como para contar con escondernos de ellas de forma eficiente. Pero si emiten algún tipo de onda electromagnética, ya sea para comunicarse de alguna forma o a modo de ecolocación, estoy en el lugar adecuado para poder rastrearlas. Además, eso explicaría cómo han llegado hasta aquí justo cuando estaba utilizando la radio.

Intento apartarme de la ventana, interponiendo la mesa entre ella y yo para ganar algo de tiempo si vuelve a moverse algo al otro lado, y manipulo la radio lo más rápido que puedo.

Tras improvisar una barricada entre la ventana y su posición Duncan intenta realizar un barrido de frecuencias en busca de señales enemigas.
En su búsqueda llega hasta el limite del avanzado equipo de radio y detecta una actividad aparentemente inusual en una frecuencia sumamente baja. Aunque débil se puede detectar un patrón de ruido en una frecuencia próxima a los 20Hz.
Un equipo menos potente no hubiera podido detectar esa anómala actividad, aunque no queda del todo claro que proceda de la criatura al otro lado de la ventana o de algo mucho más grande o lejano.

La medusa no ha vuelto a cruzarse por la ventana, puede que siga acechando o se haya desplazado al detectar movimiento dentro del edificio. Por el momento lo único que se mueve fuera son las lineas en el cielo.

No tengo ningún apuro en decir lo que pienso acerca de Danny. Yo no iba a ir tras él para salvarle el culo peligrando el mío, en absoluto. Él cometió el error de marcharse, no íbamos a sacarle las castañas del fuego. Me aliviaba que Aaron también pensara de ese modo. Para sobrevivir hay que ser pragmático, no una alma caritativa.

Se volvió a escuchar la grabación del Tritón. Me quedé en silencio escuchando. Tenía muchas dudas respecto a qué hacer; por una parte, abandonar este lugar podría costarnos la vida pues ya conocíamos que a corto plazo podríamos permanecer aquí un tiempo; por otra… la esperanza de que aquel barco nos llevara a otro lugar limpio de toda esta invasión –si hubiese algún espacio aún nuestro- me incitaba a desear embarcar.

Con aire pensativo, observo las auroras boreales que cada vez incrementan su brillo a medida que pasa el tiempo, hasta que una de esas cosas que me habían ido describiendo se cruza en nuestra mirada. Faltó muy poco para que lanzara un grito de impresión, pero por suerte, me bloqueé. Así pues, la presencia de esa cosa decidió nuestro siguiente movimiento y es que nos vamos del edificio, aunque ¿por qué? ¿Acaso dentro de él no estábamos protegidos de esas criaturas? Yu-ri expuso mis pensamientos casi a la misma par de pensarlas.

Lo teníamos difícil. Abandonar el edificio podría ser un grave error ahora que la medusa estaba por la zona. No sabíamos si nos alcanzaría en el trayecto hacia los vehículos, que seguramente nos pillaría en un abrir y cerrar de ojos, tampoco si encontrarnos bajo esas extrañas auroras boreales pudieran hacernos algún daño en el organismo. No me fiaba. No quería salir, pero tampoco quedarme. Así me encontraba en esos instantes, y me frustraba muchísimo, porque yo siempre fui un hombre de tener muy claro absolutamente todo.

— Aaron ¿estás seguro de abandonar el edificio? Porque yo ya no lo estoy tanto después de haber visto esa cosa. — Le digo en cuanto le tengo cerca — En el exterior, bajo el cielo abierto estaremos doblemente amenazados; por el bicho volador y… esas líneas fosforescentes del cielo. ¿No crees? Mi idea de embarcar se ha quedado en un segundo plano, en un plan B porque me convenciste de que situarnos en el edificio puede ser seguro que arriesgarnos a lo desconocido, pues tienes razón, no hay nadie que conteste las comunicaciones de Duncan desde el barco, tan solo es una grabación, lo que no es buena señal. Creo que deberíamos ocultarnos de esa cosa, aunque ya sabe dónde nos encontramos…

Aaron no se había preocupado en detenerse a escuchar lo que decía Duncan, tampoco lo que le decía Steve, creía haber dejado claro lo peligrosas que eran aquellas cosas, pero al parecer la única que lo había comprendido era la chica, que estaba justo detrás de él.

Pueden romper las ventanas, pueden encerrarnos aquí, luego sólo tienen que rozarnos…

El refugio del que hablaba el tipo de la radio era ahora su opción. Allí no habría ventanas ni manera de que esas cosas entraran. Tenían que pensar en algo para detectarlas, pero no aquí ni ahora.

Las balas no le hacen nada…

No esperó a las respuestas, ya estaba buscando el lugar donde había dejado aparcada su moto, moviéndose con precaución por si otra de esas cosas lo acechaba al girar la esquina. 

La escasa luz del exterior, proporcionada por las farolas que aún funcionan en la base, no ayuda a localizar medusas en el oscuro cielo.

Aaron corre de regreso a la torre de control donde está aparcada la moto, Yu-ri hace lo mismo aunque varios metros por detrás de él.
Desde la ventana Duncan, que sigue intentando descifrar el ruido que ha descubierto, observa como los dos atraviesan la base hacia los vehículos. Steve hace lo mismo desde la puerta del edificio, atento a cualquier aparición.

Una medusa no tarda en sobrevolar a la pareja, en espacio abierto podéis observar que su velocidad de planeo es más lenta que una persona corriendo. Sin embargo de repente hace una caída en picado y está a punto de alcanzar a Yu-ri, la enfermera cambia de dirección en el último momento y la medusa pasa de largo justo por donde estaba vuestra compañera.

La criatura vuelve a ganar altura y desaparece de la luz perdiéndose en la oscuridad, seguramente para intentar otro picado contra alguno de los dos. Ambos siguen corriendo hacia los vehículos a falta de un lugar donde ocultarse.

Cojo mi walkie y aviso a mis compañeros.

- Yu-ri, la tenéis encima... - le digo, sabiendo que la chica no tendrá tiempo de contestar, pero esperando que le lleguen las comunicaciones. - Corred haciendo eses. Steve, acercad el camión al edificio; creo que sé cómo localizar a esas cosas.

Dejo la radio y salgo al pasillo, alejándome de las ventanas. De la mochila saco el último de los walkies y sintonizo la frecuencia en la que he detectado el patrón de ruido. Este receptor tiene mucha menos potencia que la radio, así que me permitirá trabajar mejor en frecuencias bajas, pero la calidad de la señal es algo peor, así que será algo más complicado diferenciar el sonido del ruido de fondo. Con suerte una cosa compensará la otra.

Me dirijo a las escaleras con un walkie en cada mano y bajo hasta la puerta. Aaron iba hacia la moto, lo cual no parece la opción más segura, porque el camión podrá proporcionarle algo de cobertura en la parte superior. Busco a mis compañeros desde la puerta, esperando que estén todos a salvo y acerquen el vehículo para recogerme antes de largarnos de aquí. Una vez les he localizado, busco por encima de ellos algo que delate a esa criatura, atento a la señal del walkie.

Veía a Aaron y a Yu-ri correr a través de la puerta hacia el otro edificio donde aparcaron las motos cuando veo como aquella medusa cayó en picado para atacar a la asiática. Me oculté totalmente dentro del edificio y en ese preciso instante  Duncan me comunica por el Walkie que lleve el camión a la torre de control, algo que se debió haber hecho antes de que el rubio saliese corriendo a riesgo de que pasara lo que en aquellos momentos sucedía. Duncan tenía una mente prodigiosa, no sabía cómo demonios sabía como detectar esas cosas, pero supuse que nos iluminaría cuando las cosas estuviesen más tranquilas. 

No afirmé de ningún modo, solo salí por la puerta cuando la criatura se había subido para ocultarse entre la oscuridad y  aproveché para meterme en el interior del camión. Tras eso arranqué, y conduje  hacia la torre de control sin alejarme demasiado de Aaron y Yu-ri para que se acercaran y se montasen. Era mucho más seguro que les acercase de ese modo. 

La medusa comienza su descenso mientras Steve corre hacia el camión. El walkie de Ducan hace un sonido muy característico al tiempo que la criatura inicia su ataque, un zumbido que se va agudizando exponencialmente.
Sin embargo la medusa no hace ruido alguno en su planeo cada vez más rápido, no se oye nada procedente de su vuelo incluso en mitad de la silenciosa noche.

Steve alcanza el camión y comienza su marcha, a varios metros de allí la medusa está a punto de alcanzar a Yu-ri pero un grito a tiempo de Duncan hace que la enfermera se agache y eluda el contacto por centímetros. Aprovechando su momentánea velocidad hace un giro amplio y se dirige hacia Aaron.
Esta vez el aviso de Duncan no llega a tiempo y el cuerpo de la medusa atraviesa a Aaron como si de una sombra se tratase ignorando las leyes de la física.
Aaron cae al suelo inmóvil y la criatura vuelve a tomar altura lentamente, seguramente preparándose para otro ataque.

Para entonces Steve llega con el camión a la puerta donde está Duncan. Yu-ri alcanza la moto y torpemente logra arrancar, en cuanto logra mantener el equilibrio acelera y se aleja de allí y de vosotros.

Cuando el ruido del walkie se atenúa, corro hacia el camión, ahora al lado de la puerta, sin dejar de prestar atención al aparato.

- Emiten algún tipo de señal de radio en frecuencia subsónica - le explico a Steve desde la parte de atrás cuando al fin subo al vehículo. - Es curioso, porque esas frecuencias tienen muy largo alcance, pero poca resolución. Si la usasen como  una especie de sonar no podrían detectar nada de menos de... 5 metros... - digo calculando a ojo. - Salvo que emitan varias señales, claro. Entonces podrían desfasarlas emulando una de mucha mayor frecuencia.

Me doy cuenta de que el guardia no está entendiendo nada y tampoco es momento de intentar explicárselo. Sin embargo, sigo pensando en eso durante unos instantes. Tal vez utilicen la señal como medio de comunicación a larga distancia, o sencillamente la emitan para ralentizar a sus víctimas, ya que los infrasonidos tienen un efecto curioso en el oído interno que suele poner nerviosos a los mamíferos. Claro que eso implicaría que han desarrollado esa función específicamente para nosotros, lo cual parece improbable...

En ese momento me doy cuenta de que Aaron está en el suelo y mi cerebro llega a procesar la imágen de la medusa atravesando su cuerpo. No tengo tiempo para plantearme qué puede haber ocurrido realmente, así que asumo que he calculado mal las distancias por culpa del cuerpo semitransparente de la criatura y que ha pasado junto a él en vez de a su través. Pero, pese a todo, el hombre sigue inconsciente en el suelo.

- Tenemos que recogerle Steve - digo al conductor. Sé que no es la persona más altruista del mundo, así que intento buscar un motivo práctico para que lleve el camión hasta él. - Si Yu-ri puede analizarle y curarle esa parálisis, tal vez podamos protegernos de esas cosas. O incluso enfrentarnos a ellas ahora que sabemos cómo localizarlas... - comento, esperando que para él sea suficiente motivo para ayudar a Aaron.

Consigo cumplir mi objetivo y espero que Aaron y Yuri hagan lo mismo porque eso supone salvar sus vidas. Mis manos se aferran al volante con gran fuerza a causa de la tensión, tanto que los nudillos se vuelven blancos como el papel. Duncan comienza a dar una explicación científica sobre esas cosas pareciendo… casi emocionado.   — Bien, pues vámonos cagando leches de aquí.

Es lo único que entiendo, que tenemos que separarnos de ellos 5 metros como mínimo. No puedo entender mucho más que eso porque no estoy en absoluto puesto en esos temas pero Duncan no parece darse cuenta. Debe estar acostumbrado verse rodeado constantemente con frikis de la ciencia como él.

—¡Joder! — Grito de pronto al presenciar como Aaron cae al suelo después de que esa cosa… ¿Lo atravesara? No puede ser… No tiene sentido… ¿Pero qué tiene sentido a estas alturas? Mis ojos se quedan clavados en su figura en el suelo. Debe estar muerto…

—¿Qué? ¿A un cadáver? — Me vuelvo totalmente hacia atrás para encarar a Duncan que pretende que salga a por su tieso cuerpo. — Creo que estás siendo muy optimista si piensas que Yu-ri va a poder hacer algo  — vuelvo a mirar el cuerpo tendido y pongo nuevamente en marcha el vehículo para acercarnos a él con rapidez. Aaron se acaba de convertir en un sujeto de experimentación y pruebas, en eso sí tengo que darle la razón al cerebrito, pero lo que me escama es tener que arriesgarme yo por ello. — Maldito loco… Eso le pasa por no haber esperado un poco a que tomara el camión. Solo un par de minutos para dirigir la nueva situación — murmuro entre dientes.

Me sitúo de forma que la puerta corredera quede en frente del cuerpo de Aaron. Me asomo por la ventana para cercionarme de que no veo esa cosa, inspiro y expiro un par de veces y finalmente salgo rápidamente para abrir la puerta corredera, y meter al rubio usando toda la fuerza que me proporciona la adrenalina.

Al coger el cuerpo de Aaron notáis como está completamente frío y tieso, no parece que se vaya a romper, más bien parece carne ultra congelada.
No hay constantes, no hay pulso y no reacciona de ningún modo.
Lo cargáis en el camión con al esperanza de encontrar una solución para su estado una vez estéis a salvo.

En cuanto la medusa está por encima de las farolas la perdéis de vista en el oscuro cielo. No obstante sabéis que continúa por allí cogiendo altura para realizar otro picado.
Viendo que Yu-ri se aleja Steve acelera y seguís a la enfermera fuera de la base. Sabiendo que la medusa es más lenta que vuestros vehículos en unos minutos lográis poner tierra de por medio y ganar unos minutos de calma.

Yu-ri se detiene en el arcén a medio camino entre la base y la ciudad. La carretera avanza atravesando una zona boscosa y se ven menos coches abandonados.
Sabedora de que es más peligro Yu-ri deja la moto tirada y corre hacia el camión en cuanto os detenéis. Sube junto al cuerpo de Aaron y comienza a analizarlo.

- Podría tratarse de una hipotermia muy avanzada, pero a esta temperatura su corazón y el resto de órganos no pueden seguir funcionando. No hay pulso y el aire de sus pulmones puede haberse congelado, dudo que incluso haciéndolo entrar en calor pueda recuperarse.

El diagnostico rápido de la enfermera augura algo que todos pensabais solo con verlo, las palabras de una profesional parecen eliminar toda esperanza.

Mis manos se aferran al cuerpo de Aaron y lo termino de meter en el vehículo, cierro y me lo quedo mirando unos instantes a la par que sacudo mis manos que aún se encuentran frías después de tocarle. Me obligo a reaccionar y me giro para regresar al asiento del conductor. Arranco, seguidamente sigo a Yu-ri hasta el siguiente punto y así perder de una vez por todas a esa asquerosa medusa.

— Mas te vale que seas rápida… — murmuro cuando la veo echarse a un lado de la carretera y bajarse de la moto. Suelto un gruñido y hago lo mismo. Por mi mente pasan pensamientos añejos y nostálgicos hacia ella…

Cuando sube, vuelvo arrancar y seguir el rumbo. Escucho lo que parece ser un diagnóstico, no se sabe si el más acertado pero es el único que hay. Suelta un bufido por la nariz, parecido a una risotada forzada por el nerviosismo. — Claro, porque está muerto. Nada iba a curar esto, joder. Está muerto. Lo ha convertido en un puto cubo de hielo y eso no tiene remedio. No me seáis Walt Disney. Bien… ¿Y ahora? ¿Seguimos con nuestro plan original? 

Siento como el estómago se me revuelve con las palabras de Yu-ri y Steve. Una cosa es ver desde la distancia lo que le está ocurriendo a la gente, pero cuando pasa justo en frente de ti, a alguien que conoces aunque sea sólo de unas horas, de repente se vuelve todo mucho más real.

- Tal vez en unas horas consiga despertar... - digo sin ningún tipo de convicción. - Es posible que sólo les paralicen para poder llevárselos - añado sabiendo que si fuera el caso no habrían comenzado esta ofensiva con una sustancia azul que volvía loca a la gente para que se matasen entre ellos.

Ofensiva... Sí, en algún momento desde que encontramos a Aaron en el puerto he aceptado que, por improbable que parezca, estamos viviendo una invasión alienígena. Durante toda mi vida he trabajado con tecnología punta, sólo por detrás de desarrollos militares de los que me he mantenido intencionadamente alejado, y sé perfectamente que el tipo de cosas a las que nos estamos enfrentando es muy diferente a la tecnología que se está desarrollando aquí.

Evitando mirar el cuerpo de Aaron y, ya de paso, también a Steve y a Yu-ri, agarro de nuevo el volante del camión, por no decir que me aferro a él mientras trato de evitar que las lágrimas entorpezcan mi visión. Inspiro con fuerza antes de conseguir hablar a pesar del nudo en la garganta.

- Tenemos dos opciones: volver al muelle o ir a la dirección del tipo de la radio. Aún quedan unas horas para el amanecer - digo como lado negativo de ir a esperar la supuesta llegada del barco - pero no sabemos qué podemos esperar de alguien que se haya encerrado en un sótano... Aunque al menos tiene una radio potente - concluyo dando a entender que puede ser mi mejor opción, ya que también nos deja tiempo para ir después al puerto.

Claro, que no sabemos qué esperar de absolutamente nada, pienso mirando las líneas del cielo. Por si acaso, compruebo el walkie modificado para comprobar su batería y que no escucho ningún sonido grave que indique la presencia de alguna de esas medusas.

En el andén de la carretera, atentos a cualquier aparición o ruido en la radio que indique la llegada de una medusa, discutís qué hacer a continuación.
En el camión se encuentra el cuerpo de Aaron, no sabéis si está muerto o en algún estado de suspensión vital que se pueda revertir.

Las dos opciones que tenéis a vuestra disposición, a falta de algo más, es acudir al sótano de un desconocido que parece estar acogiendo a todos los supervivientes. La otra opción es esperar en el puerto un par de horas a que posiblemente llegue un barco para evacuaros. Ambas opciones son peligrosas y ninguna asegura nada.

Mientras tomáis la decisión comenzáis a oír un ruido, no proviene de la radio ni del cielo, su origen se encuentra a nivel del suelo y se va haciendo más intenso.
Sentís algo de alivio al comprobar que se trata de un coche, sin embargo recordáis que pueden ser fugitivos de la cárcel y os ocultáis.

No tarda en aparecer una camioneta negra con unos ridículos dibujos de llamas tras las ruedas delanteras. La parte trasera está llena de trastos, aunque hay un generador de gasolina y una antena de casi dos metros.
El vehículo frena bruscamente justo a la altura de vuestro camión, aunque al otro lado de la mediana. La puerta se abre y sale un hombre de unos cuarenta años, su aspecto parece descuidado a propósito y bajo un sucio abrigo de plumas podéis ver una camiseta de algún grupo de heavy metal que desconocéis.

Se acerca al camión con una potente linterna en la mano y comienza a inspeccionar la parte trasera, en cuanto ve a Aaron parece asustarse brevemente para después mirarlo con curiosidad durante unos instantes. Echa un vistazo a alrededor y después regresa a su camioneta.

Desde vuestra posición podéis llegar hasta él en cuestión de segundos aunque el silencio total de la noche impedirá cualquier aproximación sigilosa. A simple vista no parece que vaya armado.

Agarro con fuerza la escopeta cuando nos apartamos, hasta que veo que es un tipo corriente quien se acerca al camión. Miro a Steve, negando con la cabeza: seguramente el prefiera abordar bruscamente al desconocido para reducirle antes de que vuelva a su vehículo, aunque yo preferiría saludarle sin más e intentar dialogar con él. Desde que encontramos a Aaron no hemos vuelvo a ver a ningún ser humano vivo y, en estas circunstancias, es posible que necesitemos toda la ayuda que podamos si queremos salir de aquí con vida. Como se suele decir, "la unión hace la fuerza".

Con gestos, intento indicarle al guardia que yo puedo salir a hablar con el desconocido mientras Yu-ri y él me cubren desde nuestra posición. Le dejo la escopeta una vez más a la enfermera mientras me preparo para salir un poco más lejos, de forma que no revele la posición de mis compañeros al llamar la atención del conductor de la furgoneta.

Me quedo mirando con cara de pasividad a Duncan cuando veo que no asimila la realidad. Tan inteligente para temas de ingeniería pero iluso para otras cosas, especialmente para lo que quiere creer. No le digo nada más, mi mirada ya lo ha dicho todo y él se marcha a tomar el control del vehículo. Le sigo con la mirada y no hay que ser adivino para percatarse de que esto le está afectando demasiado  a nivel emocional. Yo hace tiempo que perdí esa facultad, si es que alguna vez la tuve.

— Prefiero la primera opción, que fue la razón por la que nos movimos de la prisión. Ya dijo Aaron en su momento que Danny terminaba siendo una carga. — espeté con toda la sinceridad del mundo. La que tendría que terminar de decidir dónde íbamos sería la chica, pero en ese momento sentimos por la vibración del suelo que alguien se acercaba. No fuimos vistos por fortuna, pero nosotros sí que vimos al dueño del vehículo, que por cierto, era toda una horterada. Tenía previsto ir a por él para adjudicarnos todos esos cachivaches que tenía en la parte de atrás por si pudieran servirnos de utilidad, y también como prevención si el tipo fuese peligroso, pero Duncan, como no, el Santo de la Luz Celestial del Apocalipsis me lo negó.

Asiento con la cabeza a la vez que tomo la escopeta que me ofrece, miro que esté  preparada para disparar si se diera el caso y cuando él sale, ya estoy apuntando al cuerpo  del desconocido sin dudar en disparar.